sábado, 29 de febrero de 2020

Emo-ideas (9): LA FLOR DE LOS AFECTOS

Quizá fui muy optimista pensando que cada semana iba a poder escribir una nueva idea en el blog que tuviera que ver con la educación emocional. No me resulta fácil sacar tiempo para contarlas con calma, y a eso le añado que a veces me falta inspiración. Lamento que no estén apareciendo con la frecuencia que habría querido, pero ya vendrán tiempos mejores. No recuerdo si ya lo he puesto aquí en algún momento de este curso pero...¡Qué ganas de ser tutora de nuevo! Creo que de todas las funciones que he tenido desde que empecé a trabajar oficialmente de maestra, solo una se aproxima bastante a lo mucho que me gusta ser tutora, y es estar como docente de Educación Compensatoria (qué recuerdos...). 

La idea de hoy está basada en una propuesta que les hice ayer a mis alumnos de ARTS de 1º de Educación Primaria. La he llamado "La flor de los afectos." Consiste en dibujar una flor, cada niño la suya, con su nombre en mayúsculas en el centro. Alrededor han de ponerle a la flor tantos pétalos como personas quieran dibujar (para el Primer Internivel) o nombres deseen escribir (Segundo Internivel). Cada pétalo ha de corresponderse con una persona que sea muy importante en su vida, por algo positivo que aporte a la misma.

Dejaremos tiempo suficiente para que puedan hacer la flor. En un momento posterior, se hará una puesta en común. Los niños/as que quieran, podrán enseñar su flor a los demás o comentar brevemente a qué personas pusieron en ella. Si nadie desea concretar, sí se puede hacer una reflexión con ellos sobre en qué se han basado para elegir unas personas u otras, sin necesidad de especificar a quién pusieron. Y hablaremos también de la importancia de cuidar a esos "pétalos", si no queremos perderlos. Me parece muy importante que, ya desde pequeños, vayan dándose cuenta de la relevancia que tienen los afectos en nuestras vidas, y cómo podemos cuidar a esas personas que tanto nos aportan.

Si alguien quiere completar más la actividad, creo que podríamos dibujar una regadera, y que cada niño ponga un par de gotas. La idea es que en cada una escriba una oración, que plasme lo que pueden hacer, a nivel personal, para hacer sentir bien a esas personas, que sientan lo mucho que nos importan, las queremos...

Como pienso que es algo muy personal, aunque sí la haría en clase con niños de los que fuera tutora, me ha parecido más prudente no poner aquí las personas a las que pondría en la flor. No obstante, tenéis un enlace a un ejemplo de cómo podría ser la flor, y otro para las gotas de agua, por si os ayuda a visualizar mejor la actividad. Y ya puestos, también uno de la regadera.

A mí me encantó ver cómo una alumna de seis añitos me explicaba a quién había puesto en cada pétalo. Qué suerte la nuestra (la de los "profes").

Y adorno un poquito la entrada con flores de febrero...



Imágenes propiedad de Raquel Plaza Juan.

miércoles, 26 de febrero de 2020

Sin título

No todo necesita tener un nombre. Y eso le pasa a esta entrada, ni siquiera va a contar con una etiqueta, porque sí, porque no hace falta. A veces nos empeñamos en ponerle nombre a todo, y ni es necesario ni significa que vaya a ser mejor por tenerlo.

Cinco días sin cole dan muchísimo de sí. Cinco mañanas en las que el despertador ha sonado pronto, pero nunca a las seis de la mañana (y qué bien). La mayoría fuera de casa, en otras tierras, escuchando otro acento (precioso por cierto), viendo maneras diferentes de vestir, todo caras nuevas. Lugares desconocidos o ya olvidados, casi doce años son bastantes, y se nota. En definitiva, un romper con la rutina en toda regla, meterme en una burbuja, y quedarme en ella, tranquila, en paz...Y me ha venido de fábula. Visitar sitios sin prisa, sin mirar el reloj, contemplando, admirando, disfrutando...

Y gracias a todo lo anterior, me he acordado de mucha gente. Especialmente de los que no están atravesando por su "mejor momento", a nivel personal, laboral o ambos. Desgraciadamente no tengo solo un nombre en la cabeza, aunque algunas situaciones son más llevaderas que otras. Quiero pensar que al final, entre unas cosas u otras, las piezas pueden recolocarse y somos capaces de seguir adelante, de continuar, eso no es sinónimo de sanar ni empezar de nuevo. Pero hay que lograr dar con la fórmula para vivir de la manera más agradable posible, pese al pasado, al presente y a las circunstancias que rodean a cada uno. Si nos han hecho daño, es fácil decir que hay que perdonar, no sé si siempre es posible. Si hemos sufrido mucho, a ver de dónde sacamos las fuerzas para levantarnos cada día. Si nos han hecho la vida imposible, sería bueno buscar la manera de retomar cierta normalidad...Y así podría poneros un sinfín de ejemplos en los que seguramente, muchos de vosotros os veríais reflejados. Y no tengo "solución" para ninguna. Solo sé, o me parece mejor dicho, el sé suena a verdad absoluta, que la respuesta ha de salir de cada uno de vosotros. Por más manos que os echen, si vosotros no queréis levantaros, no tenéis ganas de ver la vida de otra manera, los esfuerzos de los demás por echaros un cable no servirán de nada. A mí me pasa con frecuencia, que siento rabia o impotencia por no poder ayudar (algo o más) a los que de verdad me importan, a aquellos por los que siento un cariño inmenso. Al final he llegado a la conclusión que puedo ofrecerles un par de oídos atentos y mucho cariño, y ya.  

Volviendo a los que me he acordado en este maravilloso periodo de desconexión, son personas que me importan mucho. He pensado en lugares en los que habrían pasado muy buenos momentos, paseos compartidos, sobremesas eternas...No sé, mil detalles. Lo que de verdad importa no es dónde vas, sino con quién. Y por eso me he llevado una de las mejores compañías del mundo, mi hermano. Y he tenido muy presentes a los quería que tuvieran la oportunidad de pasar unos días así, en Zaragoza o en cualquier otro rincón del mundo, pero que ahora, por la razón que sea, no pueden permitírselo. Bueno, todo llega, cuando se pueda...No es fácil que todos los astros estén alineados, y haya ganas, tiempo, posibilidades de viajar y una compañía con la que apetezca pasar muchas de las 24 horas del día.

A los que va dirigida esta entrada, espero que os deis por aludidos/as, para bien, y sintáis todo el cariño guardado en esta entrada, y el mimo con el que intento trataros siempre que nos comunicamos, aunque no podamos vernos en persona lo que me gustaría. Ojalá soplen aires diferentes para vosotros, que os ayuden a mirar el futuro con más optimismo (aunque no resulte sencillo).

Completo la entrada con algunas fotos de estos días inolvidables por tierras mañas. Las puertas me parecieron una auténtica preciosidad. Igual que la floristería con las palabras "In love", el atardecer desde el Ebro y el cariño de dos palomas (pese a lo mal que me caen).







Todas las imágenes son propiedad de Raquel Plaza Juan.

domingo, 16 de febrero de 2020

El volumen del corazón

Mi queridísima Merce Iglesias compartió en Facebook un artículo de la web "La mente es maravillosa", titulado "A veces, necesitamos escuchar lo que significamos para alguien."

Me declaro conquistada por el artículo y, me ha faltado tiempo para usarlo en el blog y compartirlo aquí con vosotros (lo podéis leer pinchando en el título del artículo).

Adoro leer que el verbo amar se declara con los cinco sentidos. Me encanta que empleen un término que me gusta tanto, como son las "caricias emocionales." Si bien entiendo que cada persona es un mundo, y absolutamente a nadie se le puede obligar a subir el volumen de su corazón y compartir, en voz alta, lo que este le dicta, me parece que todos necesitamos de cuando en cuando esas caricias emocionales.

A mí tampoco me parece que saber lo que significamos para alguien sea un acto de debilidad. Al contrario, creo que es un acto de valentía, de fortaleza, el hecho de atreverse a decirle a cada persona lo que significa para nosotros. Es como si alguien se desnudara ante nuestros ojos, pero a nivel emocional. Aunque el lenguaje no verbal también comunica, los gestos pueden no ser interpretados adecuadamente y provocar efectos no deseados.

Es verdad que es muy triste dar por sentados los afectos desde el momento que hemos creado un vínculo....Pues no. A las personas hay que cuidarlas, a todos los niveles. Y eso no es sinónimo de repetir como loros el mismo mensaje una y otra vez. Pero qué bonito es escuchar (a veces) que eres importante para alguien, que de alguna manera le "haces falta", que te quiere en su vida, te ha cogido mucho cariño, te aprecia, confía en ti, te necesita (no es lo mismo ser necesario que imprescindible)...Sí, nadie es imprescindible, desde luego, pero hay personas en nuestro día, necesarias ¿o no? Seguro que todos contáis con un grupito, quizá no muy numeroso de "personas necesarias." 

Y esto es válido para los niños y para los adultos. A mí me gusta analizar cómo actúo con mis alumnos/as  y si hay algo que puedo mejorar. Y es frecuente que encuentre algún matiz que le dé más color a su ámbito emocional y refuerce el mensaje principal que me gustaría que recibieran de mi parte: os quiero. Parece una tontería, pero ese mensaje está directamente unido con lo que considero más relevante, no el sistema educativo, sino yo, a nivel individual: que sean felices (cuanto más, mejor). 

Aunque no se quiere igual a todo el mundo, algunas personas nos lo ponen mucho más difícil que otras, porque parece que ponen trabas a lo que hacemos y puede hasta llegar a dar la impresión que actúan en nuestra contra. Pero no, no hay que juzgar, no debemos interpretar lo que creemos que alguien ha dicho, no hay que poner el tono a una conversación de la cual no podemos extraerlo, ni dar nada por sentado.

Os animo a que subáis el volumen de vuestro corazón y, solo si os apetece y en el momento que tengáis ganas, mandéis caricias emocionales a esas personas que para vosotros es importante tener en vuestras vidas. A las mías intento decírselas siempre que puedo y me armo de valor, porque hablar en voz alta de nuestros sentimientos sigo viéndolo como un acto valiente, y no siempre tenemos la fuerza para hacerlo. Y cada cual que se acuerde de amigos, familia, pareja, compañeros...Ahí caben todo los que quiera incluir bajo su paraguas de "personas especiales." Para mí esas son las que me sostienen, me han "salvado" en más de una ocasión, me mantienen con los pies en la tierra, logran que me sienta especial, me alegran los días llenos de nubarrones, me ofrecen su cariño a manos llenas, me premian con su confianza, se acuerdan de mí, le saben quitar hierro a lo que a veces me quita el sueño...y, tal vez parezca una tontería, se alegran un poquito más cuando me ven contenta. Claro está, yo también soy un "poquito" más feliz por el simple hecho de poder contar con ellas (pese a las circunstancias de cada cual).

Por eso, a todas mis personitas especiales, lo único que puedo hacer es daros las gracias por existir, y las caricias emocionales mejor las personalizo para cada cual ¿no?



viernes, 14 de febrero de 2020

AMOR

Como hago de vez en cuando, recurro a la RAE, y comienzo poniendo las 3 primeras acepciones de amor:


amor

Del lat. amor, -ōris.

1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
Las he compartido para recordar lo amplio que puede llegar a ser el concepto de amor, y destacar todo lo que abarca. 
A las dos me ha pasado una cosa curiosa, no sé si tenía que ver que fuera San Valentín...El caso es que los viernes tengo a última hora ARTS (Plástica) con 4º de Primaria. Por necesidades de centro es el grupo con el que más horas estoy. Siempre bajo con ellos las escaleras y espero hasta a que salgan. Sin comerlo ni beberlo, uno a uno me han abrazado a la salida. Me han dejado sin palabras. Me ha gustado mucho el gesto y ha sido una sorpresa muy agradable. Ha sido una semana complicada con algunos de ellos, en la que decidí hablar con todo el grupo y expuse lo que estaba pasando. En lugar de ponerse de uñas conmigo, han reaccionado fenomenal y lo agradezco.
Además, una parte de mí, ha viajado al curso pasado a Guijuelo, a las despedidas de los niños y niñas de mi tutoría de los viernes, después de nuestro ratito semanal de "Pinceladas de emoción." A estas alturas, no sé si el cariño sigue ahí o no por su parte, pero en días como hoy, me acuerdo todavía más de lo muchísimo que os sigo queriendo y...¡Qué bonito es eso! Por los motivos que sea, hay grupos que dejan una huella enorme, y eso me pasó a mí con ellos.
Tenía un cortometraje pendiente de compartir en el blog. Me viene al pelo, nunca mejor dicho, la fecha de hoy, San Valentín. Se llama "Hair love" y es el ganador de este año al óscar al mejor cortometraje de animación. Es un corto maravilloso y muestra una historia de amor preciosa. Ya he dicho bastante, simplemente...¡Disfrutadlo!

Quiero pensar que nadie está solo, no reduzco estar acompañado a tener pareja. Por eso, aunque el día está a punto de terminar, espero que cualquiera que lea esta entrada se sienta amado, de una manera u otra. Y os animo a demostrárselo o decírselo a los que queréis. No es bueno dar cosas por sentadas o no cuidar lo que tenemos. 
No sé si esta frase es anónima o tiene dueña, pero es una gran verdad: TODO MEJORA CON AMOR. Ya, soy una sentimental (sin remedio).
Esta entrada solo puede terminar con una canción sobre el amor: "Love is in the air", con el vozarrón de Daniel Boaventura.

domingo, 9 de febrero de 2020

Luna de nieve, más reflexiones en voz alta

Los que tenéis la suerte de poder contemplar la luna desde donde vivís, estaréis disfrutando de una maravillosa luna llena, en este caso también llamada "luna de nieve", por la peculiaridad de ser la más grande y brillante del año. Pude verla ayer por la tarde, cerca de Alba de Tormes. Y no he podido evitar compartir una de las fotos que hice, con la cámara de mi hermano por cierto.

Imagen propiedad de Raquel Plaza

Y con esta luna todavía muy presente en la retina, me ha dado por hacer una parada en el blog. Pecaré de poco original, me parece que después de tres años y pico en él, no voy a contaros nada que no sepáis o podáis intuir, pero quizá lo cuente de otra manera.

Hace unos años una amiga, del gremio docente, Marisa, nos entregó un marcapáginas con un poema fabuloso de Benedetti, "La gente que me gusta", sobre el que ya he escrito en otro momento. Poco después, recurrí a ese poema como broche a la despedida de tres compañeros que se iban del IES Vía de la Plata de Guijuelo. Como curiosidad, estaba despidiendo a esos tres profes, en nombre del claustro, sin saber todavía que el curso siguiente, tampoco yo, estaría en el instituto guijuelense.

A mí se me nota a la legua la gente que me gusta y la gente que no, tal vez sea un defecto. No me considero brusca ni borde, pero sí es verdad que mi cara en algunas ocasiones habla por sí sola (con bastante frecuencia). Y sobre eso quiero escribir esta madrugada.

La gente que me gusta es valiente, pero también tiene miedo/s, e intenta combatirlos o hacerlos pequeñitos. Y si es posible, ¿por qué no? consigue que desaparezcan. La gente que me gusta es paciente, con los demás y con ellos mismos, entiende que a veces es necesario saber esperar y dejar pasar el tiempo, sin prisas, sin atropellos, sin sobresaltos. Desde luego que le gente que me gusta sabe escuchar, aunque a veces no puedan recordar todo lo que les hemos contado. Además la gente que me gusta se molesta por escuchar las distintas versiones de una historia. Y creo que tiene tantas como personas estén implicadas (de una u otra forma) en ella. La gente que me gusta hace lo posible por actuar de una manera justa. La gente que me gusta reconoce sus errores y es consciente que todo el mundo puede meter la pata en un momento determinado. La gente que me gusta está pendiente de cómo están las personas a las que aprecia, quiere, ama...La gente que me gusta tiene buena memoria, y hace que pesen más las cosas positivas que ha vivido con alguien, que los errores que los otros hayan podido cometer. Por supuesto que la gente que me gusta no juzga, sino que está ahí, sin más, que es mucho. La gente que me gusta lucha por sus sueños, o espera a que el viento sople a favor para poder retomarlos. La gente que me gusta no suele ser orgullosa, y es capaz de dar un paso atrás cuando se equivoca. La gente que a mí me gusta no actúa sabiendo que está haciendo daño a otros. La gente que me gusta es observadora, aunque intente hacerse la despistada. La gente que me gusta sabe relativizar. Me gusta la gente que es capaz de hablarme de sus sentimientos, aunque le cueste (¿a quién no?). La gente que me gusta es leal, y cuida a su gente. La gente que me gusta da espacio y tiempo, pero no olvido. La gente que me gusta comparte, en muchos sentidos. Desde luego que la gente que me gusta me mira a los ojos cuando hablamos, excepto en situaciones puntuales de vergüenza/timidez, y se preocupa por lo que me pasa o, simple y llanamente, por cómo me ha ido el día. Me gusta la gente que no huye, no desaparece. La gente que me gusta es coherente, y no dice una cosa y hace otra distinta. Me gusta la gente con la que puedo reírme, y sonreír, aunque sea tímidamente. La gente que me gusta ama, respeta, acompaña, anima, apoya, se esfuerza, reflexiona, espera, escucha, ayuda...Y cómo no, me hace sentir afortunada por ser parte de mi vida y yo de la suya.

A estas horas no voy a incluir nada más en "La gente que me gusta", todo depende de en qué momento de nuestra vida escribamos algo. Seguramente si escribiera nuevamente sobre "La gente que me gusta" dentro de un año, algo variaría, pero el fondo seguiría siendo muy semejante al de ahora.

Volviendo a la luna, me encanta mirarla, especialmente cuando hay silencio a mi alrededor o solo se distinguen sonidos de la naturaleza. Y todavía me gustan más las estrellas, qué decir de la lluvia de Perseidas de agosto...Así que con esta imagen os dejo hoy, para que la observéis detenidamente, y la disfrutéis.



jueves, 6 de febrero de 2020

Emo-ideas (8): Tu día en 20 minutos

Puede parecer una locura que me siente frente al ordenador, tras haberme levantado a las seis de la mañana y haber entrado en casa a las ocho de la tarde. Lo que pasa es que la inspiración está en cualquier parte, y la idea de hoy está calentita, ha surgido esta misma mañana.

Contando desde lo más reciente, hoy teníamos curso de una de las asesoras del CFIE de Salamanca, Marta Sánchez Casado, sobre el Programa Educación Responsable de la Fundación Botín.  En ella nos ha hablado de muchas cosas, una me hizo pegar un respingo en el asiento, el concepto de INTELIGENCIA SOCIAL, definida como la "capacidad que tiene una persona, de entender, tratar y llevarse bien con la gente que le rodea." Ahí es nada ¿verdad? Tela marinera, me parece importantísimo. Por lo que nos contó, sobre esa inteligencia habla el libro más reciente de mi querido Daniel Goleman. Desde luego, poco tardará en estar en mis manos.

Ya sabéis que soy consciente que en el aula debemos enseñar lo que toca (o nos manda la ley), por decirlo finamente. Pero de lo que de verdad soy defensora acérrima es de tratar aquellas cuestiones que pueden hacer (o contribuir) de mis alumnos unos niños felices. Por eso siempre que puedo tiro de inteligencia y educación emocional como un pilar básico, no un complemento. Pienso que la inteligencia social está muy relacionada con estos temas que tanto me interesan, porque no veo factible ser socialmente inteligente sin tener ciertos conocimientos sobre el universo emocional. Además creo que no podemos aprender todo eso si no trabajamos más la comunicación dentro del aula de nuestros alumnos. 

Y enlazo todo lo anterior con mi sustitución en el cole de las 9 de la mañana...Para situaros, Infantil, aula de 5 años. Creo que es ya la tercera vez en la que me coincide sustituir a primera hora en Infantil. Los que me conocéis sabéis que me da cierto pánico esa etapa, siento que no es lo mío. He de reconocer que cuando voy a Infantil tengo algo de miedo, ante lo que considero desconocido.

Pues allí estaba yo, escuchando atentamente qué contaba cada uno de los peques a la clase. Y pensaba ¿por qué al empezar Primaria esto se pierde? ¡Qué gran error! La asamblea me parece una joya, hasta este curso desconocida para mí, porque no es lo mismo que te cuenten algo a vivirlo y verlo con tus propios ojos.

Y esa es mi emo-idea de esta ocasión. La he llamado "Tu día en 20 minutos." Puede ser para las aulas o para las familias. Humildemente creo que la vorágine del día a día hace que nos comuniquemos menos, o peor. Esta mediodía también nos hablaban de los malentendidos que puede haber al guasapear con alguien, cuánta razón, por toda la información que nos falta cuando nos comunicamos (quizás a veces no tenemos otra alternativa, y desde luego que si quiero hablar con una persona que me importa, prefiero de lejos el "WhatsApp" a nada).

Explico la idea. En el caso del aula, consiste en destinar los últimos 20 minutos de cada día, preferiblemente mejor si están con el tutor, porque debería ser el que más tiempo compartiera con los niños y los conociera mejor, a contar, los que voluntariamente quieran hacerlo, lo más importante que les ha pasado desde que acabaron las clases el día anterior. 

Si lo preferís, en vez de lo más relevante, podéis optar por simplemente dar vía libre, que intervengan voluntariamente (por supuestísimo) y cuenten lo que ellos quieran, relacionado con ese periodo de tiempo. Sería bueno animar a que cada día tengan su espacio niños distintos. Visto desde fuera me parece una experiencia muy enriquecedora y, cuando vuelva a ser tutora (ojalá el próximo curso) pienso predicar con el ejemplo. La idea es establecer una escucha activa, algo que permita a los niños y niñas expresarse y comunicarse con toda la clase. Si alguno lo prueba, le agradecería que me dijera si ha funcionado o no y qué carencias o ventajas le ve a la idea.

Y en el caso de las familias, reservaría esos veinte minutitos para después de la cena. A poder ser, sentados en un espacio sin obstáculos por medio, o que ocupen lo menos posible. Se me ocurre que un sofá y unos sillones (según cuántos seáis en vuestra casa), suelen estar en todas las casas. Y que hable el que quiera, a lo mejor si no son muchos podemos rebajar el tiempo y dejarlo en "Tu día en 10 minutos." Quizá os parezca una chorrada, a mí no. Lamentablemente creo que nos estamos perdiendo muchas cosas del día a día de la gente que tenemos más cerca y/o de las personas que más queremos. Y a mí me parece muy bonito a la par que sencillo, poder hablar/contarle a alguien cómo ha sido mi día, y si hay confianza, explicarle cómo me siento. No sé, será la edad (la mía) o que estoy en una época de mi vida en la que cada día valoro más las pequeñas cosas, insignificantes tal vez para algunos, pero bajo mi punto de vita, muy importantes.

Y ya que estamos, como ahora los dedos me van solos, aprovecho para decirlo otra vez, gracias a los que me demostráis, a vuestra manera, el cariño, y me preguntáis por mi día a día y/o me contáis cómo ha sido el vuestro.