viernes, 31 de diciembre de 2021

Al que se va y al que viene

Creo recordar haber quitado el "querido" el año pasado para darle la bienvenida al 2021 y decirle lo que me parecía. De los errores una aprende, aunque a veces tarde un poquito.

De momento 2021, agradezco que termines. Es verdad que me has dado grandes alegrías, pero disgustos unos cuantos. No sé si he reído o llorado más, pero bien lo que se dice bien no te has portado. En algunos aspectos sí fuiste generoso, en otros, como libertad (de casi todo), te daría un cero como un castillo.

Querido 2022:

No te hagas mucho caso de tu "primo", creo que no nos hemos acabado de entender muy allá con él.

De hecho terminamos el año con unas cifras de contagios que asustan. A mí que no me vengan con cuentos los antivacunas. Si antes (del COVID) creía en ellas, ahora mucho más. Si no fuera por ellas muchas de esas personas que estñan estas navidades confinadas en sus casas, estarían hospitalizadas o en el cementerio. ¡Benditas vacunas!

Ojalá en algún punto del año podamos decirle adiós a la mascarilla, gel hidroalcohólico, PCR, distancia social, cuarentena...Por si el 2021 no te ha puesto al día, te explico cómo me siento.

Necesito poder abrazar a los que me importan. Me hace falta esa cercanía ahora prohibida, esa calidez humana que no necesita palabras y existe en un abrazo.

Quiero ver las caras de los que tengo cerca o lejos, de todos. Volver a disfrutar con la forma de sonreir de cada cual. 

Intuyo que en la "primera" parte de ti no será posible, pero albergo esperanzas, soy así. Sea en julio, septiembre o noviembre, en muchos momentos me falta el aire, y no es solo culpa de la mascarilla.

Nunca recuperaremos esos besos, abrazos o cualquier otra muestra de afecto, y me da rabia, a sabiendas que con algunas personas es muy probable que no vuelva a coincidir, pero no te extiendas con este "castigo".

Me apetece mucho viajar, y viajar más también. Tengo escapadas en el aire (y los dedos cruzados), y viajes en mi cabeza que espero poder hacer algún día. Algunos son para volver a lugares en los que he estado (Londres, París, Brujas, Córdoba, Samtiago de Compostela, Lekeitio...), otros para pisar sitios que me apetece mucho conocer, aunque no me apetece enumerar todos aquí. Solo diré que tengo ganas de tirar al norte, sin más.

Por todo lo que te he comentado, más mucho más que puedo decirte si me explayo, sé generoso, por favor.

Generoso en salud, empatía, felicidad, proximidad, cariño, amor, amistad, trabajo, alegrías, ilusión, proyectos, imaginación, reencuentros, creatividad...

Dame tiempo para poderlo pasar con los que quiero y me quieren. Regálame muchos días con ellos. Sorpréndeme para bien, los disgustos van a llegar igual, pero quiero felicidad para mi gente y para mí a toneladas.

Tráeme paciencia, las baterías a estas horas están ya con menos de una raya y en breve en rojo.

Ayúdame a encontrar luz cuando me obceco o me ciego y no veo caminos, aunque tenga varios delante de mis narices.

No me quites a nadie. Estoy feliz así, en serio, si el número cambia intenta que aumente, pero déjame a los que siento que tengo. Déjame seguir disfrutando del amor, amistad, cariño, respeto y fidelidad de los que llamo mi gente. Y de su confianza. Para mí sigue teniendo un punto que roza la magia, el poder confiar en algunas personas sin miramientos, de cualquier tema, en cualquier momento, bajo cualquier circunstancia.

Por eso, 2022, miro hacia ti con esperanza. Mi actitud es positiva, no me gustaría cambiar de opinión.

No has llegado todavía pero voy a recibirte con los brazos abiertos. ¿Por qué? Porque estamos vivos, y eso es una fiesta. Fiesta pese a no poder hacer planes o hacerlos a lapicero, por si en el último momento la situación sanitaria varía y lo cabal es quedarse quietecito.

Gracias a todas las personas luminosas que formáis parte de mi vida. Me encanta que estéis en ella y me encantaría seguir siendo parte importante de la vuestra.

Como soy de las raritas, mi costumbre es pelar las uvas y quitarle los pipos, por eso de evitar molestar al 112 en una noche como la del 31 de diciembre. Te cuento esto porque voy a despedirme ya.

2022, muchos estamos "en construcción", pero igualmente te recibiremos con los brazos abiertos.

Unas canciones para despedir el año...Y una imagen personal, aunque sea de espaldas, con el amanecer en la playa de Gandía.


A todos los que leáis esto, ojalá lo que le pidáis a 2022 pueda ser una realidad. 

Un abrazo amplio:

Raquelilla

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Contrastes

Esta no va a ser la última entrada de 2021, pero sí una de las más reivindicativas. Y lo aviso desde la primera línea.

En mi casa están suscritos a un periódico, y con él, dos veces a la semana, nos "regalan" una revista...Una de ellas es "MIA". Puntualizo esto porque no gasto ni medio euro en adquirirla. Llevo ya bastante tiempo viendo algo llamativo, o a mí me lo parece. Dejo una muestra de algunas portadas.












¿Os llama algo la atención? ¿No os chirría nada? A mí sí. Fijaos en el tamaño, colores y contenido de los mensajes de la parte inferior, iba a poner en la zona central pero no, suelen ocupar toda la parte inferior. No me gusta que me vendan la moto de querernos a nosotras mismas tal cual somos, y luego la portada, semana sí semana también, tenga en un lugar destacado mensajes obsesionados con adelgazar, sentirse delgada, parecer más delgada...Será que me han tocado las fibras, lo veo un poco incoherente con su discurso. Será que su línea editorial es así. Pero aquí estamos, los lectores, para alzar la voz. Lo mío nunca fue ni será quedarme callada. A veces se cumple lo de "calladita estás más guapa", pero me lo digo a mí misma, no me lo dice nadie.

Semana tras semana escudriño los contenidos de la revista, y me parece lamentable su tendencia. Por un lado lo de quererse tal cual somos, seamos como seamos. Y la importancia de lo que hagamos en nuestra vida profesional, dejando el físico a un lado. Pero por otro el bombardeo continuo, obsesión diría yo, con adelgazar, trucos para parecer más delgada...Tengo mis dudas de que realmente sepan de lo que hablan. Lo primero es el respeto. Hay que respetar nuestro propio cuerpo, con lo que nos gusta y lo que no nos hace tanta gracia. Y quererse con sus arruuguitas, estrías, michelines...Cada persona sabe cuáles son sus complejos. Creo que únicamente cuando nos queremos, tengamos una talla 36, 44 o 50, apreciamos que los demás si nos quieren tal cual, sin querer cambiarnos. Seguramente ya nos querían antes, pero nosotros no éramos capaces de vernos. Qué importante es mirarse con cariño a uno mismo. 

Puedo no estar acertada, pero a ratos me harto y necesito gritarlo y compartirlo con otras personas. Una persona puede estar a dieta por muchos motivos, y puede no estarlo por otros tantos. Para mí la principal razón para queder adelagzar no obedece a cuestiones estéticas, sino a salud. Para el día a día influyen los kilos de más, condicionan mucho más de lo que otros ven, y no me apetecía (desde hace ya muchísimo), continuar con una vida con tantas ataduras. Pero el proceso es lento, con muchos altos y bajos. Anima ir viendo resultados y encontrándote mejor, aunque tal vez nadie está nunca del todo satisfecho con su aspecto físico. La teoría es excelente, la práctica es ya harina de otro costal. A muchos nos ha tocado reeducarnos en nuestra alimentación, ver qué era beneficioso comer y por qué. Y no sufrir con ello. Combinar esto con movimiento, sea caminar, correr, ir al gimnasio, hacer natación...Y ser paciente. Para mí es complicado no tirar la toalla, hay momentos en los que no puedo más, y hago lo que no debo. También están nuestros estados de ánimo, porque influyen mucho, y en este camino tan largo tienen mucho que ver.

Y está la sociedad, que sigue poniendo la etiqueta de "tallas grandes". Pues miren, no, ya está bien. Sean valientes y llamen a las otras, "tallas normales", porque parece que las que no son grandes son las normales. O ese mensaje leo entre líenas. Por no hablar del tipo de ropa, esos patrones demenciales, esa ropa tipo saco (me parece un error intentar vestir  con tanta tela a las personas con tallas desde la 46). No es la primera entrada que escribo en esta línea, pero ya llevaba un tiempo en silencio, y cuando algo arde dentro es mejor sacarlo. Como acaba el año me ha parecido el momento y no quería que se me hiciera bola. 

Ojalá consiguiera algo y en el 2022 "MIA" fuera más nuestra y dejara de atinborrarnos con esos mensajes. Me llevaría una alegría si cambiaran el foco, porque cuando un mensaje puede llegar a mucha gente, hay que cuidar muchísimo qué mensaje lanzamos.

El mío se resume en: Quiérete. Mírate con cariño en el espejo. Mímate. Cuídate, Respétate...Y sonríe, no te rindas que al final con esfuerzo, paciencia, perseverancia y tiempo, todo llega. Estás en construcción, no lo olvides. Ah, y...¡No estás sola!

La canción forma parte de la banda sonora de la película de animación "Encanto". Un festival de color y música, de folklore, historia, fortaleza, creatividad y valentía. Algunas letras no se entienden del todo bien, pero vale la pena verla. Sois bellas tal cual sois, aprended a ver la belleza que hay en cada una de vosotras (o vosotros, el mensaje sería idéntico para los hombres).

domingo, 26 de diciembre de 2021

Tu refugio

Nunca he sido yo muy de "Pablito". Perdonadme pero así me refiero, con cariño, a Pablo Alborán.

He estado a un tris de publicar la última entrada del año, en la que me asomo al siguiente. Solamente es 26 de diciembre así que, voy a esperar unos días más.

Llevamos unos días grises, meteorológicamente hablando. O el cielo estaba gris o se ponía a "llorar". Y por esa lluvia, aunque no sea ácida, he pasado en casa unas cuantas horas. Y después de volver a empezar la lectura de un libro, ver una película, leer varios periódicos, pasear un rato bajo la lluvia y estar un tiempo en plan relax, sin hacer nada, me he sentado frente al ordenador. En vacaciones intento esquivarlo. Durante el curso no me queda otra, pero en mis días libres procuro dedicarle mucho menos tiempo, porque cada vez veo peor, en parte será que me acerco a los cuarenta, y en parte el tiempo con el ordenador y otras pantallas...

Como decía al principio, la última de 2021 me la reservo para un poquito más adelante.  Hoy comparto la canción "Tu refugio" de Pablo Alborán. Creo que la había oído muchas veces. pero no la había escuchado nunca. Me encanta la idea de poder ser refugio de alguien o que alguien pueda ser el mío. Todos tenemos lo nuestro, virtudes pero también defectos. Lo bonito es aprender a querer con esos "peros", porque los "pros" son más valiosos. Y poder ser nosotros mismos, sinceros, vulnerables, sin capas, en paz, valientes, cobardes, graciosos, inseguros, alegres, empáticos, miedosos, cariñosos...Cada uno sabrá cómo es, aunque no siempre coincida cómo nos vemos a nosotros mismos a la manera en la que otros nos ven.


Y ojalá todo el mundo tenga alguna persona "refugio", y sea además refugio para alguien. Si contáis con este tipo de gente, cuidadla, un refugio es un tesoro. Es un soportal cuando llueve a cántaros, un rayo de sol en un día nublado, un bastón en un momento difícil, un pañuelo en un nstante de tristeza, un olor agradable en medio de un basurero, una mirada cómplice que dice más que muchas palabras, una palabra amable cuando nos olvidamos de querernos, una palmadita en la espalda si el ánimo está bajo mínimos...

El vino (champán, sidra...) lo dejo ya para la Nochevieja, pero de forma virtual sí quiero brindar por las personas "refugio", y ojalá podamos seguir contando con ellas. ¡Chin-chin!

sábado, 25 de diciembre de 2021

Cuestión de gente...luminosa

Huyo del manido "Feliz Navidad" sin más, al menos aquí en el blog.

Deseo que la noche de ayer fuera llevadera para todos los que leáis esta entrada. Y no es fácil. La pandemia no ayuda, los datos empeoran por momentos y estoy muy segura que tras las navidades va a pegar un petardazo peligroso. Estoy feliz de recibir el martes 28 la tercera dosis, confío que no me haga mucha reacción...Todo el mundo conoce a varios positivos estos días. Mucho ánimo.

Y luego están las sillas. Las sillas vacías pesan como bloques de hormigón. Lo de vacías es una forma de hablar, tal vez otros las ocupen pero no las personas que solían sentarse ahí. Y las ausencias duelen, cada cual sabe cuánto le duelen las suyas. Pero me parece que podemos intentar quedarnos con todo lo bonito que compartimos mientras ellos estaban aquí. Además no creo que sonrían ni estén tranquilos desde arriba si nos ven tristes por su ausencia. Lo digo por personas con las que he hablado sobre este tema, el de las ausencias. Y con otras con las que no he hablado, ni falta que hace, porque sus ojos ya hablan, o sus respuestas escuetas, y hay que ser agradable y tender la mano y un hombro o los dos, para llorar o lo que necesiten. Estoy aquí y ahora. Cada uno sabe contra qué o quién lucha. Ánimo en todas esas batallas.

Y si de verdad fue una noche "buena", me alegro un montón. Noche o mañana, da lo mismo la parte del día.

Ayer a mediodía caminaba por la calle Papín, cuando una señora con pelo corto y canoso, de ojos claros, me saludó con la mano mientras se acercaba a un portal. No la conocía de nada. Luego llegué a su altura y me preguntó: "¿Eres la hija de Manuel, verdad?". Contesté: "No, lo siento, mi padre se llama Miguel Ángel." Respondió: "Ah, pues es que te pareces mucho a ella. Iba a desearle feliz Navidad, así que te deseo feliz Navidad a ti." Y le dije: "Gracias. Feliz Navidad también para usted." Agradable confusión.

Hubo un aluvión de mensajes navideños, bastantes me sonaron sinceros. Otros pues...vamos a dejarlo estar. Al final lo que importa son los que día a día están pendientes de mí (o yo de ellos). Y ojo a veces sigo sintiendo que no llego a todo el mundo, a todo "mi mundo".  Y me da rabia. Algunos van a quedar sin respuesta, porque me han parecido una cuestión de "bienquedismo", de mandar a toda la lista de contactos un mensaje y listo, y no. Fingir nunca ha sido lo mío. Y no se me va a dar bien nunca (eso espero). No puedo fingir confianza donde no la hay, cariño donde no lo siento, amistad donde no existe, complicidad donde no percibo esa conexión necesaria entre dos personas. 

El "feeling" es o no es. No me parece algo malo, la amistad nunca debe ser algo forzado. A veces alguien de entrada no te cae bien, pero luego, con el tiempo, la cosa cambia. O te cae bien desde que lo conoces, y con el paso de los días, cambias de opinión. Quedarían otras dos situaciones. Alguien que desde el primer momento te cae mal, y eso no varía. O quien desde que te lo presentan te cae bien, por alguna razón, y eso se mantiene. Creo que cuando vamos cumpliendo años la amistad es más complicada o más sencilla, porque no estamos para florituras y somos más conscientes que la vida es una. Y eso implica sopesar muy bien con quién queremos pasar nuestro tiempo. Y con quién no. Y ya. 

Regresando a los mensajes, entre los recibidos ayer, uno de pre-Nochebuena. De una gran amiga, con una canción de El Arrebato, "Gente luminosa." Mil gracias por contarme entre tu gente luminosa. Ya sabes lo especial que eres para mí y que has sido luz en muchos momentos bastante duros. Menciono los difíciles porque en los buenos cualquiera parece estar disponible.
Tengo una suerte inmensa porque cuento con un grupo de gente luminosa que está, de manera incondicional, sin peros, sin límites, con una generosidad digna de mencionar. Y escuchan, animan, abrazan, no juzgan, esperan, quieren, ayudan, comparten, confían...Por eso hoy el título de la entrada va para esas personitas. Si algo tengo que pedir para las próximas navidades, es que no falte nadie en la mesa y que al menos estemos los mismos que nos sentamos anoche en ella. Si aumenta, será para bien, en el sentido que sea. Y esa es mi fuerte, mi gente, que iluminan hasta el camino más oscuro, porque por optimista que sea, a veces veo todo de un tono carbón. Luego se me pasa, pero tengo mis tropezones.
Hay días y situaciones en los que sigo siendo invisible, pero respiro hondo y pienso que "en breve" esa invisibilidad no será tal. Todo es cuestión de tiempo. Sean un mes, dos, o tres...La empatía ayuda aunque no es milagrosa, y ha de ser recíproca 
Y ya que nos ponemos a compartir, no quiero quedarme corta solo con una canción. Además de "Gente luminosa", la canción de fondo del anuncio de "Plátano de Canarias", de Rosana, viene de perlas. Un homenaje a La Palma. Y sí, juntos renaceremos de las cenizas, de esos momentos duros vividos, saldremos, pero con la fuerza que da no hacerlo solos. Apoyaos, no tengáis miedo a compartir, no es una muestra de debilidad, sino de valentía. Compartir lo que duele, preocupa o nos cuesta lágrimas es un acto de valentía, porque cuesta. Cuesta abrirnos en canal y decir lo que sentimos. Hablo por mí, a mí no me resulta fácil.  Pero muchas veces viene de fábula. Muchos "problemas" surgen de una mala comunicación. No hay nada que pueda suplir la comunicación cara a cara. O así lo veo. Ningún medio está a la altura de hablar de tú a tú. Por ejemplo el "WhatsApp" da lugar a muchos malentendidos, y escuchando el tono con el que se dice algo, o la expresión de la cara, desaparecen, podrían evitarse.

Ánimo si lo necesitáis, os mando un abrazo de fuerza. Sed valientes. Sed pacientes. Sed felices (o luchad por serlo).

martes, 21 de diciembre de 2021

21/12/21

Estaba hace unas horas escribiendo la fecha corta en las fichas de un par de alumnos y pensaba, ¡qué bonito! 21 del 12 del 21. Y como estos días son un auténtico parque de atracciones en los que tan pronto estoy hasta el moño como aplaudiendo con las orejas o emocionada a tope, me ha parecido un buen día para reflejarlo aquí.

He dejado que el espíritu navideño me invada. Muestra de ello son los pendientes de estos días. Ayer unos con forma de regalito, hoy los que veis debajo (podéis encontrarlos en Claire's, y del estilo en Tiger). Mañana...los de mañana ja, ja, ja, dicen Navidad a gritos pero prefiero no ponerlos aquí. Digamos que para algunas cosas tengo un sentido del ridículo de órdago pero para otras no tengo vergüenza, y los extremos no son sencillos de explicar ni de entender. Quizás sería más correcto decir el "espíritu docente pre vacacional". Y es que las vacaciones de Navidad son un oasis de paz en pleno invierno, un chaleco salvavidas en medio del océano, una chimenea en un día gélido... 

Y será por la Navidad y/o porque mañana cuando llegue a casa a comer estaré ya de vacaciones, pero estoy especialmente feliz. Por eso y por muchas razones, además porque llevo unas jornadas de detalles, una angelita monísima, décimos para compartir suerte (y vida, "compartimos la suerte con quien compartimos la vida", si ya lo dice la publicidad de la lotería de mañana, y lleva razón), y un par de tarjetas que me han emocionado una barbaridad. Una que se siente fuerte, lee determinados mensajes y zas...emoción a flor de piel. Es lo que toca...



Gracias a los responsable de todo lo anterior, mayoritariamente mujeres, la excepción es de uno de los décimos de la lotería. Me hacéis muy feliz. Es frecuente que ponga la coletilla "los que me conocéis bien sabéis..." y ahora pega bastante. Sabéis que vivo con especial ilusión el sorteo de mañana. Cuando he tenido la suerte de poderlo disfrutar en directo por televisión, por ejemplo por caer en sábado o domingo, me he levantado a verlo empezar. ¡Me encanta! Luego no resisto tantas horas número tras número, pero adoro inaugurar las vacaciones de Navidad con ese soniquete de fondo. Este año es miércoles, así que imposible, primero el trabajo. Suena a tópico pero no, lo primero es la salud. Si teniendo salud tengo la enorme suerte de disfrutar de un pellizco de la lotería, estaría muy bien. Y si no, la vida sigue, no voy a variar ni un ápice ninguno de mis proyectos por eso. Además hay muchas cosas pendientes de celebrar, estar vivos ya es una excelente razón.  Estar vivos y estar bien, sin mayores pretensiones (que esas dos "cosas" valen mucho). 

Y si tocara, ya vemos cómo hacemos, soñar es gratis, y soy una soñadora (con los pies en la tierra). ¿Choca un poco, no? Pues se puede ser soñadora y a la vez estar asentada. A lo mejor es por disfrutar del presente todo lo que se puede y seguir pensando el futuro con ilusión.

Hay días en los que me siento pequeñita, muchísimo, rozando la invisibilidad. Y es una sensación muy dolorosa, no se la deseo a nadie. Otros me hacéis brillar, sentirme llena de luz. ¡Gracias! Las gracias van para todos, porque cuando me siento invisible aprendo mucho de esos momentos duros, e imagino que no van a durar demasiado (ojalá). Y los buenos los disfruto con alegría y cautela.
No sé si escribiré antes de Nochebuena-Navidad, por si las moscas, seré previsora. 
Deseo que paséis estos días de una forma agradable. En cuanto a la compañía, la mejor que se pueda seáis tres, ocho o catorce. Ojalá tengáis cerca alguien que os haga sonreír y os anime a seguir adelante, cada cual con sus batallas. Y esté dispuesto a escucharos y a daros cariño, dependiendo del momento. Y si por lo que sea, COVID u otras razones de peso, no es posible pasar "bien" estos días, que pasen rápido, como un abrir y cerrar de ojos.
Pues eso, feliz día a día, y en Nochebuena y Navidad ni más ni menos, son algunas de mis "excusas" para recordaros que estoy aquí.
Tengo lista mental de llamadas y visitas pendientes, no cuento audios de "WhatsApp"...Poco a poco.

domingo, 19 de diciembre de 2021

EMOLECTURAS 11: La vida amorosa de los animales

Brillantemente ilustrado por Anke Kuhl y con Katharina Von Der Gathen de autora, esta vez mi recomendación de las "Emolecturas" es de la editorial Takatuka. Tiene 143 páginas. Su tamaño de página es algo menor que DIN A-4.

Me parece un libro interesantísimo, ideal para saciar cierta curiosidad que pueden tener los niños, o simplemente para conocer mejor la vida amorosa de los animales sin más. Además está muy bien acompañado por unas ilustraciones graciosas a la par que bonitas.

Creo que es un regalo estupendo para alguno de los días festivos que tenemos por delante. Dependerá de si por vuestra casa hace parada Papá Noël, Los Reyes Magos, ambos o ninguno. Porque los mejores regalos son los que recibimos fuera de fecha, sin esperarlos. O en fechas señaladas, pero a mí me parece un plus intentar sorprender al destinatario con el regalo que hayamos elegido. Tratando de dar una sorpresa agradable, por supuesto.

Este libro habla del arte de la seducción en el mundo animal, las formas tan curiosas en las que algunos tienende relaciones sexuales, cómo son concebidas las crías y, la manera en la que nacen.

Si pienso en para qué edad, diría que de ocho años en adelante. Como todo, hay niños más maduros que otros; niños con más ganas de querer saber que otros; niños a los que no les gusta leer ni un pelo; niños que devoran todo libro que cae en sus manos; niños que necesitan cerca a un adulto para acabar de comprender lo que leen...De cualquier forma, mi recomendación es que forme parte de vuestra biblioteca.

Hago hincapié en lo de la edad, porque ocho años sería mi punto de partida, pero ¿por qué no? a un joven de catorce le puede gustar también. Y a un adulto igual. Según la edad la lectura será una u otra.

No diría que lo leyeran del tirón, lo veo más como un libro de consulta, para poder leer a ratitos, y en edades distintas. Pero que ellos decidan, si les llama la atención o no, si van a leerlo de principio a fin o dando saltitos...Podemos animar a que lean, pero obligar es un error. 

Si no leen, sean de ocho o quince años, no os desesperéis. Nunca es tarde para cogerle gusto a la lectura, pero sí podemos intentar que se animen a hacerlo, sin líneas rojas. A mí siempre me ha parecido básico que vean leer en su hogar a otras personas. Puede pasar que en casa nadie toque un libro si no es para quitarle el polvo, y aun así vuestros hijos tengan cierto hábito lector, pero no suele ser lo más común.

Pongo algunos ejemplos del interior del libro, por si alguno está interesado en localizarlo en una biblioteca o comprarlo. Lo tengo y lo presto encantada.







Y como no hay por qué quedarse solo con el papel, se me ocurre combinarlo con otros formatos relacionados con el contenido del mismo. Como muestra, un vídeo de menos de un minuto de National Geographic que nos muestra a un caballito de mar macho.


lunes, 13 de diciembre de 2021

Publicidad navideña: Campofrío Navidad 2021

Empiezo, y con un "spoiler" en toda regla. Si todavía no habéis visto el anuncio de Campofrío de la campaña navideña de este año, primero pinchad en el vídeo y luego ya continuáis leyendo. Estas palabras ponen fin al anuncio:

"Lo que más me acojona es que se nos olvide que vivir, es acojonante"...

Desde luego, somos tontos de remate. Se nos olvida lo bonita que es la vida, pese a que haya rachas duras, por decirlo sutilmente. Sé de lo que hablo y me daría una colleja a mí misma, o un empujoncito para seguir adelante. Y si un anuncio nos lo recuerda, bravo por él. También nos recuerda todo lo de la pandemia que, por cierto, seguimos viviéndola, de otra manera, pero la COVID está aquí, entre nosotros. Pena que esto no vayan a leerlo los descerebrados que recorren los espacios cerrados sin mascarilla sin ton ni son. Ni tampoco ese grupito que no se ha vacunado porque no le ha dado la real gana, incluso hay personal sanitario entre ellos, inconcevible, pero cierto. 

Me gustan las realidades que muestra el anuncio, tanto la de la COVID como la de La Palma, dos tragedias que nos tocan de alguna forma y se han colado en nuestros hogares. No sé vosotros, pero desayuno todos los días con el volcán. Y me da miedo que nos estemos acostumbrando a una desgracia como la copa de un pino. Pero prefiero no cambiar de canal porque no arreglo nada, y no quiero ser indiferente a la realidad. 

Me aterroriza que a algunas (o muchas) personas se les esté endureciendo la piel. Una cosa es aprender a vivir con lo que hay en cada momento, con aquello que el destino nos lanza como una bomba de felicida o una flecha de dolor. Otra es notar cierto grado de petrificación en los seres humanos.

Soy de piel, no puedo evitarlo. No me gustan ni un pelo los abrazos forzados, pero sí aquellos apretados en los que ambas parten perciben que es algo mutuo, esas ganas de abrazar y ser abrazado. Ese saludar y despedirse con un par de besos u otro gesto de cariño que implique tacto. No quiero convertirme en alguien frío. Quiero transmitir la calidez humana que siento en mi interior, siempre respetando el espacio y las preferencias de los demás. No me vale el "yo soy así" en el que hay personas que se escudan.

Y desde luego, tal cual dice una mujer que aparece en el anuncio, "porque la vida sigue". ¡Y vaya si sigue! Esta tarde me he enterado del fallecimiento de la actriz Verónica Forqué. Parece ser que se ha quitado la vida. Fui espectadora de su última aparición televisiva en Masterchef celebrity, pero me quedo con la Verónica que hace algunos años, no recuerdo cuántos ni mucho menos el título de la obra, actuó en el  Teatro Liceo de Salamanca con una comedia. Por unas declaraciones suyas que he leído, ella consideraba al teatro como su tabla salvavidas frente a una depresión fortísima que estaba viviendo. Descanse en paz. Carme Chaparro ha comentado que en España se suicidan 10 personas al día. A lo mejor a muchos les parecen pocos. A mí me recorre un escalofrío escuchar ese dato. Creo que cuidamos poco la salud mental. Y es un error. 

Pero efectivamente la vida sigue. Y mañana, si la niebla no se pone tontorrona y se despide, confíemos en ver el sol, aunque sea ya casi invernal. Y si no sale, disfrutemos de esa niebla, por esas estampas tan curiosas que nos brinda. Todo tiene su aquel. A mí el sol me lo han traído varias personas, mejor dicho me lo han servido en bandeja. Una me ha dicho algo tan especial que me da apuro compartirlo aquí. Eso sí, ha sido un rayo de sol en medio de bastante oscuridad. Vaya grupito de personas bellas tengo cerca... Cada cual tendrá su manera de cuidarse y de seguir flotando. La mía es una combinación, por un lado a nivel personal, una misma tiene que querer flotar para hacerlo. Por otro, mi gente, porque me arropa y sabe estar a mi vera, quiera o no su compañía. a mí muchas veces me basta con saber que estáis ahí, pero soy yo la que necesita recomponerse, coger impulso y seguir caminando. Y si me "equivoco", no pasa nada, pero con la certeza de haber intentado recorrer el sendero que marca mi corazón y mi cabeza. Quizás el corazón sea el destino y la cabeza actúa de brújula para llegar a él. Nunca actúo como pollo sin cabeza, pero soy consciente de lo de las apariencias y sí, engañan. Pero no, haga lo que haga es meditado...y mucho.

Aunque la entrada ya lleva parte audovisual, con el anuncio, me daba la sensación de quedar coja si no ponía una canción. No me hace falta comprobarlo, sé que ya está en el blog. Es parte de la banda sonora de la película "Requisitos para ser una persona normal".  La canta Luthea Salom y se llama "By your side" (a tu lado). Y como no son horas de ponerme a traducir toda la letra aquí, solo os dejo unas perlas:

Quiero estar contigo todo el tiempo

Quiero sostener tu mano

Quiero hacerte sonreír

Quiero robar el sol y construir nuestro cielo privado

¿No es una cucada de vídeo? Pues eso. A vivir se ha dicho. La vida son dos días y ya ha pasado uno y pico.

domingo, 12 de diciembre de 2021

Piedras al río en mi imaginación

Hace cerca de 24 horas, El Kanka publicó esto en sus redes sociales:

Empezaré del tirón:
Me voy. Por un tiempo indefinido. Esto significa que no haré conciertos, ni entrevistas, ni colaboraciones ni publicaré en redes hasta nuevo aviso.
Aquí donde me veis, llevo 10 años de gira ininterrumpida. Más, si contamos los inicios en bares, antros y demás. Han pasado tantas cosas que para contarlas todas necesitaría otra vida. Por citar algunas, he cantado para 3 personas y para 60.000, he lanzado 4 discos, 1 EP, varias canciones sueltas e incontables colaboraciones con otros artistas, he dado en alguna ocasión más de 80 conciertos en un año, 8 conciertos en 8 días, me he pinchado urbason en Cádiz para cantar en el Falla, porque estaba enfermo, he llenado el Wizink Center en Madrid y he suspendido un concierto porque no vino nadie, he cantado en 8 países latinoamericanos y 5 europeos, he pasado de ir sólo con mi guitarra a llevar un equipo de 13 personas, he cantado con la barriga chunga, sin dormir, resfriado, exhausto, con jet lag, triste, con mi padre recién fallecido, de resaca, con ansiedad y con vértigo, pero puedo decir que he disfrutado cada una de las veces. Le he cantado a mi pantalla 50 días durante el confinamiento, y he dado más de 90 conciertos en pandemia, he dicho lo que sentía y me he callado cosas…. Por cierto, me he sentido locamente apoyado por todos vosotros, esa pequeña tribu que, nunca entenderé del todo por qué, escucháis mis canciones y venís a mis conciertos. Quiero aprovechar para daros las gracias a todos y cada uno.
Dicho lo cual, este cantante que nunca ha parado de cantar os dice: paro de cantar. Desaparezco de las redes y los escenarios por un tiempo, para volver con más ganas y, por supuesto, con material nuevo que ya me quema en las manos.
Tengo a día de hoy unas 28 canciones inéditas, de las que elegiré unas 12 para el próximo disco. De momento y para no irme sin más, os dejo con el primer adelanto, una reflexión para el final de este año tan raro. Ojalá os guste.
Os voy a echar de menos, pero recordad: Esto no es un adiós… Sólo es un hasta nunca.
Ah, no, perdón. Un hasta luego, un hasta luego.
Cuidaos mucho.


Y lo leo y me da pena, El Kanka me cae fenomenal. Me parece un tipo muy majo, con encanto, talento y además transmite buen rollo.
Por otro lado he de confesaros algo, una pequeña parte de mí siente envidia, no sé si la envidia puede ser sana. No por lo de desconectar de las redes, eso es fácil y lo he hecho alguna vez. Pero sí por lo de "desaparecer". Lo que pasa que luego reflexiono y veo que lo mismo da, hay cosas que no se arreglan con desaparecer. A esta vida hay que echarle un par de ovarios/huevos (según el género). Y aguantar tormentas, chaparrones, huracanes, tornados y lo que se tercie. Y a ratos piensas, ¿vale la pena? Y si la respuesta que os dais a vosotros mismos es "Sí", un sí rotundo, sin tono dubitativo, pues...¡Adelante!

Adelante aunque cueste, aunque duela, aunque creáis que no vais a llegar donde queréis, vais por el buen camino. No dejéis que nadie, repito, nadie, absolutamente nadie, sin excepciones, os diga cómo debéis vivir vuestra vida. Cada uno sueña su vida pero la realidad reconstruye esos sueños y le da la forma que le viene bien. Pueden no tener la forma que habíamos soñado, pero hay realidades que merecen mucho la pena, y merecen las lágrimas y las risas; los abrazos y las miradas calladas; la ausencia y la proximidad...Pese a que en ocasiones nos sintamos mudos, mejor dicho, me sienta muda, en mi propio espacio. Pero en el blog no, este blog es mío, muy mío, y aquí jamás me sentiré muda, porque es una espacio que he creado yo, para que se escuche mi voz y la de cualquiera que tenga ganas de decir algo. Las voces que hablan con respeto siempre serán bienvenidas.

No permitáis que critiquen vuestros sentimientos, que crean que los suyos son más importantes y lo vuestro insignificante. Cada cual sabe lo que ama, anhela, sufre, teme, disfruta...Y no viene mal dar un golpe sobre la mesa y espetar un "¡Hasta aquí!". Porque aunque unos pocos se empeñen, los límites sí existen. Y nadie debe aguantar golpes sin fin. Si alguno se siente identificado al leerme solo puedo enviarle mucho ánimo y pedirle que sea valiente. Todos somos fuertes, pero cuando vienen mal dadas es cuando toca demostrarlo. Y tal vez os asombréis descubriendo una fortaleza interna, que siempre habrá estado ahí, pero nunca habíais precisado que aflorara. A mí me ha pasado un par de veces y por razones bien distintas. Me sorprendí a mí misma, no sabía que era capaz de aguantar tanto. Y eso me recuerda que tengo un concierto pendiente. al que en su día no pude ir porque solo tenía ganas de llorar. Y si hay gira musical de esa persona en 2022 allí estaré. No, no se trata de El Kanka je, je. Pero algo en mi interior me dice que ese concierto al que no tuve fuerzas de asistir será una realidad antes o después.

Y ya. Desde luego que la entrada tenía que tener una canción de El Kanka. Ojalá sea muy feliz en este retiro voluntario y vuelva la vida pública con ganas de todo.

Como dice la canción, "Sabéis quiénes sois"...Gracias infinitas.

martes, 7 de diciembre de 2021

EMOLECTURAS 10 y puente

Combino la información de la décima de las "Emolecturas" con el puente. Al fin y al cabo, están relacionadas. A veces dudo, tengo muchos libros candidatos a ser compartidos en este espacio, elegir no es una tarea sencilla. Pero aunque ya había ojeado y hojeado este libro, no me había sentado a leerlo con calma. Con esa tranquilidad de leer sabiendo que no hay prisa por cerrar el libro porque toque hacer otra cosa. Esa es una de las muchas cosas buenas de los puentes. Ya sabéis que para mí entre las primeras ventajas sigue estando no poner el despertador. Si suena es por un buen motivo, para ir a alguna parte de escapada, excursión...pero no para ir al trabajo.

He pasado varios momentos con "Recordar contraseña" en estos días. Creo que sus textos pueden ser apropiados para alumnado de Secundaria, de 2º de la ESO en adelante. No los tratéis como niños pequeños, no lo son; tampoco como adultos, todavía no lo son. Están en una edad complicada, y debemos armarnos de paciencia con ellos. Es una época dura. No soy objetiva con Defreds, me gusta mucho la manera que tiene de contar historias. Me llama mucho la atención, quizás por su claridad al escribir. Veo mucha profundidad en algunos de sus textos, aparentemente sencillos. Me encanta identificarme en muchos de ellos, hacerlos míos, o acompañarlos en mi mente de caras conocidas, porque pienso en ellos al leerlos. Y eso es precioso, que las palabras que dan forma a historias, reales o imaginarias, pero se me antojan próximas, me lleven a mi gente, a su historia, a la mía propia.
Comparto con vosotros algunos ejemplos de este libro.









Además de lo mencionado antes, me parece que el hecho de ser un libro de poca extensión, puede resultar un plus de cara a recomendárselos al alumnado. Al menos que le den una oportunidad. Y si no les gusta, no tienen por qué seguir con él. Sería bueno implicar al alumnado en la selección de libros que luego van a tener que leer, al menos en parte. Creo que sería más fácil hacer así que se enganchen a la lectura.

Este libro lleva poco en mi estantería, es uno de los dos que me faltaba para tener todos los escritos por Defreds. Aproveché para comprarlo en la Feria del Libro de Madrid del pasado mes de septiembre. Si bien la rebaja del 10% se nota más en libros más caros, puse lo de aproveché porque tuve la oportunidad de traerme ese y el otro que me faltaba, firmados por el autor.

Tanto me está gustando que hasta he usado uno de sus microcuentos en una de las tarjetas de Navidad. No doy por acabada la OTN (Operación Tarjetas de Navidad) 2021...pero casi. Dos días me han dado las tres y las cuatro de la madrugada con las tarjetas. Y qué gusto. A lo mejor los que las reciban no lo ven, o sí, pero disfruto muchísimo haciéndolas, sean como sean. Una vez elaboradas toca recopilar direcciones. Reconozco que soy un desastre en mayúsculas para eso. Hace un año me hice la firme promesa de apuntarlas en un cuaderno monísimo que compré para tal fin. No he escrito ni una sola letra en él...Sin palabras. Así que perdonadme si por enésima vez os pregunto la dirección. En la foto de abajo están casi todas de la última hornada. Algunas estaban secándose y se me ha pasado fotografiarlas. Me gusta hacerles fotos porque al enviarlas las "pierdo", y así al menos voy guardando un archivo con las que hago cada año.

Me quedan la mitad aproximadamente por escribir. Esta tarde hice mi primera visita a Correos. Resulta que con la COVID está muy reducido el aforo dentro del establecimiento. Fuera me he topado con una cola monumental. He cogido número y he esperado estoicamente en la calle, acompañada de mi tos perruna, y del paraguas. Lo cogí "por si acaso", y a los dos minutos de estar en la puerta de Correos ha empezado a llover. En un momento de tregua ha llegado a coger número una mujer, portando una gineta disecada. Le ha tocado entrar a la vez que a mí. Al salir seguía lloviendo. No sé cómo habrá llegado a casa la gineta. Me impresionan bastante los animales disecados. La única excepción son las mariposas y las libélulas, pero con el resto me cuestan, no sé explicarlo, me inquietan, no me gusta lo que me transmiten. Aunque para gusto los colores, por supuesto.

Cuando me ha tocado a mí, estando en el puesto de al lado la mujer con la gineta, me he dado cuenta de mi olvido. Pongamos que llevaba X tarjetas de Navidad para enviar. Pues bien, en casa las repartí en dos carpetas plastificadas, tipo sobre, y me he dejado una encima de la cama. Resultado, solo he podido enviar X:2 de las tarjetas que ya tenía escritas y metiditas en sobres. Podía haber vuelto a casa, cogerlas y echarlas antes de que cerraran. Lo que pasa es que la cola no disminuía gran cosa. A medida que atendían a gente dentro llegaban fuera más clientes. Me he imaginado otra media hora bajo la lluvia, en la calle y tosiendo y no, el jueves será otro día. No lo diré muy alto pero si mis cálculos no fallan el 10 de diciembre, como muy tarde, habré enviado todas (algunas las daré en mano). Tocaremos madera.
 
Adoro la decoración navideña. He disfrutado mucho colocando el árbol en casa. Sigue siendo una tarea sagrada que hacemos a medias mi hermano y yo. Desde que el año pasado me lancé a comprar un árbol con nieve y piñas, tardamos menos porque no ponemos ni un solo espumillón o cinta. No somos de coordinar colores de adornos ni mucho menos. Pero es nuestro árbol, y gracias a sus adornos podemos hacer un viaje a lo largo de los años, y eso le suma encanto. Por ejemplo con adornos de la Librería "La Religiosa", una histórica de los soportales de la Plaza Mayor. U otros más recientes, como uno que compré en el Accesorize  (ya no está) de la Estación de Chamartín hace un par de navidades. Tiene bordado "Christmas 2019". Me gusta porque fue un año muy especial, y así lo recuerdo. Y como bien dice Defreds nuestra vida, en parte, son recuerdos, algunos bonitos, otros no tanto, pero está plagada de ellos. O una angelita de cerámica de una tienda pequeñita junto a la Plaza Mayor de Madrid. Cada adorno tiene su historia. No recuerdo la de todos pero sí puedo situar la de bastantes. Lo siguiente es el belén, pero eso ya de cara al próximo fin de semana.

Defreds dice que nos pasamos la vida recordando,  y creo que tiene razón. Aunque no solo la vida es recordar, también es disfrutar del presente y mirar con una ilusión tremenda al futuro. A mí me pasa que a medida que voy cumpliendo años, supongo que por cuestión de espacio en mi memoria, cada vez tengo más memoria selectiva. Y elige cuidadosamente qué recuerdos permanecen y cuáles se esfuman. Afortunadamente, los recuerdos agradables ocupan un espacio mucho más amplio. Ojalá siga siendo así. Los malos se van "borrando", algunos tardan poco, otros mucho y otros se me resisten, pero mientras no me roben energía, ni tan mal.

A lo mejor la vida también es eso, dejar recuerdos bonitos en la vida de otros. No es fácil. Gracias infinitas a los que formáis partes de mis recuerdos hermosos, porque son muchos y de muchos tipos. Se os quiere. Os quiero.

domingo, 28 de noviembre de 2021

OTN 2021

 Sí, sí, todo llega. Como las navidades están ya a la vuelta de la esquina, no quiero que me pille el toro (es lo habitual). Y me he propuesto enviar las tarjetas de Navidad antes de Navidad. Sí, es algo obvio ¿no?  Lo normal es que nunca las empiece en verano, pese al propósito de comenzarlas en vacaciones que repito año tras año. Problema: no pega nada pegar renos y arbolitos con bolas decorativas cuando la cabeza piensa en pasear a la orilla del mar, no madrugar y disfrutar que a las nueve de la noche siga siendo de día. Y hacer las cosas sin ganas no va conmigo.

No recuerdo cuándo hice las primeras en esta ocasión (veinticinco), pero me suena alrededor del 12 de octubre. Hasta esta tarde no había hecho ni una más. Solo he sumado cinco a las que ya tenía. El frío por estos lares es espantoso hoy y no me apetecía arriesgar mi maltrecha garganta. Así que jornada caserita donde las haya. Todavía no he acabado. Me faltan unas ocho aproximadamente.

Y luego llega la segunda parte, escribir en el interior una a una, con mensajes personalizados según destinatario y, la última estación, ir a Correos para enviarlas. Siempre entrego unas cuantas en mano por tema de cercanía. Esta vez serán algunas más porque he vuelto a coincidir en mi día a día con algunos de los receptores. Lo cual es motivo de alegría. 

Soy maniática y no me gusta repetirme en lo que pongo, por eso las escribo por tandas, porque si me doy el atracón de todas en una tarde, corro el peligro de hartarme y poner un escueto "Feliz Navidad" y ya. Pero no, no soy así. Soy un desastre no guardando direcciones. Al final año tras año vuelvo a preguntarles la dirección a las mismas personas. Lo gordo es que llegué a comprarme un cuaderno monísimo y algunos bolígrafos, pensando en utilizarlos para apuntar móviles y direcciones que quiero tener en papel, y a mano. Pero nada, el cuaderno muy lindo pero sigue intacto. Los bolis de colores pendientes de estrenar...No pienso decir cuándo voy a apuntar las direcciones, por si no lograra cumplirlo ja, ja, ja.

A mí las felicitaciones me sirven siempre de excusa, excusa para tener un detalle con personas que me importan. Reconozco que con ellas me he llevado unos cuantos fiascos, pero a veces la conciencia, el corazón, el sentido común o lo que sea, y tardo en escarmentar (lustros incluso). Disfruto haciéndolas, y esa es la parte más importante del proceso, el elaborarlas y luego escribirlas. Si de propina me llega alguna palabra de alguien, pues alegría extra que sumo a ese proceso. No busco alabanzas, pero el cariño nunca sobra, o así lo veo yo, y la gratitud tampoco.  Y con cariño están hechas, da igual si son dibujadas, tienen pegado algún adornito, purpurina o a saber. Todas, sin excepción, están hechas con eso, cariño en grandes dosis.

Procuro cambiar casi todos los diseños cada año, aunque no pongo la mano en el fuego, puede pasar que una persona haya recibido tarjetas muy semejantes dos años diferentes. Llevar un registro de qué tarjeta exacta he mandado cada año a cada persona sería una obra de ingeniería, y me niego a amargarme con algo que hago para disfrute personal. Así que lo siento si alguna vez tenéis tarjetas parecidas en más de una Navidad.

Dadas las circunstancias actuales,  me da en la nariz que esta vez conseguiré acabarlas de hacer durante el "puente" de la Constitución-Inmaculada. No descarto alguna escapadita de un día, pero creo que no va a ser más, con lo cual habrá tiempo para dedicarle ratitos a las tarjetas. 

No sé si vosotros sois de mandar tarjetas, de recibirlas solo, o ni lo uno ni lo otro je, je. Cada cual elige si tiene detalles o no con otros y de qué tipo son.

Os dejo unas imágenes de esta Operación Tarjetas de Navidad 2021...En breve, algunas fotos más.





Un año, si me atrevo (me da algo de vergüenzas), hago fotos del enorme despliegue que monto en la mesa del salón con la OTN. Probablemente os llevaríais las manos a la cabeza viendo la cantidad nada despreciable de recursos que saco, los use o no. Una incorporación bastante reciente es la pistola de silicona.  

De momento hasta aquí. Esta semana toca avanzar con parte de la decoración navideña del cole, mi tercer "Fili". Pero para eso cuento con ayuda, y así se avanza a otro ritmo, y se disfruta incluso más.

Acabad bien el domingo.

viernes, 26 de noviembre de 2021

La Navidad en anuncios

Un año más, Ruavieja no defrauda con su campaña navideña. Imágenes muy bien escogidas y una canción perfecta. Buenísimo. Me gusta mucho el enfoque que le han dado de cómo la rutina puede a veces dañar una relación. De los peligros de llevar el trabajo a casa, habiéndolo elegido o si no ha quedado otra (teletrabajo al poder, con sus pros y sus contras). A veces es eso, no ver más a la gente, sino verla mejor. 

En mi caso necesito justo lo contrario, ver más, sea por frecuencia o por el tiempo. Me explico, a veces tardas más de lo que desearías en ver alguien, pero puedes pasar horas con esa persona, sin mirar el reloj, eso también vale mucho, el poder ver sin prisas. Hay momentos en los que me encantaría poder parar el tiempo, pero solo para que el reloj no avance, aunque sí para disfrutarlo al máximo, para exprimir los minutos. 


Y el segundo anuncio es muy dulce, uno de los turrones que seguramente no faltará en las casas de aquellos a los que sí les gustan estos dulces navideños, el de Suchard.

Reproduzco la parte más emotiva, a mi parecer, del mismo. "Esta Navidad va a ser muy especial, porque por fin vamos a poder decirnos en persona todo aquello que no nos hemos dicho antes..." ¡Precioso! De verdad soy muy crítica con la publicidad, valoro mucho el trabajo de las personas que elaboran los anuncios, y no pongo aquí anuncios por poner. Los que elijo, es porque, como poco, me han gustado mucho. Y además de ser muy crítica con muchas cosas, también soy una romántica empedernida...

Aunque no hace falta esperar a la Navidad para decirnos en persona cosas agradables, cualquier día es ideal, solo hay que querer. Haced que pase, no os guardéis lo que sentís, especialmente con las personas que han hecho nacer y crecer esos sentimientos. 


De momento, prefiero no saturar con un exceso publicidad navideña. Me encanta, pero me gusta dosificar este material. Próximamente, más anuncios por aquí.