miércoles, 4 de julio de 2018

Días de verano: reflexiones

Sobre el tiempo (atmosférico):
Estamos en pleno mes de julio y hace un frío que pela. Es verdad que el calor tardó en llegar este año, y en una semana pasamos de llevar el plumas a ponernos sandalias, pero esto ya pasa de castaño oscuro. Creo que como sigamos así una rebequita no va a ser suficiente para combatir el frío, que es de todo menos estival. No soy muy de terracear, pero una buena conversación hace que valga la pena aguantar estoicamente esta bajada escandalosa de las temperaturas. Empiezo a entender lo de los calcetines con sandalias, no digo más. Si bien estéticamente no es muy bonita la combinación, me quedo con el "ande yo caliente y ríase la gente."

Sobre todo lo demás:
Qué lujo lo de "estar de vacaciones." Hacía años que no disfrutaba tanto el estreno de julio...Qué necesarias. Es la época en la que el resto de los seres humanos nos recuerdan a los docentes, ya seamos maestros o profes, lo bien que vivimos y que tenemos muchas vacaciones. Señores y señoras, las facultades de Educación os esperan con las puertas abiertas. Me hace gracia que solo vean la parte amable (por llamarla de alguna manera), pero cuando vienen los conflictos todo el mundo está missing. Y sí, tenemos julio y agosto de vacaciones, pero las defiendo a capa y espada, porque durante el año pasan mil y una cosas, que hacen que algunos/pocos/muchos/bastantes (rodead lo que corresponda según el grado de esfuerzo, implicación, tiempo dedicado... a los alumnos) docentes nos las hayamos ganado a pulso. Lo que no quita que piense que otras muchas profesiones deberían tener mejores condiciones laborales.

Cada día que pasa me siento más ilusionada, no sé, no es fácil que me entendáis. Me he marchado con las maletas cargadas de cariño, relaciones personales que se afianzan en frentes distintos, proyectos pendientes que no quedarán en el tintero y...libros, muchos libros. Aunque me ha costado mucho cerrar el capítulo de este año, siempre he creído que lo mejor está por llegar. Además pienso que todo pasa por algo y no sé qué me deparará el destino, pero una buena razón tendrá para llevarme al sitio que sea. No me va a quitar el sueño no saber hasta el final de las vacaciones en qué centro estaré.

Voy a empezar a seleccionar a qué libros de los muchos pendientes, quiero "meterle mano" este verano. Quizá me lance a la piscina y hasta me anime a compartir un cuento que me ha conquistado sobre un león. Es una pequeña gran joya que traje de la Feria del libro de Madrid. Dicho queda.

Y entre medias cafés, unos esperados y otros que van surgiendo, y encantada de la vida. Cada día que pasa tengo más claro que mi tiempo solo lo comparto con quien de verdad me apetece, quedar con alguien por cumplir no es mi estilo. Soy de pequeños grupos y adoro escuchar cómo le va la vida a la gente que me importa, aunque no siempre les dedico el tiempo que se merecen.

Qué bonito es dar con personas que reman en la misma dirección, que comparten convicciones, ímpetu, actitud empática, energía, optimismo...y a eso le añadimos que creemos que un mundo mejor todavía es posible. ¿Toca remar contracorriente? Pues se rema, no pienso tirar la toalla y dejarme llevar por el conformismo o la inmovilidad. No me gusta lo fácil, me atraen los retos. No solo en el plano laboral, en todo. Por supuesto que como dice una frase que me encanta: QUEDA MUCHO POR SENTIR...¡Cuánta razón! Ahí es nada.

Imagen de https://maestroviejo.es/la-indiferencia-es-fria-muerte/

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