lunes, 10 de julio de 2017

VOLVER

Qué bonito es saber que el curso que viene seguiré en el Beatriz Galindo. 

Qué alegría poder continuar con el intenso trabajo realizado desde que aterricé allí.

Qué suerte seguir como maestra de Educación Compensatoria.
Hoy no toca despedirse (qué gran alivio). De hecho pensaba esta mañana que en realidad no he llegado a irme, pero estaba complicado regresar y mi cabeza se estaba mentalizando que no iba  a ser posible, que había que aceptarlo y pensar que otra aventura me esperaba a la vuelta de la esquina.

Vuelvo, y estoy muy contenta de poder compartirlo con todos. Feliz de saber que tendré caras más que conocidas a mi alrededor (alumnado, compañeros y familias). Ilusionada al saber que puedo seguir un año más en el mismo cole. Hasta el momento eso solo me había pasado dos veces, la primera en el CEIP Miróbriga de Ciudad Rodrigo; la segunda, en el IES Vía de la Plata de Guijuelo. Ambos destinos me marcaron mucho y los dos tienen un sitio muy especial para mí. Y no espero menos del CEIP Beatriz Galindo. El primer curso ya ha dejado huella.

Nuevamente, gracias a todos aquellos que al enteraros habéis esbozado una sonrisa y os habéis alegrado conmigo. Las alegrías no sirven de gran cosa si no tenemos con quién compartirlas.

Y como el fin de semana tuve la suerte de asistir al musical El Rey León en Madrid (si no habéis ido y es posible, no lo dudéis, un espectáculo fabuloso, de gran belleza visual y pura emoción), no se me ocurre una canción mejor que El ciclo de la vida (El ciclo vital en el musical).

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