miércoles, 4 de abril de 2018

EMOCIÓNATE: días 19 y 20

Aunque pueda resultar extraño, inauguro las entradas de abril con contenido de marzo que, como siempre debido a que el día no me da más de sí, no he tenido la oportunidad de incluir antes en el blog.

Como habéis podido comprobar los que hasta ahora habéis seguido los resúmenes de las sesiones de Emociónate, casi siempre me he centrado en un sentimiento/emoción. Me parecía bastante más sencillo para que los niños pudieran identificarlas, reconocerlas (en ellos mismo o en otras personas) y, como soñar es gratis, aventurarse incluso a gestionarlas (un poquito). Pero no hay mayor prueba de si algo funciona o no que ponerlo en práctica. Y a mí la práctica me dice que quizá no estuviera siguiendo el camino adecuado.

Pensad algo, nosotros, en nuestro día a día no sentimos una sola emoción, sino que experimentamos varias y generalmente hacen acto de presencia de una manera combinada.

Siendo consciente de todo lo anterior, para la sesión del pasado 21 de marzo, les dije que era mejor que llevaran una camiseta o algo parecido que se pudiera ensuciar sin problemas. Forré las mesas con bolsas de basura, para no trabajar sobre los pupitres directamente. Primero eligieron una cartulina tamaño din A-4 y una pintura de dedos. Les pedí que "estamparan" la palma de su mano en la cartulina (la usaremos dentro de algunas sesiones). A continuación les di a cada uno arcilla blanca, aproximadamente (a ojo) la misma cantidad para cada niño/a. Tuvieron total libertad para trabajar con ella. No tenían ninguna consigna, cada cual era libre de hacer lo que le apeteciera.


Pinchando en la imagen que queráis, se amplía.
 





Imágenes propiedad de La emoción de aprender
Para mi disgusto, dos de ellos fabricaron con la arcilla una pistola. Mejor dicho, uno la hizo y el segundo lo imitó. Lo mejor fue el principio, ver como la mayoría se desahogaban con la arcilla, dándole unos golpes considerables, ruido que en parte se vio amortiguado por la música de fondo. Creo que siempre que en alguna actividad, como alumna, me ha tocado trabajar con algo parecido, barro, nunca me han dado libertad para hacer lo que me apeteciera. 

Después de los golpes a la arcilla, tocaba darle forma, eso fue ya más difícil. Sigo pensando que el bombardeo de nuevas tecnologías a las que están expuestos los niños fuera del cole, hace que su imaginación mengüe a velocidad de vértigo. Sentí cierta rabia cuando algunos me pedían ideas o incluso pretendían que fuera yo la que les hiciera algo con la arcilla (lo siento mucho, pero me negué).

Entre medias dos de ellos se obsesionaron con hacer unos genitales masculinos, creo que era un intento de llamar la atención más que de interés real.

Y, con la mayoría habiendo hecho "algo", terminamos la sesión dejando secar nuestras creaciones. Me parece que en general se divirtieron mucho.

El miércoles 28, con la mente de absolutamente todos puesta en las vacaciones de Semana Santa, proseguimos con la actividad anterior.

Los que no hicieron nada en la primera sesión, lo intentaron en esta segunda. Los que ya tenían algo hecho, pasaron a la siguiente fase, a pintar. Como les sobraba tiempo, les dejé ayudar a otros compañeros o les di la opción de hacer algo más con la arcilla.







Es verdad que para una hora se prepara una considerable, porque hay que tener la clase acondicionada y todo listo para manchar lo mínimo y que todo esté a su alcance. A pesar de todo, es bonito ver cómo cada uno refleja algo de él mismo (gustos, personalidad...) en lo que hace con la arcilla. Me preocupa la escasa imaginación que vi. Lo que les queda (pintar y/o dar brillo) lo reservo para un recreo.

No creáis ni por un instante que no trabajamos las emociones, al contrario. En estas dos sesiones pude ver y percibir su alegría, rabia, dolor, inseguridad, independencia (o dependencia), tristeza, nerviosismo, ternura...Fue una lluvia emocional sin haber hablado de ninguna en concreto.

Y el miércoles 11 de abril volveremos a Emociónate, pero con aires renovados y dinámicas distintas. Y seguiré haciéndolo así hasta que dé con la mejor fórmula para el Taller. A los que como yo seguís inmersos en las vacaciones de Semana Santa, no desperdiciéis ni un segundo, estos días pasan volando...Como creo en lo de renovarse o morir, en cuanto vuelva al aula de Compensatoria voy a desmontar el dibujo que hice al poco de llegar al Beatriz Galindo (septiembre de 2016). Es el que cierra esta entrada. Me gusta mucho el dibujo y lo que representa, pero hay alumnos nuevos, bastantes se mantienen, otros que se han marchado y un cuarto grupo que nunca llegó a estar. Me parece que ha llegado el momento de actualizarlo. ¿Qué voy a poner? Eso es una sorpresa hasta que no esté hecho y puesto en su sitio.


Todas las fotografías de esta entrada son propiedad de La emoción de aprender.

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