martes, 30 de agosto de 2022

Mis 26

26 es un texto de Ana Milán. Aparece en su libro "Voy a llamar a las cosas por tu nombre".

1. La tortilla de patatas de mi madre.

2. Quitarme el sujetador después de un día que se me ha hecho largo, muy largo.

3. Ver una peli en el cine con las palomitas de los Van Dyck.

4. Ir al volante y que en la radio pongan alguna canción de las que me encantan.

5. Dormir del tirón.

6. Los cafés con mis amigas.

7. Los abrazos, pero especialmente, tus abrazos. 

8. Cualquier viaje o escapada con mi hermano. 

9. Madrugar para viajar.

10. Los Jardines de La Granja en otoño.

11. Un concierto de alguien cuyas letras me emocionen.

12. Ir a un centro comercial hermoso.

13. Las cartas escritas en papel.

14. Un ramo de flores.

15. Perderme entre los objetos de papelería.

16. Irme sola el primer día de rebajas.

17. Los amaneceres en la playa.

18. Pasear por el campo cámara en ristre.

19. Mirarnos a los ojos y sonreír callados.

20. El primer baño del verano en la piscina.

21. Los "te echo de menos".

22. Los reencuentros con amigos tras mucho tiempo sin vernos. 

23. Las cenas de nochevieja de los 4, después de un buen rato en la cocina y una ducha exprés para estar "mona" para despedir el año y dar la bienvenida al nuevo.

24. Las fechas especiales.

25. Los detalles. 

26. Las conversaciones sin temas tabú.

Y ya. Mis 26 están escritas en muy poco tiempo, porque quería no pensar demasiado, sino poner las primeras 26 que se me ocurrieron. Y me importa un rábano lo repetitiva que pueda ser.

Os animo a pensar y escribir vuestras 26, sean solo para vosotros o compartidas con alguien o con muchos. 

Buen día y felices últimos baños del verano en la piscina y/o en el mar.

lunes, 29 de agosto de 2022

40

Todavía no me acostumbro, por lo relativamente reciente que tengo el soplado de velas. Pero intuyo que sí, que de verdad inauguro una de las décadas más hermosas de mi vida. Quiero pensar que así va a ser. Una amiga me lo recordaba:"Lo que piensas, creas."Así que estoy creándolo, porque lo pienso.

Agosto tiende a ser un mes tranquilo. Este año no, vino cargadito de montañas rusas y tsunamis emocionales. De momentos inolvidables, y días para olvidar. Aunque lo malo no se borra, lo especial se recuerda muy bien. Siempre que pueda, procuraré que lo inolvidable, especial, mágico, pese más en mi balanza.

Llego a los 40 convencida de tener pendientes muchas cosas buenas por vivir. Y además con la seguridad de tener la muerte un pelín más cerca. Esto no me atormenta, me das más fuerza para exprimir mi vida. Teniendo salud y gente a quien querer y me quiera, deseo vivir muchos años más. A medida que cumplo años veo que hablar sobre la muerte deja de ser algo tabú. No me gustan los temas prohibidos. Me gusta la libertad de sentir que de cualquier tema puedo hablar con algunas personas, y es suficiente. Suficiente porque no con todo el mundo tenemos el mismo "feeling" y eso se traduce en grados de confianza distinta. Y que no me apetece hablar de algunos temas con algunas personas, porque no, no me siento cómoda, y punto. Hay gente, muy poquitas personas, con las que sé que puedo ser yo todo el rato, con mis dobleces, como todo el mundo. No sé a vosotros, pero yo no me quito todas las capas con cualquiera, porque me gusta reservar una parcelita para los más cercanos y para mí. Este reducido grupo es el que conoce mis miedos, ilusiones, proyectos, fortalezas, debilidades, penas, preocupaciones y alegrías. 

Quizá por lo complicado que está resultando el día a día desde el 10 de agosto, he dado la bienvenida a los 40 con los brazos abiertos de par en par. No noto más arrugas que antes del 21. Las canas las sigo disimulando con la misma frecuencia. Y tampoco siento dolores o achaques nuevos. Siento que mi puzle está cada vez más hecho. Además cada día que pasa veo con más claridad lo que hay y los que hay en él, y más me gusta. Los 40 no son una losa, sino un globo precioso en el que acabo de montar. Y como me ponga tozuda, vuelo, ¡ya lo creo que vuelo!

Mi vida no es como había imaginado que sería a mi edad, aunque no me roba el sueño. Sé que dispongo de tiempo todavía para según qué, y estoy convencida que quien me quiere se quedará a mi lado, para todo aquello que está en mi cabeza y en mi corazón.

Pese a que hay momentos en los que salto, como si tuviera un resorte en mi interior. Otros, por el contrario, me sorprendo a mí misma de la paciencia que tengo. A veces me cuesta, lo reconozco. Una no puede estar aguantando todo el tiempo, de vez en cuando es inevitable estallar. Procuro canalizarlo sin llevarme a nadie por delante, pero hay días que hay choques frontales, tal cual.

Que nada ni nadie os impida luchar por vuestros sueños. Quered, amad con el alma, respetad, apoyad, pero luchad por aquello en lo que creéis. Hay sonrisas de felicidad que son más eficaces que mil explicaciones. No debéis pedir permiso a nadie por vivir la vida como os dicta vuestra intuición. Y los que os quieren van a estar a vuestra vera, aunque no os comprendan (o les lleve su tiempo hacerlo). El amor, para que sea amor, ha de ser generoso, libre y empático. Mis alumnos se reirían al leer esto, porque pensarían que aquí sigue su "profe", igual de plasta, con lo de la palabra mágica: empatía. Es que lo es, mágica e imprescindible, y ponernos en la piel de según quién en según qué circunstancias puede costar una barbaridad, incluso resultar doloroso. Pero los ejercicios profundos de empatía nos ayudan con los otros (a conocerlos y comprenderlos mejor) y con nosotros mismos (a relativizar, quitarle hierro a algunas cosas y darle un peso mayor a otras). En cuanto a lo de ser libre, no podemos obligar a nadie a estar con nosotros, ni mucho menos a amarnos, o a que los amemos. A mí esto me ha pasado con amigos (pocos). Y llegué a la conclusión que quien quiere estar en mi vida, está; igual que quien quiere que yo esté en la suya, me lo demuestra. Puse libre y generoso unidos. Si amo a alguien quiero que cumpla sus sueños, que sepa que voy a estar a su lado si vienen cosas buenas o si hay malas noticias, rachas...Y si no comparto algún sueño suyo, o no me hace gracia por el motivo que sea, igualmente voy a estar ahí y apoyarle en todo lo que pueda, porque quiero que la persona que esté a mi lado se sienta lo más realizada posible y FELIZ, con mayúsculas.  Para mí eso es señal de generosidad. Y la generosidad es un ingrediente del amor. O así lo ven mis ojos.

Mil gracias a los que el 21 de agosto me felicitasteis, por la vía que fuera. Perdonad que no respondiera a casi ninguna llamada ni mensaje. Ha habido cumpleaños que me he pasado medio día colgada del teléfono, y al acabar el día he tenido una sensación agridulce. Por eso prefiero responder después, cuando pueda. Y si estoy celebrándolo, como sea, poder hacerlo sin interrupciones. Aunque insisto, agradezco mucho que os acordaséis de mí. Como no quiero felicitaciones vacías, sigo teniendo quitado mi cumple de Facebook. Vía  estado de "WhatsApp" no puse velas, solo lo que me apetecía, dos palabras que dan título al libro más reciente de Lucía Benavente, "Gracias, vida", y una selección de imágenes que tenía en la memoria del móvil. Algunos entendieron mi mensaje y dedujeron lo de mi cumpleaños. Fui sutil porque felicitar a alguien porque sí, me parece tontería. Gracias a todos de nuevo, y dadme unos días más para seguir contestando a los pendientes, que haberlos los hay, pero los días, a los 40 años, siguen teniendo 24 horas.

Poco más puedo añadir, espero seguir viviendo de la manera más coherente posible. Compartiendo mi tiempo con quien me suma y me siento cómoda, y procurando poner mi granito de arena para que estén bien las personas que quiero, y en ocasiones no es fácil.

Gracias por formar parte de mis 40 años de vida. Disfrutad la vuestra a tope. El tiempo vuela. Ojalá el pasado sea impulso, y no lastre. El presente, un momento en el que sintáis paz, y el futuro, una etapa para seguir creciendo a todos los niveles (y para completar vuestro puzle, a vuestra manera).

Lo repito hasta la saciedad, el que no se arriesga, no gana. Arriesgaos y en futuro no muy lejano evitaréis tiraros de los pelos. Solo puede salir adelante aquello que se intenta.

Gracias por dejarme ser yo y respetar mis silencios, espacios y/o ausencias.

Pese a que la memoria es selectiva y en mi disco duro interno se van olvidando momentos, quedan muchísimos fabulosos que me hacen sentir muy viva.

Me quedaba corta solo con una canción, así que van unas cuantas.

GRACIAS, VIDA.


La siguiente canción siempre me ha encantado. La versión original, con Mocedades, es insuperable, pero me suena haberla puesto aquí alguna vez, y he optado por voces distintas. "Mamé" Mocedades de pequeña, porque era uno de los discos que me ponían mis padres cuando no me quedaba dornida, y me gusta mucho.