miércoles, 11 de julio de 2018

Mañana de reencuentros y mensajes estelares

Esta mañana había quedado con dos de mis ex-alumnas del Vía de la Plata. Ya son mayores de edad, y es otra historia. Después de dos cursos estudiando en Salamanca, no quería dejar "para más adelante" lo de vernos. Desgraciadamente me pasa con más gente de la que me gustaría. Reconozco que ha sido un año duro y no tenía muchas ganas de reencuentros para contar penas, porque se me da fatal disimular. Por eso sigo teniendo algunos sin fecha en el calendario.

Hay veces que no nos damos cuenta que quizá mañana puede ser tarde para esa conversación pendiente, ese café pospuesto o ese reencuentro necesario a la par que esperado. Creo que tengo una espinita (qué narices de diminutivo, espina) clavada porque una amiga falleció hace algo menos de tres años y sé que faltó un café más. Ya no hay remedio pero en mi interior siento que la fallé, y que no supe interpretar sus no respuestas, que no eran otra cosa que señales de que ella sabía que no iba estar mucho más (aquí). Alejandra, esta mañana me he encontrado con Jandro, verlo siempre es una alegría. Aunque cuando nos vemos no solemos hablar de ti, tú siempre estás, porque eres el lazo que nos une. Igual que cada vez que hablo con Pablo, lo hago porque quiero, porque de corazón me apetece. Adoro ver que tiene parte de tu luz, de esa luz que nos dejaste como herencia, y que tiene un valor incalculable. 

Volviendo al reencuentro con Nerea y Teresa, he sentido una gran tranquilidad y alegría. Me produce una enorme satisfacción ver que a mis antiguos alumnos les va bien. He pasado por muchos sitios, pero sabéis que en Guijuelo fui infinitamente feliz (y no fueron cursos fáciles). Tengo parte del corazón dividido entre el "cole" (Filiberto Villalobos) y el instituto "Vía de la Plata." En este segundo, definitivamente, creo que encontré mi sitio. Jamás me he sentido tan realizada y útil a nivel laboral como allí. Y sería tremendamente feliz de tener la oportunidad de volver a cualquiera de los dos (cole o instituto), porque versionando a Los del Río, "Guijuelo tiene un color especial." Mejor dicho, la gente que está allí, todos. Para mí es casi un segundo hogar. 

Con Teresa y Nerea he visto lo bueno que es el paso del tiempo, la adolescencia no dura eternamente y es una suerte que cada uno vaya encontrando su camino. Me ha encantado veros, sin prisas, y habernos puesto al día. Qué bien que el cariño no tenga fecha de caducidad. Como os he dicho, no vamos a tardar tanto en vernos otra vez. Se ve que habéis madurado mucho y me alegra que os sintáis cómodas en Salamanca. Y con ellas dos me he acordado de otros muchos adolescentes que también han ido dando con su sitio (o están en ello): Álvaro, Ana María, Jorge, Kaio, Lorena C., Manuel, Miguel Ángel...Cuando sé que estáis bien, sonrío todavía un poco más. Sois especiales, recordadlo.


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