jueves, 31 de diciembre de 2020

La última del 20...¡BIENVENIDO 2021!

 Esta vez no voy a encabezar la entrada anteponiendo el "querido" al 2020, porque...¡Vaya disgustos nos ha dado! Así que aunque haga un breve repaso del año que, al fin, despedimos, directamente me dirijo al nuevo. Allá voy...

Querido 2021:

No te conozco pero ya te quiero. Sí, así es, me gustas incluso antes de verte ¿curioso, no? 

Como bien sabrás, tu antecesor se ha portado bastante mal. Ha machacado nuestros oídos y ojos con palabras que preferiríamos, al menos yo, no haber tenido que manejar en el día a día con tanta asiduidad. Es el caso de Coronavirus, pandemia, estado de alarma, distancia social (qué dolorosa), confinamiento, toque de queda, vacuna, gel hidro alcohólico, mascarilla (quirúrgica, higiénica, FFP2...suma y sigue), servicios esenciales, colapso sanitario, EPI... Y ya, la lista no es corta precisamente. Podría explayarme diciendo auténticas barbaridades, pero tú, querido 2021, no tienes la culpa de lo sucedido antes de tu llegada. 

Esta mañana leí que el Washington Post había pedido a sus lectores que describieran 2020 con una frase. Clark Smith, un peque de 9 años, dijo esto: "Es como si vas a cruzar una calle, miras con cuidado a ambos lados y, de repente, te atropella un submarino." Me encanta la manera de sintetizar en tan pocas palabras una parte de 2020 que ha resultado ser una pesadilla interminable.

Haciendo un balance del año, lo hago siempre, veo que es inevitable recordar lo malo, pero también ha habido momentos felices, y no han sido pocos, afortunadamente. Y con eso me quedo, de lo malo también he aprendido mucho, y lo agradezco. Sí, hay un antes y un después desde ese 14 de marzo de 2020 en el que escuché al Presidente del Gobierno pronunciar las palabras "estado de alarma" y atónita, incrédula, petrificada, me quedé pegada a la pantalla del televisor. De los meses padecidos a continuación mejor no dar detalles je, je.

Y ya vuelvo a ti, para darte una calurosa bienvenida. Sé que contigo, 2021, no van a acabarse todos nuestros "males". Las vacunas están empezando a llegar y es un gran paso, pero todavía queda un camino tortuoso que recorrer.

Soñar es gratis, y se me da razonablemente bien. Por eso, deseo de corazón que seas un año de cine, pero no de drama, que en tu cartelera haya mucha comedia, parte romántica también (pero sin empalagar, por favor), algo de aventuras, documentales de lugares fantásticos por todos esos viajes pendientes que tenemos la ilusión de poder hacer, y musicales (mucha música, por favor). 

Te pido también que, en alguna parte tuya, recuperemos la no distancia social. Recobremos la calidez humana, porque también es salud, y tengamos en cuenta que hay abrazos que son curativos. A mí me gusta llamarlo "cariñoterapia" o "mimoterapia". Me da en la nariz que tu "colega" 2020 hizo de las suyas con lo de la distancia social, y habrá mucha gente que siga pagando las consecuencias de esa frialdad. A veces pensaba que a algunas personas todo esto las ha deshumanizado, haciéndolas más egoístas y, curiosamente, mostrándonos a muchos desenmascarados pese a llevar la mascarilla a todas horas.

Por eso 2021, quiero un año de amor, de cariño, de afecto, de mimos, de muchos abrazos apretados, de besos, de manos agarradas porque te quieren recordar que están ahí, para lo que haga falta.

Claro que nada va a ser posible si la salud no nos acompaña, confío en las vacunas y en no perder los  papeles y la cabeza celebrando el fin de año como si no hubiera mañana. Y pido salud para los míos y para mí, para allegados y conocidos, vea poco, mucho o nada. Cuídanos a todos, por favor.

Me gustaría que fueras un año que potenciara la creatividad de la gente, la imaginación que haga posible reinventarse, reconstruirse...Ayuda a que cada uno llegue al sitio en el que querría estar.

Sabes, algo te habrán contado los años anteriores, mi costumbre de estar siempre excesivamente pendiente del reloj, y de hacer planes a medio o largo plazo. Ambas costumbres-manías están yéndose a esparragar. Recuerdo de nuevo las palabras de Pau Donés, en la última entrevista-documental quince días antes de fallecer, "Estoy aquí y ahora". Y esa es la enseñanza más importante de este 2020, el exprimir el tiempo con los que tengo ahora, sin más. Pensar en el futuro sin que eso sea sinónimo de infelicidad, aunque tenga interrogantes y piedras en el camino. No sé la razón, pero estoy convencida que las respuestas irán llegando cuando tengan que llegar, no cuando yo quiera. Y las piedras en el camino, con ayuda o sin ella (mejor con ella), servirán para hacer cemento que forme un camino a casa consistente, que sea para crecer, no para quedarme atascada.

Por todo lo dicho hasta este punto, ojalá el 2021 sea un año de esos de mucho calendario, en el que nos dé pena ir pasando las hojas cada mes, por todo lo bueno que nos va a ofrecer. Y no queramos que termines.

Tal vez sepas, desde hace tantos años que no recuerdo cuántos, que prefiero los años impares. Y tengo la costumbre de disfrutar la Nochevieja, haya sido bueno o malo el año que se acaba. Si ha sido bueno por el recuerdo de las alegrías vividas. Si ha sido malo, porque el 31 de diciembre sea un punto de inflexión, una despedida en toda regla. Por eso: ¡Ahí te quedas 2020! (Pese a que lo bueno que me has dado también lo llevo conmigo y lo tengo muy presente).

2021, no te doy más la lata que estarás eligiendo tus mejores galas para tu llegada. Espero que el caluroso recibimiento que te daremos esté a la altura. Igual que confío en que tú sepas estar a la altura y cumplir parte de nuestras expectativas.

Ya sabes, 2021, a portarse bien con todos, te lo pido de rodillas si hace falta. Te trataremos bien, no lo dudes.

GRACIAS a los que habéis pintado de colores un año con muchas franjas grises. Os quiero:

Raquel

PD: Quizá la felicidad, como hace poco me dijo un amigo, sea una utopía, no lo creo, pero aproximaros a ella todo lo que podáis.

Y esta entrada tiene su puntito musical. Es la canción de la alegría, y es una de las últimas que me apetece escuchar antes de brindar por el 2021. Jerusalema, una versión breve de "Masaka Kids Africana Dancing."

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