lunes, 30 de julio de 2018

Amigos

https://imagenesfrasesbonitas.com/52-imagenes-con-frases-bonitas-divertidas-y-reflexivas-sobre-la-amistad/
Me importa un bledo si hoy de verdad se celebra "El día del amigo" o el "Día internacional de la amistad." Me ha salido un aviso en Facebook y en mi cabeza he visualizado, a velocidad de vértigo, a los que considero "mis amigos." Y me he dado cuenta de las ausencias, de las presencias y de las nuevas incorporaciones. Y qué bien. Las cosas están bien tal cual, el/la que se aparta sus motivos tendrá. O quizás no, a veces la vida se encarga de poner distancia, y tampoco está mal.

De cualquier forma, qué bueno es tener amigos. Qué maravilla. Eso de poder hablar sin límites, sin tabúes, sin miedo al qué pensará el de enfrente. Sin esperar nada y todo. Porque escuchar a otro (un día que hace falta) ya es todo, aunque tal vez muchos lo infravaloren y crean que no es nada. Huyo de los consejos, rara vez los pido o los espero, aunque de cuando en cuando sí necesito un abrazo, un cumplido, unas palabras bonitas, un te echo de menos o eres muy especial.

Con los años me he vuelto más selectiva, no porque yo sea la persona más especial del mundo (ni muchísimo menos). No sé, es raro, sí es sí y no no siempre es no. No voy donde o con quien no me apetece. No aparento lo que no soy. Puede ser que tanta claridad moleste. Me parece que tiene que ver con haberme dado cuenta que lo que vale la pena es el presente, el pasado ya se fue y el futuro es un interrogante que nadie sabe a qué lugar le conducirá.

Por eso valoro tanto a los amigos que tengo, y a pesar de lo expuesto hasta ahora, mi círculo no es tan cerrado como a algunas personas les parece. Lo que pasa es nunca he cantado eso de "yo quiero tener un millón de amigos." Si de hecho con los que cuento, no siempre encuentro momentos para estar al día de cómo le trata la vida a cada uno. Y los quiero, de verdad que sí, pero no valen todos los momentos para según qué cosas. Quizá los que me conocéis más sabéis a lo que me refiero.

Como es verano y el calor frente a la pantalla del ordenador se nota más, no quiero explayarme mucho más. A mis amigos/as, mil gracias por formar parte de esa variopinta familia que llevo muchos años intentando cuidar lo mejor que sé y/o puedo. Esa familia que se elige, con la que no te une ningún lazo de sangre pero sí de experiencias vitales, de haber compartido épocas, instantes, momentos importantes juntos. Y no solo de haberlos vivido juntos, sino de haber conectado de alguna manera. Sería una ordinariez poner aquí vuestros nombres, como cuando de pequeños nos hacían una de las preguntas más tontas del mundo...¿Quién es tu mejor amigo/a? Pues TÚ, ese tú que me escucha, que hace esfuerzos ingentes por comprenderme, que saca huecos para estar conmigo, que mira más a mis ojos que a su móvil, que me da un achuchón cuando ve que voy a caerme  y un empujoncito cuando tengo un día gris, que me quiere como soy (con mis cosas buenas y no tan buenas).

Ayer, hoy, mañana, pasado mañana y sucesivos, el Día de la amistad deberíamos celebrarlo a diario.



viernes, 20 de julio de 2018

Diario de vivencias: 20 de julio de 2018

Querido diario:
Creo que soy un poco bocazas, al menos esta vez. Resulta que el 15 de julio "cerré por vacaciones" el blog y hoy, tan solo 5 días después, aquí me hallo, escribiendo de nuevo en él. ¡No tengo remedio!

Lo cierto es que estoy disfrutando mucho de estos días libres, sin hacer absolutamente nada del otro barrio. Quizá esa es la magia, que no he necesitado cosas que se salgan de lo cotidiano para tener una amplia sonrisa. Y como soy optimista, me atrevo a decir que mis ojeras de panda están empezando a menguar (un poquito ja ja ja ja).

Me ha dado por dibujar como si no hubiera mañana. Los papeles de distintos tamaños, texturas, colores, estampados; las pinturas (madera, cera, cretas...); los rotuladores (jumbo, punta fina, metalizados, doble punta...); los lapiceros; las gomas de borrar (hay una de Staedler pequeñita, de colores pasteles fosforitos, que es de lo mejorcito)...Una locura, si me imagino a mí misma dentro de una papelería, me convierto en el emoticono de los ojos con forma de corazón. Pienso que si existe el paraíso, el mío particular tendría, entre otras cosas, una papelería gigantesca y un robot que planche y coloque la ropa je je.

También por leer, acabado en dos ratos el de Lucía Be de No me da la vida, ando con dos muy distintos: uno es La lección de anatomía, de Marta Sanz, llevo unas 80 páginas y me está gustando bastante; el otro es el más reciente de Albert Espinosa,  Los secretos que jamás te contaron. Este de Espinosa es muy liviano de leer, es un conjunto de frases relativamente bien hilvanadas, un pequeño canto al optimismo, a atreverse a dar la bienvenida al cambio y a otras muchas cosas básicas para la vida a las que generalmente no les prestamos demasiado atención.



Y entre dibujos, lecturas, fotografía, encuentros varios, descanso (en grandes cantidades), familia, amigos...el verano avanza.

Y de esta manera llegamos al 20 de julio, fecha marcada a fuego para mí desde el 2009. Todavía recuerdo la emoción que sentí al descubrir, dándole como una posesa al F5 del teclado, mi nota en las oposiciones. También me acuerdo que puse un papel encima de la pantalla del ordenador, a modo de subrayador. Necesitaba cerciorarme, comprobar que no me traicionaba la vista y estaba viendo mi nota y no la del "vecino" de arriba o abajo. Luego ya vino el ataque de risa, después de llanto. Entre medias, no sé muy bien el instante, avisé a mi padre, que justo se acababa de levantar de mi vera tras un buen rato inmóvil, luego a mi madre (estaba trabajando) y a mi hermano (en otra habitación de nuestra casa). A los que habéis vivido un momento así, sé que me entendéis a la perfección. A los que todavía no, pero estáis en ello, deseo de corazón que si estáis por vocación en este mundillo docente, tengáis también un momento así, tan mágico. ¿Cómo no acordarme?

Después de este inciso, no demasiado breve, sobre el aniversario que celebro hoy, no sé qué más poner. No quiero repetirme como las lentejas.

Para no pillarme los dedos otra vez, paso de decir que el blog permanecerá cerrado por vacaciones. Más bien diré que aunque con menos frecuencia, me asomaré por aquí de vez en cuando. Ya sabéis, como cuando una casa está cerrada pero vais a echar un ojo cada cierto tiempo para comprobar que todo sigue en orden...

Por lo demás nada nuevo. La próxima semana tengo una jura de bandera. Bueno, no me he expresado bien. No, no me meto en el Ejército (me parece que no aguantaría ni media hora). Jura bandera alguien a quien quiero mucho, muchísimo, decir que como a un amigo es quedarse corta y como si fuera mi hijo no es justo para su madre, que más que ella no lo va a querer ninguna otra mujer nunca, jamás. Y yo como si estuviera allí. Qué bonito es ver que los sueños de personas a las que quiero tanto se cumplen.

Para todos, felices lecturas, viajes, escapadas, excursiones, "tomar algo", paseos, bañitos en la piscina y/o la playa...(Completadlo según vuestras preferencias. No soy yo nadie para deciros cómo disfrutar del verano)

Ilustro esta entrada con dos de los dibujos de estos días. Uno de ellos está sacado de un libro de Pedrita Parker, Esa "cosa" (extraña) llamada amor. Es de esos libros con más dibujo que texto que me gustan mucho. Lo que no quita que lea otros más "serios", pero en la variedad está el gusto. La frase no es suya, es producto de mi imaginación veraniega...



Perdonad la calidad de las imágenes, es regular porque están hechas con el móvil, y se nota.


Fotografías propiedad de La emoción de aprender

domingo, 15 de julio de 2018

No me da la vida y summer time

Calma, por supuesto que en verano la vida me da. De hecho me da para muchas cosas que en otras épocas es imposible. El título responde al segundo libro de Lucía Be, que quizás a algunos os resulte familiar por el primero, "La vida es una verbena." Pongo las portadas de ambos, una imagen de la autora y el manifiesto incluido en La vida es...





He de confesaros que empecé el libro sin demasiadas expectativas y estuve a punto de arrepentirme de haberlo comprado. Milagrosamente, lo expreso así porque no sé muy bien explicaros los motivos para que mejorase considerablemente. El caso es que al acabarlo me quedé con muy buen sabor de boca. No pienso destripárselo a nadie, si alguien que me conoce quiere leerlo, que me lo pida y así nos echamos un parlao, aunque no hablemos, obviamente, del contenido del libro. Se lee en dos tris, no os robará mucho tiempo. Curiosamente me enteré de la existencia de este libro en plena Feria del libro de Madrid, cuando en medio de un chaparrón preveraniego, recorría apurada los toldos de las casetas. De repente me topé con una caseta en la que Lucía Be estaba firmando. Y enseguida ese fucsia de la portada me llamó la atención poderosamente, y el título todavía más. A mí me pasa con frecuencia, pensar que la vida no me da para tantas cosas. El caso es que en un 99,9 por ciento yo solita me busco mil y un "tinglaos" y sí, trabajo mejor bajo presión. Luego te das cuenta del error en el caes, porque cada año tienes más cosas y la vida te da, doy fe que te da aunque a ratos tengas ganas de mandar todo a, como dice el refrán, hacer puñetas. 

La segunda parte del título de la entrada es un guiño a las vacaciones. Me parece que es el momento de descansar del blog. Tengo muchas lecturas pendientes, proyectos en mente e ilusiones que ojalá se conviertan en realidades. Prometo volver con una dosis extra de alegría, de buen rollo y ganas varias. Ganas de seguir plasmando en el blog experiencias personales, principalmente del ámbito educativo. Ganas de compartir ideas que pasan por mi cabeza y vienen dispuestas a quedarse. Ganas de poner en común cosas que veo, descubro, conozco...Y por supuestísimo, por descontado, ganas de seguir emocionándome con lo y los que me rodean y de dejar, en general, que la vida me siga emocionando. 
Gracias por seguir leyendo lo que escribo. Para todos...¡Buen verano!

Volveré antes de lo que creéis.



miércoles, 11 de julio de 2018

Mañana de reencuentros y mensajes estelares

Esta mañana había quedado con dos de mis ex-alumnas del Vía de la Plata. Ya son mayores de edad, y es otra historia. Después de dos cursos estudiando en Salamanca, no quería dejar "para más adelante" lo de vernos. Desgraciadamente me pasa con más gente de la que me gustaría. Reconozco que ha sido un año duro y no tenía muchas ganas de reencuentros para contar penas, porque se me da fatal disimular. Por eso sigo teniendo algunos sin fecha en el calendario.

Hay veces que no nos damos cuenta que quizá mañana puede ser tarde para esa conversación pendiente, ese café pospuesto o ese reencuentro necesario a la par que esperado. Creo que tengo una espinita (qué narices de diminutivo, espina) clavada porque una amiga falleció hace algo menos de tres años y sé que faltó un café más. Ya no hay remedio pero en mi interior siento que la fallé, y que no supe interpretar sus no respuestas, que no eran otra cosa que señales de que ella sabía que no iba estar mucho más (aquí). Alejandra, esta mañana me he encontrado con Jandro, verlo siempre es una alegría. Aunque cuando nos vemos no solemos hablar de ti, tú siempre estás, porque eres el lazo que nos une. Igual que cada vez que hablo con Pablo, lo hago porque quiero, porque de corazón me apetece. Adoro ver que tiene parte de tu luz, de esa luz que nos dejaste como herencia, y que tiene un valor incalculable. 

Volviendo al reencuentro con Nerea y Teresa, he sentido una gran tranquilidad y alegría. Me produce una enorme satisfacción ver que a mis antiguos alumnos les va bien. He pasado por muchos sitios, pero sabéis que en Guijuelo fui infinitamente feliz (y no fueron cursos fáciles). Tengo parte del corazón dividido entre el "cole" (Filiberto Villalobos) y el instituto "Vía de la Plata." En este segundo, definitivamente, creo que encontré mi sitio. Jamás me he sentido tan realizada y útil a nivel laboral como allí. Y sería tremendamente feliz de tener la oportunidad de volver a cualquiera de los dos (cole o instituto), porque versionando a Los del Río, "Guijuelo tiene un color especial." Mejor dicho, la gente que está allí, todos. Para mí es casi un segundo hogar. 

Con Teresa y Nerea he visto lo bueno que es el paso del tiempo, la adolescencia no dura eternamente y es una suerte que cada uno vaya encontrando su camino. Me ha encantado veros, sin prisas, y habernos puesto al día. Qué bien que el cariño no tenga fecha de caducidad. Como os he dicho, no vamos a tardar tanto en vernos otra vez. Se ve que habéis madurado mucho y me alegra que os sintáis cómodas en Salamanca. Y con ellas dos me he acordado de otros muchos adolescentes que también han ido dando con su sitio (o están en ello): Álvaro, Ana María, Jorge, Kaio, Lorena C., Manuel, Miguel Ángel...Cuando sé que estáis bien, sonrío todavía un poco más. Sois especiales, recordadlo.


Va de héroes: rescate en la cueva de Khun Nam Nang

Esta entrada quizá no sea lo que esperáis. Desde que ayer finalizaron las labores de rescate de los 12 niños y su entrenador en una cueva tailandesa, tuve en mente escribir sobre el tema. El pasado 23 de junio quedaron aislados en esa cueva, y parte del mundo contuvo la respiración. No sé si muchos, como yo, pensando, a la vista de las datos que iban dando, en las ínfimas posibilidades de sacarlos de allí con vida.

Me alegro mucho del desenlace, de saber que los 13 están vivos. No obstante, para mi los héroes no son ellos, sino las miles de personas que han puesto su granito de arena para que este peligrosísimo rescate fuera un éxito. Ayer mi hermano, intuyendo quizá mis intenciones, me pedía que leyera las palabras de Frank Cuesta sobre el tema. (Ir al enlace para más información) Frank no es santo de mi devoción precisamente, pero me produce un respeto considerable la gente tan valiente (quizá inconsciente sea más preciso), que es capaz de hacer cosas que ni en sueños me planteo. Sin que sirva de precedente, en esta ocasión estoy muy de acuerdo con él. 

Muchas personas hemos respirado aliviadas al escuchar que, finalmente, todos los atrapados en la cueva han salido de ella con vida. Pero no olvidemos al buzo fallecido en medio de esas labores de rescate. Ha muerto porque evidentemente no puedes dejar a la deriva 13 vidas, esperando que la naturaleza los ahogue. Se llamaba Samarn Kunan y tenía 38 años (ver foto a continuación).


Había que ayudarlos, que intentar salvarlos, eso sí. No obstante creo que sí ha sido una grave imprudencia por parte de los niños y del entrenador, que han tomado como una aventura lo que ponía en riesgo sus vidas. No me parece que deban ser tratados como héroes ni premiados de ninguna forma. El mejor premio es que viven para contarlo, que ya es bastante. Héroes son los que se han jugado la vida en el rescate. Héroes son los que han usado sus conocimientos para afrontar un rescate digno de Misión Imposible. Héroes son los que han sabido trabajar en equipo para colaborar en una tarea tan ardua. Héroes son todos los voluntarios que han colaborado en lo que han podido. Héroes son los que han visto echadas a perder sus cosechas por el rescate de 13 irresponsables ( y a los agricultores espero que sí se los recompense)...Por todo lo anterior, por muy mediático que fuera ver a los niños y a su entrenador en la final del Mundial de fútbol de Rusia, me alegro que no vaya a ser así (aunque sea por motivos de salud). Ojalá invitasen a esa final a los componentes de ese dispositivo de rescate, que han sabido remar juntos en la misma dirección. A esas personas sí me encantaría verlas en las televisiones, en las radios, en los titulares de los periódicos. 

Para mí el titular sería: 
Los verdaderos héroes del rescate

Y lo acompañaría de imágenes de esos héroes anónimos que son los que de verdad merecen ser recordados. También de entrevistas a todos los que han sido parte del enorme dispositivo organizado para el rescate. Incluiría, por supuesto, la imagen de la víctima que se ha cobrado la cueva. Y para finalizar, una foto de los rescatados con sus salvadores. Ya como cierre, y básicamente porque es mi imaginación la que manda, las palabras de agradecimiento de los rescatados.

Algo que me ha encantado es ver, otra vez, que nuestro mundo está rodeado de héroes, de carne y hueso. A veces están a nuestro lado y no los vemos, o no les prestamos la atención que se merecen. Gracias a esos héroes/heroínas que, de muchas maneras distintas, "salvan" vidas ajenas...Y seguramente no sean valorados como se merecen. He tenido el lujo de conocer a algunas heroínas estos dos últimos años. Y hablo en femenino porque coincide que son todas mujeres. Haber podido colaborar con ellas y compartir tanto en tan poco tiempo es, sin lugar a dudas, uno de mis mayores premios. No sé si a vosotros os pasa, pero los detalles personales, las conexiones con otras personas, son mi mejor balón de oxígeno. 

Todos tenéis un héroe o heroína en vuestro interior, aunque a lo mejor todavía no sepáis para qué. 

viernes, 6 de julio de 2018

Al aire libro con Un punto curioso

Ayer me dejé caer por el parque de San Francisco a las 12:30.  Soraya y Rebeca, de Un punto curioso, nos invitan todos los martes y jueves de julio a una sesión de cuentacuentos gratuita, dirigida a un público familiar. 

Además, de lunes a viernes, en ese mismo espacio,  desde las 11 a las 14 horas, podéis ir a leer, igual que quedáis con amigos para jugar al fútbol o ir al cine...¿Por qué no hacerlo también para leer?

Quizá muchos prefieran estar embobados con la tablet, videoconsola u otros dispositivos, puede ser. Pero el verano da mucho de sí y especialmente los niños, tienen tiempo para todo. Por eso, os animo a desconectaros un ratito del mundo digital y disfrutar con historias analógicas, con personas que te miran a los ojos, con gestos que acompañan las palabras, con canciones y un  puñado de cuentos que, me dio la sensación, también hicieron las delicias de los mayores. Esto último tal vez sea porque reviven al niño que todos llevamos dentro.

Así que, si queréis pasar un buen rato, o simplemente dar una vuelta y hojear/ojear/leer algún libro, descubrid este rinconcito salmantino con mucho encanto. Como veis vengo lanzada a sugeriros que paséis por allí, y a los papás y mamás que quieren que sus hijos lean, si vosotros leéis, estáis un paso más cerca de verlos a ellos con un libro entre las manos. Buen verano y...¡Feliz lectura!



miércoles, 4 de julio de 2018

Días de verano: reflexiones

Sobre el tiempo (atmosférico):
Estamos en pleno mes de julio y hace un frío que pela. Es verdad que el calor tardó en llegar este año, y en una semana pasamos de llevar el plumas a ponernos sandalias, pero esto ya pasa de castaño oscuro. Creo que como sigamos así una rebequita no va a ser suficiente para combatir el frío, que es de todo menos estival. No soy muy de terracear, pero una buena conversación hace que valga la pena aguantar estoicamente esta bajada escandalosa de las temperaturas. Empiezo a entender lo de los calcetines con sandalias, no digo más. Si bien estéticamente no es muy bonita la combinación, me quedo con el "ande yo caliente y ríase la gente."

Sobre todo lo demás:
Qué lujo lo de "estar de vacaciones." Hacía años que no disfrutaba tanto el estreno de julio...Qué necesarias. Es la época en la que el resto de los seres humanos nos recuerdan a los docentes, ya seamos maestros o profes, lo bien que vivimos y que tenemos muchas vacaciones. Señores y señoras, las facultades de Educación os esperan con las puertas abiertas. Me hace gracia que solo vean la parte amable (por llamarla de alguna manera), pero cuando vienen los conflictos todo el mundo está missing. Y sí, tenemos julio y agosto de vacaciones, pero las defiendo a capa y espada, porque durante el año pasan mil y una cosas, que hacen que algunos/pocos/muchos/bastantes (rodead lo que corresponda según el grado de esfuerzo, implicación, tiempo dedicado... a los alumnos) docentes nos las hayamos ganado a pulso. Lo que no quita que piense que otras muchas profesiones deberían tener mejores condiciones laborales.

Cada día que pasa me siento más ilusionada, no sé, no es fácil que me entendáis. Me he marchado con las maletas cargadas de cariño, relaciones personales que se afianzan en frentes distintos, proyectos pendientes que no quedarán en el tintero y...libros, muchos libros. Aunque me ha costado mucho cerrar el capítulo de este año, siempre he creído que lo mejor está por llegar. Además pienso que todo pasa por algo y no sé qué me deparará el destino, pero una buena razón tendrá para llevarme al sitio que sea. No me va a quitar el sueño no saber hasta el final de las vacaciones en qué centro estaré.

Voy a empezar a seleccionar a qué libros de los muchos pendientes, quiero "meterle mano" este verano. Quizá me lance a la piscina y hasta me anime a compartir un cuento que me ha conquistado sobre un león. Es una pequeña gran joya que traje de la Feria del libro de Madrid. Dicho queda.

Y entre medias cafés, unos esperados y otros que van surgiendo, y encantada de la vida. Cada día que pasa tengo más claro que mi tiempo solo lo comparto con quien de verdad me apetece, quedar con alguien por cumplir no es mi estilo. Soy de pequeños grupos y adoro escuchar cómo le va la vida a la gente que me importa, aunque no siempre les dedico el tiempo que se merecen.

Qué bonito es dar con personas que reman en la misma dirección, que comparten convicciones, ímpetu, actitud empática, energía, optimismo...y a eso le añadimos que creemos que un mundo mejor todavía es posible. ¿Toca remar contracorriente? Pues se rema, no pienso tirar la toalla y dejarme llevar por el conformismo o la inmovilidad. No me gusta lo fácil, me atraen los retos. No solo en el plano laboral, en todo. Por supuesto que como dice una frase que me encanta: QUEDA MUCHO POR SENTIR...¡Cuánta razón! Ahí es nada.

Imagen de https://maestroviejo.es/la-indiferencia-es-fria-muerte/

lunes, 2 de julio de 2018

Sugerencias veraniegas para papás, mamás e hijos (da igual la edad)

Ahora que estoy estrenando el "modo vacaciones", me da por pensar y plasmar en palabras todo aquello que llevo observando mucho tiempo, incluso años en algunos casos.

Advertencia para los lectores, que ninguno se tome a mal lo que incluyo a continuación, son fruto de observaciones minuciosas, eso no significa que tenga razón. Es decir, es mi manera de ver las cosas, y quizá habrá tantas formas de verlas como habitantes en el planeta Tierra.

"Deberes" para las madres y los padres:

  • Como a vosotros nadie os ha puesto nota a final de curso, haced un poco de autoevaluación, pensad cómo habéis actuado con vuestro hijo o hija...¿Podéis mejorar o cambiar algo?
  • Intentad escucharlos siempre que veáis que os quieran contar algo, tal vez para vosotros no sea importante, pero cuando ellos demandan vuestra atención insistentemente, puede haber un buen motivo. Recordad que lo relevante para un niño a lo mejor no lo es para vosotros, y que los "problemas" de un menor nada tienen que ver con los de un adulto, pero siguen siendo SUS problemas. En el caso de los que tenéis hijos/as adolescentes mucho más, si os quieren decir algo, recordad, escucha atenta. Los adolescentes (o pre) con frecuencia se sienten incomprendidos y, es común que se cierren en banda y no comportan sus problemas, preocupaciones, inquietudes...con sus progenitores. Si lo hacen, sois (muy) afortunados, actuad de manera inteligente y sentaros a su lado, sin juzgar, digan lo que digan. Cuando no les hacéis caso una primera vez, hay muchas posibilidades de que la siguiente ocasión opten por hablar con otra persona (y podéis alejaros de ellos cada vez más).
  • Predicad con el ejemplo. Si por ejemplo os gustaría que vuestro hijo actuara de una manera cariñosa con vosotros y, por lo que sea, no lo hace, dad el paso. La cariñoterapia, más sutil o menos (según el carácter, la edad...) casi siempre es bienvenida y, lo tengo comprobado, muchas veces necesitan cariño y son incapaces de decirlo. Igual opino para los gritos, pedirle que no grite hablando vosotros a grito pelao, no tiene ni pies ni cabeza. Lo anterior es aplicable también a disculparse. Tragaos el orgullo si hace falta, bajad del pedestal de adultos y, si habéis metido la pata o algo se os ha ido de las manos, pedid perdón. Por extraño que resulte, decir "lo siento" me parece un acto de valentía, quedarse callados es de cobardes.
  • De vez en cuando, haced alguna actividad con ellos que se salga de la rutina. No tiene por qué ser algo caro, aunque sí sería positivo que les resultara llamativo, que atrajera su atención. La oferta es amplia, a veces hay que saber rebuscar.
  • Y así podría seguir enumerando una lista que rozara el infinito, prefiero evitarla y hacer hincapié en algo: NUNCA dejéis de expresar vuestro amor hacia ellos. A pesar de sus impertinencias, sus errores, sus malas contestaciones, su aparente indiferencia o frialdad...lo que sea. Ellos necesitan sentirse queridos, amados, darse cuenta de lo importante que resulta para vosotros que sean parte de vuestra vida y, muy probablemente, lo que le da sentido a la misma. Sé que decirlo es muchísimo más sencillo que llevarlo a cabo. Pero desde mi experiencia docente he visto muchas lágrimas y "cabreos con el mundo" de muchos niños, niñas y adolescentes, por culpa de padres y/o madres que con su forma de actuar hacen que sus hijos sientan que para ellos no son importantes (y qué triste).


"Deberes" para los niños, las niñas y los/las adolescentes:

  • Recientemente os dieron las notas, un poquito de autocrítica no vendría mal para ser conscientes de dónde están los fallos y cómo enmendarlos. Con vuestro comportamiento en casa digo lo mismo, pensad cómo os habéis portado y lo que deberíais mejorar.
  • Cuando vuestros padres os pidan que hagáis algo. no cuestionéis todo y actuad. Hay veces que podéis negociar con ello, otras no. Poned en marcha vuestra EMPATÍA y tratar de comprender por qué os han pedido eso y cómo os gustaría que actuara vuestro/a hijo/a si vosotros fuerais el papá o la mamá.
  • Colaborad en casa. Si lo pensáis fríamente, ninguno de vosotros es tan pequeño como para no poder echar una mano en las tareas del hogar. Encima en verano tenéis mucho más tiempo libre, no hace falta estar las 24 horas fuera de casa.
  • Contad con vuestros padres. Si vais a hacer algo, pese a la diferencia de edad con ellos, seguro que sois capaces de encontrar un "plan" que implique pasar tiempo juntos (estar sentados en el sofá, ir al cine a ver una película, dar un paseo...).Quizás ellos tengan el tiempo bastante más ocupado que vosotros. Eso no quita para que del que dispongan, quieran invertirlo con quienes más quieren: sus hijos/as.
  • Compartir lo que os pasa. Puede que haya una gran diferencia de edad con vuestros padres (o no). Recordad que pese a esa posible brecha, siguen siendo vuestros padres y se preocupan por lo que os sucede. También hay que reconocer que no son adivinos y es normal que no siempre den con la fórmula adecuada para intentar entablar una conversación con vosotros (y sois expertos en ponérselo difícil). No hace falta que les contéis vuestras mayores intimidades, pero confiad en ellos, son de las pocas personas con las que vais a poder contar siempre e incondicionalmente.
Imagen de https://us.toluna.com/opinions/3034632/Me-gusta-mucho-esta-frase-Quiereme-cuando-menos-lo-merezca-porque-ser-cuando-ms-lo-necesite

Y hasta aquí. Es mejor que cada uno complete o cambie la lista de sus deberes. Si he logrado haceros reflexionar un momento desde vuestro lugar de padre, madre, hijo, hija o adolescente, me doy con un canto en los dientes. Ojalá que nadie se haya sentido ofendido, antes de hacer estas pequeñas listas, tened presente algo, soy la primera en hacer autoevaluación. Además tiendo a ser demasiado exigente conmigo misma. Humildemente creo que la única forma válida de mejorar es intentar mirarnos en el espejo y ver en qué hemos fallado. Y por supuesto, siempre que se pueda, no persistir en el error. Cada curso aprendo muchas cosas nuevas y este año no ha sido la excepción. Al final, cada lágrima derramada te da más fuerza y, cada sonrisa, abrazo, caricia, palabra agradable...¡También!

Para lo que sea, unos y otros, en la medida de lo posible y de mis capacidades...¡Contad conmigo! (Vosotros aquí sois los auténticos profes y yo una mera aprendiz)

domingo, 1 de julio de 2018

Diario de una despedida

He querido dejar pasar unos días para escribir el que, quizá, haya sido mi momento más emotivo en el cole este curso 2017-2018 al que pusimos fin (los maestros) antes de ayer, viernes 29 de junio.

Miércoles, 20 de junio de 2018
(CEIP Beatriz Galindo)
Después del subidón emocional de la entrega del premio para este blog el martes 19 en el ayuntamiento, tomé la decisión, no sé si acertada o no, de despedirme de parte de mis alumnos. Los que tal vez os preguntéis por qué no he hecho partícipes a todos, os diré que no he tenido el tiempo que me habría hecho falta para contárselo en persona a todos mis alumnos, ni tampoco las fuerzas necesarias.  

Ese miércoles 20 reuní a mis alumnos de 5º después del recreo. Opté por ellos porque hemos tenido un desdoble de Lengua y Matemáticas durante todo este curso y, por ese motivo, es con los que más tiempo he pasado. Les puse un vídeo que había elaborado a la carrera pero con mucho cariño, con imágenes de todos mis alumnos de Compensatoria del Galindo. Y, en algunos casos, también con las de sus familias. Al acabar el vídeo uno de ellos supo leer entre líneas y directamente me dijo que el vídeo parecía...una despedida. Pues sí Geovanni, lo era. Les expliqué, entre lágrimas y cogiendo aire a menudo, todo lo bonito que tenía guardado y que no quería seguir quedándome, porque es suyo. El contenido de esa conversación queda entre nosotros, y las reacciones de todos también. Solo recordaros una cosita: Podéis seguir contando conmigo.

Todas las imágenes de esta entrada son propiedad de Raquel Plaza.

Jueves, 21 de junio de 2018
(Festival de FIN DE CURSO)
Tras un estresante comienzo de mañana colocando la decoración para el Festival, y todo lo que hacía falta, que no era poco, con algo de retraso debido a un imprevisto, comienza la celebración, principalmente las graduaciones de Infantil y 6º de Primaria, aderezadas con canciones en Inglés, en español, un baile y algunas cosillas más. Como guinda, teníamos un photocall. Se despide de mí Salma Ouanit, alumna que el año que viene es bastante probable que esté en Málaga. Aguanto las lágrimas a duras penas. Daribel y ella me entregan un par de cartas escritas de manera individual, que se suman a las de Salah y Safae del día anterior. INCAPAZ de leer las cuatro cartas cuando me las dieron, espero a estar en mi casa. Acto seguido viene Jehison con un detalle muy emotivo y un niño que lo acompaña me pide perdón por todo lo que (me) había hecho a lo largo del curso. 


Viernes 22 de junio de 2018
(Almenara, excursión de Fin de curso)
Pese al calor asfixiante, exprimí cada minuto, sabedora que iban a ser los últimos que compartiera en el contexto escolar con los niños del cole. Disfruté lo que no está escrito de cada mirada, de cada abrazo, de cada beso, de cada apretón de manos...¡Cuánto cariño! No le digo adiós a nadie, porque tampoco lo necesitamos, sobran las palabras (y la emoción).



Miércoles 27 de junio de 2018
(Entrega de notas, cole)
A partir de las 10 de la mañana, comienzan a llegar mamás, papás, niños y niñas para recoger las notas finales. Permanezco en la sala de ordenadores, porque desde ahí puedo ver quién va entrando. He preparado un sobre para cada uno, con una fotografía y algo muy mío, sin lo que yo dejaría de ser yo. Les pido que lo abran en casa. Varias mamás y un papá me dan las gracias y algo se mueve dentro de mí, siento una especie de nudo en la garganta que casi no me deja respirar. 

Todo relativamente "controlado" (emocionalmente hablando) hasta que llega una niña y me abraza como si le hubieran echado loctite. Ella se pone a llorar y me contagia el llanto. Su madre le pide que deje de llorar, porque me ha hecho llorar a mí (era inevitable, no te preocupes). Qué duro es despedirse. Aunque he de reconocer que es de duro cuando la persona a la que le dices adiós ha sido muy especial, como era el caso. Sí, me implico demasiado (puede ser), lo sé. Soy consciente de ello pero si dejara de hacerlo dejaría de ser yo y no puedo ser maestra sin dejarme la piel en lo que hago (tranquilos, la salud no). Tampoco puedo ser maestra sin empaparme de todo lo bueno que nos enseñan los niños y lo bonito que es recordar mil cosas que había olvidado de nuestra infancia, y una infinidad de otras nuevas, producto de las nuevas generaciones. Gracias por dejarme aprender de y con vosotros.

Un par de personas me han dicho uno de los mayores cumplidos (para mí), que he tratado a estos niños como si fueran mis hijos. Todavía no soy madre así que no sé si sería igual con los propios que como me he comportado con ellos, pero seguramente se aproximará bastante.

Y hasta aquí las despedidas de alumnos dentro del contexto escolar.

Gracias. Os quiero muchísimo.