jueves, 24 de diciembre de 2020

OPERACIÓN OTN. Nochebuena y Navidad

He perdido la cuenta de los años que llevo enviando tarjetas por estas fechas. Los primeros años las compraba. Hasta que un día se me ocurrió la idea de qué pasaría si las hiciera yo misma. Habitualmente hago una lista de las personas a las que quiero mandarles una. Y suelo apuntar el año arriba, para organizarme mejor. Este año he preferido no mirar esa lista, y simplemente he enviado aquellas de las que me iba acordando. Es decir, he ido apuntando sus nombres a medida de ir escribiéndolas, en lugar de seguir mi método tradicional. Nunca pongo un tope, un número máximo de personas a las que escribir (me da en la nariz que en Correos y/o en el estanco agradecen esto je, je), pero reconozco que se me va un poco de la manos y sé que no puedo enviárselas a todas las personas a las que conozco y con las que tengo cierto trato (no ganaría para tarjetas). Pienso en muchos factores para enviar o no, tampoco es que haga un estudio sociológico pero siempre hay un buen motivo para mandarla, aunque a veces dude. Me he dado cuenta que mi "mapa de los afectos" es muy grande, no todos están como destinatarios de las tarjetas, no obstante me acuerdo de ellos y de muchos más siempre, y un poquito más en días especiales.

Este año, lamentablemente, también voy algo tarde, pero el trabajo no me ha dejado ponerme antes "manos a la obra." Así que no será raro que muchos las recibáis cerca de Nochevieja.  Las envío en varias tandas porque soy incapaz de escribir "unas cuantitas" (las he contado pero prefiero no especificar) del tirón, aunque cada uno vaya a leer solo la suya.

Pongo unas fotos de los resultados de la hornada de este año de mi particular OTN (Operación Tarjetas de Navidad). Por cierto, la de partido que le estoy sacando al cojín corazón de Ikea...








Esta vez, no sé si es debido al confinamiento vivido desde marzo u otros motivos, he recibido más tarjetas que nunca. Y me encanta, para qué negarlo. Me han hecho una ilusión tremenda todas, gracias de corazón. Y me habéis sorprendido (y emocionado). Sabéis que no envío tarjetas para que me respondan. Ese no es mi objetivo, con la misma sinceridad os digo que me encanta cuando me decís que la habéis recibido, os ha gustado, incluso emocionado...Porque eso sí, si las mando es por algo, es una manera de deciros, oye, quiero que sepas que pienso en ti, sin más. Nos hayamos visto mucho, poco o nada durante el año. Habría que poner un asterisco porque este año no ha sido posible ver a mucha gente...demasiada tal vez. He renunciado, nadie me ha puesto una pistola en la cabeza, a no ver a algunos amigos por precaución, ganas sí hay, pero a veces es bueno que la cabeza prime sobre el corazón.

Os prometo que no he asaltado ninguna papelería, pero sí, me encanta el papel, los colores, las plumas, escribir, dibujar, las cartulinas, la purpurina (con moderación), el brillo (también con medida), los papeles de scrap, las ceras DACS, las témperas, las pinturas acuarelables, lo sellos bonitos, las troqueladoras, reutilizar papeles...Podría poner que ATENTAMENTE Papelería-atelier patrocina esta entrada del blog je, je, pero no. No pese a las risas con María (la papelera atenta), de amabilidad tendiendo a infinito, y los euritos que me dejo cada vez que me le hago una visita. 

Y entre tarjeta y tarjeta, anoche me dieron más de las tres de la mañana, y el finde pasado fue en la misma línea, he ido haciendo un mapa mental sobre los lazos que me unen a cada persona. Es verdad que hay lazos que se fortalecen, otros se han aflojado, algunos son nuevos, otros se mantienen y unos pocos, muy pocos, corren serio peligro...pero ahí siguen todos. La vida nos ha dado un buen revolcón este año, pero el balance lo dejo para la entrada de fin de año.

Hoy me gustaría, más que nunca, invitaros a cuidar vuestros lazos humanos, sean muchos o pocos. A decirles a los que os importan eso, que os importan, sin más. O que los queréis, porque sí, o por lo que sea. Tenemos la mala costumbre de dar muchas cosas por sentado y no está bien, no lo veo bien ni ahora ni antes. Ahora puede ser que lo vea algo peor. Me parece que la pandemia también pasa factura a nivel emocional, y mucha gente necesita una mano amiga, un oído atento o una voz cálida al otro lado del teléfono.

Soy muy de frasecitas, hace poco en una felicitación que recibí ponía algo parecido a esto: Mantengamos la distancia, sin perder el contacto. Eso es, gran resumen para unas navidades atípicas y dolorosas en muchos casos. A las que, además de las antiguas sillas vacías, no nos queda otra que añadir las sillas que, por responsabilidad, estos días no deberían ocuparse. Pienso que los que estáis haciendo el esfuerzo para "repartiros" en estas fiestas entre unos familiares u otros, tendréis pronto vuestra recompensa. Sí, es probable que para muchos no sea un "premio" pensar que ojalá en la Nochebuena-Navidad de 2021 las celebraciones puedan tener lugar en la mismas condiciones y con las mismas personas que en las de 2019, y eso, vale oro.

Por eso, más que nunca, agradezco simplemente, poder estar los de siempre, los de mi casa, y tener la suerte de cenar los cuatro. Y el futuro, ya lo iremos viendo, porque estoy aprendiendo a mirarlo con ilusión, a pelear como una jabata por lo que el corazón dicta y nada de ponerme terca con planificar a medio o largo plazo...¿Por qué? Por el revolcón recibido desde mediados de marzo, aquel que mencionaba muchos párrafos atrás.

Cuidaos, dejar que os cuiden, cuidad e intentad hacer todo lo que esté en vuestras manos para ser felices.



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