domingo, 28 de abril de 2019

Luis Rojas Marcos...Sorpresas de domingo

Cuando era pequeña reconozco que no le hacía mucho caso a los periódicos. Me resultaban objetos tremendamente aburridos, así que me lanzaba, si acaso, a ver las páginas finales, reservadas para los deportes y lo que ponían en la tele.

Con los años, muy probablemente influida en parte porque en mi casa es una actividad diaria casi sagrada, la lectura del periódico; y también por haber estudiado Comunicación Audiovisual, me encanta "devorar" noticias. Y más hoy en día, que disponemos de periódicos en papel y además, una barbaridad de ellos digitalmente. Esta mañana, en mi tarea habitual de "bucear", he dado con el artículo de Luis Rojas Marcos, "Hay que decir más 'cuéntame', 'perdona' y 'te quiero," en el que me he inspirado para escribir esta entrada.

En él, Rojas Marcos, psiquiatra, profesor de español, investigador y autor de bastantes libros, responde a las preguntas de un periodista sobre la gente. Y conversan sobre lo importante que es hablar, sí, con los demás, pero también con uno mismo.  Menciona Rojas Marcos lo necesario de enseñar a hablar más con uno mismo. Estoy muy de acuerdo con él, ese dialogo interior, en voz alta o baja, no debe faltar. 

Por cierto, casi se me caen las lágrimas, de envidia sana, al leer en el mismo que Canarias va a hacer obligatoria la educación emocional de los colegios. Me quito el sombrero ante ellos, a ver si en la Península tomamos nota, concretamente en Castilla y León, que es donde estoy, y los "copiamos"...Soñar es gratis, ¿no? Pues dejadme que sueñe un poquito, cuando tenga la oportunidad, no la dejaré pasar, de convertir en realidad un proyecto tan bonito. Aunque cueste, quiero ver eso en las aulas, que no sea algo aislado, nada de proyectos de innovación, habrá un día, mis ojos están ansiosos por verlo, en el que eso sea una realidad aquí, en Salamanca entera.

Preguntado sobre las palabras que hay en su botiquín, dice dos imprescindibles: cuéntame y perdona. A mí me encantan. No son siempre fáciles de pronunciar, pero hay que usarlas más a menudo. En el caso de "cuéntame", implica tener oídos atentos y, por supuesto, estar dispuestos a escuchar, con todo lo que implica. A veces creo que digo ese "cuéntame" sin palabras. Quizá suene un poco raro, pero me sucede cada vez con más frecuencia. Hago algo, consciente o inconscientemente que, traducido por la persona que tengo enfrente, se traduce por un cuéntame como una cosa. A lo mejor es una mirada, una caricia en la cabeza, agarrar la mano suavemente o poner mi mano en el brazo de alguien. Hablo mucho pero, a la vez, adoro escuchar, más todavía si es una conversación de tú a tú, dos personas, sin más. Me parece que tenemos que crear más momentos en los que les demos a los que nos rodean muchas más opciones de ser escuchados, porque todos lo necesitamos. 

En segundo lugar está el "perdona", muy importante y complicado a la vez. Creo que es muy sano pedir perdón, pero también perdonar. Y debemos acostumbrarnos a verbalizar ese perdón. Es algo que desde pequeñitos deberían enseñarles a todos los niños en sus casas y en los coles. A mí me molesta una barbaridad cuando veo a personas, que por restarle importancia o por orgullo principalmente, no se disculpan, porque consideran que no hace falta...Grave error. Unas disculpas a tiempo cierran heridas.

Personalmente no se me caen los anillos por hacerlo, y aunque no elimina el daño, dolor o molestia causada, sí es en parte sanador. Por otra lado, también nos hace falta perdonar aunque no nos pidan perdón explícitamente. No sé si estoy en lo cierto o confundida, pero me parece muy necesario para poder seguir adelante, pasar página, avanzar. Al perdonar te quitas una especie de lastre, de peso innecesario y, eres capaz de seguir caminando con más energía. Hay ocasiones en las que hay malentendidos, se produce una falta de comunicación, y la gente no aclara cosas que han sucedido. Ahí los adultos deberíamos aprender a comportarnos como lo que somos, personas adultas. Resulta chocante que algunas personas tiendan a pedir a los niños que actúen de una forma que ellos no hacen. Ojalá vaya calando la idea de "predicar" con el ejemplo. Nadie puede empeñarse en pedirle a un niño que haga algo que, nosotros, como adultos, no hacemos.

Y en último lugar, quiero destacar esta vez el final del artículo, la importancia del "te quiero," solamente si tenemos a personas a las que poder decírselo de verdad, de corazón, no por quedar bien. Y no únicamente dedicárselo a otros, sino decirnos a nosotros mismos que nos queremos...la importancia de la autoestima, ya sabéis. Por eso: pedid perdón (y perdonad), escuchad (pero hablad también) y quereros (si no os queréis primero a vosotros mismos, es muy difícil que os quieran otros).

Me suena que llevo algunas entradas sin el toque musical, no quiero dejarlo para más adelante. Justo hace un mes que publicaron este vídeo de Alejandro Sanz y Camilla Cabello: Mi persona favorita.



jueves, 18 de abril de 2019

El tesoro de la amistad...¡GRACIAS!

Como bien dije en mi entrada anterior, una de las "actividades" a las que estoy destinando gran parte de mi tiempo en vacaciones es a (re)socializarme. A los reencuentros sin prisa, a esas quedadas pendientes, sin fecha desde hace mucho. En la de hoy,  me he quedado boquiabierta al ver esta caja:



Será una coincidencia gigantesca pero...¡Qué cosas pasan! Ayer fui a una papelería, mientras miraba unas cajas muy bonitas, estaba hablando por teléfono con una amiga. Me fijé en una con unas margaritas, unas gotas de agua y un fondo que imitaba a tela de arpillera, ¿os suena, no?. Os prometo que no hablaba con la misma persona que me ha hecho este regalazo, de hecho creo que estas amigas ni siquiera se conocen. Esa fue la primera sorpresa, ver que era la caja que justo ayer por la tarde había estado describiendo a otra persona. Me estoy planteando creer en las meigas, y haberlas haylas...

Pues tras el sorpresón inicial abro la caja, y ya me quedo muda del todo. Mejor es que lo veáis en las fotos.



Cuando mi hermano lo ha visto, me ha dicho que seguro que lo ponía en el blog...¡Cómo me conoce! Sí, adoro los detalles, y esto es un detallazo, en mayúsculas. Lo pongo también para darle las gracias públicamente, a nivel privado me quedo muy corta. Hay personas a las que no puedes ver lo que quisieras pero, sabes que cuentas con ellas y que quieres que sigan estando en tu vida. Gracias Soraya; gracias, amiga.

Y ya al detalle, el interior de la caja. Complicado ver algo más bonito. Me he quedado helada. El regalo es muy mío, porque sabéis que soy muy de frases, de detallitos, de regalos sentimentales. Y este tiene tantas emociones condensadas que, cómo no hacer una reseña del mismo en el blog. En lo que va de curso llevo muchos detallazos, no tienen por qué ser materiales, que me han emocionado una barbaridad. Tarjetas, dibujos con dedicatorias, notas, pulseras, emails, conversaciones cara a cara (mis favoritas, aunque también las más "peligrosas"). Soy muy afortunada.







Las imágenes no están puestas al tuntún. Por eso la última tiene una de mis frases favoritas, teniendo en cuenta lo mucho que me han gustado todas y lo identificada que me siento, porque es educación emocional pura y dura, toda ella, resumida, en una caja.
"Que sigas enseñando con el corazón,"    ¡Por supuesto que sí! Me cuesta mis disgustos (unos cuantos), utilizo la cabeza también pero, empleo infinitamente más el corazón. Es mucho más arriesgado, lleva más tiempo, requiere más esfuerzo...Lo que pasa es que es más gratificante, sientes que estás volcándote en lo que de verdad importa, y consigues cosas que nada tienen que ver con tener alumnos que sepan operar con decimales o hacer el análisis morfológico de una oración. Es un tipo de satisfacción totalmente diferente, te hace sentirte increíblemente bien, indescriptiblemente feliz. Y cuanto más complicado sea lo que tienes que afrontar, más ilusión por ver los avances, cambios...da igual lo ínfimos que sean, valen oro.

Y de vez en cuando, me hace falta estar con personas que comparten la misma línea docente, aunque sea para darnos oxígeno unos a otros. Gente que se preocupe por "rascar" y no se quede en la fachada de sus alumnos. Profes y maestros que observen, escuchen, indaguen, animen, apoyen, compartan...y no se limiten a seguir el currículum puro y duro. 



Crónica de unas vacaciones esperadas: escapada, aniversario y reencuentros

Seis días con sus seis noches, sus seis mañanas. Ese es el tiempo que ha pasado ya de mis vacaciones. Como llevaba mucho deseando que llegaran, casi tengo que frotarme los ojos o pellizcarme, para comprobar que son reales, que no estoy soñando. 

De momento las inauguré haciendo un viaje a tierras leonesas. Me ha encantado volver a pisar León capital y Astorga. Pasear por sus calles muchos años después y conocer algunos sitios con mayúscula, de los que antes solo había visto la fachada. Cuando el 20 de julio de 2009 supe los resultados de la fase de oposición de Maestros de Lengua Extranjera (Inglés), me prometí a mí misma regresar a León...Y han pasado cerca de 10 años.


Catedral de León
Fue emocionante regresar al mismo hotel en el que me quedé para las Oposiciones; acercarme al edificio en el que me examiné; visualizar el camino que recorrí descalza, por el intenso dolor de un espolón, después de haber terminado la lectura del examen y la defensa de mi Programación Didáctica...¡Cuántos recuerdos! 

Desde luego no pienso tardar otros casi 10 años en visitar León nuevamente. También León provocó que pudiera ver a Rubén, uno de mis amigos desde CAV (Comunicación Audiovisual) ¡Vaya alegría!

U
n síntoma inequívoco cuando estoy de vacaciones, hizo ya acto de presencia, ya no sé en qué día vivo. Se me ha pasado por completo la fecha que marca el calendario. El 16 de abril, antes de ayer, fue mi aniversario como maestra...¡Y ni cuenta que me di! Cumplí 11 añitos trabajando oficialmente, por entonces de docente interina en la Comunidad de Madrid. Jamás olvidaré el CEIP Leonardo Da Vinci de Parque Coimbra, Móstoles, mi primer destino. Por entonces me pareció el cole más bonito del mundo, tan nuevo, decorado, luminoso, colorido...Muchos pensaréis que eso lo pensaba porque era mi primer cole. Resulta que hoy, 11 años después, ninguno lo ha desbancado, el Da Vinci tenía un brillo especial. Ese pilar en el "hall" del cole, disfrazado como un maravilloso árbol, era su mejor carta de presentación. Cuando lo vi tuve la sensación de estar colándome en un cuento de hadas,  príncipes, dragones, castillos...Había algo de mágico en él.


Palacio de Gaudí (Astorga)
Actualmente sigue la magia, y se me dibuja una sonrisa en la cara mientras lo escribo. Me he encontrado con algunos orcos, algún que otro troll, muchísimos duendecillos, algunas hadas madrinas y magos, castillos, murallas, caminos llenos de maleza (como esos en medio del bosque, en los que por la noche aparecía una misteriosa niebla, ruidos aterradores y ojos rojos brillando en medio de la oscuridad) y otros despejados, con las baldosas bien colocaditas y en los que asoma un arco iris en el horizonte y se escuchan pajaritos cantando. Desde luego mi trayectoria no ha sido, hasta ahora, un cuento de hadas, pero gracias a ella ahora soy tremendamente feliz. He intentado aprender de las piedras en el camino, y sé que soy como soy en parte por ellas, así que hasta a los momentos duros hay que estarle agradecida.

Estoy en esa parte del cuento en la que siento curiosidad (y algo de miedo) por saber cómo continúa la historia, pero no me agobia ni me quita el sueño (de momento). Soy feliz con los que tengo, con los reencuentros guijuelenses y mi alumnado de este curso. Con ellos y con esas familias que suman, aportan, respetan, colaboran, opinan, "miman", agradecen, ayudan, empatizan, escuchan. Y me dicen, en persona o por otros medios, palabras que me pellizcan el corazón y me hacen llorar de alegría. Al fin y al cabo, estoy con lo más importante para ellos: sus hijos. Y a la vez son lo que a mí más me importa, con enorme diferencia, de mi labor docente: mis alumnos. Algunos (más bien pocos) todavía no alcanzan a ver lo fuerte que es el nexo que nos une, y la necesidad imperiosa de remar juntos, no es ningún capricho.

Por eso, a pesar de la falta que me hacía desconectar de la rutina escolar, me acuerdo de ellos, pienso en qué estarán haciendo o cómo se encuentran, incluso recibo noticias de ellos o se las mando. Y no está reñido con estar más feliz que una perdiz por no tener que madrugar, ni corregir, ni preparar exámenes, ni nada de nada. Todos necesitamos hacer un alto en el camino y coger impulso. La tercera evaluación es tan breve que, cuando queramos darnos cuenta, nos estaremos deseando feliz verano. Aunque para eso todavía queda un poquito, será mejor seguir exprimiendo estos días libres.

Y ahora que dispongo de menos tiempo ocupado, leo con calma un artículo de Luis Aretio, psicólogo infantil al que no conozco en persona pero, siento como si lo conociera. Le sigo la pista en Facebook y el 13 de abril publicó "Que no son gigantes, niños, sino docentes."  En este artículo, os recomiendo leerlo por cierto, compara el mundo de Don Quijote con el universo docente. Cuánta razón Luis. Es asombrosa la cantidad de tonterías que nos toca soportar a veces, de tareas tediosas sin sentido, de zancadillas, de falsedades...La vida da que las batallas que libramos aunque no siempre sean sinónimo de victoria, nos ofrecen algún tipo de recompensa. Y esos tesoros son, entre otros, el amor, el cariño, la gratitud, la confianza, la comprensión, la cooperación, el compañerismo, la semilla de la amistad...Si no fuera por estos preciados tesoros, más de uno pondría la bandera blanca y tiraría la toalla. Bendita profesión, benditos niños/as, benditos maestros y todos los que nos allanan el camino en vez de poner trabas. 

En medio de tantas reflexiones vacacionales, los días libres me están brindando muchos reencuentros, empezaron en León, pero esto está siendo un no parar. Me hacía falta, era una necesidad imperiosa. Un café, una cena, un algo compartido, unas risas, abrazos, besos, confidencias, ponernos al día, hablar de todo y de nada al mismo tiempo. Charlar sin prisa. Responder a mensajes en condiciones, preguntar qué tal va todo y tener momentos de sobra para mantener una conversación...Somos lo que somos por las personas con las que nos comunicamos, con las que compartimos nuestros miedos, alegrías, inquietudes, ilusiones, problemas...Con esas con las que somos tal cual, sin cortapisas, sin límites, sin versiones reducidas.

A todos los que leáis esto, varios mensajes. Si sois docentes, seguid inmersos en las vacaciones, luego vendrán días más largos. Si sois mamás y/o papás de alumnos, disfrutad todo lo que podáis de la compañía de vuestros peques. Si sois niños/as: no dejéis de jugar, de estar con vuestras familias y amigos, de saltar en los charcos y echar una manita en casa. Cada uno sabe de cuánto tiempo dispone y cómo prefiere gastarlo. Nos vemos no en las aulas, sino en cualquier parte. 


¡Disfrutad de la Semana Santa!

jueves, 11 de abril de 2019

Pinceladas de emoción (17) , la felicidad; final de evaluación y...bendita Semana Santa

En teoría nos habíamos despedido de nuestras "Pinceladas de emoción" hasta el viernes 26 de abril. Pero únicamente en teoría. Inmersos en las Jornadas Culturales del cole y, tras unos días absolutamente inolvidables y casi mágicos en el CRIE de Berlanga de Duero (Soria), hoy no me parecía momento para despedir la evaluación con clases normales y corrientes.

Estuvimos dos horas y media con juegos en el aula, compartiendo los que cada uno había elegido llevar. Tuve tiempo de jugar al Party & Co, Gestos, al UNO y otro del que no me he quedado con el nombre, muy entretenido también. Estaba como pez en el agua, relajada, pasándomelo pipa y viendo cómo unos iban jugando con otros, cambiaban de grupo, de juegos...Fue un ratito muy agradable, ameno y de bastante calma.

A continuación tuvieron unos 20 minutos de recreo en el patio y, justo después, la visita de la USAL con la actividad "Luces del futuro."

Y retomamos las "Pinceladas de emoción" con la felicidad. Continuamos en el punto del libro "Descubre el secreto para ser feliz" en el que nos quedamos el viernes 29 de marzo. Y desde ahí, el libro nos hace estas invitaciones: Siente, relájate, saborea, toca, descubre, huele, quiere, valora, respira y..¡Sé feliz!

Todo ello acompañado de explicaciones, consejos, sugerencias o como cada uno quiera llamarlo, relacionadas con sentir, relajarse, saborear, tocar...

Es precioso darse cuenta que cada vez más niños y niñas quieren intervenir en estas mini-sesiones. Y casi todos o todos, acabaron levantando la mano porque querían decir algo...Me encanta, me emociona.

Y tensaron los músculos, los fueron relajando poco a poco. Hablamos de masticar tranquilamente, de intentar saborear cada bocado de lo que comemos. Además, de lo importante que es el sentido del tacto, de tocar cosas, animales, acariciar...También de explorar lo que nos rodea, les invité a fijarse más en un trayecto habitual, por ejemplo de casa al colegio y viceversa, y descubrir cosas que antes no habían visto (y quizá estuvieran ya allí). 

Nos paramos más en el olfato, y en olores que nos hicieran sentir o nos recordaran algo especial. Muchos elegimos olores que asociamos a personas, en concreto a gente que, por el motivo que sea, ya no está a nuestro lado, y lo importante que son esos objetos para nosotros, no por el valor económico, sino por el sentimental. Les hice ver que en el caso hipotético de haber un incendio en nuestra casa, qué salvarían. Les dejé pensarlo y darse cuenta que lo importante es salvar cosas que no son reemplazables, porque lo que el dinero puede comprar no es tan importante como a simple vista pueda parecer.

Como soy muy de abrazos, me detuve en el quiere, porque hablaba de las maravillas que puede hacer un abrazo, una sonrisa, una pequeña caricia. Y leí todo lo que decía el libro, con la pregunta final de esa página: ¿Hoy le has regalado una sonrisa o un abrazo a alguien? 

Y a los que dijeron que sí, les pedí que contaran a quién. Para mi sorpresa y alegría, un niño me incluyó entre una de las personas a las que había regalado una sonrisa; y varias más entre las que habían abrazado en lo que llevábamos de mañana.

Hablamos de la necesidad de valorar lo bueno que nos pasa cada día, y que a veces parece pasar desapercibido.

Terminamos respirando hondo, despacito y, recordando que debemos ser felices.

Luego repartí un huevo de Pascua de chocolate a cada uno y salimos a ver los juguetes de los compañeros de 4º, 5º y 6º.

No sé si es el final de evaluación, el momento del curso en el que estamos, la situación personal, la riqueza de todo lo que nos hemos "traído" del CRIE o qué, pero estoy feliz, muy feliz.

Felicidad es ver que donde antes había silencios, ahora se agolpan manos levantadas; es recibir cariño en cantidades ingentes; es ser la destinataria de sonrisas, mimos...; es sentir cuánto confían en mí; es ver que tanto esfuerzo sí sirve para "algo" (mucho)ver alegría en la mirada de mis alumnos; es darme cuenta que hemos dado un paso gigantesco en conocernos (cada uno hasta el punto que quiere); es sentir la gratitud de mil maneras; es seguir aprendiendo a mirar el mundo con ojos de niño...Como siempre, pero en estos días tal vez con un más énfasis, he de decir: Tengo la profesión más bonita del mundo.

Soy de las "tontas" que echa de menos a sus alumnos en vacaciones. Lo cual no está reñido con la necesidad de descansar, desconectar de la rutina del cole, hacer alguna que otra escapadita, quedar con mi gente, divertirme...

Esta vez no hay ninguna imagen, vídeo ni canción en esta entrada, a propósito, con las palabras, sobra lo demás.

Y con estas reflexiones, un cansancio considerable y la mochila cargadita de cariño, a puntito de explotar, os deseo a todos los que visitáis el blog, una estupenda Semana Santa.

Acordaros de regalar sonrisas y abrazos cada día. No a lo tonto y a lo bobo, con sentido, con sentimiento, con verdad...


sábado, 6 de abril de 2019

CRIE día 5: despedida, hogar, dulce hogar y pensamientos en voz alta

Ayer, viernes 5 de abril, fueron nuestras últimas horas de nuestra "CRIE aventura."

Dormimos lo que pudimos, me parece que los niños estaban muy cansados (los adultos igual). Veía a bastantes de ellos nerviosos por volver a estar con sus familias, algunos con dolores de tripa o similares. 

Tuve tiempo de echar una partida al futbolín...Y perderla. Estas son de las pocas ocasiones en las que no estoy tanto en mi papel de "profe" como de Raquel, y me gusta también. La partida no duró demasiado (estos alumnos míos tienen mucha práctica), pero me divertí mucho jugando con ellos y con dos niñas que se turnaron para jugar conmigo.

Después del desayuno, las niñas subieron a Informática para hacer la valoración del CRIE. Más tarde los chicos hicieron lo propio.

El momento "maletas" y deshacer la cama (o más bien cómo doblar sábanas) fue, francamente, muy divertido. 

Les dieron a cada uno un carnet de programador y lo que habían diseñado con Liceria y Sara en el Taller 3D. Liceria me dio un corazón con mi nombre y una etiqueta que ponía CRIE y un pequeño relieve. Me dijo que o lo habían hecho "unos" alumnos míos o ellas (Sara y ella). Como no especificó quiénes, pensé que los dos eran suyos, de las maestras del CRIE...Qué confundida estaba, una niña me preguntó en el bus si me habían dado el corazón, me aclaró que lo habían hecho ella y otro niño, para mí...Qué detallazo.

Nos despidieron casi todos los maestros del CRIE (faltaba Elena, de la que ya nos habíamos despedido la noche anterior): Javier, Sara, Puri, Liceria (la directora) y Juan. Es de agradecer su buen hacer y su comprensión ante determinadas situaciones. Hay muy buenos profesionales en el CRIE de Berlanga.

El autobús arrancó a las 10.20 hr, diez minutos antes de la hora prevista. Estuvimos un ratito con cielo gris, sin más; luego ya parte del viaje lo hicimos con lluvia. Se portaron muy bien con nosotros, estuvieron súper pendientes de todo y, salvo en los momentos de las duchas, estuvimos en un segundo plano. Segundo plano digo, porque el CRIE tiene sus normas y la organización es suya, nosotros colaboramos en lo que nos dicen, pero no llevamos "la voz cantante", no sé si me explico. Y eso, aunque a algunos les parezca una tontería, a mí, después de una evaluación casi interminable, me supo a gloria. Y como de ayer viernes no tengo ninguna foto de los alumnos, he hecho un popurrí, de imágenes que no había incluido en las entradas previas:










Para mi alegría, y la de mis tímpanos de manera específica, esta vez mis alumnos no estuvieron las más de cinco horas de viaje entre Berlanga de Duero y Guijuelo, cantando como si les fuera la vida en ello.

Se notaba que el ritmo frenético de los días anteriores había hecho estragos, y hubo un momento en el que solo cuatro no estábamos dormidos como lirones.  Una niña se quedó dormidita agarrada a mi brazo. Después de un rato prudencial intenté soltarme, porque se me estaba durmiendo el brazo de estar en la misma posición, sin moverlo. Lo que pasó es que me agarraba con tanta fuerza que no hubo manera (y me daba pena despertarla). Así que me las apañé como pude para mirar los emails  a través del móvil con la mano izquierda.

Paramos en la provincia de Valladolid, junto a Geria, a comer, estirar las piernas e ir al baño. Era algo pronto, y entre eso y que algunos no tienen la costumbre de comer lo que hay, sin opción B, me disgusté al comprobar que varios se quedaron sin comer...Como si eso fuera lo normal, pero tras varios intentos de hacerles entrar en razón, de manera infructuosa, decidí que el cansancio (el mío) era mucho mayor que mis ganas de "discutir", "pelear" o llamadlo como prefiráis.

Y como quien no quiere la cosa, llegamos a Aldeatejada. Nos despedimos de los niños del CRA Los Arapiles y Pilar, la maestra que vino con ellos...Divina casualidad. Entre Aldeatejada y Garcihernández el viaje se me hizo eterno y no sabía ya ni qué hacer ni cómo sentarme. Allí fue el turno del alumnado del CRA Lope de Vega y Juan, otra suerte volver a coincidir con Juan. El hecho de haber compartido esta experiencia con Juan y Pilar ha hecho todo mucho más fácil.

El tramo entre Garcihernández y Guijuelo fue el peor, no me acuerdo exactamente en qué punto, pero de repente vi que la nieve caía con ganas y el paisaje, a 5 de abril, había quedado cubierto por un más que superficial manto blanco. Estaba deseando, por el tiempo, la hora, el agotamiento...ver la entrada a Guijuelo.

Aunque fui avisando a todos los papás y mamás por correo electrónico en varios momentos del viaje, llegamos un poquito antes de lo previsto. Por eso supongo que faltaban algunos padres, pero no tardaron en llegar. Caía una especie de agua nieve al bajar del autobús. Nos metimos pitando en la sala de Madrugadores, para poder repartir los puentes levadizos de uno de los talleres del martes (los niños insistieron que o sí o sí, preferían llevárselos en ese momento a casa, sin esperar al lunes).

Tal vez fui poco efusiva con las familias, creo que alguna me habría dado un abrazo o dos besos, pero el cuerpo no me daba para más y me dio un bajón tremendo al bajar del autobús. Era como si de repente me hubiera caído un ladrillo encima, con el cansancio, la falta de sueño, los nervios de algunos momentos...No sé, una mezcla de todo.

Es un gusto tener papás y mamás (y bastantes niños/as) tan agradecidos, que te den las gracias por todo mirándote a los ojos, y veas que lo que te dicen es de verdad. 

Y ahora sí, a grandes rasgos, lo que "me llevo" del CRIE, mis pensamientos en voz alta:

1-Planificar, organizar..está bien, pero los niños siempre te sorprenden, y las cosas no resultan como pensabas que irían. Y al final, superaron, con creces, las expectativas que yo tenía con el CRIE. No hay que perder la capacidad de adaptación.

2-Haber conocido a otros docentes por vocación, o al menos esa impresión me dio, que disfrutan de lo que hacen, es siempre algo complicado, como encontrar una aguja en un pajar, pero muy gratificante.

3-No hay nada de lo que no se pueda hablar, si se trata con respeto y tacto, por muy doloroso o delicado que sea el tema.

4-A veces, aunque cueste dar el salto, hay que lanzarse a la piscina y arriesgarse. Animarse a hacer cosas con cierto riesgo, pero que tienen mucho que aportarnos.

5-Desde ahora me declaro intolerante, alérgica...es que hay muchas formas de referirse a la misma idea, a la frase "No me gusta" (aplicable también a "No quiero" o "Porque no").

6-Qué bonito es "ejercer" de madre durante unos días. Un poco fuerte serlo de 13 al mismo tiempo, pero me ha encantado este "periodo de prácticas" ja ja ja ja.

7-El CRIE es de esas experiencias educativas que marcan, por eso la recomiendo encarecidamente (no apto para cobardes o gente poco empática).

8-Se puede vivir sin mirar Facebook, sin ver la tele (estos dos los pongo por mí), sin Play...Y se es la mar de feliz sin ellos.

9-Cada día disfruto más escribiendo, empieza a ser una necesidad. Es algo que hago porque me encanta, no por obligación. A lo mejor es el momento de comenzar a escribir en otros formatos, no solo en el blog.

10-Guijuelo siempre me ha dado muy buenos momentos, de esos que te pellizcan el corazón. Este ha sido uno de los más felices, más especiales.

11-Una de las cosas más bonitas es dar en esta vida con personas generosas, dispuestas a compartir lo que saben, lo que son, lo que tienen y, te hacen partícipes de lo que sienten.

12...Pensamiento FINAL:
Del CRIE de Berlanga de Duero me llevo muchas cosas, pero lo mejor, un cariño brutal (expresado por cada uno "a su manera"); una confianza tremenda con orígenes distintos; la sensación de lo importante que es llegar a conectar con la gente (aunque a veces se tarde mucho); un abrazo a tiempo abre muchas más puertas que un cerrajero (y cuesta mucho menos); la necesidad imperiosa de tratar a otros como a mí me gustaría que me tratasen (me respondan con la misma moneda o no); la importancia de "estar pendiente" de todo (miradas, gestos aparentemente insignificantes, palabras...), que sepan que detrás de su tutora está Raquel, que soy maestra sí, pero esa es mi profesión, y soy muchas otras cosas; lo mucho que me aporta compartir estos "ratitos" con otros maestros; y...
Sin inteligencia emocional no somos nadie. He "saltado" muy poquito para la cantidad de situaciones que se me han presentado estos días. He procurado tirar de empatía, controlar mi temperamento y apagar fuegos en vez de avivarlos. Lo importante que es y qué poco se trabaja. 

Si esta experiencia ha resultado para los niños y niñas que la han disfrutado, al menos un 10% de lo enriquecedora que ha sido para mí, me doy por satisfecha. El CRIE ha sido un tren que no estaba dispuesta a dejar pasar, sabiendo que mi parada era Guijuelo (y todo lo que implica).

Más que nunca, gracias por leer este blog, que no deja de ser un pequeño altavoz de lo que pienso, lo que hago, lo que siento y lo que soy. Besos y abrazos de buenas noches para todos.


viernes, 5 de abril de 2019

CRIE: día 4, El Burgo de Osma, talleres y velada

La mañana de ayer jueves comenzó muy bien, pudimos levantarnos media hora más tarde que otros días y el sol estaba asomando. Era un sol soriano, eso sí, y hacía un frío de aúpa. De hecho, dos de los maestros del CRIE, Juan y Puri, les advirtieron a todos los niños que salieran obligatoriamente con cazadora, bufanda o similar (si tenían), y calcetines que no fueran muy cortos.

En El Burgo de Osma nos recibieron dos guías, Rogelio y Rodolfo. Después de una bienvenida común, hicieron dos grupos. Uno subiría primero a la torre de la Catedral; el segundo, visitaría la ciudad. Conocimos los lugares más emblemáticos de la localidad y luego nos reunimos con el otro grupo para tomar algo a media mañana.










A continuación cada grupo hizo la actividad que le faltaba. Pregunté a mis compañeros y dijeron que la subida a la torre no era muy complicada. Aunque hacía un frío que pelaba y evidentemente subiendo a la torre eso no iba a mejorar, me animé a subir. Eran 166 escalones, de escalera de caracol. No los conté, pero nuestro guía sí nos lo había explicado distintas maneras de tocar las campanas de una iglesia, y cuál era el significado de cada una. Me pareció muy curioso.

La subida fue llevadera, aunque algo gélida, las vistas alrededor de la torre, muy bonitas. Y, lo que más me gustó, poder ver tan cerca las campanas. La bajada me pareció algo más dura, porque bajamos del tirón y tanta escalera de caracol marea un poco, así que fui a mi ritmo y listo. Entre escalones y escalones, hicimos piña, porque hacía falta calor humano y veíamos a niños que estaban pasando frío  (por no haber hecho mucho caso a la advertencia de ir bien abrigados).





Tras reunirnos de nuevo con los demás compañeros, fuimos a una tienda de "souvenirs" a comprar algunos recuerdos. Mis alumnos tenían muchas ganas de llevarles a sus familias algún detalle de este viaje, aunque el término que mejor le encaja es aventura (para todos: familias que los esperan en casa, niños y niñas, y desde luego también para mí).

Para acabar, vimos un par de vídeos sobre El Burgo de Osma y los niños que quisieron, se vistieron con "look" medieval. Llegamos al CRIE a comer más tarde de lo habitual, pero había que aprovechar bien la última excursión. De comida teníamos lentejas de 1º y albóndigas con tomate, de 2º; como siempre, todo muy rico, se nota cuando se cocina con cariño. El personal de cocina es majísimo. Sé que los niños no pueden haber visto mi entrada anterior, en la que trataba, entre otros asuntos, el tema comidas; pero me sorprendió que hoy hubiera muchos menos problemas a la hora de comer, incluso personas que decían que no les gustaba algo, se lo comieron...¡Qué sorpresón!

Por la tarde, Taller de Robótica con Juan; y por otra parte, taller de Teatro con Elena, encargada también del Taller de Danzas Medievales. 

El Taller de Robótica...¡Una chulada! A mí no me llama el tema en exceso y me encantó la organización, la distribución de tareas, el trabajo en equipo...TODO. Daba pie a que niños con muy distintas inteligencias pudieran sentirse parte del grupo, no solo los que tienen facilidad para la Informática o les atrae el tema. Juan les ofreció muchas formas diferentes de conseguir puntos para su equipo (preguntas para buscar la solución en internet, poemas para memorizar, programar un robot para que hiciera determinados movimientos en una tablero...).



Me acerqué también al Taller de Teatro, pero no quise quedarme mucho tiempo, porque era destriparme lo que iban a representar esa misma noche. Sí sabía que era un teatro de luz negra, y que no tenían que aprenderse texto alguno, porque el audio había sido grabado previamente con la música. Los niños se encargaban de poner la parte visual. En la merienda, nos pusieron un bizcocho casero, riquísimo, que algunos no quisieron ni probar.



Cenamos pizza, chorizo frito y lechuga, de postre yogur.

Después uno de los dos grupos del Taller de Teatro subió para continuar ensayando antes de la puesta en escena común.

La velada, comenzó alrededor de las diez de la noche. Las obras de teatro me encantaron, y me dio la impresión que a los niños igual. Intenté grabarlas, pero como todo estaba a oscuras y solo se veía lo iluminado por esa luz especial. Incluyo las fotos de los dos grupos, con Elena, al final de cada representación.





A continuación enseñaron el resultado del Taller de Danzas Medievales, que tantas risas nos regaló el miércoles.

Y como guinda del pastel, pusieron algunas canciones para bailar cada uno como quisiera. Sonó el "Sarandonga" de Lolita y una niña dijo: "Mira Raquel, qué marcha." No sé por qué, no es mi estilo, pero en concreto esa canción me encanta. Y es que no todo van a ser exámenes, deberes, arduo trabajo...Qué bien poder estar con ellos en un ambiente mucho más distendido.

Y a las doce, a la cama (los niños/las niñas). Bastantes besos y abrazos de buenas noches. Me ha encantado eso de desearles que descansaran, que durmieran bien y los mimos a los que los pedían expresamente o parecían que podían necesitarlos.

Por muchas razones, la madrugada fue larga y hasta algo más de las dos no pude irme a dormir. A veces todo está en calma y de repente se acumulan "incidentes." Y prometo que había pensado irme "pronto" (antes quiero decir) a la cama, de ahí que hoy publiqué la entrada del blog a estas horas tardías, y no recién estrenado el día, en plena madrugada.

El 4 de abril también resultó un día memorable, por todo lo comentado anteriormente y por lo que viene ahora:

Gente que se me acerca y en mi interior pellizcándome, porque no me lo creía, a pesar de llevar todo el curso sembrando según que semillitas, a veces sientes que no va a salir nada (qué bonito haberme equivocado, todo llega); conversaciones que no pensaba que iba a tener; imágenes cotidianas cuyo pie de foto podría ser, sin florituras...FELICIDAD; abrazos apretados, porque hay lágrimas que no se secan solas y necesitan consuelo; niñas que dicen "Raquel, te echo de menos," cuando quizá las has visto hace media hora o menos, y se acercan, y me abrazan como si no hubiera mañana. Y seguimos sumando momentos para no olvidar nunca, al menos yo.



Y ya solo resta comentar el día 5, punto y final de nuestra aventura en el CRIE 2019...

jueves, 4 de abril de 2019

CRIE día 3: La Fuentona, escape room, 3D...La burbuja de estos días

Otro día para recordar en el CRIE. Como la suerte nos acompaña, después de la breve tormenta (no me quedó muy claro si lluvia, granizo o mezcla de ambas) del martes por la tarde, el miércoles amaneció algo gris, pero sin lluvia ni niebla.

Nos acompañaron Liceria, directora del CRIE y Sara, compañera que ya os sonará de otros momentos.

Nuestra primera etapa del día fue la excursión en autobús hasta las proximidades de La Fuentona. Esta laguna natural da lugar al nacimiento del río Abión.  Está situada en el municipio de Cabrejas del Pinar, cercano a Muriel de la Fuente. 

Hicimos una ruta, acompañadas de dos guías, para llegar hasta La Fuentona. Nos explicaron la flora y fauna de esta zona y cómo era el paisaje, de roca caliza, enebros y sabinas, que estábamos contemplando. La anécdota de la mañana fueron los petirrojos, que cogieron confianza y se acercaron mucho a nosotros, lo que me permitió hacerles un "book" de fotos.











Resultó muy interesante y La Fuentona en sí, algo casi mágico, una delicia para la vista. El azul verdoso del agua era hipnotizante, preciosos los reflejos de los árboles en el agua, lo que asomaba bajo la superficie y el enclave en sí. La verdad, un sitio al que espero regresar, con mucha magia, como estar inmersos en un cuento de hadas. Creedme, las fotos no le hacen justicia, la cámara no ha captado ni la mitad de la belleza de este lugar.




Justo allí paramos a tomarnos el bocata de media mañana.  Y fue el punto más fotografiado de toda la mañana. Sugerí una foto con el grupo de cada cole o CRA. Estamos haciendo fotos de los tres grupos, pero siendo menos las caras se ven mucho mejor. Esta es una de esas fotos:



Mi intención era además, haberme sacado una foto con cada niño/a, pero algunos no habían acabado el sándwich mixto del recreo y no podíamos quedarnos más. Quedan pendientes unas cinco fotos para hoy, ya jueves. Total, me parece que después de pasar juntos tantísimas horas, una foto individual con cada uno no es mucho pedir y me apetece mucho tenerlas.

Abandonamos La Fuentona y nos dirigimos a la Casa del Parque, allí siguieron las explicaciones, fuimos al baño y, los que quisieron, compraron algún detallito en la tienda, para sus familiares o para ellos.

Volvimos al CRIE a la hora de comer, desde el bus vimos dos corzos gracias a Manolo, el conductor.

La comida, al igual que los días anteriores, muy rica. Tuvimos sopa de cocido de primero y pollo asado con ensalada de segundo plato. Me dio mucha rabia ver cómo, un día más, la hora de comer es de las más complicadas (ilusa de mí, pensaba que sería la de dormir, pero no). Y la califico así, porque para mí es complicado tener que animarlos, convencerlos...para que prueben, coman, no dejen toda o gran parte de la comida en el plato, etc. Me da alergia el "es que no me gusta," y ver la gran cantidad de comida que están desperdiciando es una auténtica lástima. Sería bueno acostumbrarse a comer lo que te ponen, sin más. No dejan de ser niños/as de 10 u 11 años. Así que me estoy convirtiendo en una negociadora de alimentos que nunca me había imaginando. Intento razonarles por qué les pido que coman; algunos sí lo entienden y ceden, en otros casos es misión casi imposible.

Por la tarde tuvieron dos talleres, igual que el martes, los dividieron en grupos y se turnaron. Un grupo hizo primero la "Escape room" con Puri; el otro, Impresión 3D con Liceria y Sara.

Fue maravilloso contemplar cómo trabajaban por equipos en la "Escape room", me encantó la propuesta y verlos colaborar unos con otros. A veces tengo ganas de frotarme los ojos o pellizcarme, porque estoy descubriendo cosas en mis alumnos/as que hasta ahora no había visto en el día al día en el cole.



En el de 3D escucharon cómo es una impresora 3D, vieron dos diferentes. Con ayuda del ordenador, por parejas, hicieron sus propios diseños y, lo mejor, pude ver el "producto final" de algunos. Muy interesante también.







Después duchas, cena y...¡Taller de Danzas Medievales! Otra compañera daba este taller, se llama Elena. Hizo una ronda de presentaciones con todos los niños, tenían que decir su nombre, algo que les gustara y algo que no. Estaba prohibido repetir lo que ya habían escuchado a algún compañero. Una de mis alumnas dijo, tal cual "Me gusta mi profesora", y me miró. ¿Qué decir? Tienen la capacidad de dejarme sin palabras (y no es fácil).

Me parece que el CRIE está favoreciendo que todos nos conozcamos mucho más. A mí me han quitado el corsé de los libros, exámenes, deberes y el carnet de puntos, y es un alivio. Al final están siendo, en mi caso, por mi manera de ser o por lo que sea, jornadas de 18 horas, pero no me importa. Sabía que eran solo 5 días (4 noches) y quería exprimirlas. Mi sensación es de estar en una burbuja, no tengo ni la más remota idea de lo que ha pasado en el mundo desde el domingo. Y aunque suene mal, tampoco me apetece saberlo, necesitaba una burbuja así.

El Taller de Danzas Medievales fue un espectáculo, nos reímos una barbaridad con las ocurrencias de los niños. No sé si fueron fruto del cansancio o que tenían ganas de marcha. Y el colofón fueron las danzas en sí. Muchos venga a decir que no les gustaba bailar, que si era obligatorio, y más excusas...Pero Elena, con buen criterio, dijo que era algo que tenían que hacer TO-DOS. En algún momento de la semana escuché a alguien decir que esto (el CRIE) es como un cole, pero en el que vivimos. No es mala la comparación, pero implica hacer lo que te dicen. Hoy las ensayan nuevamente por la tarde y...las ponen en escena por la noche.

Y con todo lo anterior, había motivos más que suficientes para caer rendidos en la cama. En unas horas pondremos rumbo a nuestra última excursión, para conocer El Burgo de Osma.

Entre medias disfrutaron de tiempo libre, poder hablar con sus familiares, algo menos tiempo que ayer porque se alargaron las duchas y hay que respetar los horarios del CRIE...Tienen una energía desbordante. ¡Ah! El trayecto en autobús a La Fuentona, nuevamente amenizado por sus canciones...¡Si al final habrá que montar un coro!

Menos mal que hoy nos levantaremos un poquito más tarde. Me parece que a todos nos vendrá bien para reponer fuerzas.

¡Los días vuelan! Poco más puedo decir, cada día me sorprende y descubro cosas en las que antes no me había fijado de mis alumnos. No es lo mismo el horario escolar que el CRIE. Es un ambiente mucho más distendido y eso da pie a ser mucho más nosotros mismos. Esta claro que esta oportunidad, aunque supusiera un riesgo, no podía dejarla escapar.

Hora de dormir.