domingo, 12 de febrero de 2023

Los Goya del amor

Llevo ya algunos años aprovechando los discursos de agradecimiento de los Goya para escribir en el blog. Eurovisión y los Goya suelen ser dos citas televisivas ineludibles para mí. Procuro no quedar con nadie ninguna de estas noches. Anoche lo tuve fácil porque fui de excursión y regresamos tarde, ya era de noche. De hecho me costó no quedarme frita, por el cansancio acumulado. Esta vez no voy a poner el vídeo de ninguno de los premiados. Por aquí, en entradas de años anteriores, están por ejemplo Blanca Portillo, Jesús Vidal o un jovencísimo Miguel Herrán.

Ayer me di cuenta que todos los discursos tenían dos ingredientes comunes: la gratitud y el amor. Hace no mucho leí en algún lugar una frase que dice así: "La gratitud es la memoria del corazón." Y así es. Se habló mucho de amor, amor a la profesión, a la familia en general, a los hijos y/o a la pareja en particular, a los amigos, a los compañeros de trabajo, a las mascotas, a la cultura. al cine...Puede que algunas galas de los Goya sean un tostonazo, pero habitualmente siempre tienen "algo" que me mantiene bastante espabilada.

Así que esta entrada va de retazos, de destellos de amor que anoche pude disfrutar. Es la entrada que tiene el 14 de febrero en mente, aunque me adelante un poco. No es nuevo mi cagaprisismo, así que a nadie le extrañará que me adelante. Obviamente recibir un Goya debe ser algo emocionante, y disfruto mucho viendo la emoción que otros transmiten. No me olvido de mis estudios de Comunicación Audiovisual, y me encanta "escudriñar" cada detalle de la gala.

Me gustaría empezar por el principio de la gala. Tras una actuación musical de la mano de Manuel Carrasco, con la colaboración de un puñado de actores y actrices, y una breve intervención de Clara Lago y Antonio de la Torre, Carmen Maura hizo entrega del Goya de honor a Carlos Saura. Como el director había fallecido la víspera de la entrega de los Goya, pensaba que tal vez nadie cercano iría a recogerlo. Pero no, dos de sus hijos, Carlos y Ana, y su pareja, Eulalia Ramón, fueron a recogerlo. Quiero destacar la intervención del primogénito de Carlos Saura, Carlos. Habló de la importancia de las cuatro mujeres en la vida del cineasta: sus cuatro esposas (añadió a su hija Ana, la única hija del fallecido). Reivindicó la importancia de esas mujeres en la vida de su padre, y que lo convirtieron en la maravillosa persona que fue. Me pareció un acto de amor tremendo, también de gratitud y generosidad, destacando a cada una de ellas de una manera diferente. Supo valorar la importancia de cada mujer en la vida de su padre. Simplemente, brillante. No todo el mundo sería capaz de hacer lo que él hizo, y transmitir esa sinceridad. Cada cual es de una manera, pero a mí me parece que nuestra manera de ser, de actuar, de todo, tiene que ver con las personas con las que elegimos compartir nuestra vida.  Ya sean los amigos, la pareja...Y quiero pensar que esas personas que elegimos y, también ellas nos han elegido a nosotros por supuesto, sacan la mejor versión de cada uno y son capaces de iluminar nuestros días más oscuros. Es el único vídeo de la gala que voy a incluir. Sin el premiado, pero con la emotiva presencia de tres de los pilares de su vida.

La gala de los Goya duró alrededor de tres horas y veinte minutos. Estad tranquilos que esto no es un resumen de toda la gala. He procurado exprimirla y quedarme con lo mejor. De todas las películas nominadas solo he visto una, "Cinco lobitos". Y justo voy a resaltar a una actriz de esa película: Laia Costa. Ganó el Goya a Mejor Actriz Protagonista. Entre lo que dijo, destaco lo que comentó sobre los últimos meses. Lo hermoso de habérseles acercado mucha gente a decirles que, después de haber visto "Cinco Lobitos," sentían la necesidad de llamar a sus familiares (padres, hijos...). Y Laia deseaba que ojalá, mucha gente más la viera y esas llamadas se hicieran. Y pensé en todas las cosas que a veces nos guardamos. En los números que no marcamos y en mil cuestiones. He buscado respuestas, no he encontrado todas. Pero no me apetece nada dejarme algo sin decir, una llamada sin hacer o un café pendiente.

La verdad es que empecé la gala llorando, y la acabé poco más o menos igual. Me pareció muy emotiva, y esa carga emocional tan alta traspasó la pantalla. Eso y que hay momentos en los que estamos más sensibles que otros. Y llevo un tiempo con las emociones a flor de piel, y lo que me rodea me afecta una barbaridad. Respiro profundamente,  paseo, lloro, río, me desahogo y procuro desconectar el coco al apagar la luz. 

Pero vuelvo al amor y la gratitud mencionados al principio, porque me gustaría que fueran el hilo conductor de esta entrada. Ojalá el 14 de febrero sepáis adaptarlo a vuestra situación personal. Estoy convencida que, de un tipo u otro, pero en vuestras vidas el amor está presente. Agradeced ese amor y todas y cada una de las fuentes de las que proceda.

Creo que es imposible vivir sin amor, y la gratitud ha de ir muy ligada a él.

Gracias por amarme. Gracias por hacerme sentir especial. Por hacer que me vea guapa todos los días, con lo difícil que me resulta a veces. Gracias por los besos, los abrazos. Por esos silencios que valen oro, por las risas compartidas. Por las miradas cómplices sin mediar palabra. Por poder escuchar el latido de otro corazón.  Por cada palabra, aunque no todas me guste oírlas, pero entiendo que a veces también digo cosas y puedo no "acertar", todos metemos la pata. Este año Miley Cyrus estrenó una canción fabulosa. Fabulosa por forma y por contenido. Un buen ejemplo de cómo hablar de despecho de una manera elegante, no como Shakira. Como dice la letra de "Flowers" traducida, "puedo comprarme flores a mí misma " (y lo que haga falta o me apetezca en un momento concreto), pero también me haría mucha ilusión que me las regalaran. O cuando afirma "puedo amarme mejor (de lo que tú lo haces)". Considero que son amores distintos. El amor a un mismo es autoestima. Y necesitamos tener una autoestima adecuada. Pero el amor que sentimos hacia otra persona, es amor. Y el que esa persona siente también es amor. No es ni mejor ni peor que el que tenemos hacia uno mismo, son otros amores. Cuando dice "puedo ver cosas que no entiendes". Puede pasar, pero también una pareja nos puede hacer ver cosas que no vemos o ayudarnos a entender las cosas de una forma diferente. Eso no tiene por qué ser malo, puede ser enriquecedor porque nadie, repito nadie, tiene que estar en posesión de la verdad.

Soy de las que insiste mucho en la necesidad de decir, de expresar lo que sentimos, de decirlo con palabras. No obstante, muchas veces los gestos valen más. Pero las palabras pueden hacer falta, y ser necesarias según en qué circunstancias. Y por eso escribo esta entrada, porque tenía ganas de dejarlo por escrito, y dejar constancia de lo afortunada que me siento. Viva el amor que crece en libertad. Viva el amor que se mantiene pese a rachas duras. Viva el amor que permanece pese a la distancia. Viva el amor generoso, valiente, el que es capaz de afrontar adversidades juntos y derribar barreras. Viva el amor que nos hace crecer juntos, estando en construcción o en reconstrucción. Viva el amor que permite a cada cual crecer y hacer realidad sus sueños. Viva el amor que  comparte la rutina, la ilusión, la esperanza, a preocupación, la duda, la confianza, la lealtad, la verdad, la tristeza, la melancolía, la alegría, el placer, la valentía, el miedo, la ausencia, la presencia, la tormenta, la calma...Y viva el amor, sin más. 

Y aunque soy de las partidarias de San Valentín, al igual que con el cumpleaños o los Reyes Magos, no son más que "excusas" para acordarme, incluso un poco más, de los que quiero. Y eso hay que celebrarlo todo lo que sea posible. Gracias.

La guinda musical no se la dejo a Miley Cyrus. Manuel Carrasco, versionando los "Cantares" de Serrat, se ha ganado este lugar. No lo olvidéis, se hace camino al andar. Pero hay que dar el primer paso. El amor se construye cada día, con cada detalle, palabra, mirada, mensaje...Celebrad el 14 de febrero, pero no solo ese día, haced que todos los días sean un poquito "San Valentín."