jueves, 11 de mayo de 2017

Una de PIPAS

Hoy os presento un cortometraje. Se llama Pipas. De él puedo deciros que en escasos tres minutos y medio ha logrado condensar muchos de los peligros a los que nos enfrentemos hoy en día los docentes, aunque también los padres.

Lo he utilizado en clase en varias ocasiones, con 2º de la ESO y, aunque a algunos pueda pareceros algo precipitado, también en 6º de Primaria.

Si lo veis y os gusta, vosotros decidís quién queréis que lo vea y cómo se lo vais a presentar. La verdad en mi caso opté por pedirles que vieran con atención el corto, que escucharan y, puestos a pedir, que intentarán entender qué nos quería decir. Si bien las interpretaciones son tantas como el público que lo vea, considero que puede servir para que piensen en la importancia de estudiar, de aprender, en el peligro de hablar desde la ignorancia...Eso, por poneros algunos ejemplos.



A mí me duele mucho pensar que en alguna ocasión mis alumnos pueden acabar como las dos protagonistas de Pipas, que parece que lo saben todo y en realidad no tienen ni idea casi de nada. Y la burla además que hace una de ellas de su novio, por el hecho de estar estudiando, y cómo ella no es consciente de todo lo que desconoce (a mí estas situación me da mucha pena, pero me parece dolorosamente real).

He de reconocer que a veces, muchas, tal vez demasiadas, el contexto familiar es culpable del destino al que nuestros alumnos pueden verse avocados, casi irremediablemente. Pero, disculpadme si lo sigo intentando, aunque cueste, a pesar de no saber en ocasiones qué vías alternativas pueden ofrecerles un futuro mejor o permitirles escapar de un destino que a ellos mismos no les atrae nada, pero que sienten como una obligación, dejando a un lado su voluntad.

Os animo a no dejar de intentarlo, ya se trate de vuestros hijos o de vuestros alumnos. Intento pensar siempre en lo mejor para mis alumnos, y en su bien. Entendido "su bien" como algo global, no reduciéndolo a los estudios. Y cuando a veces me dan ganas de tirar la toalla, de darme por vencida y seguir mi camino, sin más, sin implicarme, acabo haciéndome la misma reflexión...¿Y si se tratara de mi hijo?

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