martes, 31 de enero de 2023

1 de febrero: Día mundial de la lectura en voz alta

Pues sí queridos lectores, me he "comido" con patatas (o sin acompañamiento alguno) el "Día de la Paz". Honestamente, este año no andaba yo para esos menesteres, y no quería fingir lo que no es, así que lo siento pero dejo la paz para cursos venideros. Además, no viene mal ir añadiendo "Días de..." nuevos. Y el 1 de febrero nunca había hecho acto de presencia en el blog, y ya era hora.

Como sabréis bastantes, este curso estoy a jornada completa en instituto. Intento animar a mis alumnos a leer, pero es complicadísimo. Sigo sin dar con una fórmula que funcione. En mi cabeza había pensado seleccionar un texto para cada uno, y dárselo en clase para que lo lean, varias veces, en casa, en voz alta. Luego he reflexionado y he visto que ese es el camino fácil. Y no les viene mal buscar ellos, seleccionar un texto a su gusto, a su medida, algo que les haga sentirse cómodos al leerlo en voz alta. Esforzarse. A mí me ha pasado, he estado un buen rato buscando, rebuscando, ojeando y hojeando entre los libros de mis estanterías, no son pocos precisamente. Y después de pasar muchas páginas, de probar leyendo de una manera u otra, me he quedado prendada de "Escribe". Es un texto de Elísabet Benavent. Podéis encontrarlo en su libro "Los abrazos lentos. Esbozos, reflexiones y vida." Bueno, antes me ha conquistado otro texto de ese mismo libro, pero es mucho más apropiado para otra fecha.

A mis alumnos les voy a dejar una "tarea" en Teams. Han de elegir un fragmento de un libro que les guste, o si no lo han leido, de uno que a priori crean que puede gustarles. Deben leerlo en su casa, para ellos mismos y para otros, haciendo lectura silenciosa y en voz alta. Y cuando crean que es el momento, tendrán una semana de plazo, les pediré que usen la grabadora del móvil, se presenten, digan libro y autor, y lean, sin más. Pondré un tope de cuatro minutos. Tampoco se trata de quedarse pegado a la grabadora. Quiero que sea una "píldora lectora". Y aunque quede entre nosotros (los del grupo de Compensatoria de 1º de la ESO), me envíe cada uno su audio, para ir escuchándolos un día en clase. Espero que disfruten de la actividad. Creo que es fácilmente adaptable a Primaria. Y además, al grabarse en casa, y ser solo audio, sin imagen, es más viable que se animen a participar hasta los más introvertidos. Daré un plazo de una semana, por si quieren sacar algún libro de la biblioteca, o necesitan buscar entre los que tienen (la verdad decsonozco si en sus casas hay muchos, pocos, o ningún libro).

Como creo en lo de predicar con el ejemplo, dejo aquí mi audio con el texto de Benavent del que hablaba al principio. Y ya mañana, mi idea es leer "algo" delante de ellos. He elegido que adquirí en la "Feria del libro" de Madrid del año pasado. Habla de amor, cariño, cuidado, respeto, esperanza...Aunque pueda parecer un libro "infantil", todas las páginas tienen dibujos, es muy colorido y el texto está rimado, me parece que tiene mucha miga y puede llamarles la atención. Y para llamar su atención me declaro algo alérgica a los clásicos.





Si os animáis a hacer algo semejante en vuestras aulas, o en otros contextos, me encantaría saberlo.

Y ya de paso, perdonad los fallos al leer "Escribe". No os mando ni el primer ni el segundo audio precisamente, pero noto que no tardando demasiado tendré que llevar gafas, y por la tarde/noche es cuando más empiezo a notarlo. Cosas que pasan. Pero como tiene remedio, y es fácil, no pasa nada. Podéis pinchar en el gatito lector para escuchar el audio de "Escribe."

Leed en voz alta. 

Leed susurrando a la oreja.

Leed con música de fondo.

Leed bailando.

Leed bajo la lluvia.

Leed sentados al sol.

Leed mirando a los ojos a alguien especial.

Leed frente al espejo.

Leed en la cama.

Leed junto a la chimenea.

Leed en la piscina.

Leed en la playa, aunque la arena se cuele entre las hojas.

Leed para otros.

Leed para vosotros mismos.

Leed en soledad.

Leed en compañía.

Leed al unísono en grupo, como si muchos fueráis una sola voz.

Leed con calma.

Leed con ilusión.

Leed con tristeza.

Leed con rabia.

Leed con desesperación.

Leed con esperanza.

Leed la vida.

Leed las almas.

Leed como si acariciárais las palabras.

Leed como si las palabras cayeran en llamas en vuestros dedos.

Leed para soñar.

Leed para dormir mejor.

Leed para recordar.

Leed para olvidar.

Leed para ser una mejor versión de vosotros mismos.

Leed si queréis. Leed cómo, cuándo, dónde y con quién os dé la real gana.

Felices lecturas, en voz alta o baja. Felices los lectores simplemente por eso...por leer.

¡Viva la lectura! (Y mañana lo diremos en voz alta).

domingo, 15 de enero de 2023

13 de enero...con dos días de retraso

Parece que sí, que hay un día para casi todo. Y como suelo centrarme en las mismas fechas señaladas, he querido variar.

El viernes pasado, 13 de enero, fue el "Día mundial de la lucha contra la depresión". 

Hace tres años, la OMS (Organización Mundial de la Salud) publicó una fecha que me pone la piel de gallina:  la depresión afecta a 350 millones de personas en el mundo. ¡Qué bestialidad!

Os dejo un vídeo, de la OMS, sobre la depresuón, no llega a dos minutos.


Además, quiero compartir con vosotros un par de infografías que explican cuáles son los síntomas de la depresión.



Me alegra comprobar que desde hace un tiempo, aunque no demasiado, la salud mental no es un tema tabú. Y la gente habla con relativa normalidad de ir al psicólogo y/o al psiquiatra, sea de manera rutinaria o puntual. 

Nunca he ido ni a uno ni a otro, si hubiera ido tendría unos conocimientos que no poseo, por eso me remito a otras fuentes, como internet, o al testimonio de personas que sí han acudido a esos especialistas. Por supuesto que no voy a mencionar a absoutamente nadie, agradezco su confianza y generosidad. Y me quito el sombrero ante ellas, porque fueron capaces de pedir ayuda (de un especialista) cuando sintieron, por la razón que fuera, que les hacía falta. Y ole por ellas, porque dar ese paso no me parece fácil. Nadie puede obligar a otro ser humano a ir a un psicólogo o psiquiatra. Nadie, lo repito, por muy fastidiado que veamos a alguien. El paso lo ha de dar cada uno, cuando sienta que está preparado para darlo. La verdad suelo tirar de empatía, y en ocasiones supone un esfuerzo tremendo, pero ¿cómo ayudar a quién no quiere? O no sabe cómo dar ese paso, por muchas pistas que pongamos a su alrededor. Hay momentos en los que el silencio se clava como un puñal en el corazón, por muy dramático que suene. Y es dolorosísimo ver que una persona que te importa está muy mal, pero no da el paso. Rechaza también ayuda no profesional y sientes que, día a día, se va hundiendo un poco más. Por eso este año me ha "dado" por  escribir sobre el 13 de enero. Os animo a intentar ver las señales en vuestros amigos, familiares, compañeros, pareja...Y en la medida de lo posible, porque no siempre se puede, si os escuchan, intentad hacerles ver la necesidad de visitar a alguien profesional que les pueda ayudar a flotar.

Como con el psicólogo o psiquiatra no tengo experiencia alguna, de ellos no puedo hablar. Pero he recordado mi primera visita a la nutricionista, muchos años antes estuve yendo cerca de un año a un dietista, en la sanidad pública, hasta que se jubiló y el hospital cerró el servicio. No recuerdo bien mi primera visita al dietista, me parece que fue en octubre de 2009. Sin embargo sí recuerdo a la perfección mi primera visita a la nutricionista, consulta privada. Recuerdo el miedo con el que crucé la puerta, el cariño y el tacto inmensos con los que me trató, y lo mucho que, pese a ello, lloré en la consulta (antes y después en mi casa, también). La verdad es que pese a la llorera, salí contenta. Sentía que empezaba a ver algo de luz al final de un túnel demasiado largo. Tenía que cambiar muchas cosas si quería obtener resultados. Ese comienzo fue durísimo pero muy gratificante. Empezaba a gustarme mucho más la Raquel que veía en el espejo, me sentía más yo. Tuve meses buenos y otros no tanto. En junio dejé de ir, estaba muy estresada con el final de curso y sabía que llevaba un tiempo sin hacer los "deberes". No es excusa, pero personalmente llevaba un tiempo feliz como una perdiz (¿cómo es eso? con el corazón contento), y paralelamente otras personas, con su manera de actuar, me estaban haciendo un daño tremendo, que me pasó factura, de las gordas, nunca mejor dicho. Siento que en breve, a lo sumo un par de meses, voy a retomar las visitas a la consulta de mi dietista, Estefanía. Y continúo sin tirar la toalla porque soy tozuda como una mula y la vida solo es una. Tengo muy claro lo que quiero, y también con quién quiero estar, y me importa un bledo la opinión de los demás. Cada cual que mire a su ombligo. Recuerdo todo esto porque aunque es muy íntimo, creo que puede ayudar a personas que estén pasando un mal momento, mala racha o llamadlo como queráis, y necesiten ayuda de otros, sea el especialista que sea. 

El verano de la pandemia volví a la piscina tras un tiempo sin pisarla, la playa sí. Este último, 2022, retomé la normalidad, yendo nuevamente con amigos. Puede parecer una chorrada, pero solo yo sé lo mucho que me ha costado dar ciertos pasos. Sigo agradecida con muchas personas, que me han brindado y siguen brindando su apoyo de forma incondicional, sin juzgarme. Gracias por tanto cariño, paciencia, escucha, amor...(Cada uno sabe qué puede haberme aportado de todo lo anterior).

Y como ya no puedo regresar al pasado, sonrío al presente, lo disfruto, intento aceptar todo lo que viene, y espero que el futuro me siga proporcionando motivos para sonreír, sé que también habrá momentos fastiadiados, pero pienso seguir flotando. No os tiréis de los pelos por lo que ya "no tiene remedio". En serio, nunca es tarde. Y si tenéis personas tóxicas a vuestro alrededor, apartadlas, por salud. La vida es una. El tiempo que nos queda en este mundo es finito, tiene un límite...Disfrutadlo. No os canséis de celebrar la vida. ¡Salud!

Esta vez no termino la entrada con una canción. sino con una charla de TED. Se llama "La vida está al otro lado del miedo." Y tanto.

jueves, 5 de enero de 2023

Para los 3 Reyes Magos


Queridos Reyes Magos:

Voy a ver por dónde empiezo porque tengo tanto que compartir con vosotros, que no sé muy bien cómo comenzar.

¡Ah, sí! ¡Lo tengo!....El comportamiento. Creo que me he portado bien, no voy a poner muy bien porque hay instantes en los que he saltado. Otros muchos en los que me he controlado, me he mordido la lengua y, del tipo que sea, he aguantado auténticos chaparrones (y no ha sido fácil, todo pasa factura). A ratos he tenido ganas de tirar la toalla, pero no soy del tipo de personas que se rinden. Ni tampoco de las que dan su brazo a torcer porque sí. Si creo en algo, si estoy totalmente convencida de algo o alguien, no hay nada ni nadie que me vaya a hacer cambiar de opinión, se ponga como se ponga o sea quien sea. Porque me respeto y me quiero a mí misma, pese a que no siempre me dedique el tiempo que necesito o me vea de una manera adecuada. Y si doy un paso estoy requeteconvencida de hacia dónde va ese paso, y si no sé muy bien dónde me va a llevar el paso pero me apetece darlo, no dudo, y lo doy con firmeza. Creo que tras mis años de vida hacen que ya me conozcáis, tanto Melchor, como Gaspar y Baltasar, y sepáis que no soy precisamente una cabra loca, sino que intento tener la cabeza en su sitio y con cabeza actúo siempre, pero conectándola con el corazón. La sangre circula por todo el cuerpo, y se nota.

Así que no sé, en una escala del 1 al 10 no me pongo nota, cada uno de los que me conocen me verán de una forma. Seguro que he decepcionado a más de una persona, no lo dudo. Y que no siempre actúo como otros esperan. Pero esos mismos no sé si aprecian el ejercicio de contención que a veces hago. Mis silencios pueden ser mucho más significativos que mis palabras. No creo que sea bueno razonar ni explicar cada uno de los pasos que damos. Nunca  me van a  entender todos. Ojito, una cosa es entender y otra distinta estar de acuerdo. Pido empatía y de la misma intento tirar al actuar yo, pero hay momentos que eso ha sido muy complicado.

Como ya sabréis, 2022 fue un año bastante complicado por muchas razones. Gracias por la paciencia que me traéis cada año. Gracias por la fortaleza, cuando me costaba seguir adelante, no sé ni cómo ni dónde pero he logrado continuar caminando. También es verdad que el mérito no es solo mío. Aunque  haya tenido que "torear" muchas cosas, capear muchos temporales, he contado con subalternos fabulosos, con personas dispuestas a escucharme, cuidarme, protegerme, defenderme y amarme a cualquier hora del día. Sigo siendo una persona muy afortunada. Gracias por la salud, porque sin ella no habría podido disfrutar ni hacer nada. Gracias por las escapadas y los viajes, suman más vida a la propia vida.

Por eso, teniendo en cuenta lo escrito hasta ahora, por favor, suena a tópico pero es un "regalo" imprescindible: SALUD.

Y teniendo salud, que el amor siga conmigo, de muchas formas, y que pueda disfrutar de escapadas (alguna de mayor duración y viajes). Si puede ser, solo si no es mucho pedir, y os lo digo yo que sabéis que si puedo evito los ascensores (aunque suponga subir "a patita" cinco pisos), me apetece mucho volver a volar, pero nada de helicópteros ni similares, un avión, de los de toda la vida.

Por supuesto que lo de salud, amor y viajes, para los míos y para mí. Soy más feliz cuando los que quiero son felices también y están bien de salud. 

Quiero más tiempo para mí. Ya, sé que soy yo la que ha de organizarse mejor. No he podido quedar ni con la mitad de personas que quería estas vacaciones navideñas. Pero por un lado, mis previsiones eran demasiado optimistas y entonces nada de tiempo para mí, sino para compartir con los demás todo, y tampoco es eso. También sabéis, queridos Reyes Magos, la casuística vivida desde la misma mañana de Navidad, por lo que lo primero era lo primero. Y los días siguen teniendo 24 horas y siento no haber descansado todo lo que mi cuerpo me pedía tras una laaaaaarga primera evaluación. Puede parecer que choca con lo anterior, pero además os pido poder pasar más tiempo en compañía de algunas personas. Hay ocasiones en las que la semana parece una montaña rusa, y cuando quiero darme cuenta, estoy de nuevo en el punto de salida (lunes, otra vez).

Y luego, pues como por pedir que no quede...No me quitéis a nadie, ni por salud ni por nada, no quiero sentir ese vacío.

Os he de confesar algo, puede que ya lo haya escrito en alguna otra entrada del blog. El mejor regalo (material) del año pasado fue una bolsa de gominolas. Y conste que tardé mucho en abrir el cucurucho e inspeccionar todo lo que había dentro (lo fui comiendo a pasito tortuga, me daba pena). Pero no eran las gominolas en sí, sino el significado de ese cucurucho. Gracias por los regalos que iluminan el alma y alegran mi corazón (esto último me ha quedado cursi de aquí a Lima, pero me importa un bledo).

Espero que sigáis teniendo salud para mantener viva la llama de la ilusión en los niños y en los adultos. Una lástima que este año hayáis vuelto al recorrido habitual y no paséis esta tarde por la puerta de casa. Reconozco que fue inolvidable vivir la cabalgata desde casa y poder verla al detalle...¡Vaya regalo!

En cuanto a mis peticiones, lo que se pueda, no quiero acaparar.

Con cariño,

Raquel

PD: A todos los que me leáis, FELICES REYES, de corazón.