lunes, 31 de diciembre de 2018

Despidiendo el 2018

Querido 2018:
Desde hace bastantes años, siempre he dicho que me gustan más los años IMpares...por algo será.

Gracias por los retos que me has puesto, y de los que he intentado (y sigo intentándolo) salir airosa. Gracias por esos momentos malos en los que ya creía que me iba a quedar sin lágrimas. Gracias por las piedras en el camino...Gracias a los malos momentos, estoy aprendiendo (piano piano) a relativizar algunas cosas y, aunque algunos no se lo crean, me tomo las cosas menos a pecho que hace un año. Gracias por brindarme una noche en vela  de acompañante de hospital en la que me di cuenta de muchísimas cosas, que tenía delante de mis narices y era incapaz de ver.

Y sí, todo es cuestión de equilibrio. Por eso, las GRACIAS que más ocupan son las de los buenos momentos. Gracias por la salud de los míos y la propia, aunque haya algunos matices. Gracias por aproximarme más a personas que no sentía que pudiera tener tan cerca y por hacer posible algunos reencuentros. Gracias por regalarme 5 cursos únicos, inolvidables e irrepetibles como maestra de Compensatoria. Y también gracias por haber podido ganar dos veces el mismo premio con este blog, en el que vuelco tanto de mí. Gracias por hacerme caer de nuevo en Guijuelo, con todo lo que eso significa, y lo muchísimo que está dando de sí (más lo que nos queda). Gracias por darme un grupo humano de familia/amigos a los que quiero con locura. Gracias por mantener el hilo rojo con personas que no están en mi presente, pero que deseo poder seguir contando con ellas en mi vida. El cariño, para mí no tiene fecha de caducidad.

Querido año viejo que te acabas: No puedo darte las gracias por la gente que te has llevado, porque no me duele directamente, pero sí sufro al ver el dolor de los que me importan, y han sido unas cuantas las pérdidas, a cual más dura. Sí, a ti, que ahora lees esto, va por ti, va por varias que sí vais a leerlo y por alguna otra personita, en masculino,  que no creo que lo lea, pero no importa, me acuerdo de él (y más en estas fechas).

Gracias por dejarme despedir el año nuevo en la plaza del barrio Vidal, que aunque soy de Carmelitas-oeste, después de los dos cursos del Galindo, siento Vidal como mío. Y relacionado con eso, gracias a Charo, que se ha dejado "liar". Gracias también por los reencuentros de esta mañana, tenía muchos besos y abrazos pendientes, y muchas ganas de darlos. No obstante si queda mucho por hablar, pero en un entorno menos concurrido. Es la primera vez que me tomo las uvas a las 12 de la mañana. Ahora bien, estoy convencida que este va a ser un buen año, de verdad, y el año que viene os veo a todos allí, ya veréis. ¡Mediovieja en el barrio Vidal! Y como guinda al pastel, encontrarme con un alumno que se fue sin despedirse y regresó sin avisar. Sí Florín, eres un amor de niño...¡Qué alegría!



Así que, querido 2018, creo que antes de saludar al 2019, eso es lo que queda en mi retina, los momentos que suman: las sonrisas, las quedadas, los viajes, las escapadas, los conciertos, los abrazos (soy más achuchable de lo que parezco), los detalles, las miradas, los apretones de mano, la confianza, el cariño, la fortaleza, el afán de superación, la complicidad, la unión, la esperanza, la valentía, la...ILUSIÓN.

Que el 2019 sea sinónimo de más momentos para sonreír, celebrar, compartir... que para llorar, sufrir, tirar la toalla. Feliz día a día a todos.

Ah, el toque musical nunca es fruto de la casualidad, rescato una canción que pudimos disfrutar en una de las "bodas del año" (de famosos quiero decir): Stand by me. Y eso es lo que os pido a los que me queréis, que sigáis permaneciendo a mi lado.


martes, 25 de diciembre de 2018

Hablando en verso: Ricardo Darín

Si hablo de Ricardo Darín, puede que a mis alumnos, o a chicos y chicas de su edad, les suene a chino. Seguramente con las personas de mi quinta, o algo mayores, no pase lo mismo. Darín es un actor especial, cuando lo vi en El hijo de la novia decidí seguirle la pista. Por cierto, para los adultos, por si no la habéis visto (es de 2001), es una película que os recomiendo, aunque solo sea por el trío actoral de ases que forman Héctor Alterio, Norma Aleandro y el propio Darín.

Pero hoy no quiero compartir con vosotros ninguna película suya ni fragmentos. Facebook me recuerda que justo hace un año, un 25 de diciembre, por cierto FELIZ NAVIDAD, puse en sus redes un poema de Alfredo Cuervo Barredo, recitado por Darín.

Ricardo Darín empieza el vídeo planteando una pregunta: ¿Qué es lo verdaderamente importante? Vaya pregunta con miga ¿eh? Me encantaría que antes de ver el vídeo, reflexionaseis unos minutos y en voz alta respondierais esta pregunta.


Y creo que Navidad, o más bien la vida, debería ser sinónimo de muchas de las cosas que el poema expone. Sinónimo de gratitud, felicidad, verdad, comprensión, aprendizaje, alegría, lucha, amor, justicia, autenticidad, generosidad, memoria, autonomía, valentía...Sí, tal vez me haya pasado, pero es Navidad y dejad que me tome esta licencia, este blog trata de educación emocional, creo que el poema tiene emociones explícitas e implícitas, y necesitaba ponerlo en común con vosotros.

Luchemos por un mundo más humano, más de verdad, más amable y menos borde, más auténtico...Un mundo en el que apetezca estar y del que nos sintamos orgullosos para las generaciones venideras. No olvidéis lo que construis cada día, está en nuestras manos, en las de todos, un mundo mejor. Y es posible, o prefiero creer que sí se puede, y que no estoy sola en este camino.

Feliz NAVIDAD, feliz NAVIblog: Pensamientos vacacionales

Aluvión de  whatsApp en mi móvil (y en los móviles de media humanidad). No he tenido tiempo y/o ganas de ver algunos vídeos, de leer los mensajes personales o fotos familiares sí, eso siempre. Creo que esto no debería ser un partido de tenis: yo te felicito, tú me felicitas; él me felicita, yo lo felicito...O viceversa. 

Prefiero que cada cual felicite las fiestas (o lo que se tercie), a quienes de verdad le apetezca. Como no quiero darme un atracón de móvil, con calma, dentro de unas horas, iré respondiendo uno a uno. Y es que los "guasaps" navideños no son compatibles con estar "entre fogones." Y tampoco me han dado tiempo material a tirar de teléfono y hablar con toda mi gente. Si cocino no puedo estar al mismo tiempo colgada del móvil.

 Este año, como ya comenté en la entrada anterior, me ha pillado el toro con las tarjetas de Navidad. No es ningún drama, no he podido antes, y punto. Me fastidia porque me gusta ser puntual en todo lo que hago, pero no siempre se puede. A las hechas en la hora crítica le sumo las que me sobraron del segundo aniversario del blog. Me relajé mucho añadiendo detallitos a algunas tarjetas y escribiendo unas cuantas...¡Me encanta! No sé cuál será la cara de algunos al verlas y leerlas. La verdad es que disfruto mucho del proceso, pensando qué mensaje quiero hacerle llegar a cada persona, así que nunca habrá dos exactamente iguales, porque adoro personalizarlas, que las sientan como algo suyo. No sé cómo me lo apaño, resulta que al final cada año varío algunas personas (destinatarios quiero decir), y cada vez me salen más. Todo sea por dar también trabajo a Correos...¡Viva el papel! 

Que sí, que las nuevas tecnologías están fenomenal, no voy a negarlo. Pero el encanto de algo escrito a mano, con cuidado, con mimo, el olor...No sé, es inigualable. Calculo que entre hoy y mañana acabaré de escribirlas todas y, nuevamente, visita al buzón. A ver si hay suerte y llegan antes de Nochevieja, ahí ahí va andar la cosa. Os dejo unas fotos generales de las protagonistas de la OTN 2018 (Operación Tarjetas de Navidad 2018...las que llegarán alrededor de la Nochevieja je je).





Imágenes propiedad de Raquel Plaza Juan.
Sé que para algunos estos días estarán siendo especialmente duros. Parece que damos por sentado que Navidad es sinónimo de alegría, y no necesariamente ha de ser así. Si lo necesitáis, llorad, no forcéis algo que no sentís. Mostraos tal cual, sin dobleces, sin sonrisas forzadas, sin postureo de ningún tipo. Seguro que tendréis un hombro cercano en el que apoyaros, alguien que os agarre la mano o que os reconforte un poquito, de la manera que sea. 

Cada uno sabe qué significado tienen estos días para él/ella, lo vivido a lo largo del año y lo que quiere y no quiere hacer. En días como hoy, supongo que las sillas vacías pesan mucho más; las ausencias  tienen un peso más grande y cada cual lo vive de una manera distinta. Por eso me siento tremendamente afortunada, por poder estar los cuatro (papá, mamá, mi hermano y yo), con salud, juntos, sin más. Y el año que viene, que siga sin faltar nadie y, si es para sumar buenos momentos, que seamos más, bienvenidos serán.

Así que os invito a disfrutar de las celebraciones familiares, de los reencuentros, de algo cotidiano que habitualmente no se valora tanto, de los chistes, de las bromas, de las quedadas con amigos, de estar sentados juntos en el sofá, de salir en grupo a dar un paseo (bien abrigados, por favor)...

El sorteo de la Lotería de Navidad tiene un eslogan precioso. Precioso porque lo descontextualizo y me limito a "robarles" la frase: El mayor premio, es compartirlo. Pues apliquémoslo a la Navidad: El mayor premio, es compartirla.

Y si este año esas sillas vacías duelen, y a más de uno y más de dos se os hace un nudo en la garganta, pensad que el año que viene quizá duela un poco menos, aunque probablemente haya heridas que duelen tanto que nunca llegan a cicatrizar del todo. Y un recordatorio: NO estáis solos, apoyaos en los de al lado, que a lo mejor creen que no pueden hacer demasiado para aliviar vuestro dolor, pero solo con su presencia y su compañía os están echando un cable.

Por eso esta entrada es para todos sí, pero con dedicatoria especial para aquellos que hoy estoy segura que lo están pasando mal o tienen un dolor dentro que quizá no quieren o no desean exteriorizar. Para todos, los que tienen marcada la Navidad como algo sumamente especial; los que estáis deseando arrancar esta hoja del calendario; y, en tercer lugar, para los que ni fu ni fa...Resumiendo, feliz día a todos, sin excepción.

sábado, 22 de diciembre de 2018

Final de evaluación y...Benditas vacaciones

15 días sin escribir en el blog...Qué barbaridad. Aunque es una señal más de lo extenuantes que han sido estos meses.

El 17 tuvimos la sesión de evaluación del 2º Internivel. Para mí fue el punto y seguido a una vuelta a Guijuelo absolutamente agotadora a todos los niveles. En fútbol creo que lo llaman "sudar la camiseta," y vaya si hay gente que la ha sudado en estos meses. Una vez que acabó la sesión, sentí una especie de paz interior, porque podía dar por casi acabada la evaluación. Seguramente lo habría podido hacer mejor, pero más...lo dudo. Solo he tenido fuerzas para ir un día a Dibujo en todo el mes de diciembre, y me da mucha rabia, pero no podía ni con mi alma.

Los que me conocéis, de verdad, en mayúsculas, sabéis que soy muy crítica conmigo misma y bastante perfeccionista, y tiendo a no dejar cabos sueltos. Era conocedora de lo que suponía regresar a mi querido Guijuelo. Y quizá por eso y porque las características de mi alumnado, especialmente los de mi tutoría, lo demandaban a gritos, he hecho muchas cosas que hasta ahora ni me había planteado. Todo esto ha supuesto un desgaste extra y estar cansada como nunca. Sí, suelo acabar las evaluaciones con las fuerzas justas, reptando, como digo yo. Pero esta vez con la sensación de tener que parpadear más rápido de la cuenta, para no perderme nada, por si sucedía algo.

Que nadie se confunda, sigo siendo una apasionada de mi profesión, aunque soy humana y me canso, de muchas cosas, y me muerdo la lengua cuando creo que compensa, igual que hablo cuando me parece que no he de quedarme calladita. Y aún con esa pasión, mi cuerpo y mi cabeza pedían las vacaciones a gritos, por eso lo de "benditas" en el título de esta entrada.

Ayer fue una jornada intensa, muy dulce con el chocolate y el roscón a los que el AMPA del cole invitaba, a todo el alumnado y el profesorado del CEIP Filiberto Villalobos, un dulce detallazo para dar la bienvenida a las vacaciones. Además tuvimos "fiesta de la clase", en la que sobró comida para una boda. Lo no perecedero lo iré repartiendo en los recreos para mis alumnos, tienen para unos días...Fue el último día de José Manuel, mi alumno de prácticas. Me ha dado mucha pena que se vaya. Me parece que vamos a echarlo mucho de menos y estaba muy bien integrado...Seguro que si finalmente se dedica a esto, será un buen maestro. Una lástima que las prácticas no duren más. Lo mismo me pasó con Javier el año que pasado.

Y lo que para mí fue lo más bonito y especial de toda la mañana, de hecho tengo pendiente, para la vuelta, incluirlo en nuestro buzón de "momentos felices", el cual no abriremos hasta finales de junio. Me refiero al intercambio de tarjetas de nuestro particular amigo invisible. Aproveché que Toñi a primera hora estaba en nuestra clase, para que ejerciera de mano inocente sacando las tarjetas.

Me gustó muchísimo, contuve la emoción en varios momentos, como cuando me tocó salir a mí. Esas cosas me dan algo de vergüenza, porque me emociono con excesiva facilidad y me cuesta disimularlo. Se notaba mucho entre qué niños había sintonía y entre cuales no, pero me encantó la educación con las que todos reaccionaron. Si tiro de empatía, e intento ponerme en su lugar, no sé si a mí me habría salido esa amplia sonrisa que alguien mostró. Eso sí, lo valoró como un gesto de educación y generosidad por su parte. Quizá lo "pesada" que me ponga vaya calando un poquito. Aunque no es el momento ni el lugar para analizar la convivencia de mi grupo. Con mis niños y niñas ya lo he hablado bastante y, con los papás y mamás será algo para explicarles detalladamente en la reunión de finales de enero, en la que toca hablar de los resultados generales (a  todos los niveles) de la primera evaluación. 

Me gustaría, ahora que estoy de vacaciones, poder leer con la calma que hace falta, la normativa respecto a la difusión de imágenes del alumnado. Y, una vez que no tenga duda alguna sobre cómo actuar, hacerles llegar a los padres y madres, de manera interna, imágenes de sus hijos. Si a mí me hace mucha ilusión, supongo que a ellos mucha más. Y claro, las cosas hay que hacerlas bien, dentro del marco legal. 

Y ahora, como soy ave nocturna, es el momento de dedicarme a mi OTN 2018 (Operación Tarjetas de Navidad 2018). La verdad podría rebautizarla, y que sea Operación Tarjetas de NOCHEVIEJA 2018. Me temo que es cuando van a llegar, porque de llegar después de Nochebuena, mis prisas se reducen y, aunque no haga virguerías en las tarjetas, al menos que el mensaje esté cuidado, ¿no?

Como estoy aquí escribiendo, podéis deducir que no me ha tocado el gordo de la lotería. A veces hay cosas que no pasan porque no es el destino, no hay más cáscaras. Y hay muchas formas de cumplir sueños. Además, en varias entradas lo he dejado cristalino, a mí ya me tocó en agosto, cuando vi que en el Concursillo de maestros aparecía mi nombre junto al del Fili, un regalazo de cumpleaños en toda regla.

Por eso activo el modo exprimidor, dejando a un lado mi parte laboral. No muy lejos porque no soy nada buena en eso de desconectar, pero voy a intentarlo con todas mis fuerzas. Como anécdota deciros que no es fácil. Me acerco al Mercadona esta tarde y me encuentro a varios niños del Galindo. Y una lluvia de besos, abrazos, te echamos de menos y por qué no estás en el cole. Ay señor, así no hay quien desconecte. Me ha encantado verlos, para qué negarlo, por eso lo de desconectar es relativo. Ni me molestan los niños ni me molestan los padres. Ya, debo ser rara, pero cuando la gente me trata de una manera respetuosa y razonable, no hay "peros" que valgan.

Con el modo exprimidor en on, quiero sacarle jugo a cada día. Por supuesto necesito recuperar horas perdidas de sueño, empecé a recuperarlas cuando pasó la sesión de evaluación, qué alivio, qué tarea más complicada. También necesito ver a mucha gente, a algunos que veo con relativa frecuencia, dedicarles más tiempo. A otros que no puedo ver lo que quiero, a ver si hay suerte y coincidimos en este mar de días festivos. Necesito pasear, leer, dibujar, salir a hacer fotos, "escaparme", abrazar, charlar, coincidir, vivir...Todo lo anterior, MÁS.

Sé que me adelanto, aunque no suene muy bonito, muchos sabéis de mi "cagaprisismo" genético para casi todo. He visto un corto que me ha hecho reflexionar. Quiero que lo veáis. Es de una marca de coches, AUDI en concreto.

Se llama "Una carta más corta", y habla de muchas cosas, que cada cual extraiga sus conclusiones.


A los que, como yo, sois unos afortunados y estáis de vacaciones...Feliz descanso, desconexión, divertimento...Añadid lo que queráis, vosotros sabéis que os apetece más.

viernes, 7 de diciembre de 2018

Detalles

Y no pensaba yo dejarme caer más por el blog en el puente...Pero como la entrada va a ser breve, tenía que compartirlo.

Se trata de un detalle, detallazo es más apropiado. Que viniendo de quien viene no debería extrañarme ni un pelo, porque es esperable, pero me encanta.

El puente está siendo una montaña (casi) infinita de correcciones, pero también de descanso (dormir entre 6 o 7 horas por la noche) y algo de ocio, en la dosis necesaria para recargar baterías y seguir con la "tarea."

Pues en este contexto, una alumna de otros cursos, me dice que ella y otros, me echan mucho de menos, y que ella echa de menos el cariño con el que los trataba. Sin palabras. De las cosas más bonitas que me han dicho en los años que llevo de docente, que son unos cuantitos. Y tengo tanta suerte que aunque me ponga colorada, no puedo quejarme, porque he escuchado cosas maravillosas de bocas de mamás, papás, alumnado y compañeros a lo largo de estos ya camino de 11 años. Escuchado pero también leído, conservo cartas como oro en paño, que saco cuando veo todo gris.

Le he contestado que eso depende de cada persona, y hay que respetar cómo es cada uno. Hay personas que son excelentes docentes y no tienen por qué ser cariñosas con su alumnado. Además, para qué negar lo evidente, me hace mucha ilusión que me echen de menos. Pese a lo feliz que estoy ahora, los quiero tanto que es imposible no echarlos de menos.Y que me dijera todo eso no está pagado, es precioso. Ya me encargaré yo de darles ese cariño cuando los vea, aunque sea en diferido.



Cuando estaba en Compensatoria pensaba que el día que volviera a ser tutora, todo iba a ser más difícil, pero no. Porque no es lo mismo estar con dos, tres o como mucho seis alumnos que con una clase completa a la vez. Precisamente gracias a Compensatoria he aprendido a observar más y mejor a mis alumnos y a interpretar lo que dicen y, lo que es más complicado, sus silencios. Y lo de cariñosa, para bien o para mal, lo llevo de fábrica. El cariño, en mi opinión, es un ingrediente básico para que las cosas marchen bien. Ojo, el cariño natural, que sale sin forzarlo, en los momentos que sea.

Así que, querida mía, mil gracias por tantísimo cariño. Qué bonita es la vida. Vamos a seguir corrigiendo, que es lo que toca.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Eduquemos en IGUALDAD

Me he "topado" en Facebook con un artículo, titulado 

"Trece libros para entender, de una vez, que hay niños azules y niños rosas." En él recomiendan libros para educar en igualdad. También reflexionan sobre las "cosas de niños" y "cosas de niñas", y entrevistan a Alicia Acosta y Luis Amavisca, autores del libro ¡Vivan las uñas de colores! Pude verlo hace poco en la FNAC y me gustó mucho, por si alguien quiere regalar un cuento especial a un niño o una niña.


Y en el mismo Facebook ayer alguien compartió una ilustración, que nos invita a reflexionar sobre el mismo tema.

¿Y por qué hoy esta entrada? La explicación es fácil. Estamos a 6 de diciembre de 2018, la Constitución española cumple, ni más ni menos, que 40 años. No voy a meterme ahora en un debate de si necesitamos modificarla o no. Solamente diré que si hubiera que cambiar o matizar algo, creo que solo podría hacerse cuando una amplísima mayoría apoyara ese cambio, pero es solo mi opinión.
El caso es que en ella encontramos artículos sobre nuestros derechos, y me centraré en el ARTÍCULO 14, que dice lo siguiente:

 “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”

En la misma página web de la que he sacado el artículo anterior,  escribieron el año pasado, sobre 10 artículos de la Constitución que a su juicio se están incumpliendo. Es muy interesante, por si a los adultos os interesa leerlo:


Volviendo al comienzo de la entrada, con los años en las aulas, de Infantil, Primaria y Secundaria, me he dado cuenta que a mí me da igual. Me da lo mismo si un día en mi aula un niño se pinta las uñas, una niña es amante del fútbol o un chico disfruta bailando o cocinando. Creo que debemos darles la libertad para sentirse ellos mismos, para actuar como les apetezca, como sientan que deban hacerlo, y no ponerles trabas a expresarse como realmente son. Y eso no significa nada, bueno sí, estaremos educando en libertad. Y quiero niños, niñas y adolescentes libres, que no tengan que fingir lo que no son para agradar a los demás. 

En el instituto aprendí de los adolescentes, cocktail hormonal con piernas, la importancia de no juzgar. Y con el paso de los cursos he visto que hay que hacerlo extensible a los colegios, cuanto menos juzgues, más cerca estarás de ellos, seas mamá, papá, maestro, maestra, profe...Lo que sea. Y eso es precioso, os lo garantizo, mucho más satisfactorio que lograr que aprendan qué es un adjetivo o cómo operar con fracciones. 

Y con esta declaración de intenciones, no queda otra cosa que decir...Feliz 6 de diciembre para todos.



martes, 4 de diciembre de 2018

Regresar al Vía de la Plata. Ratito de reencuentros

Hoy era un día extraño, un martes-jueves, por eso del megapuente de cinco días que tenemos al caer. Una minisemana de muchas tutorías, mil y una tareas por hacer y también cansancio, para qué negarlo. Y llegó el día...Desde que recogí mis bártulos, con bastantes lágrimas por cierto, en julio de 2016. Ha llovido mucho desde entonces. 

Me fui con una mezcla de emociones, rabia e impotencia por no poder volver y por darme cuenta que da igual cuánto te esfuerces en el trabajo o a cuántos alumnos hayas atendido, porque si no tienen una dificultad muy específica, no vale, como si fueran humo...Me duele recordarlo. A la rabia e impotencia hay que añadir una profunda tristeza al percatarme de toda la gente a la que quiero de la que iba a tener que separarme, tanto alumnos, como compañeros del insti (docentes y no docentes). Pero tenía que ser así, y ahora al recordarlo me quedo con lo bueno, que fue mucho, de esos dos cursos.

Solo he entrado en el edificio 1, pero no he necesitado más. Tenía que haber vuelto antes, pero no me apetecía dejarme caer por Guijuelo con el dolor de no estar allí. Y estoy, a la vez tan cerca y tan lejos, en mi cole, el "Fili", digo mi cole porque lo siento mío. Me separan cinco minutos del instituto y hasta hoy, con la excusa de las elecciones sindicales, no he encontrado el valor para cruzar esa puerta de nuevo. Gracias a los saludados, besados y abrazados en esa corta visita. Y en especial a JaviHer (no es falta de ortografía) y a Gely, sois tan buenas personas que da gusto veros y sentiros cerca. Y quedan abrazos pendientes, pero no en el olvido, con los que ya no trabajan allí...Y también con alumnos de entonces, esta mañana solo vi a uno, y a lo lejos. Muchos de ellos no continúan en él porque han dejado de estudiar (bastantes) o están estudiando en otros lugares.

Y aunque las caras eran mayoritariamente nuevas, por un momento estaban todos: Miguel Ángel, Kaio, Jorge, Álvaro, Lucía, Ana María, Lorena(s), Alejo, Teresa, Nerea, Joana, Esmeralda, Francisco, Mbaye, Pape, Georgiana, Manuel, Juan Francisco, Petru, Kirsy...De memoria y sin las fotos a mano, me dejo algún nombre fijo.

No pienso que cualquier tiempo pasado fuera mejor. Entonces fui feliz, tremendamente feliz, a pesar del duro proceso de adaptación de una maestra a un instituto. Pero es que ahora, sin dudarlo, también lo soy, también pese al esfuerzo brutal de esta primera evaluación y, que cuando las expectativas ajenas son tan altas, sientes la responsabilidad de no defraudar a nadie. Sé que en el cole han apostado siempre por mí y me han querido y quieren, y eso solo se merece algo: GRACIAS, de corazón.

Y con las emociones todavía a flor de piel, dos imágenes de mi estación del año favorita (qué colores otoñales tan únicos) y un puente asomando la cabecita, acabo esta entrada. 


Imágenes propiedad de Raquel Plaza.