sábado, 21 de noviembre de 2020

Seve Emociones (4 y 5): la NOSTALGIA

Me pasa con frecuencia, el universo emocional es tan amplio que no es tarea fácil elegir "por dónde tirar." Da igual que fuera el Taller "Emociónate" del colegio Beatriz Galindo de Salamanca, las "Pinceladas de emoción" del "Fili" (mi Fili) de Guijuelo o ahora con las "Seve Emociones" del CEIP Severiano Montero de Peñaranda. No es sencillo decidir qué emociones se tratan y de qué manera.

La de esta semana me parecía necesaria y la pista me la dio un alumno de mi tutoría, por un comentario que hizo la semana pasada en clase. Gracias Boris, muchas gracias, por inspirarme.

Esta vez hemos intentado aproximarnos a la nostalgia. Pero no la nostalgia en general, nuestra nostalgia respecto a un tiempo reciente. Me gusta preguntar a los alumnos sobre lo que saben de las emociones, porque cuesta ponerles nombre, y a veces hablamos de conceptos que no tienen claros. No es bueno dar nada por sentado. Tiré de la RAE, después de algunas ideas bastante acertadas sobre lo que puede entenderse por nostalgia. Les di la hoja que podéis ver y/o descargar a continuación. Ver FICHA "Mi vida antes del COVID". Y como veis, nuestra nostalgia, en estos momentos, está muy relacionada con lo que hemos vivido/padecido y seguimos viviendo, por eso la he llamado "Mi vida antes del COVID". Acompañada de unas líneas para que reflexionaran sobre cómo era su vida antes de la pandemia y qué cosas/situaciones echaban de menos bien porque ahora ya no las pudieran hacer (quien dice ahora dice actualmente) o porque las puedan hacer pero de una manera muy distinta. Estuvieron unos diez minutos pensando y escribiendo. Casi todos escribieron "algo." Era, como la mayoría de actividades que planteo sobre educación emocional, algo personal, íntimo, que quedara para cada uno. Luego ya me gusta poner en común, compartir, pero únicamente si se quiere, y lo que se quiere. No dio tiempo a más y sonó el timbre.


Ayer viernes retomamos todo donde lo habíamos dejado, y los que quisieron fueron diciendo una o dos cosas de su lista. Para mi sorpresa, disgusto puede ser más adecuado, 6 niños/as optaron por no compartir nada de lo que habían puesto. No indagué mucho en los motivos, sus razones tendrán, cada cual ha tenido unas vivencias y hay que respetar esos silencios deseados. Pero no me lo esperaba, puede que porque me estaban mal acostumbrando en los ratitos anteriores sobre emociones.

 Mi lista se me fue de las manos, puse 9 y no 5, y podría haber escrito muchas más. A lo mejor era algo que necesitaba sacar, poner en papel y decírmelo a mí misma.

Varias niñas se emocionaron, por lo que ellas mismas habían puesto, o por lo que decían otros compañeros. Tengo que sujetarme para no ir corriendo a abrazarlas, es muy difícil mantener las distancias ante determinadas situaciones. Eso sí, porque vi que se desahogaron y se calmaron, o habría mandado a "freír churros" la distancia social, por cuestión de humanidad, y eso también es salud. La salud física hay que cuidarla, por supuesto, pero...¿y la emocional? La estamos descuidando con esas vallas invisibles (pero poderosas) que dibujamos nosotros mismos o que otros construyen a su alrededor. Y a mí me duelen en los dos sentidos, cuando no me queda otra que colocarlas y, claro está, cuando me las ponen personas que no me esperaba (lo respeto, es por salud, pero me duele).

En el pedacito de sus listas de "Mi vida antes del COVID" había variedad, referencia a personas fallecidas, mascarillas, distancia social, no tener cole, los amigos, las familias...No todos, pero un elevado porcentaje estaban relacionados con los límites que tenemos en esta etapa de anormalidad (lo lamento, sabéis que lo de "nueva normalidad" me chirría).Y como no podía ser de otra manera, con los efectos negativos que dichos límites han causado en nuestra vida. Y sí, nos guste o no, hay una vida antes y después de la pandemia.

Me gustaría compartir los nueve elementos de mi lista:

1-Poder demostrar el cariño a la gente que quiero/me quiere sin mantener la distancia (especialmente echo de menos abrazar).

2-Ir al cine con normalidad, sin límites de aforo ni de dónde te permiten sentarte y dónde no.

3-Quedar con mis amigos y/o familiares para comer, cenar, tomar algo...

4-Pasear sin hora de llegada, sin toque de queda.

5-Viajar...y poder ver, como me encanta hacer en verano, al menos un día, el amanecer en la playa.

6-Vivir sin gel hidroalcohólico.

7-Ir por la calle sin mascarilla, para poder comunicarme mejor con la gente y ver sus gestos, sobre todo ver la sonrisa de cada persona.

8-Poder compartir todo, sin precauciones.

9-No mantener la dichosa distancia social.

Comenté con mis alumnos que aunque ellos no fueran conscientes, estamos viviendo una época que seguramente el día de mañana contaremos a nuestros hijos, nietos...Y ojalá cuando les hablemos de esta etapa, la recordemos como una pesadilla pasada, algo que superamos y logramos vencer. Y seguimos hablando de lo que podían echar de menos, que antes (del COVID) disfrutaban y ya no, de "esas pequeñas cosas", como cantaba Serrat, a las que probablemente (me incluyo) no le dabamos la importancia que de verdad tienen. Ahí ya se animaron más a mencionar lo que echaban de menos.

No tengo ni la más remota idea de cuándo tendremos una vacuna (fiable), de cuánto tardará la mayor parte de la población en levantar cabeza después de este bache que para muchos será una caída libre, ni de casi nada... Pero quiero pensar que aunque solo sean unos pocos, habrá personas a las que les haya servido para algo bueno. A mí me está enseñando la cara más amable de algunos, también lo miserable, egoísta y envidiosa que puede llegar a ser una persona. Situaciones así ponen a prueba nuestra fortaleza, capacidad de adaptación, y tensan (para bien o para mal) los lazos humanos que cada uno hemos creado. Y me siento afortunada, humanamente millonaria, privilegiada, más que nunca, rica en afectos. El cariño me da alas y me hace ser todavía un poquito más feliz. 

Por cierto, para los que os apetezca, quede para vosotros mismos o lo compartáis con alguien. Pensad: ¿Qué estaría en vuestra lista de "Mi vida antes del COVID"?

Y la música esta vez es de Conchita, con su canción "Que merezca la pena." Pues eso, pese las dificultades, vamos a intentar que esta vida valga la pena ¿o no? 

domingo, 15 de noviembre de 2020

Compartir como siempre, compartir como nunca

No falto a mi cita con la publicidad navideña y, una que nunca falta, la del sorteo de Lotería de Navidad. Estaba claro, viendo la línea que tomaron hace ya unos años, que iba a tener sello emotivo. Y este año más, creo que muchos (no me atrevo a generalizar y poner "todos") estamos un poquito más sensibles que otros años por estas fechas. El 2020, al menos a mí, me ha descolocado en muchos sentidos. Me ha hecho replantearme hacia dónde estaba enfocando mis energías, y qué es lo que de verdad desearía que sucediera en mi vida. Y aunque está siendo un año lleno de muchas sombras, me quedo con las luces, por encima de todo. Pese a las tristezas, las ha habido y las que quedan por llegar; las restricciones, merecerían capítulo a parte; y los cambios derivados de esta anormalidad, a veces caos, en la que estamos inmersos. 

Quizá por tener las emociones un poquito más a flor de piel si cabe, me han emocionado algunos anuncios navideños. Empiezo por los de lotería navideña. He dado con dos versiones distintas. El primero es un paseo a lo largo de muchas décadas, en las que siempre estuvo presente esta lotería, finalizando con un guiño al momento actual, en el que no estamos confinados pero somos conscientes que podemos estarlo de nuevo (aunque sea en una versión más ligera que en marzo). Y me parece bien, la publicidad no debería ignorar lo que ha marcado el 2020, y la pandemia se lleva la palma. Es importante ese reconocimiento a todos los que de una manera u otra han ayudado en los tiempos duros. La segunda versión tiene un comienzo parecido, pero acaba con un mensaje telefónico de un hermano a otro. Me encanta la idea de olvidar rencillas familiares con la que está cayendo encima, porque seguramente (casi) siempre es posible dejarlas a un lado, y pasar página, aunque cueste. Ya, lo sé, no siempre se puede. 

Eso sí, qué bonita es la idea de compartir, da igual un décimo, un trozo de tarta, un abrazo, una película con mantita y chimenea...Lo que sea, pero COMPARTIR, sí, con mayúsculas, que le da un énfasis especial. Aquí os dejo ambos anuncios.



Pero hay más anuncios que merece la pena compartir. Otro de ellos es el de turrón de chocolate Suchard. Tal vez intuyendo que este año hay muchas probabilidades de no poder hacer cenas/comidas familiares en Navidad. Aunque reflexionando, me parece que no la van a prohibir, pese al riesgo. Ya, sé que a lo mejor habrá gente que no lo comprenda. Pero después del año que llevamos, si pretendieran prohibir reunirse a las familias, me parece que muchas se rebelerían. ¿Por qué? Ante la incertidumbre de pensar que puede ser que el año que viene falte alguien en la mesa. No olvidemos que hay personas que han sufrido la pérdida de perder a seres queridos, sin la opción de un último beso, abrazo, apretón de manos. No sé, es todo muy complicado. 

De ahí que me haya gustado tanto el anuncio de Suchard, recreando una cena en familia en estas fechas tan especiales, contada desde varios puntos de vista. A continuación podéis verlo:



Y el cuarto anuncio que comparto con vosotros es de Coca-Cola. Gira en torno a las peripecias de un papá para hacer llegar la carta de Papa Noël de su hija al destinatario. Me encanta la idea, de siempre, este año más, pensar que al final el mejor regalo es poder estar juntos, y eso no tiene precio. Ojalá cada uno de los que leáis esta carta tenga la oportunidad de tener en su mesa a alguien con quien de verdad desea estar. El mejor tiempo no es el que pasamos nosotros solos, ni aunque estuviéramos en el lugar más bonito del mundo. Para mí los momentos con más magia son aquellos que compartimos con los que amamos, y da igual dónde estemos. Me da en la nariz que habrá continuación de esta entrada, todavía espero el anuncio de Ruavieja de Navidad, y alguno más que suele ser también muy especial.


Mientras llega la Navidad, os envío a todos mucho ánimo, y fuerza, sé lo fácil que es estar escasos de ellas cuando el día a día es una lucha continua por, de una manera u otra, sobrevivir. Y eso, aunque cueste, no dejéis de luchar, a veces hay batallas que perdemos, pero si eso pasa, que hayamos puesto toda la carne en el asador. Mucho cariño para todos, muchos abrazos apretados...Llegará un día en el que podamos abrazarnos nuevamente, con o sin mascarilla, y sentir el calor humano, tan necesario. 

domingo, 8 de noviembre de 2020

Seve Emociones (2 y 3): El MIEDO

 El jueves 22 de octubre (media hora), el jueves 5 de noviembre (media hora) y el viernes 6 de noviembre (cuarenta minutos) estuvimos hablando en el aula sobre el miedo.

El primer día fue una toma de contacto, a través de una ilustración de los personajes de la película "Del revés," identificamos con qué emoción íbamos a trabajar. Los alumnos reflexionaron sobre qué era el miedo, qué provocaba a nivel físico (sudores, sensación de frío, llorar, temblores, escalofríos, tener los pelos de punta...) y qué otros efectos tiene, como falta de seguridad, nos hace movernos, nos impide enfrentarnos a algo o no nos deja hacer algo. Obviamente es mucho más rápido darles la definición y...¡listo! Pero me parece menos eficaz.

A continuación les di una ficha con un dibujo de un fantasma, con el título "Mis miedos." Les pedí que individualmente pensaran sobre sus miedos y escribieran los que quisieran en el contorno del fantasma. Por si os viene bien, aquí incluyo una fotografía.

Para animarlos a participar, ya que no me parece sencillo atreverse a poner por escrito los miedos de cada cual, dibujé un fantasma parecido en la pizarra. El de la pizarra lo rellené yo, con algunos de mis miedos.


La verdad es que en el fantasma de mis miedos hay un popurrí considerable. Sé que hay miedos que son más comprensibles que otros, algunos están en vías de superarse o al menos no están en un grado tan elevado como hace algún tiempo, como es el miedo a los perros. Otros varían según la época, son un poco como el Guadiana, por ejemplo el miedo a los ascensores, que desde el periodo de confinamiento ha aumentado mucho, sé que tengo que enfrentarme a él poco a poco, porque no tiene sentido.

Y claro, los más dolorosos son los que se refieren a la salud de las personas a las que quiero, como la muerte de mis padres, evidentemente con el paso de los años es algo cada vez más próximo, y asusta una barbaridad, al menos a mí. O en general cualquier enfermedad que pueda afectar a los que quiero. 

Como media hora pasa volando y parte de las "Seve Emociones" se nos fue hablando de qué pensaban que podía ser el miedo y lo que sentían a nivel corporal y cómo condiciona a veces nuestras vidas, unos cuantos se llevaron a casa su fantasmita. Recogí todos con la idea de comentarlos en la segunda sesión, dos semanas después.

Leí todos en casa, cuatro o cinco alumnos habían puesto entre sus miedos el COVID-19...

Para empezar la segunda sesión les entregué su fantasma y voluntariamente, los que quisieron, comentaron algo de lo que habían puesto. Hablamos que hay que ser realistas y darse cuentas que hay cosas más probables que sucedan que otras. Como puede ser encontrarse en Peñaranda (o en Castilla y León), con tiburones...Pero no dejan de ser niños y se nota la influencia que tienen en ellos los videojuegos, la televisión, las redes sociales...Aunque tengo claro que no es mi responsabilidad controlar el uso que hacen de los mismos o cómo se exponen a ellos.

Para acabar puse el vídeo de un libro, se llama "¡Qué miedo!".


Y así acabó la clase del jueves pasado. La verdad no dispusimos de tiempo para hablar del vídeo, así que el viernes lo retomamos. Algunos me pidieron que lo volviera a poner, y aunque no era mi intención, les hice caso. Tras hablar un poquito del mismo, les di una ficha sobre el miedo que estaba en internet. La comparto con vosotros porque me pareció interesante y quizá queráis usarla en vuestras clases. 

En clase la rellenaron y luego, igual que con el fantasma de sus miedos, el que quiso comentó algo de lo que había puesto. Me encanta ver que participan, pese a llevar poco tiempo este curso con las "Seve Emociones." El 20 de noviembre continuaremos con otra sesión de "Seve Emociones." Cualquier duda, consulta, comentario o lo que queráis, estoy a vuestra disposición. Gracias.

jueves, 5 de noviembre de 2020

CUATRO

 Son los años que hoy cumple este blog.

Cuatro destinos distintos en este tiempo: CEIP Beatriz Galindo en Salamanca como maestra de Compensatoria; CEIP Filiberto Villalobos de Guijuelo como tutora de 5º de Primaria y especialista de Inglés de 5º; CEIP Filiberto Villalobos de Béjar como maestra de bilingüe y especialista de Inglés y, desde este curso, CEIP Severiano Montero de Peñaranda de Bracamonte.

Y con cada destino, un tiempo específico para la educación emocional. Y así llegó el "Taller Emociónate" para el alumnado de 4º de Primaria en el Beatriz Galindo. A continuación las "Pinceladas de emoción" con el alumnado de mi tutoría de 5ºC en el Filiberto Villalobos de Guijuelo. A los niños y niñas del Beatriz Galindo y a los de "Fili" de Guijuelo, deciros desde aquí que da igual cuántos años pasen, la gente que conozca y lo que suceda, por todo lo vivido juntos en esos ratitos y en los demás, os quiero lo que no está escrito. El curso anterior se quedaron las ideas sobre el papel, las "Emo-ideas." Y este, de nuevo en mi rol de tutora, las "Seve emociones" que quincenalmente abordaremos en el Severiano Montero de Peñaranda. Por cierto, este fin de semana habrá una entrada doble sobre el miedo, del que hemos hablado en dos sesiones en el aula de 4º de Primaria del "Seve."

En dos párrafos he querido condensar los coles, con nombres y apellidos, que en parte están aquí, en este blog. Además me apetecía mencionar qué idea/proyecto o ponerle el nombre que queráis, ha tenido que ver con cada uno de esos destinos. Las personas, están asociadas a cada lugar, pero he optado por no poner aquí sus nombres.

Para mí son razones más que suficientes para que hoy esté aquí, sentadita frente al ordenador, dedicándole (como tantas otras veces) un ratito (lo que se puede y cuando se puede), a este espacio que tantas alegrías me ha dado. No obstante, por si con eso no bastara, tengo la suerte de haber ganado dos veces el premio al mejor blog educativo de Educación Primaria en el certamen "Comparto Blog", organizado por la Fundación "Salamanca, ciudad de cultura y saberes", perteneciente al Ayuntamiento de Salamanca. Me habría gustado continuar participando en el certamen pero, solamente está destinado a centros educativos de Salamanca capital y su alfoz. De ahí que solo participara en las ediciones de 2017 y 2018, cuando estaba en el Beatriz Galindo. Eso sí, jamás olvidaré el momento en el que, por cabezonería mía, salí a recoger el premio, en junio de 2018, acompañada de los niños y niñas del Taller "Emociónate". Qué bonito, cuánta magia.

La verdad es que en estos cuatro años me han pasado muchas cosas, a nivel personal y laboral. He conocido a personas maravillosas, tan especiales que a ratos me dan ganas de frotarme los ojos, por si estoy inmersa en un sueño. Aunque si es un sueño, no quiero despertarme. Me gusta continuar creyendo en la "leyenda del hilo rojo", porque estoy convencida que el destino tiene mucho que ver y nadie entra en nuestra vida por casualidad. Igual que me parece que se van o permanecen en ella por algún motivo. Sigo en contacto con la gran mayoría de gente que hace cuatro años estaban en ella. He aprendido a base de alegrías, pero más bien a base de alguna que otra "torta" importante.

Tengo todavía algunos detallitos pendientes de celebraciones previas. Pero hubo un extravío de algo que mandé y me sentí fatal, y tonta, al pensar que algo hecho a mano, con toda la ilusión del mundo, que llevaba mi cariño y mi tiempo, había ido a parar a manos ajenas de manera intencionada.

Esta vez retomo la idea de celebrar. Sí, porque el blog no me reporta ni un solo euro, pero sí sé que a algunas personas les sirve de algo, les entretiene, les gusta leerlo o por lo que sea, lo visitan. De ahí que esta vez, vuelva a las tarjetas de Navidad. Es un detallito para los que os animéis a dejar un comentario en esta entrada del blog, no en Facebook. Como el año tiene doce meses, ya, 2020 parece que tiene treinta (o más), enviaré una tarjeta navideña, hecha a mano, con todo el cariño que pueda, a las doce primeras personas que se animen a comentar algo. La idea es que la uséis para felicitar las navidades a alguien especial, el contenido lo dejo en vuestras manos. No quiero felicitaciones por el cuarto aniversario del blog, preferiría que pusierais algo sobre la importancia de la educación emocional, sea en los centros educativos, o en la vida en general. O bueno, sobre lo que queráis. Ah, por favor, dejad un email para poder contactar con vosotros y enviaros la tarjeta correspondiente, excepto si sois amigos o conocidos y sabéis que ya tengo vuestro móvil o dirección. Y pongo un plazo, para que no haya olvidos por mi parte, antes del Puente de la Constitución-Inmaculada estarán enviadas las doce tarjetas a los "comentaristas" je je.

No sé qué más decir, me siento afortunada y agradecida a partes iguales, y eso es fantástico (o a mí me lo parece). Resulto insistente con el "temita" pero creo que, hoy más que nunca, con lo que estamos viviendo este cuasi eterno 2020 y lo que nos queda por pasar, la educación emocional es más necesaria que nunca. La empatía, las caricias emocionales, la gratitud, la escucha activa, la importancia de saber reconocer lo que sentimos y gestionarlo...Por eso mi deseo, a fecha de 5 de noviembre de 2020, es seguir luchando y defendiendo aquello en lo que creo firmemente. Además, no es capricho, el día a día, y el tiempo, me van dando la razón. A veces el efecto que provocan nuestras acciones no es inmediato, requiere cierto tiempo para dar frutos pero, os lo aseguro, los acaba dando.

Por tantas cosas bonitas, vivencias en común..., me gustaría agradeceros lo siguiente: cada palabra amable, mirada cómplice, beso, abrazo, confidencia, lágrima, mano entrelazada, esfuerzo, proyecto en común, carcajada, sonrisa tímida, palmadita en el hombro, conversación, paseo, baile...La vida es bonita cuando tenemos la suerte de poder compartir lo que sentimos, aquello que nos mueve en un sentido u otro, con los demás. Y tengo esa suerte, en ningún momento de mi vida me han faltado personas con las que compartir lo que me pasa. 

No hay entrada del blog que se precie sin su correspondiente puntito musical. Y esta va a tener dos. La primera es una versión de una canción de Dani Martín, se me saltaron las lágrimas al escucharla, de casualidad, en La Voz. La segunda es actual, es parte de mi banda sonora del cole en este año, me anima mucho y la disfruto una barbaridad, Jerusalema.


Ah, procurad ser felices, no lo dejéis para mañana, nunca podemos estar seguros al 100% de lo que va a suceder. Os invito a exprimir el día a día, y a no quedaros con las ganas de nada.


Y quiero que la imagen de este aniversario sea de hace aproximadamente un año, como recuerdo de una escapada muy especial a la sierra con personas que son un regalo.

domingo, 1 de noviembre de 2020

Seve Emociones (1): la AUTOESTIMA

El curso pasado, al no ser tutora ni haber salido el taller sobre educación emocional que oferté para la tarde de los lunes, decidí crear aquí las "emo-ideas". Varias se me han quedado en el tintero y no siempre las he descrito con la ilusión habitual. Me resultaba muy complicado lanzar ideas sin más, sin poderlas llevar a la práctica.

Este peculiar 2020-2021 la situación ha cambiado. Al ser tutora nuevamente, pensé que tenía que retomar tratar en las clases la educación emocional, con la periodicidad que el horario me permitiera. Y va a ser algo quincenal, tal vez se me quede corto e intercale alguna actividad para trabajar las emociones a través de la Plástica.

Esta aventura se llama "Seve Emociones," usando la forma abreviada del nombre de mi destino actual, el CEIP Severiano Montero de Peñaranda de Bracamonte. Aunque obviamente coincidirán emociones ya tratadas, porque son alumnos distintos y no las han visto antes conmigo, mi idea es darle un enfoque distinto, de ahí que ni siquiera vaya a mirar cómo las traté en otras ocasiones.

Ya llevamos dos sesiones (cada una de 30 minutos), de "Seve Emociones". No he podido plasmarlas aquí antes por más de lo mismo, mi día a día es un no parar, especialmente en lo que a asuntos relacionados con el cole se refiere.

Empecé con la AUTOESTIMA. Recurrí a "El gran libro de las emociones,"  y a su historia "El ratoncito Miguelito." Habla de un ratoncito al que todo le da miedo, nunca discute con nadie, y hay gente que se aprovecha de su manera de ser. Un día le recomiendan visitar al Mago de los Espejos. El Mago, gracias a distintos espejos, le muestra diferentes "Miguelitos", cuando en realidad es él mismo, cuya imagen varía según en qué espejo se mire. 



Después de leerles el cuento, hablamos de qué trataba la historia. De manera sencilla, entre todos, definimos la autoestima. Y, como 30 minutos pasan volando, hicimos una rueda en toda la clase que comenzaba así: "Yo soy especial porque..." Les pedí que pensaran en algo que les hiciera especiales porque, al fin y al cabo, todos, sin excepción, tenemos cualidades que nos hacen especiales. Y, a ser posible, que no fuera nada de su aspecto físico (la experiencia me dice que es lo más fácil para los alumnos y así no se esfuerzan por mirar más allá). Como ya sabéis los que leéis el blog habitualmente, nunca pido a mis alumnos algo que yo no sea capaz de hacer, así que inauguré la rueda con "Yo soy especial porque me encanta escuchar..."

Me alegro ver que todos se animaron a participar en la rueda, aunque a algunos les costaba encontrar algo por lo que considerarse especiales.

Hablamos de la necesidad de tener una autoestima adecuada, de quererse a uno mismo, mirarnos a nosotros mismos con cariño, lo que no quita que seamos capaces de ver nuestros errores o aquellas cosas que son mejorables.

Para ser un estreno, acabé relativamente contenta.

Así que ya sabéis, encontrad vuestro espejo particular y quereros, sin excesos, pero sin tacañería. Yo me quiero (y según cuándo no me ha resultado nada fácil), con mis virtudes y defectos...¿Y vosotros?

SKAM

SKAM es una palabra noruega que significa vergüenza. Pero la entrada no lleva este título por su significado. Lo elegí porque así se llama una serie de Movistar +, cuya última temporada (salvo que cambien de idea, espero que no), acabó de emitirse hace una semana.

Es una serie con protagonistas adolescentes. La historia gira en torno a las vivencias de cinco amigas, estudiantes de bachillerato, y lo que les pasa, ni más ni menos. Creo que de refilón ya la había mencionado en una de mis crónicas de confinamiento publicadas en este blog. No he querido rebuscar para comprobarlo porque si bien las escribí porque deseaba dejar mi testimonio de unos momentos tan extraños a la par que durísimos, ahora mismo no me apetece lo más mínimo recordar aquellos días. Pero los menciono porque me gusta contextualizar lo que cuento. Descubrí por entonces, de pura casualidad, esta serie, una de esas noches en las que me dan las mil de la madrugada despierta. Y desde ese momento me enganché.

La última temporada no me ha decepcionado, es más, me ha sorprendido gratamente. Skam es una serie originaria de Noruega, pero el formato ha sido adaptado por otros países, entre ellos España, haciendo su versión, acorde a nuestra realidad.

Hoy le dedico estas palabras porque la recomiendo encarecidamente para el público adolescente. Y ¿por qué no? Para los adultos que tengan adolescentes en casa o cerca o, sin más, los que quieran acercarse al mundo adolescente. Creo que hace un retrato bastante acertado de lo que puede ser en la actualidad la juventud española, con sus miedos, preocupaciones, odios, amores, inseguridades...En la serie hablan muy claro, sin tabúes, y para mí ahí reside gran parte de su encanto. Las redes sociales son parte importante de la misma y, nos guste o no, creo que se aproxima bastante a cómo son muchos adolescentes. Me parece que el elenco hace muy creíble la historia que quieren contar y muestran todo con una cercanía no muy común, lo cual es de agradecer.

Así que, dicho queda, os invito a sumergiros en el mundo de Cris, Eva, Viri, Nora y Amira. A mí me ha emocionado y me ha acercado mucho a una parte de mí que ya no recordaba,  y bienvenida sea.

Ojalá os animéis a verla, y ya luego, si queréis, me decís qué os ha parecido.


Una perla, "Patient ", es parte de la "banda sonora" de la serie, a la cual podría dedicarle otra entrada.