martes, 30 de mayo de 2023

Flores...muchas flores

Despedí abril rodeada de naturaleza, y con flores muy distintas que bien podían haber formado un arcoíris. Para mí dar un paseo en buena compañía es ya un regalo, hacerlo con esa compañía y la cámara de fotos colgada del cuello es un plus. Qué bonito es "perderse" a veces. Ahora cuando pronuncie alguna de estas palabras: desconexión, relax, paz interior, armonía, felicidad, descanso, o tranquilidad, mi cabeza viajará a un lugar concreto, tendrá nombre e irá acompañado de muchas imágenes digitales y también mi memoria. Hago fotos porque me encanta. Y no son pocas, lo reconozco. No hay mejor "souvenir" de un sitio especial que una buena foto. No lo digo por la calidad, sino por lo especial que hayamos logrado capturar en esa imagen. No sabría muy bien explicar los motivos para hacer tantas fotos. Pongo "tantas" porque los que me rodean suelen hacer muchas menos. Estoy segura que otros que no tengo tan cerca hacen todavía más y, si las disfrutan, bien por ellos.

No recuerdo, por mucho que me estruje la sesera, haber pasado dos días sin encender la televisión. Ni mucho menos bañarme en una piscina, al aire libre, siendo todavía abril. Y emocionarme tanto intentando fotografiar una lagartija o un abejaruco. O confundir un ser vivo (en concreto un ternero) con una piedra. Bueno, esto me ha pasado en otras ocasiones je, je, cosas que (me) pasan.

Y así, inmersa en un mundo de paz, en el que no hay prisa para nada, de repente ves desde una ventana "algo" que brilla a rabiar. Descubres al rato que eso que veías es Venus. Y lo bonito que es el doble cúmulo de Perseo, o contemplar una estrella binaria...Y si no sabéis que es, "una estrella binaria es un sistema estelar compuesto de dos estrellas que orbitan mutuamente alrededor de un centro de masas común. Estudios recientes sugieren que un elevado porcentaje de las estrellas son parte de sistemas de al menos dos astros." El concepto me parece muy hermoso, y cómo lo ve el ojo humano con ayuda del telescopio, una auténtica pasada. Me quedé embobada viendo que la luna en según qué sitios, es mucha luna, e "ilumina" que da gusto.

Desde luego que lo más importante no es dónde, sino con quién. Pero observando lo que está muy por encima de nuestras cabezas, vuelvo a darme cuenta de lo insignificantes que somos. De lo mágico que me resulta el firmamento. Y que la importancia, como siempre, la deben tener las cosas que de verdad sí son importantes, las que nos mueven. Aquellas que hacen que nos sintamos más vivos. Lo relevante son las personas que nos quitan el sueño, para bien, y las que nos hacen poder conciliarlo mejor. Y a esas hay que cuidarlas con mucho mimo, porque aunque el universo me parezca algo infinito, y haga que me plantee muchas preguntas, sigo creyendo que la existencia de los seres humanos en este mundo tiene un principio y un fin. Como los yogures, tenemos "fecha de caducidad", o de "consumo preferente" como dicen ahora.

Y hasta aquí había escrito a día 4 de mayo. Por "rematar" la entrada, añadiré algunas líneas más. Justo hoy, por una poesía que sale en libro de Lengua de 1º de la ESO, hemos hablado de la muerte y...bastante. El poema hablaba de la muerte. Comentábamos que nadie nos aseguraba que hoy alguno de nosotros no fuera a morir. En lo que estábamos bastante de acuerdo es en creer que a todos nos llegará, antes o después, la muerte, y ojalá tarde muchos años.

Les hablaba de un símil de la vida con un libro. Lo vi hace poco en Instagram. Invitaba a ver la vida como un libro, en el que una vez que hemos leído una página, no podemos volver atrás. Me parece un símil muy acertado. Disfrutar de cada una de las palabras que va dando forma a cada oración, párrafo, página, capítulo...

Y como ya decía al principio, tuve la suerte de despedir abril en medio de la naturaleza, rodeada de paz, flores, estrellas, la luna, y muy buena compañía. Os dejo algunos  ejemplos de aquellos días. Parece mentira que haya pasado un mes.

Imágenes propiedad de Raquel Plaza Juan.

2 recomendaciones televisivas: NETFLIX

No llevo demasiado tiempo siendo usuaria de Neteflix, pero he de reconocer la comodidad que supone. Además, la amplia variedad de series que ofrece, y la calidad de muchas de ellas.
Podría dejaros alguna más pero, no quiero aburrir.

Las recomendaciones son muy recientes. La primera es una miniserie, ocho capítulos si la memoria no me falla. Se llama "Si lo hubiera sabido" y la protagonista es Megan Montaner. No quiero destriparla entera, pero tampoco no decir nada, porque por algo la recomiendo. Me parece un interesante "regreso al pasado." Y puede hacer que os plantéeis muchas cosas. El punto de partida es el décimo aniversario de boda de la protagonista, madre de mellizos, y lo poco satisfecha que parece con su matrimonio.

A mí me ha parecido entretenida, interesante, y da que pensar. No me gustan las películas, libros o series que ni fú ni fá, prefiero las que provoquen alguna reacción, las que no me dejen indiferentes. Y con mi característica memoria pez para recordar pelis, libros y series, he decidido escribir estas líneas cuanto antes.

La segunda es una serie de tres temporadas, 18 capítulos en total. Los capítulos son breves, alrededor de veinte minutos. Es una serie británica protagonizada por Ricky Gervais. Se llama "After life" (la han traducido como "Vida después de la muerte"). No la he terminado porque no me apetece que se acabe. Así que no sé si será una final cerrado o algo abierto, por si decidieran hacer alguna temporada más.
"After life" habla de la vida de un hombre que acaba de enviudar. Nos muestra cómo gestiona el durísimo momento personal por el que está atravesando. Tiene la fiel compañía de su perra, compañeros del periódico local en el que trabaja, familia, amigos, y personas que van apareciendo en su camino. Creo que es una fantástica combinación de tragedia y comedia, con detalles buenísimos que prefiero que descubráis vosotros mismos, y un maravilloso guion. 

A veces me provoca una sonrisa, otras me deja sin aliento, y otras tantas me hace llorar lo que no está escrito. Y pese a eso, o tal vez por toda esa mezcla fabulosa, os la recomiendo. Cuando veo alguna película, serie...y me emociono, mi hermano con frecuencia afirma: "Ya estás empatizando." Y sí, quizás sea eso, pero con esta me está pasando especialmente. Me parece brillante el abanico de personajes que salen, y es imposible no sentirse identificado con alguno: el protagonista, el cartero, la señora del banco, la enfermera, la publicista del periódico local...De lo mejorcito que he encontrado en la tele en el último año. Eso sí, tiene una carga emocional muy potente. Si por la razón que sea estáis alicaídos, dejadla para otro momento, avisados quedáis. Pero merece muchísimo la pena verla.

Y de momento, nada más. Ánimo con el miércoles. Un día menos para el verano...
¡Ah! La música esta vez viene de la mano de Pablo Alborán.