viernes, 30 de noviembre de 2018

Pinceladas de emoción (6)

Al fin esta mañana acabé de contarles El monstruo de colores, versión pop-up en mano. Recordé brevemente el punto en el que acabamos la semana anterior, me parece que está bien enlazar unas sesiones con otras. Y como nos pilló el timbre en el miedo, desde ese punto, que dejamos a medias, hemos arrancado en esta ocasión.

Les hablé de los diferentes tipos de miedos, unos más controlables que otros, Y que el mismo miedo no es igual en dos personas distintas. Además mencioné que a veces nosotros, sin ayuda externa, somos capaces de superar algunos de nuestros miedos; otras, sin embargo, recurrimos a ayuda de otras personas, como puede ser un psicólogo. Y alguien mencionó un miedo que tenía antes y que había logrado superar.

De ahí pasamos página, literal, y apareció la calma. Comentamos qué hacemos cuando queremos sentirnos calmados, relajados, desde estar sentado en el sofá viendo una peli y comiendo palomitas, hasta dibujar, cocinar,  un baño en el jacuzzi, contemplar el mar, darle patadas a un balón contra una pared...Y les pedí que pensaran qué pueden hacer para relajarse cuando están alterados, por la razón que sea. A lo mejor lo que a alguien le relaja a otro le pone nervioso, o viceversa. Hablamos de la calma que se siente cuando se ha pasado una situación que nos pone nerviosos, y esa sensación de paz que nos invade al esfumarse la causa de nuestro nerviosismo, les puse de ejemplo los exámenes que habían tenido seguidos. Y un niño pronunció la palabra "vacaciones" y a mí se me dibujó una amplia sonrisa. Es verdad que me encanta lo que hago, que quiero una barbaridad a mis alumnos (bueno, para mí "mis niños" o polluelos como los llamo este año je je), pero volcarse tanto hace que pague un precio alto, y estoy agotada, exhausta. Las vacaciones nos vendrán a todos de maravilla, seguro.

Después de la calma nos encontramos a nuestro monstruo de colores con frascos etiquetados, porque había logrado poner en orden sus emociones. Y no siempre las emociones aparecen así, tan aisladas, es muy común que si, repitiendo el ejemplo de esta mañana, he vivido una situación muy triste, pueda sentir rabia asociada a esa tristeza...No es tan fácil separarlas, pero estoy intentando que aprendan a reconocerlas, a que no se encuentren perdidos sin saber qué es lo que les pasa. Pero no son las tablas de multiplicar, no se trata de decir algo y que lo hagan al pie de la letra. Más bien trato de darles pistas para que se conozcan mejor a ellos mismos, se entiendan mejor y se quieran más...Ya, poco a poco, piano piano.

Y aunque muchos daban por finiquitado el libro, faltaba el monstruo de colores rosa, con corazoncitos que asomaban por todos lados. ¿Hacen falta pistas? No, ¿verdad? AMOR, así, con mayúsculas, aunque creo que esa palabra nunca debería ir en minúsculas.



Adjunto la DEFINICIÓN DE AMOR de la RAE.

En clase no me habría dado tiempo a leerla. Y sin nada más, me lancé a preguntarlas que a quién se puede amar. Ilusa de mí, un niño dijo: a la familia. Pues sí señor, dio en el clavo a la primera. Otros iban directos al amor de pareja. Les explicaba que uno de mis profesores (del BUP de entonces, la ESO de ahora) decía que a los padres se les ama, que quererlos es poco.  Y noté lo pensativos que se quedaron unos cuantos. Me habría gustado hablar más del amor, pero el reloj corría en nuestra contra.

Les adelanté que la próxima pincelada de emoción será el 14 de diciembre, porque el 7 estamos de puente. Y en ella vamos a ver qué tal se nos da trabajar las emociones a través de la música.

De momento, ahora sí, el blog queda pausado durante el fin de semana, para tomarme ese respiro que tanto necesito.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Anuncios que emocionan...EXCEPCIONAL

Madre mía, yo que creía que el anuncio de Ruavieja iba a ser el más emotivo de estas navidades. Este año he descartado el de la lotería de Navidad, aunque me gusta el mensaje final, hay una parte excesivamente larga. Pues en estas andaba cuando una amiga, gracias Pilar (Oria), me manda el anuncio de IKEA...¡Y vaya si emociona! Crítica brutal al uso que hacemos de las redes sociales, al interés por saber la vida de los famosos y no pararnos a escuchar a aquellos con los que compartimos mesa y mantel. Sin ninguna duda, una campaña brillante, a la que daré máxima difusión. No quiero esperar más, es mejor que lo veáis:


Y todo eso me ha recordado a cuando les pregunto a mis alumnos, a los de ahora y a los anteriores, de qué color tienen los ojos su papá o su mamá...y no lo saben, y me da una pena tremenda. Desgraciadamente, es frecuente que no sepan responderme, entonces los invito a mirar a papá o mamá a los ojos en cuanto estén con ellos. 

Me quedo con el mensaje final del anuncio, y deberíamos grabárnoslo a fuego:

CADA DÍA TENEMOS LA OPORTUNIDAD DE CONOCER MEJOR A LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN.
ESTA NAVIDAD DESCONECTA PARA VOLVER A CONECTAR.

Y me pregunto, ¿por qué conformarnos solo con desconectar en Navidad?

Detalles navideños, cumplidos, Somos...y más

Semana de sonrisas, lágrimas, preocupaciones, nerviosismo...y afortunadamente diálogo, mucho diálogo. Siempre he defendido que hablando se entiende la gente, aunque para eso hay que tener ganas de entenderse, y por mi parte no va a quedar.

Es un clásico, a mí noviembre se me hace eterno. Adoro el otoño pero no puedo con noviembre. Unido al cansancio acumulado y al desgaste, más mental que físico, hace que a estas alturas más que caminar empiece a reptar (o casi). Menos mal que la próxima semana en Educación, tenemos puente, y bien hermoso. Y aunque tenga que corregir, también puedo descansar (buena falta me hace) y desconectar un poquito del trabajo. Está mal decirlo pero llego con las energías muy justas a las vacaciones navideñas, porque es el coste elevado que asumo por hacer las cosas "a mi manera", como cantaba Sinatra. Eso sí, sigo echando la vista atrás y la ilusión de este año solo es comparable a la de mis comienzos docentes. Y de corazón me parece que ahora es mayor, y creía que era insuperable, porque recién aprobadas las oposiciones, tenía la sensación de poder colocarme el mundo por montera...Ahora me acompaña un poso, llamémosle X, que me ayuda a encontrar opciones donde antes no habría dado con ninguna salida. Y qué bonito.

En este contexto, hoy me lancé a hacer mi propia silla de los cumplidos, repletita, porque tenía muchas ganas de escribir algo a cada niño/a de mi clase y a mi alumno de prácticas. Lo de repletita es un decir, porque directamente repartí los cumplidos, para que cada uno leyera el suyo. Si les aclaré que no todos tenían la misma extensión, porque no está resultando igual de fácil conocerlos a todos. Y relacionado con esto, creo que he de respetar lo mucho o poco que ellos quieran que los conozco, además cada cual va a su ritmo, y está bien que sea así.

La mayoría no dijeron ni pío, aunque tampoco hizo falta. Unos cuantos vinieron a darme las gracias, dos niñas también me abrazaron. Y a mí con esas cosas, se me quita el cansancio de un plumazo y mi cara se ilumina. Mi intención era poner parte de todo lo bueno que cada uno tiene (que es mucho) y en algunos casos darle un mensaje, desde el cariño, por supuesto. Les he advertido que no quiero cumplidos para mí la próxima semana, porque no es un partido de tenis, y nadie tiene la obligación de "responderme." De hecho lo escrito escrito está, y nadie me ha obligado a ello. Si alguien no recuerda de qué iba la "silla de los cumplidos", aquí lo introduje en el aula por primera vez.  Y en esta otra entrada se lo planteé a mis alumnos de Guijuelo del cole, en la segunda sesión de Pinceladas de emoción. Lo explico detalladamente porque me encantaría que hubiera "sillas de los cumplidos" en todos los centros educativos, sí, institutos incluidos, que los adolescentes son muy vulnerables y hay que saber quererlos y, como pedir es gratis, tratar de entenderlos. Y ¿sabéis qué? Se puede, yo aprendí hace unos años en el Vía de la Plata de Guijuelo, y les estaré eternamente agradecida.

Y en medio de esta crónica semanal, esta mañana inauguramos la OTN 5ºC. Lo que significa "Operación Tarjeta de Navidad de 5ºC." Es una especie de amigo invisible, pero con una felicitación navideña. Esta mañana sorteamos a quién va a hacerle cada uno la tarjeta, y ahora ya deberíamos mantener el misterio hasta que las entreguemos, el 21 de diciembre. No obstante, algunos niños no han podido resistirse y han gritado casi a los 4 vientos quién era su destinatario. Me hice la orejas porque no quiero saberlo, me puede la ilusión. Por si acaso, dejo unos vídeos de internet que explican cómo hacer tarjetas navideñas, sin necesidad de ser un artista dibujando. No me gustaría que ninguno se agobiara por eso, no es el objetivo. Son estos:

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (1).

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (2).

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (3).

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (4).

-Vídeo TARJETAS NAVIDEÑAS (5).

Es verdad que la forma importa, no se trata de hacer una felicitación preciosa, pero sí ver que la otra persona se ha preocupado, se ha esmerado y, lo más importante para mí, el interior (aplicable a tarjetas de Navidad y cómo no, a personas). Conociendo ya un poquito a mis alumnos, sé que unos cuantos se limitarán a felicitar las fiestas sin más (y está bien), pero otros tantos supongo que optarán por escribir algo más extenso y personal, acorde también a su manera de ser. Espero que salga bien, cuando lo he hecho ha salido fenomenal.

Y para acabar, esta vez sí, toque musical, de la mano de Operación Triunfo. Anoche estrenaron en la gala, de manera oficial, la canción grupal interpretada por todos los concursantes de este año. Había visto el emocionado reencuentro de los expulsados y los que quedan en la Academia, con ensayo incluido de Somos. Pero anoche era la puesta de largo. Me gusta muchísimo la letra y la energía que le ponen y claro está, la sensación de grupo. Me encantó, y como canta Micky, "aprendimos que el secreto está en mirarnos." Pues eso, para todos vosotros: SOMOS.



Una pequeña advertencia, las "Pinceladas de emoción" de mañana, no estarán en el blog hasta la próxima semana. Necesito un respiro para afrontar el final de evaluación, y voy a tomármelo este finde, a todos los niveles. Como siempre, gracias por leer y mantener vivo este blog.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

INVITACIÓN

A ti, que estás leyendo esta entrada del blog, quiero hacerte una invitación, sugerencia o llámalo como quieras.

Te invito a decirle algo bonito a las personas que quieres. Te invito a marcar el número de esa persona (o personas) de las que hace mucho que no sabes y realmente te apetece saber cómo se encuentra, aunque no sepas cómo dar el paso de pulsar la tecla de llamada. Te invito a sentarte un ratito en el sofá con tus seres queridos, da igual la edad. Te invito a regalarles mimos a los tuyos, a repartir sonrisas y abrazos apretados. A ser el que da palabras de aliento cuando prácticamente todo el mundo ha tirado la toalla. Te animo a ver un volcán en erupción y quedarse a ver los estragos que ha causado, para echar una mano en la reconstrucción, y es que no todo el mundo sabe cómo unir las piezas rotas tras una catástrofe.

Quiero invitarte a compartir el tiempo con los que amas y a encontrar huecos aunque la agenda esté apretada. También me gustaría invitarte a mirar a los ojos de aquellos por los que te preocupas, a intentar leer entre líneas y descifrar lo que en realidad quieren decirte, aunque no sepan cómo. Te invito a hablar con los que te quitan el sueño cuando tienen un problema, porque le das vueltas hasta que piensas en qué puedes hacer para ayudar a esa persona o aliviar la carga que llevan. Y puestos a pedir, me encantaría invitarte a ser el hombro en el que otros puedan apoyarse, llorar o lo que haga falta.

Además te invito a abrir los ojos de par en par y cuidar los detalles; a no dejarte arrastrar por la multitud; a sentir que lo que haces de verdad vale la pena; a esforzarte en lo que tengas entre manos, da igual a lo que te dediques...Y en último lugar, me aplico las mismas invitaciones que a vosotros os hago, porque de qué sirven los "consejos" si uno mismo no es capaz de seguirlos. Por eso no quiero extenderme más en este escrito, e intentaré poner en práctica lo escrito.

Y quizás, solamente quizás, de eso debería tratar nuestro día a día, de allanar el camino a los que nos rodean, de tender puentes y no dar con las puertas en las narices, de empezar la jornada sonriendo y terminarla de la misma manera. Y por qué no, de demostrarle a los que queremos ni más ni menos que eso, lo que sentimos.

El caso es que yo te invito pero...¿Te apuntas?

sábado, 24 de noviembre de 2018

Pinceladas de emoción (5)

¿Por dónde empezar? Nuestra cita emocional de la semana se pasó, como siempre, en menos que canta un gallo.

Estuvo marcada por una celebración pasada. El día 20 de noviembre es el Día Internacional de los Derechos del Niño. No obstante, ese día fue humanamente imposible tratar el tema, ni siquiera brevemente.

Puse un vídeo de UNICEF, resultado de una intensa búsqueda previa en casa. Vídeo sobre los derechos de los niños hay miles, pero necesitaba dar con alguno que les pudiera llegar.


El vídeo muestra a un niño y su mochila. Este niño vacía la mochila frente a la cámara de vídeo. Cada uno de los objetos que saca pueden ser una metáfora de los derechos de la infancia que han sido vulnerados en su caso. Mis alumnos comentaron los objetos que había colocado el niño sobre la mesa, diciendo a qué pensaban que se podía referir cada uno. Algunos se iban a ideas peregrinas, otros reflexionaron y aplicaron la lógica.

Aunque quizás pueda pareceros muy distante de la realidad de Guijuelo, no lo es tanto. Me sirvió para establecer un paralelismo entre esa mochila, y la segunda mochila que casi desde principio de curso, les expliqué que llevamos todos, adultos y niños, sin excepción. 

En la primera llevamos las cosas puramente materiales. Los niños llevan libros, su clasificador, estuche...Nosotros el monedero, la agenda de trabajo...Y luego está la segunda, invisible en teoría pero, si prestáis atención, todos podréis percibirla. Esta mochila lleva las circunstancias de cada uno, sus vivencias, sus experiencias...Somos como somos por lo que hemos vivido, por las cosas que nos han pasado y/o nos han hecho, por cómo las hemos afrontado, por cómo hemos plantado cara a la adversidad, pero también por nuestra manera de disfrutar y aprovechar los días felices, o los destellos de felicidad que tenemos día a día. 

Y sí, también está nuestra forma de ser, no podemos negar nuestra materia prima, nuestra esencia. Aunque me parece que está condicionada y modificada por nuestra experiencia vital. 

Les dije lo afortunados que son, porque ninguno de ellos está en la situación del niño del vídeo. Ellos tienen todo lo necesario para vivir y no todos los niños y niñas que viven en España pueden decir lo mismo. Relacionado con la botella de agua turbia que saca el niño, hablamos de los distintos usos del agua. El más importante, para beber, pero no hay que olvidar otros usos, como la limpieza de objetos, sitios y, lo más relevante, la higiene personal. 

Puse de ejemplo una situación hipotética, le pregunté a una niña que pensaría si yo voy al cole y durante 15 días no me ducho, que dijera sinceramente qué pensaría de mí. Ella, muy prudente, me dijo: "Pues entonces serías una marranita." Y claro, todos nos reímos. Le di la razón, si hiciera eso sería una "guarrita." Y no es plan, porque la falta de higiene es una falta de respeto hacia los demás y también puede ser hacia uno mismo. Si no te preocupas por mantener una higiene adecuada, no te quieres a ti mismo lo suficiente. 

Hecho el inciso de la higiene, otro objeto que sale es un marco de fotos con la familia del niño. Les dije que absolutamente ninguno estaba en la situación de ese niño del vídeo. Porque es probable que hubiera perdido a toda su familia. Y afortunadamente ninguno de ellos están en esa situación, lo que no quita que cuando hemos perdido a alguien muy importante para nosotros, nos duela, sea reciente o hace un tiempo, pero que recordaran que nadie ellos no están solos y todos, sin excepción, tienen a personas (y muchas) que los quieren (y mucho). Y sé de lo que hablo, solo los conozco desde hace dos meses y medio y los quiero una barbaridad...No tengo remedio, lo sé.

Tras el comentario grupal sobre el contenido de la mochila y recordar la segunda mochila que a nadie le falta, les pedí que se acordaran de la presencia, aunque no sea física, de esta última. Y, puestos a pedir, que intentaran entender por qué a veces sus compañeros reaccionan de una manera concreta. Es decir, que los intentaran comprender, que fueran, esto lo añado ahora, empáticos. Y una cosa que me encanta, en la medida delo posible, tener tacto cuando estamos tratando con alguien. A veces es fácil saber que porta en su segunda mochila, otras no es tan obvio.

Con gran parte del tiempo consumido, volvimos al Monstruo de colores. Retomé el miedo e hice un recordatorio de lo más significativo que se dijo el viernes pasado, para quitarle hierro a los miedos que puedan tener y, por supuesto, en no pensar en cosas que no han pasado y que no tienen por qué ocurrir.

Espero que ya, sin prórrogas, el 30 de noviembre podamos terminar el libro de Anna Llenas y, gracias a él, empezar a trabajar en el universo emocional de cada uno. Eso sí, despacito, piano piano, sin forzar a nadie a hablar si no tiene ganas o a compartir lo que no le apetezca...Es más, muchos ejercicios serán para ellos mismos, que hagan internamente la actividad que sea, ojalá les sirvan.

De momento sigo viendo avances, y disfruto con ellos. Me encanta que no se contengan, y que demuestren lo que sienten. Que lloren cuando tengan ganas, y no va a pasar nada. Que sonrían cuando quieran. Que expresen su cariño. Que muestren sus preocupaciones...Lo que quieran.

Y en medio de esta paz emocional, despedimos la semana, ante el timbre que da el pistoletazo oficial para el fin de semana. Tengo la suerte de despedirla rodeada de cariño, no me faltan abrazos ni miradas que dicen mucho. Para que luego digan, una vez más lo repito, porque es verdad, al menos mi verdad: ¡Tengo la profesión más bonita del mundo!

jueves, 22 de noviembre de 2018

Santa Cecilia y publicidad que emociona

Para los que miran el santoral, hoy es Santa Cecilia, patrona de la música y de los músicos. Como necesito la música en mi vida casi tanto como el aire para respirar, esta fecha no iba a dejarla en el tintero.

Tengo la buena (o mala) costumbre de trabajar en el ordenador con música de fondo. Gracias a este hábito, he tenido la suerte de cruzarme con excelentes canciones que de otra forma, quizá habría tardado más en conocer. La que os lanzo hoy se llama "La chica del espejo." Es de La oreja de Van Gogh y muy reciente por cierto. Por lo que he investigado, está dedicada a las mujeres con cáncer de mamá. No obstante, no creo que la música tenga un único destinatario ni que debamos etiquetarla. 

Si dejo a un lado que la publicaron el 19 de octubre, me parece que puede servir para cualquier mujer valiente, y hay una barbaridad, que está pasando por un momento duro (¿y quién no en alguna etapa de la vida?). Además es un canto a la esperanza. Una llamada de cariño a esas personas que necesitan una mano amiga y que hay que decirles algo, alto y claro: Sea lo que sea, confiad en que saldréis adelante y el viento soplará a favor. Y el "bache" no es necesariamente sinónimo de enfermedad.

Disfrutadla:
Pero he reservado el plato fuerte para el segundo lugar. Digamos que la canción era el entrante y lo que viene ahora, el plato principal. Esta mañana, en el autobús rumbo al cole, me he acabado de espabilar con un anuncio que me ha llegado al alma. Lo he visto tres veces y, si vais a verlo, tened un paquete de pañuelos a mano.

Se trata del anuncio de un licor de hierbas, Ruavieja. Y es incluso más reciente que la canción anterior, porque se publicó hace solo cuatro días. Aunque al principio veáis que es "solo para mayores de 18", se refiere al producto que anuncia, no al contenido en sí del anuncio. No se trata de dar publicidad a una bebida alcohólica, sino de rendir tributo a los publicitarios que han ideado algo tan sumamente maravilloso. Aquí está:

Como habréis podido ver, es pura emoción. Espero que sirva para reflexionar sobre lo que estamos haciendo con nuestro tiempo, nuestras rutinas, las citas que dejamos "para la próxima semana"...El mensaje me parece fantástico. A mí es fácil emocionarme, pero no tanto tocarme las fibras.

Me encantaría que mis alumnos lo vieran, pero prefiero invitarlos a que lo vean, los que les apetezca, en su casa. Creo que les va a encantar, aunque a unos cuantos se les escape una lagrimilla, bienvenida sea.

Y yo no quiero, me niego, a perder el tiempo. O tal vez sea mejor decir, me propongo de hoy en adelante administrar mejor mi tiempo. Porque sí, porque la gente a lo que quiero necesita que pase con ellos más horas. Y a mí también me hace falta disfrutar de más momentos juntos, de los que suman claro, sea un día gris o de colores, pero pasarlos juntos, acompañados.

Por eso me he lanzado al móvil y voy quitando quedadas pendientes para hacerlas realidad. El mensaje es simplemente brutal, como un tsunami, no creo que deje a nadie indiferente.

Más personas, menos pantallas.
Más mirarse a los ojos, menos sonrisas perfectas de telenovela.
Más voces, menos whatsapp.
Más amigos, menos "conocidos" de Facebook.
Más verdad, menos cumplidos vacíos.
Más presencia real, menos postureo.
Más exprimir, menos dejar pasar.
Más tacto, menos violencia (física o verbal).
Más palabras, menos silencios incómodos.
...Más vida compartida.

Así que feliz vida con música y con tiempo bien aprovechado y agradablemente compartido.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Domingo de anuncio con Elton John

Navidad es una época idónea para que los creativos publicitarios se estrujen todavía más la cabeza para dar con anuncios que no se olvidan fácilmente. Si además eligen un cantante mítico, acompañado de una maravillosa canción, el asunto va ganando puntos.

Pues bien, la compañía  John Lewis & Partners nos sorprende con Elton John y una de las que es, sin duda alguna, mis canciones favoritas: Your song (tu canción).

Aunque el fin de gran parte de los anuncios navideños es invitarnos a consumir (lo que sea), no he podido resistirme a compartirlo con vosotros. Y lo del final sí es verdad, "algunos regalos son más que un simple regalo." Pero dándole un matiz, los regalos no tienen porque ser "cosas" que se compren con dinero. 

Me da en la nariz que de aquí a Reyes queda más publicidad para compartir en el blog. Os recuerdo una vez más el potencial educativo de los anuncios, y lo poquito (o nada) que los emplean muchos docentes...



Y para combatir las barreras idiomáticas, os dejo un vídeo con la letra de la canción en inglés y la traducción al español. Como pasa con frecuencia en Youtube, hay algún que otro despiste ortográfico...



¿Analfabetismo emocional?...Reflexiones en voz alta

Una amiga se acuerda de mí y me hace llegar un artículo de Goleman que me resulta familiar. Y es que no se puede pensar en inteligencia emocional sin él. Gracias Ana Belén por la inspiración para esta entrada.

Me parece que ya lo he leído, pero disfruto enormemente al releerlo. Os dejo el enlace para que también vosotros podáis disfrutarlo:

Artículo Daniel Goleman: "Los niños aprenden la inteligencia emocional en la vida real."

Después de leerlo por segunda (o tercera vez), sigo pensando que es difícil estar más de acuerdo con él.

Me parece que el "analfabetimo emocional" es un grave problema hoy en día, agravado por el excesivo uso de las nuevas tecnologías. Estamos perdiendo la costumbre de hablar cara a cara, de mirarnos a los ojos, de agarrar la mano de alguien que sabemos que no atreviesa un buen momento, de felicitar de una manera personalizada y no en cadena...Nos hemos atrevido a cambiar todo lo anterior por pésames vía WhatsApp, me atrevo a confesar que alguna vez lo he hecho, y me arrepiento enormemente...nunca más; felicitaciones fruto de reenvíos en cadena; mensajes enlatados que tienen de todo menos corazón...

Y me parece que nuestro miedo va en aumento. Miedo a mostrarnos tal como somos, o tal como éramos y esta sociedad digital intenta impedirnos ser. Y por eso cada vez grabo más audios y envío menos WhatsApp, porque al menos considero que es un plus escuchar la voz, el tono con el que alguien habla y la calidez que puede transmitir. Sigo dándole trabajo a Correos como mínimo tres veces al año. Casi siempre envuelvo los regalos que hago, pensando en la persona que va a recibirlos. Y escribo, mucho, cada vez más, incluso en lugares como este, porque a pesar de su frialdad aparente, me han ayudando a tender un puente con mucha gente al mismo tiempo. Porque sí, no nos engañemos, las TIC también nos ofrecen posibilidades maravillosas. 

Por lo anterior y por muchos otros motivos, quiero alumnos emocionalmente inteligentes, que posean habilidades emocionales que los ayuden a relacionarse con los demás y a entenderse y quererse mejor a ellos mismos. Y no es fácil. Se me antoja difícil cuando en cuanto tienen algo de tiempo libre, se conectan a la videoconsola (u otros dispositivos). Parece que tienen un miedo a atroz a encontrarse con ellos mismos, a reflexionar...

Y como Goleman creo firmemente que sí, que cuanto mejor sepan manejar (o lidiar) los niños con sus emociones, mejores resultados en su aprendizaje podrán obtener. 

Por eso, como madres, padres y docentes, estaría bien que proporcionásemos a nuestros hijos/as, alumnos/as, herramientas para que puedan llegar a ser personas emocionalmente inteligentes. Depende de todos. Esta en nuestras manos, no lo olvidéis.

Hasta aquí las reflexiones de madrugada, cómo no. Feliz domingo.
http://www.ticbeat.com/cyborgcultura/5-indicadores-para-saber-si-alguien-tiene-inteligencia-emocional/

viernes, 16 de noviembre de 2018

Pinceladas de emoción (4)

Cuarta mini-sesión sobre educación emocional. Sinceramente, sabe a poco, media hora no es nada para tratar algo tan relevante pero...es lo que hay. Intento complementarlo con momentos que den pie a hablar sobre emociones y, afortunadamente, prácticamente de todo se puede extraer la parte emocional.

Ha sido una semana dura, muy cargada de todo. Se nota que estamos empezando la cuenta atrás para las vacaciones navideñas o, lo que es lo mismo, el final de la primera evaluación. Se acumula el cansancio, tenemos una excursión a la vuelta de la esquina (próximo lunes), aflora todo, los nervios, la inseguridad, los miedos. Quizá no lo entendáis, pero noto que estamos todos (y me incluyo) con la sensibilidad a flor de piel.

Por fin esta semana les di la cartulina para coleccionar los cumplidos ajenos. Hice un pequeño paréntesis porque no me gustaba tres cuestiones que estaba observando. 

La primera, lo de los cumplidos no ha de convertirse en un partido de tenis, en el que nos obcecamos por devolver el cumplido a aquel que nos lo ha escrito. La segunda, no gana nadie o más bien, ganamos todos. No consiste en ser el más rápido, no me gustaría que esto se convirtiera en una carrera de velocidad. Es importante no precipitarse a la hora de escribir un cumplido a alguien. Y la tercera, hay que esmerarse y cuando se escribe algo, que sea algo sincero, no poner algo para rellenar. Qué bonito es poner en palabras lo que sentimos. Si a mí no me resulta difícil encontrar cumplidos sinceros para todos los niños y niñas que están en mi aula (llevamos dos meses y una semana escasa "conociéndonos"); me parece que a ellos tampoco debería resultarles tan complicado, porque se conocen desde hace mucho tiempo. Sí, aunque ellos sean niños y yo una adulta, tienen datos de sobra para dar con un cumplido escrito con franqueza para cada compañero.

Debido a todos los motivos anteriores, para darles una pausa, dejar que reflexionen y evitar que cojan carrerilla, ya saben que la próxima semana no van a escribir ningún cumplido, sino que voy a coger el relevo. Sí, tal cual, escribiré algo bonito para cada uno. Tengo la suerte de ser muy observadora (o eso creo) y, ahora y no antes, soy capaz de poder escribir un cumplido para cada uno. Me parece que los conozco lo suficiente, no quiere decir que mucho, como para hacerlo. De hecho cada uno marcamos qué queremos, si mucho o poco y qué parte, que los demás sepan de nosotros mismos. Los niños no son una excepción.

Hecho el inciso de nuestros álbumes de cumplidos, voy a las pinceladas de hoy. Retomé El Monstruo de colores, volviendo a leer la rabia, que es donde nos quedamos a medias. Recordé la importancia de no gestionar nuestra rabia a través de la violencia, porque lo único que conseguiremos es empeorar la situación y no vamos a sentirnos mejor. Les pedí que pensasen qué hacen (o qué pueden hacer) para detener el volcán, cuando está en erupción y no deja de echar lava.  Y además hice hincapié en la necesidad de evitar pagar nuestra rabia con los demás. 

Justo en ese momento pensé interiormente en el significado de lo que les estaba contando, y me calmé. Ya les había dicho que sentía rabia al entrar esa última media hora en la clase, pero ellos no eran los causantes, y no tienen que "pagar el pato."

Hablamos de posibles herramientas o estrategias para relajarse cuando están rabiosos, nerviosos, inquietos...Los que quisieron explicaron brevemente qué hacían y salió varias veces la estrategia de respirar, de concentrarse en nuestra propia respiración, en inhalar y exhalar...Les conté que un curso para profes hicieron ejercicios de relajación y nos pidieron que cerrásemos los ojos. Yo no lo hacía, porque para mí me producía inquietud y mis sentidos estaban más alerta, me ponía más nerviosa en vez de relajarme. Y una cosa a tener muy en cuenta, lo que para una persona funciona tal vez para otra sea una mala opción.

Cuando el día (tiempo atmosférico) lo permita, trabajaremos alguna estrategia para relajarse en momentos de irascibilidad, nerviosismo, inquietud...

Y entre intervenciones de unos y otros, no sé muy bien cómo, hablamos de lo que hacemos cuando los nervios, las preocupaciones, el cansancio...no nos dejan conciliar el sueño. Les dije que por ejemplo, si justo antes de irse a dormir han estado entrenando al deporte que sea, su cabeza se ha activado y, aunque les resulte extraño, por muy cansados que estén, no van a quedarse "fritos" tan fácilmente. Ahí ya expusieron qué hacían para intentar dormir en caso de tener la cabeza llena de preocupaciones, estar nerviosos, sentirse inquietos...Escuchar música, leer...Todas me parecieron buenas porque hay mil respuestas válidas y lo importante es dar con lo que nos funciona a cada cual en una situación concreta.

Pasé página, literalmente, y el libro continúa con el miedo. Cambié el planteamiento de la semana pasada y no pregunté qué haces cuando sientes miedo, sino a qué tienen miedo, qué les hace sentir miedo. Muchos coincidieron en Halloween. Les dije que eso era fácilmente evitable, porque nadie podía obligarlos a salir esa noche concreta, igual que los que dijeron que ver una película de miedo. Me parece una forma innecesaria de exponerse a algo que, en un porcentaje elevado, va a provocar que lo pasemos mal. 

Entre medias tuve que llamarle la atención a unos cuantos, porque lo de la escucha atenta es complicado, supongo que necesitamos seguir insistiendo en ello. Y lo haré, es básico. Me parecía fatal que porque algunos estuvieran hablando, no fuera capaz de escuchar lo que me estaban diciendo los que tenía más próximos.

Tras una lluvia de ideas de miedos cortados por el mismo patrón, aparecieron lo que para mí son MIEDOS, así, en mayúsculas. Una niña dijo que su miedo era que a su familia le pasara algo. Vi las miradas de muchos y el respingo en el asiento que dieron otros y sí, creo que dio en el clavo. A la familia añadí los amigos, porque la familia es importantísima y los amigos son la familia que nosotros elegimos. Les dije que era algo normal a su edad, en particular el miedo a la muerte entre los 8 y 10 años. Ahora mismo no localizo la fuente en la que leí eso. Buscando encuentro varios ejemplos que amplían el miedo a la muerte como algo característico de los niños y niñas hasta los 12 años. Incluyo tres ejemplos:



Conté una experiencia personal de alguien de mi familia. Ha pasado por varios problemas serios de salud, en clase sí especifiqué más, entre otros una operación. Ante esa situación hay varias opciones, no contemplaba que esa persona fuera a fallecer a causa de la operación. Debemos intentar afrontar lo que viene, que va a venir igual, de la forma más optimista posible. Sí, eso no nos asegura que el resultado sea bueno, pero no hay que sufrir antes de tiempo. Y también les dije que, lamentablemente, aunque pensemos en positivo, a veces las cosas no salen bien, y no hemos podido evitarlo, y hay que aceptarlo lo mejor que podamos. Eso sí, no hay que obsesionarse que algo malo les va a pasar a los que queremos. Si tiene que suceder, sucederá igual.

Por ejemplo una niña habló de miedo a los tiburones y a las pirañas. En tono de humor le contesté que si se van cerca de Guijuelo al río, "seguro" que se encuentran con pirañas y tiburones. Ni mucho menos me estaba riendo de lo que decía, pretendía que entendiera que eso no era lógico.

Les puse una situación hipotética, si en Guijuelo hubiera graves inundaciones y a su casa no les pasa nada. Sería natural que a partir de ese momento pensaran que su casa puede inundarse, porque cerca de ellos ha pasado algo que provoca que lo vean como mucho más probable. Pero ni bajo esas circunstancias hay que pensar que nuestra casa va a "inundarse."

Me encanta que hablen, que se expresen, que compartan una ínfima parte al menos de lo que les quita el sueño, lo que les preocupa...de lo que sienten. Soy una privilegiada. Y en esas estábamos cuando miré el reloj y comprobé que era el momento de dejarlo ahí. Qué pena. De nuevo, me supo a poco. No sé si el próximo viernes terminaremos con El monstruo de colores, porque está dando pie a que todos quieran intervenir en algún momento. Y eso, eso que se respira en clase, me hace muy feliz.

En cuanto a los miedos, me he acordado de una canción de Jarabe de palo, que en su despedida de Salamanca me dedicaron en un karaoke dos amigos, Rubén e Iván. Y han pasado ya 12 años. Es un mensaje a todos los que me importan, que son muchos...¡GRITA!

domingo, 11 de noviembre de 2018

Pinceladas de emoción (3)

Viernes por la mañana, última media hora , escasa, mientras salgo de la clase en la que estoy, acaba la compañera que estaba en mi aula y cambiamos de chip.

Después de una semana de lluvia un día sí y otra también, muchos alumnos esperaban ansiosos las cartulinas para ir "coleccionando" los cumplidos que a lo largo del curso les vayan poniendo sus compañeros y yo. Bueno, en realidad ahora somos uno más, hasta las vacaciones navideñas. Llegó el lunes un compañero de prácticas, futuro maestro (en breve), que nos acompañará en todas mis clases. A mí me hace ilusión, porque creo que es una experiencia con la que ganamos todos (los niños y niñas, el alumno de prácticas y yo). Creo que todos podemos aprender mucho, los unos de los otros.

El caso es que, se lo había anunciado previamente, no me arriesgué a llevar las cartulinas (tienen tamaño DIN A-3) ante semejantes condiciones meteorológicas. Como veo que hay ganas de seguir poniendo cumplidos, y ellos saben que antes hay que quitar los que tenemos ahora, el lunes llevo las cartulinas aunque se esté cayendo el cielo a pedazos. Me encanta que le vayan cogiendo el gusto a las "caricias emocionales" en forma de palabras, tampoco cuestan tanto.

Estuve unos minutos leyendo en voz alta gran parte de esos cumplidos, sin decir quién era el autor o a quién iba dirigido. No obstante, la "silla de los cumplidos" está a la vista de todos, y cada cual sabe qué ha escrito o qué le han escrito. Aunque les advertí que al principio prefería que a mí no me escribieran nada y se centraran en ellos (lo que no quita que yo vaya a escribir), una niña me escribió uno, pero me dio vergüenza leerlo...

Y a continuación abrí la versión pop-up de El monstruo de colores, de Anna Llenas. Este vídeo lo he encontrado en Youtube, por si queréis ver cómo es por dentro la versión pop-up:


A mí me lo regalaron hace dos cumpleaños y fue un regalazo, es una delicia de libro, para todas las edades.

Os dejo también un videocuento, de la edición, normal, sin pop-up.


Los que me conocéis sabéis que mi favorito de Llenas es Vacío, pero ya se lo conté hace más de un mes para una actividad de Plástica. Reconozco que me da rabia que la gente, si escucha Anna Llenas, conozca solo El monstruo de colores. De hecho conocí antes sus ilustraciones que sus libros, me conquistó una mochila suya, suya por los dibujos. Pero tenemos Laberinto del alma, Te quiero casi siempre, Topito Terremoto... 

Sin embargo, pese a todo lo expuesto antes, El monstruo de colores me parece buenísimo para introducir el tema de la educación emocional e ir poco a poco. Tenía en mente una actividad para hacer después, pero prefiero ir piano piano...Cuando comencé a contarlo vi que la historia pedía a gritos que ellos participaran, y les pregunté qué hacían cuando, por ejemplo, sentían alegría, tristeza, rabia...Llegamos hasta la rabia, ahí tuvimos que dejarlo, porque media hora aproximada no es gran cosa. Al principio parecía que les costaba más hablar, por supuesto quien quisiera, que el tema es delicado y ni se me ocurriría obligar a un niño o niña (bueno, alumnos, da igual cuántos años tengan) a participar si no tiene ganas.

Y en la rabia nos vimos obligados a hacer el paréntesis. Saqué bastantes "conclusiones" de todo lo escuchado y compartí las que me parecían más prudentes:

  1. Para poder decir qué haces cuando te sientes de una determinada manera (triste, alegre, rabioso...), previamente necesitas reconocer esa emoción.
  2. Hay muchas emociones que se confunden, y no son iguales. No es lo mismo estar triste que enfadado.
  3. Al hilo de la anterior, las emociones, aunque el libro las separe en distintos tarros, muchas veces se presentan de forma combinada. ¿Quién no ha sentido alguna vez una mezcla de tristeza y rabia? ¿O de alegría y calma?
  4. La rabia no se soluciona ni se apacigua con violencia, eso empeora la situación y es una pésima opción para gestionarla. 
  5. La mayoría tienden a aislarse cuando se sienten tristes, recurriendo a algún sitio que usan como "refugio." Les dije que con los años, en mi caso, intento buscar la compañía, el compartir mi tristeza con otras personas, me ayuda a atenuarla.
  6. Hay que continuar trabajando la escucha atenta. Escucho con atención por respeto hacia los demás. Igual que a cada uno nos gusta que nos escuchen, presten atención y no nos interrumpan cuando hablamos.
Y esta última la he comentado en bastantes entradas, pero la repito. Si nosotros queremos que nuestros alumnos compartan sus pensamientos, opiniones, preocupaciones, sentimientos...tenemos que estar (sí, los docentes), dispuestos a ser generosos y compartir las nuestras también, por muy descabellado que a algunos os pueda resultar. De hecho creo que es la base de la confianza con ellos, y con los alumnos de otros años, especialmente con los del instituto. No se puede estar todo el rato demandando, pidiendo...Me parece que debemos estar preparados para dar, para quitarnos parte de esas capas que a veces nos envuelven y mostrarnos más humanos, sin dejar de tener presente cuál es nuestro sitio, somos sus maestros. En este caso en particular, además, soy su tutora en el cole, que es mucho...Y encantada de serlo.

Aunque la clase terminó un poco después, la entrada prefiero cerrarla con una canción. Manuel Carrasco ha vuelto, y es un regalo. Un canto a muchas emociones. Todavía hay gente que compone cuyas letras emocionan, y mucho. Qué mejor despedida que Me dijeron de pequeño. Qué grande eres Manuel:








lunes, 5 de noviembre de 2018

Segundo cumpleaños FELIZ...Y que cumpla muchos más

Querido blog:
Hoy cumples dos añitos, aunque para mí han sido añazos. Costó que dieras tus primeros pasos, pero ahora eres capaz de caminar sin agarrarte a la lámpara ni a nada que se tope en tu camino. Has "besado" el suelo unas cuantas veces, pero siempre has encontrado la manera de levantarte. Y mira que no te lo han puesto fácil.

Gracias por ser refugio y altavoz de pensamientos, vivencias (docentes y personales) y emociones de todo tipo. Gracias por ser punto de encuentro de docentes, alumnado de muchas edades, papás, mamás, compañeros, amigos, familia, conocidos y cualquiera que haya sentido curiosidad por saber de qué iba esto de "La emoción de aprender."


La verdad es que no quiero repetirme, por eso lo del primer aniversario lo comenté hace justo un año y ahí continúa, en su entrada del blog correspondiente.

Entre las múltiples alegrías de este año, he tenido la suerte de disfrutar estas:

c       Ganar nuevamente el Premio al mejor blog en el     el   Certamen #CompartoBlog en la categoría de
        Primaria. Es más un premio simbólico que
.       otra cosa, pero recogerlo junto a mis alumnos del 
       Galindo fue un momento tan especial e inolvidable, 
         que solamente de recordarlo se me pone la carne de gallina. Obviamente únicamente fui con los  
          niños y niñas de 5º de Primaria de Emociónate,
       pero para mí representaban a TODOS
        mis alumnos de Compensatoria del cole. Además a 
      tres compañeras maravillosas que me dieron todo su
      aliento cuando más falta me hacía: Charo, Feli y 
      Lourdes. Al igual que a mis "niños" del cole, 
      nunca  podré devolveros todo lo que sumasteis a mi 
      vida cuando más necesitaba una mano amiga.

      En segundo lugar, la principal novedad del blog, 
    , los resúmenes semanales del Taller EMOCIÓNATE,
      una de mis mejores experiencias docentes (al menos
      hasta ahora). 

      Y puestos a destacar alegrías, cómo no, los mensajes
      de vuelta. Sin los que estáis al otro lado del blog, esto
      no tendría mucho sentido. Gracias por las lecturas
      anónimas y los comentarios, fueran anónimos 
      también o con nombre y apellidos. Ayudáis a que el
      blog siga muy vivo y hacéis que encuentre un 
      "cachito" de mi tiempo para sentarme con calma a 
       escribir en él.

       Precisamente por esto, este segundo cumple-blog 
       tiene un detalle reservado para vosotros. Sí, para 
       vosotros, queridos lectores. El año pasado me 
       decanté por un marcapáginas para los doce primeros
       que comentaran esa entrada. Esta vez, después de 
       algún que otro quebradero de cabeza, me he
       decantado por unas tarjetas. Son las primeras de mi
       OTN, edición 2018. Es decir, Operación Tarjetas de 
       Navidad. Igual que fueron 12 los marcapáginas, 12 
       son también las tarjetas. 
      
       Están hechas con cartulinas tamaño DIN A-4, 
       dobladas, así que a la vista son una cuartilla. No 
       están dibujadas por una razón muy sencilla y que
       comprenderéis: tiempo. O lo apropiado es decir 
       ausencia de tiempo. No obstante, he intentado
       hacerlas con idéntico mimo que si las hubiera 
       dibujado. Tienen washi-tapes para decorar, agujeros
       de troqueladoras para todos los gustos, papeles
       navideños y algún que otro detallito con rotuladores
       metalizados. Mejor será que las veáis:



Imágenes propiedad de Raquel Plaza Juan (La emoción de aprender)
       ¿Cuál es mi idea? Las doce primeras personas que
       hagan un comentario en esta entrada, no en 
       Facebook ni en ningún otro medio, recibirán una de 
       esas tarjetas. Por eso, tened en cuenta lo siguiente:
  •   - Necesito que el comentario no sea anónimo, sino   que pongáis vuestro nombre y al menos un  apellido.
-     - Si sabéis que no tengo vuestra dirección personal,
        email o móvil, pero me conocéis por leer el blog, 
        incluid vuestro correo electrónico en el comentario
        o mandadme vuestro email a esta dirección:
        raquel.plaza.juan@gmail.com. 

    - Los envíos se realizarán por Correos y únicamente
       dentro de España. Mi blog no produce ningún tipo de
       de beneficio económico, pero sí me da muchas 
       satisfacciones personales.

        - Por supuesto, publicaré todos y cada uno de los 
        comentarios que reciba, aunque solo hay tarjeta para
       los doce primeros, siempre que hayan tenido presente
       la información de los puntos anteriores.

       Cada uno de los destinatarios decide qué va a hacer
       con ella. Puede mandársela a alguien, dársela en 
       persona o conservarla, eso ya lo dejo en vuestras
       manos. No olvidéis que el blog va de emociones, de
       educación e inteligencia emocional, de aprender y de
       compartir (entre otros muchos posibles objetivos).
       Y para mí, una de las mejores formas para expresar
       lo que siento, es a través de las palabras. Me encanta
       escribirlas, porque habladas sí se las puede llevar
       el viento. Pero lo escrito, escrito queda. Lo de la
       Navidad es, un año más, una maravillosa excusa para
       transformar en palabras el cariño, la gratitud, 
       la empatía, la amistad, la  complicidad, la alegría, la
       ilusión, el amor...

E      Gracias anticipadas a los que se animen a comentar. 
        También a los que han comentado algo alguna vez,
        en público o privado, por colaborar a que este blog
        siga vivo.

        Y a los que habéis aterrizado recientemente por aquí,
        en especial a los que sois parte de esta nueva etapa
        guijuelense, mi más calurosa bienvenida. Este año
        ya no hay Emociónate, pero estoy convencida que 
        también os gustarán las Pinceladas de emoción
        porque tengo la suerte de estar rodeada de niños y
        niñas muy especiales. Por no hablar de los "compis",
        otro regalazo, los del "Fili" y mi gente del "Vía de la
        Plata." A estos últimos, hay abrazos pendientes, y no 
        deberíamos demorarlos más.

        Y mi mayor agradecimiento a los lectores habituales
        del blog, esa pequeña familia que está en periodo de
        expansión y sigue aquí, tras dos intensos años.

        No sé vosotros, yo mantengo intacta "la emoción de
        aprender." Es más, aunque suene osada, me atrevo
        a afirmar que ahora es mayor que cuando empecé
        a trabajar. Estoy acordándome de mi ilusión en el
        Miróbriga, pero con todo el bagaje de mis distintos
        destinos y el poso especial, gracias a Compensatoria.

        Quiero pensar que el próximo año, en esta misma
        fecha, estaré aquí, celebrando el tercer aniversario de
"       "La emoción de aprender." ¿Me acompañáis en este 
        viaje?

         Como broche final, nada mejor que un poco de
         MAGIA:

                PD: Tal vez sea  cosa de "duendes", como veis se ha descuadrado la entrada y no he logrado arreglarla del todo. Espero que la apariencia (horrorosa), no estropee el contenido.