viernes, 31 de mayo de 2019

Directo al corazón...Por mis niños y niñas de Guijuelo

Como bien sabéis muchos, este curso que pronto toca a su fin estoy en el CEIP Filiberto Villalobos de Guijuelo. Soy la maestra de Inglés de 5º de Primaria y además tutora de 5ºC, grupo en el que me encargo de las áreas de Educación Artística, la parte de Plástica; Inglés; Lengua; Matemáticas...y otras cuestiones que no son asignaturas pero me parecen mil veces más importantes.

A estas alturas desconozco si voy a poder seguir en el cole el próximo curso, pero he gritado a los cuatro vientos cuáles son mis deseos e ilusiones, lo resumo en una palabra: continuidad. 

Pase lo que pase, hoy escribo esta carta-entrada porque quiero, me apetece, el corazón me lo pide y sé que es el momento idóneo para ello.

Por circunstancias que no vienen a cuento, el miércoles pasado no pude ir al colegio, tenía una jornada de formación en otra provincia. Fue solo un día pero, por extraño que parezca, pocos pueden entender lo mucho que me acordé de mis alumnos a lo largo del día. Tanto es así que se me ocurrió tener algún pequeño gesto con ellos. Aproveché el tren de vuelta para reflexionar qué iba a hacer. La verdad no tardé mucho. El jueves, ya de vuelta a la vida escolar, no lo llamo rutina porque eso suena aburrido, monótono, y en el cole tengo de todo menos monotonía y/o aburrimiento, escribí un mensaje en la pizarra. Lo hice antes de escuchar el timbre, puse, en letras bien hermosas lo siguiente: OS QUIERO MUCHO. Y lo escribo en mayúsculas porque así estaba escrito. Después coloqué junto a la silla de cada niño una gominola con forma de beso, menos en un caso que no encontré nada parecido sin gluten y coloqué un caramelo.

Y esperé a ver sus caritas al entrar. Esa es la mejor parte, solo por eso, vale la pena hacer muchas cosas.

Esto lo cuento solo por contextualizar, y para respetar el orden cronológico. En el mismo día, en los últimos diez minutos, la única parte del jueves que no estoy con ellos, fui a la sala de profesores. De repente Quinti, la directora, se acercó, sonrió y me entregó un papel doblado, para que lo cogiera. Y se fue. Como ya la conozco, no tardé nada en desdoblar el papel. Así, sin anestesia, me encuentro esto:


Imagen propiedad de Raquel Plaza
Me quedé petrificada y estaba muy emocionada. No lloré en ese momento pero sí en mi casa, con calma,  cuando fui asimilando la carta y volví a leerla. La emoción me embargaba, pero lo bueno es que también me da alas.

Sé que la carta va dirigida a la directora, pero voy a "contestar" yo, de alguna manera, a semejante muestra de cariño. Aclarar antes que una excursión reciente, un par de niñas tuvieron la idea de la carta. Y, os soy sincera, intenté quitarles la idea de la cabeza, porque sé de buena tinta que no depende de ella que vuelva o no. Les agradecí la idea, pero les invité a no escribirla.

Dicho todo, allá voy:

Para mis niños y niñas de 5º C:
Queridísimos todos vosotros, con vuestros nombres y apellidos. 

Os dedico esta entrada porque me parece que es el mejor lugar, mi pequeño altavoz de lo que siento, lo que hago, lo que pienso y lo que soy, para hacérosla llegar.

Millones de gracias por la carta. Es un gesto precioso y ha llegado en el momento justo, ni pronto ni tarde. Ha sido una sorpresa tremenda. Ojalá se cumpla lo que en ella ponéis, porque es algo que compartimos: quiero seguir con vosotros, no hay vuelta de hoja. Y tal cual lo habéis puesto, en ese orden de prioridad. Sabed que voy a plastificarla ya mismo. 

Os habéis salido con la vuestra, no me enteré el martes de la que estabais preparando. Veo, una vez más, que os va la marcha je je. Qué listos sois. Si ayer no me lo contáis, yo en Babia. Ilusa de mí, creía que habíais aprovechado mi ausencia del miércoles para hacer la carta, pero no.

Además escribo todo esto, porque este curso he hecho cosas que nunca antes, en los once años, un mes y quince días que llevo trabajando oficialmente de maestra, había llevado a cabo. De hecho muchas de ellas ni se me habían pasado por la imaginación. Y me encanta que haya sido así, y que hayáis sido vosotros (y vuestras familias), las que hayáis provocado tanta novedad. Me habéis hecho crecer como maestra y como persona. Habéis logrado que recupere parte de la ilusión que me arrebataron algunas personas el curso anterior. Solo por esta razón, os he de estar eternamente agradecida. 

Y lo más sorprendente, me parece que jamás he vivido la docencia con la ilusión y pasión actuales. Sí, pasión, porque soy maestra y me apasiona lo que hago y ojalá logre mantener esos ingredientes mucho tiempo. E ilusión por todo, hasta los detallitos más "insignificantes": una sonrisa, una mirada, una gracia, un abrazo, una caricia, un beso...

Gracias por recordarme la importancia del humor en el aula, cuánto necesitamos usarlo en clase los docentes; de poder mostrar las emociones sin filtros, toque llorar o reír; y de ser como somos, sin maquillaje, de conocernos de verdad. Y también de mil cositas que seguramente ahora me habré dejado en el tintero.

Además me habéis hecho comprender circunstancias con las que antes no había tenido que lidiar, y muchas no han sido fáciles, ni de asimilar ni tampoco de enfrentarme a ellas ni afrontarlas. O quizá sí las había visto (algunas), pero no me habían tocado tan de cerca. 

No sé qué tendrá Guijuelo, pero igual que dice la canción sobre Sevilla, Guijuelo tiene un color especial. Y eso es porque no sé bien qué, pero tenéis "algo", un algo que os distingue, y me hace quereros lo que no está escrito. Es complicado encontrar las palabras adecuadas para describir este huracán de emociones, el torbellino de cariño que me demostráis a diario, cuando queréis y como queréis. Y en eso también ha habido una evolución. Me ha llevado mucho tiempo, bastante más que otras veces, amoldarme a vosotros. Y llegar a vosotros, y a vuestras mamás y papás, no me ha resultado sencillo, para qué decir lo contrario. Sé que no se puede caer bien a todo el mundo, aunque nunca lo he pretendido.

Porque creo que os lo debo, da igual si lo repito, perdonad las veces que haya metido la pata. Me gustaría pensar que he tenido más aciertos que errores. No obstante soy muy autocrítica y, en verano, como siempre hago, haré balance, de qué he podido hacer bien, dónde he metido la pata, qué se puede mejorar y cómo, qué puedo mantener...Y nadie es más duro conmigo que yo misma, al menos en lo que hago. Por eso espero al verano, a enfriar un poquito todas estas emociones.

Quiero pensar que nos quedan muchos momentos por compartir juntos. Ojalá el año que viene sigamos caminando de la mano. Sea sí o no, recordad lo muchísimo que os quiero, a veces el cariño tiende a infinito.

Con mucho cariño. Gracias. Y...¡OS QUIERO!

Abrazos de ida y vuelta:
Raquel

PD: Cambiando de tema, por favor haced los deberes y estudiad, nos quedan un par de cuestas bastante empinadas que subir y...¡Vacaciones" Ojo, lo más importante es que además de eso, hay que acordarse de jugar, pasar tiempo en familia, descansar, divertirse con los amigos, emocionarse...En definitiva, VIVIR.

PD2: Esta es más bien para los adultos, papás, mamás o quien quiera verlo. He dado con una joya, a la que solo conocía de oídas y de refilón. Es un maestro como la copa de un pino. De esos docentes con los que te encantaría coincidir, aunque fuera en Alaska. De los que saben cómo llegar a las fibras y acariciar el alma. Se llama Juan Carlos López Rodríguez. Comparto un regalazo, una charla suya de TEDx, se llama "Porque en la educación, sí pasa nada." Le tomo prestada la idea de "pedagogía del cariño." Y también lucho por una escuela más cálida, una escuela capaz de emocionarse y emocionar.



viernes, 24 de mayo de 2019

Pinceladas de emoción (22): la rabia (punto y final)

La sesión de hoy requería de ciertos preparativos. Sabían que íbamos a utilizar plastilina, sí, como cuando iban a Infantil. Mientras hacían el examen de Inglés, fui quitando los plásticos a la plastilina y partiendo cada una a la mitad.

Y en un abrir y cerrar de ojos, llegó la última media hora, mis 30 minutos favoritos de toda la semana.

Ellos pensaban que íbamos a estar todo ese tiempo con la plastilina, pero me parecía algo desproporcionado. 

Les dije que con tener un lápiz encima de la mesa, no iban a necesitar más. Repartimos post it blancos para todos (me incluyo). El ejercicio era simple, contestar a una pregunta, poniendo un número. Cuando digo que era simple me refiero a entender qué había que hacer, no a la respuesta en sí. La pregunta, a contestar con un número del 1 al 10, era esta:
Del 1 al 10, ¿cómo de feliz eres? Les pedí que todos intentaran pensarlo y poner una respuesta, que solo iban a explicarlo si ellos querían. Y entre los motivos para no haber puesto un 10, o para haberlo puesto y restarle importancia, estaban principalmente cuando les riñen y castigan. También mencionaron estudiar (qué pena) y temas más personales, relacionados con grandes ausencias.

Una persona puso un 6, me sorprendió mucho una cifra tan sumamente baja, cada cual tendrá sus motivos y, eso es un reflejo de cómo percibe todo lo que le pasa. No indagué en las razones.

Tres personas pusieron un 8. Siete personas pusieron un 7. Y finalmente, nueve personas escribieron un 10. Les invité a levantar la mano el/la que tuviera ganas de explicar por qué ese número y no otro. Lo explicaron unas siete personas.

Después repartí las mitades de plastilina, una cada una. Puse el temporizador del móvil y disponíamos de 5 minutos para hacer individualmente una esfera, lo más perfecta posible, con la plastilina que cada uno teníamos. Solamente podían ayudarse de sus manos y de la mesa, nada más. Fue impresionante ver cómo disfrutaban con algo tan sencillo, un "regreso al pasado" en toda regla.

Acabados los 5 minutos, levantaron las manos y no podían tocarla. Les dije que mejor pusieran las manos en la espalda. Estuve revisando todas paseando entre sus sitios, y me quedé parada en un sitio. Hice el amago de aplastar una de las esferas, con la esperanza de tener una reacción de furia/rabia, pero me equivoqué.  Me alegré mucho de confundirme, mis alumnos nunca dejan de sorprenderme. Luego le planteé a ese niño, y a otros, cómo habrían actuado si la hubiera aplastado. Decían que mal, que no les habría gustado, porque habían estado un tiempo haciéndolo...Y eso es también un poco la rabia, reaccionar mal, de manera exagerada, cuando estamos ante una situación que no nos gusta nada de nada. Trabajar con la plastilina es una forma fácil, barata y no dañina, de gestionar la rabia.


Como colofón, conté hasta tres para que con su mano, cada cual aplastara su bola. A alguno le pasó lo mismo que a mí, no sujeté la bola. Como consecuencia, di un golpetazo a la plastilina y a la mesa. Por si las moscas, he guardado la plastilina a buen recaudo, me da en la nariz que es muy probable que haya que recurrir a ella en un futuro cercano.

Y así acabó una sesión más, cada vez con mejor sabor de boca. Hay gente afortunada en su trabajo y luego ya estoy yo, soy de las muy afortunadas.

Hoy no comí en casa, aunque estaba muy cansada de toda la semana, de vez en cuando hace falta dar la bienvenida al fin de semana de otra manera. Al preguntarme que qué tal estaba, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Ya les respondí que "fenomenal", a ver si se puede dar otra respuesta cuando me habrán dado unos cincuenta abrazos (hoy), y tras una breve escapada al cuarto de baño, vuelvo a clase y, los dos alumnos con los que estaba, me han llenado la pizarra de "TE QUIERO" y similares (incluso en inglés). Había uno muy grande, en mayúsculas, en el medio, y con un color, ese me pareció de un niño (por la caligrafía). Con otra tiza distinta, todos los demás, alrededor del grande, más pequeñitos (con una caligrafía distinta). Y muchos otros detalles a lo largo de la semana, que hacen que sea complicadísimo sentirme más querida (mamás y papás incluidos) y me dan fuerzas para luchar por lo que quiero, a los que quiero y a quien deseo seguir teniendo en mi vida. Esta vez no habrá que esperar al viernes para proseguir con nuestras "Pinceladas de emoción." En breve, tendréis más emociones...

sábado, 18 de mayo de 2019

"El regalo de..." y Pinceladas de emoción (21): la rabia (3ª parte)

El pasado 15 de mayo era el "Día internacional de la familia." Este curso decidí, por una cuestión de tacto, respeto, cariño y empatía, no celebrar ni el Día del padre ni el de la madre. 

Sin embargo, creía que las familias se merecían un detalle. Por este motivo, hace aproximadamente quince días propuse a mis alumnos, con el Día de la familia como telón de fondo, escribir una carta a los suyos, a su círculo más cercano. 
Mi idea era que escribieran esa carta y grabara a cada uno en vídeo, leyendo la carta, para hacérselo llegar a cada casa. Algunos dijeron un sí a todo y rotundo, pero la mayoría no quería dar el paso. Les advertí que era algo totalmente voluntario, porque como era algo muy personal, quién era yo para obligarlos a hacer algo así...si no les apetecía. Me propusieron una opción b), consistía en quedarse en la primera parte, escribir la carta. Acepté porque pensaba que mucho mejor eso que nada y, de todas formas, a mí al menos me parecía un detalle muy bonito, algo especial y emotivo.
Al final, los que quisieron, casi todos, decidieron si solo hacer la carta, o la carta y el vídeo. No disponíamos de mucho tiempo y la mayoría me decían que en casa no podían hacerla porque sus padres iban a pillarlos con las manos en la masa. Les dije que solo se me ocurría ir haciéndolas en algunos recreos. Hubo de todo, personas que la hicieron con tiempo aunque tuvieran que invertir varios recreos;  o compañeros que apuraron hasta el momento crítico para escribirla. A todos se las leí para corregirlas. Intenté echar un cable a los que no sabían qué poner o cómo empezar. Todos tenían la misma pista, basada en César Brandon, ganador de la edición de "Got talent" del año pasado, y en su poema: Mamá. A mí me conquistaron sus poemas y él mismo (lo conocí en persona en la Feria del Libro de Madrid 2018). En su momento incluí aquí sus actuaciones, hoy vuelvo a poner ese MAMÁ...¡Disfrutadlo!

Brandon nos dice que según su madre, la vida se resume en tres cosas: pedir disculpas, dar las gracias y decir por favor. Esas tres eran las pistas: Lo siento, gracias y por favor. Eso exigía que cada niño/niña pensara cómo actuaba con sus padres y cómo eran sus papás (u otros familiares muy cercanos) con ellos. La carta podía tener un solo destinatario (papá o mamá) o más de uno (incluyendo ya, por ejemplo, a hermanos). Hubo variedad en los destinatarios. Y mucha más en el contenido. Fue un placer orientar/ayudar a algunos y poder leer cosas tan bonitas, dicho queda. Del contenido de las mismas no pienso decir ni pío. Una experiencia inolvidable, he disfrutado mucho de todo el proceso...

Foto detalle de algunos reversos de los sobres.
Como complemento a la carta, hice una foto individual a cada alumno, y saqué una copia. Me dio mucha rabia porque al ir a recogerlas, no estaban en el tamaño que había pedido (11 x 13), decían que el formato en el que llevaba los archivos no encajaba con eso. En vez de avisarme, las sacaron más pequeñas...Los niños/las niñas no lo saben, pero eso me disgustó mucho. No quise discutir, le expliqué educadamente que me extrañaba, porque había recortado las fotos, pero manteniendo la proporción de la original. Qué se le va a hacer.

Escribí los destinatarios según lo que cada niño/a me dijo. Comprobamos cada dirección y puse debajo de los nombres "El regalo de..." seguido del nombre de cada alumno/a. Ellos se encargaron de poner el remite y decorar los sobres por la parte de atrás con distintas washi-tapes. Les pasa como a mí a veces, en términos artísticos se llama el "horror vacui" o miedo al vacío. Rellenaron cada hueco existente y pusieron cintas para todos los gustos, sin dejar casi espacio blanco del sobre a la vista. Comenté que quizá los habían recargado más de la cuenta pero, lo importante es que a ellos les gustara. Antes de ese paso, habían escrito a limpio la carta, usando alguna de las taladradoras de papel con formas que tengo.


Con todo eso, el martes 14, me acerqué por la tarde a Correos. Pregunté y me dijeron que ellos calculaban que el jueves estarían en sus destinos. Incluso las que no eran para Guijuelo, sino para localidades cercanas. Estoy un poco preocupada porque algunas todavía no las habían recibido ayer...Confío que hoy o ya el lunes estén todas donde deben. Los vídeos los mandé recién inaugurado el jueves, a partir de las doce de la noche. Y fue lo mejor, en el colegio no habría tenido tiempo mientras se cargaban los vídeos uno a uno.


Ha sido muy bonito ver también las respuestas de los papás/mamás o cómo reaccionaron, contado por sus hijos/as.


Y hasta aquí la parte de "El regalo de...", un pequeño homenaje a las familias de mis alumnos. Y en ellas hay una gran diversidad, y no por ello son unas familias mejores que otras, lo que importa es que hay amor en cada una, y con eso, existe la familia.


Ayer viernes continuamos con nuestras "Pinceladas de emoción" sobre la rabia. Como cuando llegué justo había un ejemplo de lo que estábamos tratando y el ambiente estaba un pelín enrarecido por eso, opté por calmar los ánimos.


En lugar de ir "al lío" directamente, estuvimos repasando lo que habíamos visto sobre la rabia la semana anterior. 


Luego ya empezamos una "cadena de la rabia." Empecé, a modo de ejemplo. Conté una situación personal en la que había sentido mucha rabia. Resumiendo, mi rabia venía porque nadie me avisó cuando una persona a la que le tenía un cariño tremendo, había fallecido. La rabia era porque no había tenido la oportunidad de despedirme en vida de esa persona. Ese sentimiento se unía a un profundo dolor, difícilmente descriptible. Sí me avisaron del funeral, pero trabajaba y fue imposible ir. Lo bueno dentro de lo malo, es que me queda el recuerdo de ese último café con ella, unos meses antes de que falleciera. Y además, está su hijo pequeño, mi primer alumno, al que quiero una barbaridad. Es una alegría ver el hombre en el que se ha convertido. Aunque a él no me atrevo a decírselo, su mamá ha de estar saltando de alegría viendo cómo es y lo que ha conseguido. Lo mejor es que tiene un corazón de oro...igual que sus padres.


El caso es que los demás, debían escucharme y levantar la mano para continuar. La condición era que la cadena debía seguir con algo que guardara algún tipo de relación con lo que había contado la persona anterior, en este caso yo. Y, empezaron a enlazar fallecimiento tras fallecimiento, principalmente de familiares muy cercanos. Les llamé la atención dulcemente, no quería que la "cadena de la rabia" se convirtiera en una "cadena de la tristeza", hasta que una niña nos hizo reír con una historia muy divertida sobre el pájaro que tiene en casa. Menos mal, necesitábamos cambiar el rumbo.


Cuando intervinieron todos lo que levantaron la mano, fueron muchos pero no todos, les di un toque de atención. No tenía sentido ignorar que justo antes de nuestras "Pinceladas de emoción", habíamos visto en vivo y directo un ejemplo de rabia, protagonizado por alguien de la clase. A él le advertí que justo porque era él el principal afectado, prefería que ahí no interviniera. La tarea consistía en reflexionar, en vez de haberse dejado llevar por la rabia (claramente era un pésimo ejemplo de rabia mal gestionada) qué alternativas se les ocurrían a ellos ara su compañero. Es decir, cómo podía haber actuado mejor frente a la rabia por la que se había dejado llevar. Hubo poco tiempo para escuchar sus reflexiones, porque el tiempo vuela. El próximo viernes acabaremos con la rabia, al menos en nuestras "Pinceladas de emoción."




martes, 14 de mayo de 2019

Pinceladas de emoción (20): la RABIA

Como esta evaluación dura un suspiro, o me doy prisa o se me acumulan peligrosamente las pinceladas de emoción.

De manera excepcional, la semana pasada tuvimos dos "Pinceladas." La primera fue el miércoles 8 de mayo.

Igual que en otras ocasiones, opté por no decirles cuál era la emoción que íbamos a tratar. 

Les expliqué que iba a contar, y al llegar a cinco, hacia el frente, debían gritar con todas sus fuerzas. Con la intención de conservar mis tímpanos intactos, hice un gesto, en plan director de orquesta, para poner fin a los gritos...¡Vaya pulmones tienen mis alumnos!

Después de eso, unos cuantos se reían, algo natural, no es normal que nadie en el cole les pida que griten y, que lo hagan lo más fuerte que puedan. Los gritos eran una pista, que guardaba relación con la emoción a tratar. En plan lluvia de ideas, dijeron que podía tratarse de la furia, el miedo, la rabia, el dolor, la sorpresa, la ira y el odio.

Para mantener el misterio, antes de desvelarles cuál era la emoción, empecé a inflar un globo naranja, no dejé que estallara. Y les expliqué que también eso tenía algo que ver con nuestra siguiente emoción. 

Repitieron más o meno las palabras de después del grito colectivo. Les aclaré que se trataba de la rabia. Y en realidad muchos habían acertado porque había palabras sinónimas o muy cercanas a la rabia, y la propia rabia.

Puse la comparación de un volcán en erupción y un recurso de "Educaixa." (ACTUALIZACIÓN A 22/10/23, ese recurso, lamentablemente NO está ya disponible). En él aparece una situación muy real, en la que dos niñas están en un banco. Una de ellas tiene una videoconsola en la mano. La otra ve cómo juega su amiga, intenta que se la preste, no lo consigue, así que se la quita, le hace burla y sale corriendo. La niña que tenía al principio la videoconsola en la mano, le da una patada a una botella del suelo. Desgraciadamente me imaginaba a muchos niños en esa situación, me resultaba demasiado cercana. (22/octubre/2023) Incluyo un vídeo de Álex Rovira relacionado con la gestión de la rabia y la ira:


Hablamos de qué creían ellos que era la rabia. Les invité a hacer memoria y recordar la última vez que creían que habían sentido rabia. Empezaron a levantar las manos para explicar esa situación. Y con tan poquito tiempo, sonó el timbre.

El viernes retomamos nuestras "Pinceladas de emoción." Puse lo que había a continuación del vídeo, en el que la niña (la que jugaba con la videoconsola) explicaba cómo se sentía, qué sentía en el cuerpo, y si era agradable sentir rabia. La mayoría estuvimos de acuerdo en asociar la rabia a una sensación de calor, de escuchar lo rápido que palpita el corazón...Algunos recordaron alguna situación que lo ejemplificara.

Luego siguieron hablando de cuándo habían sentido rabia por última vez. Les dije que era una emoción que quería trabajar porque en nuestra clase hace mucha falta y hay que aprender a gestionarla. Evitarla no podemos, pero actuar de otra forma...¡Desde luego que sí!

Después me senté frente a ellos, me encanta no tener la mesa como barrera, a leerles una de las historias de  "El gran libro de las emociones," se llama "Los dientes voladores."  En un par de entradas previas he mencionado este libro, pero es que me encanta, me parece una herramienta valiosísima para padres y docentes.


"Los dientes voladores" cuenta la historia de Ignacio, y cómo un día empieza a morder a la gente y parece que disfruta con ello. Esa situación se repite hasta que prueba de su propia medicina.

A continuación, el libro nos habla de la rabia y, concretamente, la rabia en los niños. Después explica "Las tres normas de la rabia", algo en lo que me detuve y fui contando lentamente. Estas son las normas:
1.-No hacernos daño a nosotros mismos.
2.-No hacer daño a los demás, ni físicamente (patadas, mordiscos, arañazos, bofetadas...) ni con palabras (palabrotas, insultos).
3.-No hacer daño a cosas (no romper ni dañar objetos).

Yo misma he presenciado cómo actúan los alumnos en situaciones de rabia, y cuánto daño hacen (a objetos o a otras personas) o se hacen (a ellos mismos). La verdad es que suelo sentir una impotencia muy grande, a veces acierto en mi manera de reaccionar, pero otras no funciona.

Comparé la rabia con un volcán en erupción, y lo peligroso que puede resultar si la lava sale por todas partes, indiscriminadamente y, los daños que puede causar, arrasando por donde pasa. 

También menciona el libro la importancia de verbalizar nuestros enfados, es la forma de poder comenzar a gestionar la rabia, porque solo así estaremos aceptando esa emoción (por muy desagradable que resulte).

Y en último lugar, darnos cuenta que la rabia es energía que tiene que salir. Estuvimos poniendo en práctica las tres técnicas que recomiendan para liberar esta energía. Todas implican, de maneras más suaves o enérgicas, mover el cuerpo.

La primera es una técnica de respiración, para cuando el enfado es leve. No es ni más ni menos que poner la mano en la barriga y respirar profundamente, mientras cogemos aire por la nariz, llenamos la barriga de aire y lo sacamos con fuerza por la boca, pero despacito. Esta técnica no obra milagros, aunque puede ayudar a que desaparezca la rabia.

La segunda es para cuando el enfado es bastante grande. Habrá que mover más el cuerpo, como mover brazos o piernas con fuerza. Comparan la fuerza a cuando estamos en la playa y queremos quitarnos la arena pegada a los pies. Así puede disminuir la rabia.

En tercer lugar, si la rabia es mucha, los movimientos han de ser más grandes, más enérgicos. Por ejemplo podemos saltar diez veces levantando mucho las piernas, dar puñetazos al aire o bailar.

Después de esos momentos de relax y liberar tensiones acumuladas, les di un papel. Cada uno tenía una hoja. Les pedí que lo arrugaran todo lo que pudieran, sin romperlo. Luego debían intentar estirarlo al máximo y, finalmente, rasgarlo en siete trozos, no tenían por qué ser del mismo tamaño. Una vez hecho todo lo anterior, la última tarea era juntar los trozos, para dejarlo como cuando recibieron el papel. Evidentemente, eso no era posible. Lo mismo pasa con la rabia. Puede pasar cuando la rabia es gigantesca. Causamos daño (a algo, a alguien o a nosotros mismos). Ojo, ese daño también puede ser en forma de palabras. Una vez que nos hemos dejado llevar por la emoción, por la rabia, y no la hemos gestionado, el daño ocasionado puede no tener remedio, ya está hecho, y no hay solución (como pretender unir los trozos del papel que habíamos arrugado previamente y rasgado después).

Y así, hablando de la rabia pero con mucha calma, me parece que más que al comienzo de la minisesión, mis alumnos se pusieron en la fila.

Por cierto...¡Cuánto amor! Es indescriptible, uno de los momentos más bonitos y especiales de la semana, además de las Pinceladas de emoción en sí, es la despedida de los viernes en la fila. Recibo cariño a manos llenas, y desde que volvimos del CRIE, muchísimo más. Lo curioso es que a medida que pasan los días, sigue aumentando. Y cuando piensas que ya es complicado superar determinadas dosis de cariño, me dan todavía más. Más afortunada, imposible. 

Recientemente una alumna dijo que a ella le gustaría volver a septiembre, para comenzar 5ºde nuevo...Sinceramente, yo también, y como eso no se puede, sí quiero con todas mis fuerzas "repetir" el próximo año con mis niños y niñas de 5ºC. Me falta publicarlo en un periódico porque lo grito a los cuatro vientos. Creo que hemos creado algo muy bonito, estamos en un etapa preciosa y no dejo de pensar en algo: lo mejor está por llegar...Ojalá que sea juntos. Más claro, agua...¿o no?

Por eso, aunque esta entrada fuera sobre la rabia, al final acabo hablando del cariño, del amor y, por esos derroteros va la imagen que comparto.



domingo, 5 de mayo de 2019

Mamá, así, ni más ni menos

Hoy es el "Día de la madre." No me gusta que se haya convertido, al igual que otras tantas fechas señaladas, en algo tan comercial. Lo que no puedo evitar es aprovechar días como el de hoy, para rendirles a las mamás del mundo un pequeño homenaje. Pongo pequeño porque tengo la sensación que con ellas siempre nos quedamos cortos.

Así que este mensaje es para todas las mamás, tanto las veteranas, como las recién llegadas. También es para aquellas a las que les faltan pocos meses para ser madres o, por qué no, para todas las que se sienten madres sin serlo oficialmente y, tienen, por la razón que sea, el instinto maternal bastante desarrollado. Hay veces que las cosas tardan un poco más en llegar, pero acaban llegando. Feliz día para todas ellas, a las que lean este mensaje y a las que no, felicidades igualmente. Puestos a felicitar, Feliz día especialmente para mi madre. La verdad es que tiene una paciencia de santa, aguanta disgustos o malas contestaciones totalmente inmerecidas cuando estoy muy agobiada, preocupada, desanimada...Y siempre, repito siempre, pese a todo eso y a no decirle con la frecuencia que debería lo muchísimo que la quiero y me hace falta, ni ayudarla todo lo que debería, está a mi vera de manera incondicional. Creo que esa es la característica que define a mamás y papás: amor incondicional, amor del bueno, AMOR con mayúsculas. Pues eso, dicho queda.

Hay un poema de Defreds que me gusta mucho. En realidad podrían ser muchos, pero uno en particular viene como anillo al dedo para el día de hoy. Pertenece al libro "Cuando habrás el paracaídas." Si tenéis la oportunidad, leed algún libro suyo.



Y como no quiero dejar a nadie fuera, un año más, hay que mencionar a las mamás ángeles, esas que desafortunadamente ya no se encuentran físicamente en este mundo. No obstante, estoy convencida que siguen viviendo a través de sus seres más queridos. Por eso me acuerdo además de esos niños/adolescentes/personas adultas, que notan esa ausencia tan dolorosa y que, seguramente, mi capacidad empática no es suficiente de hacerse una idea real, ni siquiera aproximada, de hasta qué punto se puede echar de menos a una madre, no hoy, sino cada día desde que esa persona, una de las más (o la más) importantes en la vida de cada persona, falta. Para todos esos que notáis ese dolor tan intenso, os mando todo mi cariño, en forma de lo que necesitéis. Tened algo presente: No estáis solos.

También están los papás-mamás, que no les ha quedado otra, por jugarretas (se me ocurre otra palabra, pero suena fatal) del destino, de ejercer de padre, madre, y todo lo que haga falta. Conozco a varias personas en esta situación e intuyo que hoy no es un día fácil para ellos, pero también me gustaría hablar aquí de ellos, por su valentía, su generosidad y por anteponer la felicidad y el bienestar de sus hijos al propio. También sois humanos, no lo olvidéis.

He encontrado un anuncio especial, del Atlético de Madrid, sobre padres e hijos. Lo hicieron para el Día del padre, pero eso es secundario.



En internet hay millones de vídeos relacionados con las mamás. No me ha resultado fácil seleccionar, entre tantos, uno para compartir aquí y dedicárselo a todas. He optado por uno de hace tres años, de Espacio León. ¡Va por vosotras!


Gracias a todas las mamás por tanto, gracias por todo. Disfrutad de vuestro día y, si es posible, acompañadas por vuestros hijos.

Termino con una imagen que resume muy bien lo que cada hijo siente por su madre.



sábado, 4 de mayo de 2019

Pinceladas de emoción (19): La felicidad (IV)

Esta mañana, mis alumnos tenían examen de Mates. Como cada uno va a un ritmo diferente, se me ocurrió una actividad breve sobre la felicidad para después del examen. A los que acababan, les daba a elegir entre cuatro colores distintos de post-it de colores. Tenían que elegir el color que quisieran y, con un rotulador negro, escribir en mayúsculas una palabra que ellos asociasen con la felicidad. No tenía por qué ser lo más importante para ellos, pero sí que esa palabra estuviera relacionada con su felicidad. Y en letra más pequeña, debajo de la palabra y entre paréntesis, su nombre. 

Con los post-it hemos cubierto la puerta de uno de los armarios de clase. En nada me pongo manos a la obra para hacer un cartelito en la parte de arriba. No obstante, lo más importante es que nosotros, los que estamos en la clase, sabemos lo que es, y qué quieren decir esas palabras. El cartel pondrá "La felicidad en una palabra." 

Sí valía repetir palabras, me parece que familia es la que más se ha repetido, junto a mamá/madre/nombre de su madre. También había verbos, como jugar o salir; sustantivos como música o comida...Puse confianza, dudaba entre esa o cariño. La felicidad puede tener muchos ingredientes, pero a mí esos dos me parece que son especialmente necesarios. Creo que ahora soy tan feliz porque recibo muchísimo cariño por todas partes y una confianza gigantesca de mucha gente. No sé, es algo casi mágico, muy bonito, indescriptible. Voy a disfrutarlo al máximo porque es una etapa dulce, y quiero que dure más, pienso estirarla todo lo que pueda. La vida es sabia, y compensa momentos pasados complicados de digerir con otros tremendamente dulces (y qué alivio que así sea).

Después del momento post-it, y de comentar un poquito con ellos las palabras que habían escrito (fui leyendo todas en voz alta, al fin y al cabo, no era algo anónimo); seguimos con las clases habituales, después recreo y luego una hora de Inglés en otra clase (para mí), y de Ciencias Naturales (para ellos), antes de reencontrarnos en la última media hora, nuestro tiempo oficial de "Pinceladas de emoción."

Para esa media hora, en mi cabeza tenía dos opciones, la primera consistía en poner los vídeos de "la felicidad en 4 minutos del Instituto Coca-Cola de la felicidad." Hace unos años los emitían en La 2, a mí me encantaron y llevo años utilizándolos en algún momento del curso. Por eso la semana pasada les pedí que escribieran en tan solo 4 minutos, que era la felicidad para ellos. Esos y un anuncio, también de Coca-Cola (no digo cuál, porque ese sí lo van a ver un día cualquiera). El caso es que no pude ponerlos, así que directamente esta opción quedaba descartada. Por si sentís curiosidad, pongo de ejemplo dos de ellos:



No me quedó otra que ir a la otra opción (no era la opción B). Se trataba de una actividad muy especial, algo arriesgada, pero notaba que era un momento en el que era factible hacerla. Bajamos bastante casi todas las persianas, apagamos las luces y me senté frente a ellos con un par de folios. Necesitaba ese ambiente más íntimo para el texto que llevaba. Una música de fondo habría sido un plus (o quizá no, sino un elemento de distracción, me quedaré con la duda). Empecé a leer el texto sentada, luego fui caminando por la clase entre los alumnos y, decidí quedarme en un punto fijo.

Llamé a la actividad "Burbujas de felicidad," porque les pedía viajar a eso, un momento muy feliz para ellos del pasado, fuera reciente o no. Casi es mejor que leáis el texto. Texto BURBUJAS DE FELICIDAD

Tiene marca de agua porque es algo personal, todo es mejorable, pero es muy mío. Además no lo escribí en cinco minutos precisamente. Eso no quita que si alguno quiere, pueda usarlo, por algo lo comparto aquí. El que leí en clase puede variar ligeramente sobre este, porque sobre la marcha fui modificando algunos detallitos y, como no quería hacer ruido, no escribí los cambios mientras leía. Antes de "colgarlo" he variado lo que recuerdo de esta mañana.

Muchas veces me quejo porque hay alumnos que no escuchan, no prestan atención y no saben permanecer callados. Hoy no escuchaba ni una mosca, era una concentración increíble, o al menos un gran respeto hacia lo que les planteaba, eso ya es mucho. Al terminar, hablamos un poco sobre lo que les había parecido, cómo se habían sentido con la actividad, quiénes habían sido capaces de pensar en una burbuja de felicidad, si habían estado cómodos...Más que nada porque no es lanzar mis ideas sin más, quiero sinceridad, su opinión de verdad. Considero que es la única forma de hacer las cosas de otra manera y, adecuarlas, todo lo que pueda, a quienes van dirigidas.

Les advertí que no iba a pedirles, ni siquiera voluntariamente, explicar qué habían recordado, porque me parecía algo muy íntimo y hay cosas que no son para compartir en público. Sí, son sus compañeros, es decir, mis alumnos, mis niños y niñas, pero prefería que se lo reservaran (y decidieran ellos si contárselo a alguien, como al compañero de al lado, a un amigo en la fila o a alguien de su familia al llegar a casa).

Se pusieron en la fila para salir y...¡cada vez percibo (y recibo) más cariño! Hablando en plata, es una auténtica pasada, no hay mejor "paga" que esa. A veces piensas que no es posible que la gente sea tan cariñosa, pero ves que te confundes, los seres humanos somos sorprendentes. Entre besos, abrazos y sonrisas, dimos la bienvenida al fin de semana. 

Últimamente lo repito mucho pero es verdad, me encantaría que los papás y las mamás pudieran contemplar todo lo que nos da tiempo a hacer en estas Pinceladas de emoción. Seguro que lo disfrutarían igual o más que yo (y el listón está muy alto).

Por muchos motivos, cada viernes de 13,30 a 14hr, es mi momento favorito del cole, tal vez para algunos de mis alumnos lo sea también. El próximo viernes, cambiamos de emoción, ojalá pueda sorprenderles con lo que tengo en mente. 

Hasta entonces, de cuando en cuando rescatad alguna burbuja de felicidad, vale la pena.


http://dejadepensarsoloactua.blogspot.com/2012/01/como-burbujas.html

miércoles, 1 de mayo de 2019

Pinceladas de emoción (18): la felicidad (III)

El pasado viernes 26 de abril, volvimos "a la carga" con la educación emocional después del paréntesis de vacaciones de Semana Santa. Finalmente vamos a dedicarle más tiempo a la felicidad, en total serán 4 sesiones (una de ellas de una hora), que a la tristeza, 3 sesiones de treinta minutos.

Hablamos de la felicidad no como algo abstracto, sino concreto y distinto para cada uno. Les invité a pensar en la felicidad para cada uno de ellos y, probablemente, no tuviera por qué coincidir con lo que otros pensaban. De pista les recordé el libro de otra sesión: Descubre el secreto para ser feliz. En él se habla de mindfulness y relaciona la felicidad, principalmente, con nuestros sentidos.

Insistí en lo de concretar, y nada de escribir "es un sentimiento muy bonito que..." Ese no era el objetivo, porque para eso están ya los diccionarios puros y duros, o emocionarios (y hay unos cuantos en el mercado).

Repartimos unos folios amarillos con una imagen del señor Feliz y la pregunta "¿Qué es la felicidad para ti?." Esta ficha en blanco sirve para haceros una idea. Solamente disponían de 4 minutos para escribir sus respuestas, ese tiempo no es casualidad, y quedé en explicárselo antes de la próxima sesión (espero que mañana jueves podamos hacerlo).

Como es costumbre, al acabar el tiempo, los cuatro minutos que en realidad fueron casi seis, únicamente hablaron los que quisieron hacerlo. Y así es como estuve un ratito haciendo esfuerzos por contener la emoción...¡Qué bonito!

Entre las mil cosas que escuchamos estaba estas, relacionadas con sus aficiones, sus gustos o su entorno:
-El tenis.
-Escuchar mi canción favorita.
-Echarme colonia (diciendo e nombre de una colonia concreta)...Qué originales. Esta actividad la he hecho en otras ocasiones y nunca ningún alumno había incluido algo parecido.
-Que todos me quieran.
-Que no me dejen tirado.
-Dar abrazos a Raquel (en este momento no sabía ni dónde meterme, qué privilegio que una persona me incluya entre lo que es la felicidad para ella).
-Jugar a papás y mamás con mi hermana.
-Los helados de chocolate con limón. (Combinación curiosa, prometo probarla)
-Hacer reír a la gente...
Y no apunté más porque me encanta ver la cara que ponen los que intervienen y las reacciones de los que escuchan.

Tomaron la palabra bastantes niños y niñas. Esperé al final para leer lo que me había dado tiempo a escribir, me habría gustado poner más cosas, pero para eso ya está el blog. Como habréis podido comprobar, hay muchas formas de felicidad y varían mucho según la persona.

Mis respuestas, según los minutos que le dedicamos, a la pregunta ¿QUÉ ES LA FELICIDAD PARA TI?:
Que mi familia tenga salud, que yo también tenga salud, tener el trabajo que tengo, el cariño y más específicamente los abrazos, escuchar música a todas horas, hacer fotos de sitios bonitos o de la gente que me importa, dibujar, ir de compras a centros comerciales, cocinar para las personas a las que quiero, estar con mis amigos, que haya personas que confíen en mí y solo por eso, me hagan sentir especial, ir al cine, viajar, ver el amanecer en la playa y caminar descalza por la arena mojada, pisar hojas secas en otoño, escuchar a la gente (especialmente cuando tienen un problema o no se sienten bien), ver que me escuchan, ver que la gente que me importa es feliz también, ir al campo de paseo...

Otras no tuve tiempo de escribirlas y alguna me la dejé en el tintero intencionadamente por si se me quebraba la voz. Habría añadido, a bote pronto, estas:

La tortilla de patata de mi madre, poder dar las buenas noches  a mis alumnos/as, los detalles, la gente que no te hace la pelota ni te utiliza, las personas generosas (no materialmente, sino a nivel humano, que vale mucho más), que te echen una mano y no presuman por haberte ayudado, marcarte un reto y hacerte con él,  el amor, ser amable, la capacidad de adaptación, coger a un bebé en brazos, saber olvidar, el olor de un libro nuevo, sentarte en un sofá a contemplar el fuego en la chimenea, una comida con personas a las que quieres, disfrutar de la profesión más bonita del mundo, escribir, no tener que despertarme a las seis de la mañana, el apoyo de otras personas, el trabajo en equipo de verdad, centrarte en lo que tienes y no en lo que te falta...Y cómo no, las Pinceladas de emoción de los viernes.

No hace falta que las escribáis, pero me encantaría que os sentarais unos minutitos y os respondierais a vosotros mismos a esta pregunta: ¿Qué es la felicidad para mí?

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