viernes, 6 de abril de 2018

Reinventemos juntos una escuela para todos

El título de esta entrada es el lema de la 34ª edición del concurso escolar de la ONCE. Como muchos sabéis, el curso pasado los por entonces alumnos de 4º de Primaria y yo participamos, quedando ganadores de las fases provincial y autonómica. Este año, participando con el mismo grupo, ya en 5º, no hemos pasado la primera fase. Igual que se celebran las victorias, hay que saber "perder." Lo de perder lo dejo entrecomillado porque es relativo. espero que aunque sea un poquito, algo les haya quedado de la escuela inclusiva. Y eso ya es un premio. Sé este resultado desde el 28 de marzo, último día antes de las vacaciones de Semana Santa. No quise esperar y se lo comuniqué a los alumnos y a su tutora al momento. Si he tardado en escribir esta entrada, es porque quería incluir en ella un enlace para que todos podáis ver los ganadores provinciales de las distintas comunidades autónomas. Merece la pena echarle un vistazo.

Ver GANADORES PROVINCIALES 34º Concurso ESCOLAR ONCE

No es momento para analizar motivos de por qué no hemos llegado más adelante, para mí lo que toca, sinceramente, es dar la ENHORABUENA a los ganadores provinciales de las tres categorías. Y ojalá alguno de los ganadores salmantinos, corra la misma suerte que nosotros en la fase autonómica. Por eso, FELICIDADES al Colegio María Auxiliadora de Béjar, ganador provincial en las tres categorías. ¡SUERTE en la fase autonómica!

Comparto con vosotros dos imágenes. La primera no es la que mandamos al concurso. Fue una de las pruebas que hicimos antes, me encanta porque aparecen todos los alumnos de 5º del CEIP Beatriz Galindo. La segunda sí es la que presentamos. Fue una pena que faltaran personas ese día, pero no podíamos retrasar más la entrega del trabajo. 


Fotografías propiedad de La emoción de aprender.


En cualquier caso, una alegría haber podido participar dos veces con vosotros.

Aunque no hayamos ganado la fase provincial, considero que es muy importante seguir trabajando (todos) para hacer posible una escuela inclusiva. Una escuela inclusiva en la que no se escatimen recursos personales, económicos y de otros tipos. La escuela inclusiva es posible si todos nos damos cuenta de lo que conlleva, si remamos juntos en la misma dirección, si nos tratamos como compañeros dejando a un lado todo lo demás, si nos respetamos y, por encima de todo, si actuamos de una manera coherente en la que lo más importante sean los alumnos y, de verdad, pensamos en su bien.

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