martes, 27 de marzo de 2018

Entrada 200 del blog

¡Qué alegría! Tenía varias opciones para escribir hoy una entrada, me he inclinado por elegir el tema más agradable.

De nuevo, y casi sin darme cuenta, llego a un número especial en este blog que tantas satisfacciones me ha dado y me sigue dando. Sí, esta es la entrada número 200...¡Qué barbaridad!

Si hago un pequeño balance del tiempo que llevo con "La emoción de aprender", compruebo que el blog ha cambiado bastante este curso, espero que haya sido a mejor. Sigue teniendo bastante de blog educativo, con el enfoque que yo pretendía sobre educación emocional, sí, eso hay que mantenerlo. Aunque también tiene muchas más entradas que se aproximan a un "blog de aula," especialmente por la "sección" semanal dedicada al Taller EMOCIÓNATE. En ella relato, con más o menos fortuna, y mucho detalle, lo que hacemos cada semana en las sesiones. No sé si este giro es un camino más apropiado o no, pero es el que personalmente me apetece construir.

A partir de hoy me he propuesto incluir una foto cada semana, con una entrada que lo acompañe. Y, a ser posible, tengo en mente encontrar una fórmula para lograr que vosotros, que ahora leéis esto, os animéis a comentar, porque sigue siendo una asignatura pendiente y sé que es una de las cosas en las que cojea. Y lo sabéis, no me rindo fácilmente y como me proponga algo, lucho lo que haga falta para hacerlo realidad.

Imagen propiedad de Raquel Plaza Juan (exterior de la iglesia de la Veracruz, Salamanca, detalle)
Y más novedades no tardando mucho, que me reservo para ir poniendo en marcha durante o después de las vacaciones de Semana Santa.

A los que me seguís la pista por aquí, mil gracias. A aquellos que comentáis, muchas gracias también. Sin gente que lo lea o me aporte algo en persona o  a través de cualquier medio, este blog no tendría razón de ser. Porque algo os aseguro, una de las premisas para realizarlo, fue siempre la idea de poner en común, de compartir. ¿Compartir qué? Opiniones, estrategias, actividades, dinámicas, inquietudes, miedos, alegrías... Eso aderezado con grandes dosis de ilusión, muchas emociones a flor de piel, mi sello personal y lo mucho que aprendo a través de los ojos de mis alumnos, mis compañeras, mis amigos, mi familia y, cómo no, de esos docentes fabulosos que me he ido encontrando en el camino y con los que me encanta seguir en contacto (aunque nuestros destinos de momento no se hayan cruzado nuevamente).


A todos, por vuestra paciencia, cariño, aliento, comprensión...Simplemente, ¡GRACIAS!


No hay comentarios:

Publicar un comentario