domingo, 30 de septiembre de 2018

Ser ESPECIAL, tal cual

Gracias infinitas a La vecina rubia, que habitualmente logra hacerme sonreír, con su finísimo sentido del humor, y eso no es tarea fácil. Otras me ayuda a reflexionar, algo que me gusta y me parece que nos viene bien a todos.

Esta vez me he inspirado en sus palabras para escribir esta entrada. 
Pongo lo que ha escrito, tal cual:

"Porque la primera persona para quien eres especial eres tú, que conoces tus defectos y tus virtudes. Y no solo las virtudes te hacen especial, también los defectos. Yo por ejemplo soy un poco desastre con el coche y soy incapaz de aparcar con la música puesta y la tengo que bajar a cero para concentrarme. Mucha gente se acuerda de mí al ver a alguien que baja la música para aparcar y en ese momento me siento especial, y es por un defecto. Y si he hecho reír a alguien contando mis rubieces en el coche, bienvenidas sean.
Siempre hay alguien deseando que le pongas un mensajito o que le hagas una llamada. Aunque no siempre coincide, y tú no sueles esperar el mensajito de esa persona sino de otra; pero es que la vida la puedes jugar en modo fácil, experto o drama y por lo general la vivimos en modo drama." (La vecina rubia).

Y añadía al final una frase suya del pasado 22 de marzo: "Siempre eres especial para alguien."

Vecina rubia, estoy muy de acuerdo contigo. Quiero pensar que cada uno de nosotros, sin excepción, es especial para al menos una persona. En realidad serían dos, primero hay que ser especial para uno mismo, luego ya irán viendo los demás en qué eres especial.

Y creo firmemente en eso, en que todos, sin dejar a ninguno fuera, tenemos "algo" que nos hace especiales. Es verdad que hay momentos en los que duele/molesta/decepciona/fastidia o ponedlo como queráis, que las personas que para nosotros son especiales quizá no sientan lo mismo hacia nosotros. Y no estoy pensando únicamente en asuntos del corazón, porque creo que si el amor de mi vida no me ha prestado atención, debe ser porque en realidad nunca fue el amor de mi vida, ni lo será. Y a los expertos en leer entre líneas os prometo que no me ha pasado nada, salvo un catarro impertinente y puntual por beber el agua más fría de la cuenta. Pienso más en amigos, amigas, compañeros, compañeras, familiares, alumnos, alumnas...Personas que por una u otra razón se han cruzado en nuestra vida y cuidamos el lazo que nos une (o en su día nos mantuvo unidos) porque bajo ningún concepto nos gustaría perderlos. Lo que pasa es que la vida avanza, las circunstancias de cada cual varían, las vivencias nos enriquecen, las experiencias (buenas o malas) nos ayudan a aprender y a veces ese lazo se va esfumando, poco a poco o de golpe. Y deberíamos aprender a aceptarlo.

Reconozco que uno de mis defectos quizá sea prestarle atención y dedicarle parte de mi tiempo a gente que parece no preocuparse ni un ápice por mí. Llega un momento en el que digo "hasta aquí", pero luego, casi siempre, vuelvo a caer, quizá en la trampa, de seguir preocupándome por vidas de gente que ni siquiera me pregunta qué tal estoy. No me refiero a un qué tal estás de cortesía, puro y duro, en el que la respuesta casi sobra porque no van a prestarle atención. Es más bien un qué tal estás de verdad, en los que te detienes para leer (o escuchar) la respuesta de esa persona con atención plena. 

Siento, aunque me entristece mucho, que estamos haciendo un mundo cada vez más egoísta, envidioso, deshumanizado...y ¡qué peligro! Ese no es el mundo que quiero para mi familia, mis amigos, mis compañeros, mis alumnos, mis conocidos...No, yo quiero otro mundo. Un mundo que sepa convivir con las nuevas tecnologías sin obsesionarse, que no se limite a felicitar a quien sea porque Facebook se lo recuerda, que no acabe con una relación/amistad vía WhatsApp...Creo que todos saben a lo que me refiero.

Deseo más llamadas de teléfono, más cartas (sí, de papel, todavía Correos no se ha extinguido); más paseos con amigos; más conversaciones cara a cara; más cafés compartidos; más risas en directo y menos enlatadas; más pensar antes de actuar y menos disculpas vacías; más tacto y menos "es que yo soy así;" más transparencia y menos adornos; más caricias y abrazos y menos emoticonos de quita y pon; más gente sincera y menos hipócritas, más esfuerzo y menos quejas; más memoria y menos olvido; más saber perdonar y menos rencores; más habilidades sociales y menos imposiciones; más proyectos compartidos y menos individualidades; más gotas de lluvia y menos chubasqueros; más gratitud y menos sonrisas falsas; más empatía y menos superficialidades...Y cuando pongo DESEO, no es un deseo para mí, es para todo el mundo. No es una queja, que nadie se confunda. Simplemente son comentarios, reflexiones, pensamientos, ideas que rondan mi cabeza y hoy quería lanzaros así, aunque sea domingo, sin anestesia.

Me encanta escuchar, hablar también, pero disfruto más escuchando; ser detallista con la gente que me importa porque sí, sin razón aparente o con razón, porque siempre hay un motivo para acordarse de alguien; adoro mirar a la gente a la cara e intentar descifrar toda la información que nos ofrece un rostro y, en particular, todo lo que los ojos (la mirada) de alguien, cara a cara, pueden "decirte" sin pronunciar una sola palabra. Y aunque en ocasiones no entiendo a la gente (quizá en otras ella a mí tampoco), seguiré agarrando la mano de los que creo que debo hacerlo, porque sí, porque lo siento. Una vez estuve muchos meses agarrando con todo el cariño del mundo una mano, que casi se quedaba muerta cuando yo la cogía, como sin darle importancia. Un día, de repente, esa mano empezó a apretar la mía, porque en ese momento él necesitaba sentir que no estaba solo y que alguien, en este caso yo, lo apoyaba. Entonces me di cuenta que no me equivocaba con mi manera de actuar con esa persona. Y podría poneros mil ejemplos, no lo haré por respeto a esa gente que confía en mí, y que es mucha más de la que seguramente me merezca.

Así que no seáis ciegos con vosotros mismos, miraros al espejo y "desnudaros" frente a él. Aprended a veros como los seres especiales y únicos que sois. Que sí, que tenéis vuestros defectos, pero también un puñado de virtudes. Solo a partir de ese momento, lograréis dar con personas que descubran eso que os hace especiales y os distingue del resto de la humanidad. Dejadles descubrir a otros lo especiales que sois.

Si mi mente hace un barrido rápido, veo que guardo en mi retina muchos niños, niñas, adolescentes, hombres y mujeres, que son especiales para mí. No sé hasta qué punto seré o no especial para ellos, aunque eso es secundario. Lo que tengo muy claro es que me apetece cuidarlos, quererlos, mimarlos, mantenerlos en mi vida.

Os animo a cuidar, seguro que sabréis cómo, a los/las que a vosotros os parecen especiales. Esto son "deberes" y lo demás son tonterías. Me parece que lo voy a poner como "tarea" perpetua a mis alumnos (a los del presente y a los futuros), a ver cómo reaccionan. Seguro que la gran mayoría lo hace pero, por si las moscas.

Con el tiempo te das cuenta que aunque es importante pensar antes de hablar, es mejor hablar y equivocarse, que quedarse con espinitas clavadas por cosas que no tuvimos tiempo de decir o hacer. No dejéis para mañana los detalles con nadie, quizá mañana sea tarde. Y por eso cada vez me guardo menos, con prudencia por supuesto. La vida no consiste en mostrarle a todos, sin filtro, nuestras cicatrices. Pero cada vez intento ser más coherente conmigo misma y defender mi manera de sentir, de pensar y de actuar. Sé que el mundo ideal no existe, pero sí es posible construir un mundo lo más ideal posible, en el que nuestros sueños tengan cabida. Por eso comparto esta versión de la banda sonora de una de mis películas de Disney favoritas, Aladdín, que habla precisamente de eso, de "Un mundo ideal."  De pequeña soñaba con ser Jasmín y que un "príncipe" me invitara a pasear sobre la alfombra mágica. Hoy ya he asumido que tal vez ese príncipe no me encuentra, así que voy construyendo mi mundo "ideal" y, que aparezca cuando quiera el destino.


Buen inicio de octubre para todos.


domingo, 23 de septiembre de 2018

Emociones a flor de piel (II)

El pasado jueves 20 de septiembre nos reunimos en El Señorío Ibérico (Guijuelo) para celebrar la jubilación de Daniel, un compañero tan grande que, da igual lo que ponga aquí, me quedaré corta.  Sopló velas el domingo 16 de septiembre, pero lo celebramos el 20.

Comenzaré recordando la 1ª vez que pisé el "Fili", en el curso 2013-2014. El dato es importante, porque era mi estreno como maestra de refuerzo/apoyo. Me adscribieron al tercer ciclo de Primaria (5º y 6º), por entonces todavía se hablaba de ciclos y no de interniveles. Y en esa época Daniel era tutor de uno de los sextos. Tuve la suerte, más bien un privilegio, de estar presente en algunas de sus clases para apoyar a un par de alumnos. Fue un gran descubrimiento dar con un compañero tan activo, con tantos conocimientos informáticos (y ganas de compartirlos), tan buen docente y mejor persona todavía. 

Le estaré eternamente agradecida porque creo que nunca he vuelto a coincidir con alguien tan generoso a todos los niveles como él. Y me parece que es complicado que vuelva a suceder. Él, con su insistencia, que no pesadez,  en el uso de las TIC y más en concreto de las aulas virtuales, logró que me entrará el gusanillo por algo de lo que no tenía ni idea. Si este blog existe es gracias a la semilla que años atrás Daniel me ayudó a plantar con su infinita paciencia.

Ese jueves 20 Quinti, como en ella es habitual, logró emocionarnos. Y lo mismo Daniel, que es mucho menos duro de lo que a simple vista pueda parecer. Palabras preciosas las de ambos, que recordaré siempre. Dos excelentes ser humanos.  De momento sus palabras están en mi memoria y, si alguna vez se me olvidan, los vídeos de ambos me las recordarán.

Daniel, de corazón espero que vivas esta nueva etapa con igual intensidad que las anteriores. Tienes la ventaja de tener en la misma situación a tu compañera de viaje, por eso podéis dedicaros a recorrer mundo, estar con la familia o simplemente disfrutar, sin ser esclavos de un horario. Mi experiencia me dice que cuando un amigo se jubila lo veo menos que antes de jubilarse, tal cual. En cualquier caso sé que seguiremos en contacto, y eso me alegra.

No tengo ni idea quién recaerá en el Filiberto Villalobos el próximo curso, pero en poco tiempo se han marchado tres pilares del cole, más otro que está al caer, y eso no es fácil de reemplazar. Habéis dejado el listón bien alto porque sois de los que habéis desempeñado con ilusión, pasión y vocación vuestra labor docente. Ojalá me encontrara con muchos más Danieles. Ha sido un placer trabajar contigo. Muchas gracias...COMPAÑERO.

Y esta vez acompaño la entrada con una imagen grupal, de todos los asistentes a la jubilación. 

(Observación: pone 16, aunque la comida tuvo lugar el 20, por respetar la fecha del cumple de Daniel)

Fotografía propiedad de Raquel Plaza Juan

domingo, 16 de septiembre de 2018

Se acerca el día...21 de septiembre

Creo que hay cuestiones sobre las que hay que insistir, aunque nos repitamos con las lentejas. El alzheimer y/o cualquier otra enfermedad son un buen ejemplo. En general a veces olvidar no es triste, sino que se me antoja incluso necesario, pero no siempre nosotros decidimos "olvidar". A veces "algo" se nos olvida, por el exceso de trabajo, por problemas personales, por la edad...Y en otras ocasiones la enfermedad, decide adueñarse de una parte de la memoria de la gente. Me parece que los que todavía tenemos la capacidad de recordar, no debemos permitir que los enfermos de alzheimer, y sus familiares, caigan en el olvido, nunca mejor dicho.

http://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-diez-signos-alarma-detectar-alzheimer-20140831103131.html

Y precisamente por eso me adelanto al 21 de septiembre, para difundirlo desde ya. 

En internet he encontrado un cortometraje que me ha emocionado. No os lo destripo, os invito a verlo.


Sé que desde AFA Salamanca, la Asociación de Familiares de enfermos de Alzheimer ese día 21, se organizarán varios actos. Uno de ellos es una cuestación económica. Os animo a contribuir en la medida de vuestras posibilidades. Es por una buena causa. En realidad investigar para vencer, combatir o mejorar la calidad de vida de los que padecen una enfermedad, siempre me ha parecido una buena causa. 

Aprovecho también para hacer un llamamiento a los docentes, para que se planteen alguna actividad sobre el tema, que no tiene por qué hacerse ese día en concreto. En Guijuelo, desde la Asociación La Asunción, se ha invitado a los alumnos de los dos coles, el CEIP Filiberto Villalobos y el CEIP Miguel de Cervantes, a elaborar un cuento que verse sobre el alzheimer. 

Como siento la responsabilidad de hacer algo, aunque sea un pequeño gesto, ya tengo en mente una dinámica para poner en marcha. Consiste en tirar de empatía. Este será el enunciado (quizá varíe en la versión definitiva):

Imagina que el día de mañana, dentro de muchos años, te diagnostican alzheimer. Antes de "perder" gran parte de tus recuerdos, piensa de qué persona te gustaría acordarte siempre, un lugar, un olor y un momento. 

Quiero pensar que a pesar de la sencillez, algo puede funcionar muy bien y resultar muy gratificante para todos. No por hacer actividades más enrevesadas el resultado va a ser mejor. Claro está, no obligaré a nadie a compartir lo que ha puesto si no le apetece. Me parece imprescindible, si por lo que quiera un alumno no quiere decir nada, que no lo diga, sus razones tendrá para permanecer en silencio.

Y como esta vez me ha dado por los cortos, he aquí el segundo, que también me ha tocado las fibras: La luna de Eva.



Vamos a sembrar todo de buenos recuerdos, de momentos agradables vividos en compañía, de los que quizá uno no se acuerde pero otro los tenga muy presentes. Creemos una memoria colectiva de recuerdos felices, de historias que devolvemos al presente porque nos gustan, nos importan, ni más ni menos.

¿Alguno se anima a recordar conmigo?

sábado, 15 de septiembre de 2018

Pellizcos de emoción

Esta sí ha sido la verdadera vuelta al cole, cuando las aulas se han llenado de niños y niñas, los patios de ruido y todos los rincones de los colegios, sin excepción, de vida, mucha vida.

Pasas por la calle que sea y te encuentras con mil y una caras familiares. No logro ponerle nombre a todas esas personas porque tres cursos en Guijuelo es mucho tiempo, y me resulta imposible quedarme con todas. Muchas sonrisas, besos, abrazos, cariño, de todo, una barbaridad, inconmensurable. Es como volver a casa, o sentir que nunca te has ido de ella. Qué ilusión.

Y en medio de todo sonó el timbre el lunes día 10, y allí estaban ellos, los alumnos de mi tutoría. Qué enorme suerte la mía. Las dos horas que pude compartir con ellos el primer día me supieron a poco.  Igual que el tiempo con los niños de los otros dos quintos. Adoro ser tutora, me encanta el Inglés. Es una suerte dentro de la docencia haber dado con tantos roles distintos y disfrutar con todos ellos. 

De postre te encuentras con tres alumnos de otros cursos en Salamanca, y me levanté de la silla como si no hubiera mañana para darles un buen abrazo. Una cosa no quita la otra. Tenía muchísimas ganas de verlos. Y todo se mezcla, se complementa y va cobrando sentido. Sigo teniendo la sensación de estar soñando y un pellizco de cuando en cuando no sobra. Pero no, es un sueño hecho realidad. Entre unos y otros, los de Guijuelo y los de Salamanca, aprieto los dientes y contengo la emoción (a duras penas). Cuánta buena gente por todas partes.

Y poco a poco, sin que nadie se atragante, voy incluyendo estrategias emocionales, o llamadlas como queráis. En mente y a corto plazo el rincón de la calma, las "píldoras" emocionales y una silla (o semejante) de los abrazos. Y una realidad desde la próxima semana, los "buenos días." Vi un vídeo en internet, ¡gracias Mercedes! y me gustó mucho la idea. Tengo la costumbre, os guste o no, si lo hago es porque a mí me agrada y creo que a los niños también, de abrir la puerta y plantarme delante a dar los buenos días uno a uno a los alumnos. Me gusta entrar la última y saludarlos de manera individual. Y te regalan sonrisas, miradas, algún gesto cariñoso o a veces indiferencia, tristeza...En un instante puedes saber quién va a tener un buen día y quién no. O para ser más precisos, quién comienza el día bien y quiénes lo hacen con un cable cruzado. 



He pensado, por el vídeo que mencionaba y os acabo de poner, intentar que algún día a la semana los alumnos fueran los encargados de dar la bienvenida a sus propios compañeros. Dicho y hecho. No he puesto la palabra "encargados" porque suena a obligación. Simplemente "buenos días" y los días de los meses de septiembre y octubre que tengo que ocuparme de las filas y de cuidar el patio. Se lo expliqué y parece que les atrajo la idea. Todo será cuestión de probar, y si funciona razonablemente bien y ellos quieren...¿Por qué no? Soy de las que creen con firmeza, sin lugar a dudas, en los pequeños detalles, y en sus posibilidades de marcar la diferencia.

Estamos en periodo de adaptación mutua, mis alumnos (los de los tres quintos de Primaria) a mí y yo a ellos. Eso lleva su tiempo, espero que las piezas encajen y que para ambas partes sea una experiencia agradable, o aventura como me gusta más denominarla.

La próxima semana, más y mejor. Ahora vamos a digerir todo, sin pausa, pero sin prisa.

Esta vez la nota musical corre a cargo de Malú y el gran Alejandro Sanz, se titula Llueve alegría y me parece una grata sorpresa.


lunes, 10 de septiembre de 2018

BIENVENIDOS al curso 2018-2019

Querido blog:
Hay ocasiones, esta es una de ellas, en las que no encuentro las palabras que busco. Reconozco que no me sucede muy a menudo pero, de cuando en cuando, pasa. Quizá sean demasiadas "cosas" en muy poco tiempo. No es fácil dar con una oración que resuma todo lo que siento.

La última ha sido una semana francamente intensa. Días de enhorabuenas, de reencuentros, de bienvenidas, de buenos deseos, de miradas que se encuentran, de ilusión (mucha), de presentaciones, de asuntos pendientes, de puesta a punto, de recopilar información y asimilar datos, de humanizar...Mi móvil casi echaba humo (literalmente, poco le ha faltado) ante el aluvión de gente, son muchas personas, que me quieren incluso más de lo que pensaba y puede ser que más de lo que me merezca. Me ha desbordado tanto cariño de tantos, de absolutamente todas partes. A estas alturas no he tenido tiempo para sentarme con calma a escribir, y desearle buen curso, a todos, solamente a algunos. Sí, voy con retraso, lo siento, sé que lo entendéis.

Este curso 2018-2019, que en unas horas estrenamos con alumnos, vuelvo a ser tutora, de manera oficial, seis años después de Robleda. Insisto en lo de "oficial" porque Compensatoria es mucha Compensatoria, y he intentado ofrecer a mis alumnos y a sus padres lo que me demandaban en cada momento. Espero hacerlo bien, es una gran responsabilidad pero recojo el guante que me han lanzado consciente de lo que conlleva. Me encanta la idea. Creo que los que serán mis alumnos a partir de mañana se encontrarán a una Raquel mucho más madura y curtida,  gracias, en parte, a mis cinco cursos anteriores como maestra de Educación Compensatoria y a todos y cada uno de los que, pequeños y grandes, se han cruzado en mi camino o yo en el de ellos en esa etapa maravillosa e inolvidable. 

Por eso todos mis niños, niñas y adolescentes de esto cinco cursos, son tan sumamente importantes. He aprendido una barbaridad de ellos, y sé que seguiré haciéndolo, esa es una de mis suertes. Además, mantengo una enorme ilusión por mi labor, lo de trabajo suena fatal. Y tengo ganas, muchas ganas, de seguir aprendiendo de los demás, de crecer con los errores y avanzar pasando página. Gracias por hacerme sentir que Guijuelo es mi segundo hogar. Es un regalazo tener la oportunidad de volver a un sitio en el que he sido tan feliz. Por supuesto que también me dejé allí la piel, tanto en el instituto como en el cole, pero valió la pena...y mucho.

Y poniendo la clase a punto, preparando materiales a contrarreloj, empezando a elaborar programaciones...se acerca el momento de escuchar el timbre a las 9. Estoy deseando llegar a la fila y poneros cara. Estoy convencida que este año también puede ser un nuevo punto de inflexión en mi etapa docente.

Espero que el curso cumpla con vuestras expectativas, sin importar la edad y dónde estáis trabajando/estudiando. 

Ojalá para todos los que leáis esto, sea un buen año. Os deseo lo mejor. Y termino con una frase de El Principito y un par de fotos del Museo del Cuento de Urueña, en la provincia de Valladolid. Espero que aprendamos a mirar un poquito más con el corazón y menos con los ojos. Soñar es gratis...¡Buen comienzo!





Fotos propiedad de Raquel Plaza Juan

lunes, 3 de septiembre de 2018

Vuelta al cole: pensamientos en voz alta

En unas horas entraré de nuevo al "Fili" de Guijuelo. Es decir, dicho de manera más formal, al CEIP Filiberto Villalobos.

Cinco años después de ese 2013-2014, regreso al Filiberto Villalobos. En aquel momento me estrenaba como profe de Educación Compensatoria y estaba en una plaza compartida con el CEIP Juan del Enzina de Salamanca capital.

Desde que estoy en este mundo docente, es la primera vez que me sucede algo así. Repetir cole sin ser en cursos consecutivos, como sí fue en el CEIP Miróbriga de Ciudad Rodrigo, el IES Vía de la Plata de Guijuelo y el más reciente, el CEIP Beatriz Galindo de Salamanca. Y sinceramente, me apetece mucho.
Es verdad que cuesta retomar la rutina, que el despertador nunca ha sido, es, ni será, uno de mis mejores amigos...Pero llevo la "mochila" repleta de ilusión y unas ganas tremendas de pisar de nuevo esas aulas. Lo que no quita que estos últimos días de vacaciones, me haya acordado una barbaridad de mis niños del Galindo...Sé que seguiré sabiendo de cómo les va, nunca me ha resultado sencillo decir adiós, prefiero una "hasta pronto" y pongo de mi parte para que así sea. Y con las amigas-compañeras igual, porque el cariño hacia unos y otros no se esfuma aunque yo no continúe en el cole.

He hecho una selección de materiales, dibujos...para mi nueva clase. Mañana ya llevaré algunos, aunque supongo que como es lógico la tutoría no me la asignarán hasta el Claustro, que habitualmente en ningún sitio se celebra el primer día. Tampoco quiero llenar la clase sin saber la edad de mis alumnos y conocerlos en persona, pero sí necesito darle mi toque, y que sienta que la clase, nuestra clase, el espacio que vamos a compartir tantas horas, es un lugar acogedor para todos.

Tengo algunas cositas nuevas, pero de momento la mayoría vienen conmigo desde otros centros, y me gusta que sea así. Cada dibujo, cada póster, lo hice por algo, por alguien, por lo que fuera, hubo un motivo y fue relevante.

Entre las novedades están unos globitos, hechos con papeles con distintos estampados y plastificados. Cada uno tiene una palabra, que podría ser una especie de ingrediente para el curso. Las palabras son: generosidad, paciencia, esfuerzo, respeto, cariño, ilusión y empatía. Estos ingredientes son para que los usen los alumnos, pero también yo. Me parece que hay que dar ejemplo y no podemos pretender que los alumnos hagan cosas que nosotros no somos capaces de hacer, no sería justo. 


Imagen propiedad de Raquel Plaza Juan.

No sé si con esta receta todo irá bien, pero creo que la actitud es básica, y voy convencida de vencer im-posibles, luchar contra los "no quiero, no me apetece, no me da la gana" y conseguir que cada uno esté lo más feliz que pueda desde su sitio. El suyo como alumnos y el mío como tutora y además, especialista de Inglés.


Afronto cada curso como una nueva aventura, sin anclarme en el pasado y aprendiendo de los errores. Y este siento que es "el de la ilusión." La ilusión por volver a Guijuelo, por regresar al "Fili", por reencontrarme con muchas caras conocidas, por ser tutora de nuevo oficialmente de un grupo...Una compañera de entonces, Mª José, dice, razón no le falta, que uno nunca se acaba de marchar del Fili. Comparto esa sensación. Siento lo mismo, que de allí nunca me fui del todo, y de Guijuelo, mucho menos. Os deseo a todos un buen curso, sé que no os faltarán los retos. En algunos casos acompañados de mucha distancia respecto de vuestros hogares. En otros, además, de itinerancias. Pero cada uno tiene su propio reto, como preparar las oposiciones, y es el que debe encararlo lo mejor que pueda y sepa. Para lo que necesitéis, si os puedo echar un cable, contad conmigo. 

A pesar de las dificultades, cada cual sabe cuáles son las que tiene o pueda tener, recordad que tenemos la profesión más bonita del mundo. Sí, lo digo alto y claro, vocalizando lo mejor que sé, porque es verdad. Al menos es verdad para mí y esa creencia me ayuda a empezar cada día de "trabajo" con una sonrisa. Eso sí, no quiero engañar a nadie, sabéis de sobra que habrá días, momentos...duros, difíciles de digerir, de asimilar y/o alcanzar a entender. Ojalá cuando esos días se crucen en nuestros caminos sepamos darles la importancia justa y necesaria, veamos todo con cierta perspectiva y sigamos caminando hacia delante. Y si caminamos juntos, mejor que mejor. Lo de caminar juntos no es un mensaje exclusivamente para los docentes, el círculo es más amplio y me encantaría lograr que el camino no lo recorriéramos solos los "profes."  A ti, que estás mirando esta entrada del blog, te tiendo la mano, ¿me acompañas?