viernes, 17 de agosto de 2018

Crónicas de arena, sal y mucho más

Después de unas, bajo mi punto de vista claro, bien merecidas vacaciones, vuelvo al blog. De hecho me planteé escribir alguna entrada desde tierras valencianas, pero imaginarme escribiendo una entrada con el móvil era una tortura, por eso desistí y pospuse al día de hoy lo que guarda mi memoria (las neuronas que no están de vacaciones, obviamente).

Para ser más exactos, tengo la fortuna de poder disfrutar de las vacaciones (y del verano) desde el 1 de julio.Y ya me ha dado tiempo a todo, hasta de aburrirme en algún momento muy pero que muy puntual.

En la playa he visto amor, pero en letras mayúsculas y luminosas. Amor en un abuelo que persigue a su nieto alrededor de la toalla y hace como que nunca va a pillarlo. Amor de pareja en manos entrelazadas, sonrisas, miradas que buscan coincidir, besos, achuchones... También en ancianos que parece que llevan juntos toda la vida y se sientan juntos a la orilla del mar cogidos de la mano. Amor de padres que untan a sus hijos de crema solar para protegerlos, que les dan la mano cuando ven que les da miedo el agua y a su vez quieren saltar olas, que les ofrecen una botella de agua si el sol aprieta. Y una larga lista de ejemplos que guardo en mi retina.

Es impresionante lo mucho que se puede disfrutar mirando el mar. Tengo una gran capacidad para quedarme embobada contemplándolo, el sonido de las olas es prácticamente hipnótico, más aun si la playa no está hasta la bandera. Te sientas en una silla, en la arena, en el suelo...da igual el lugar y solamente te dedicas a observar. Me encanta retener en mi memoria los amaneceres en la playa, esa gama cromática que a mí me conquistó hace muchos años. Y procuro retenerlo para cuando mi memoria necesita recurrir a ellos. En esos días que necesitas llenarte de paz, calma, tranquilidad, paciencia, sosiego y, por el motivo que sea, resulta muy complicado. Y allí, en Gandía, me he acordado de muchas personas que habrían disfrutado mucho viendo esas estampas: de pequeños y adultos, de amigos, de familares, de alumnos y exalumnos. Ojalá solo con el pensamiento pudiera teletransportar a la gente. Creo que únicamente iba a usarlo para que viajaran (para pasárselo bien) esas personas que vienen a mi memoria. Para enviar a alguien a freír churros no, sería malgastar un poder mágico, y no es mi estilo.

Sé que algunos no podéis ir fuera a visitar playa, montaña o lo que se tercie. Espero que. a pesar de eso,  esteis lidiando bien con el calor y el verano no os esté resultando demasiado duro o pesado. Aunque sea sin salir de casa, no os olvidéis, todos, sin excepción, de buscar (y encontrar) momentos para vosotros. Sí, parece una tontería, pero creo que es imprescindible dedicarle "ratitos" a uno mismo. Y si hasta ahora no lo habéis hecho, intentadlo, mimaros de vez en cuando, a todos nos viene bien. Nos viene bien eso de estar sin nadie más que con uno mismo, que no es poco. Da para pensar en lo pasado, en el presente y en lo que quizá venga, sea una incógnita o esté ya escrito. Da también para valorar lo simple, lo sencillo, lo pequeño. Cosas como una foto que hacía mucho que no veías y que habías olvidado, un mensaje que había que releer o sí o sí, una carta de alguien que te quiere, leer un libro, observar una vela encendida...

A estas alturas de verano estoy empezando a ponerme nerviosa, no puedo disimularlo. Siempre me pasa cuando se acerca el comienzo de un nuevo curso y, este encima, que será en un lugar distinto al de los dos anteriores, estoy un pelín más inquieta si cabe. No voy a hacer predicciones, por si me confundo, aunque tengo un pálpito.

No obstante no vamos a guisar el pollo (u otro animal) antes de tiempo. Tengo la suerte de disponer todavía de un par de semanas más, que espero den de sí bastante, porque quiero dar abrazos a mucha gente y me quedan muchas conversaciones mirando a los ojos antes de regresar al "curro", que para mí sigue siendo más que un trabajo a secas.

Hablando el otro día con mi hermano, caí en la cuenta de una cosa: disfruto con cosas muy simples. Me encanta que diga hola y me respondan, que me miren a los ojos cuando me hablan o hablo a una persona, que me sonrían, que pregunte algo y me respondan, ir al sitio que sea y preguntar algo, o encontrarme con un turista y me pregunte lo que sea en inglés. Tendemos a complicarnos la vida, pero...¡Cuánto pesa lo simple! Quizá por eso se me ocurrió mandar un mensaje especial a personas especiales (para mí). Creo que de esa u otra forma, voy a hacerlo más a menudo, porque sí.

Mis vacaciones están resultando ser una receta variada, en la que hay ingredientes para todos los gustos y colores. Cosas que te hacen sonreír, otras que te preocupan, algunas que te quitan el sueño, unas cuantas que te entristecen, y no faltan las sorprendentes/inesperadas...Pero creo que todo se puede extraer algo positivo, hasta de la situación más dolorosa. Y es bueno intentar hablar claro, sin tapujos, de la vida, de la muerte, del amor, del desamor, de la ilusión, de la desilusión...Adoro a la gente valiente, que se atreve siempre a decir lo que piensa tal cual lo piensa. Y sí son capaces de conseguirlo escogiendo con mimo las palabras, ya es una maravilla. Bueno, en definitiva, me gusta la gente.

Y como esta entrada se supone que iba de arena y sal y de eso precisamente no he hablado en exceso, acompaño mis palabras de mar, arena, nubes y sol.






Todas las fotografías son propiedad de Raquel Plaza Juan.
BIENVENIDOS de nuevo al blog. En cuanto coja carrerilla, y tenga más a mano el ordenador, retomaré la frecuencia habitual a la hora de publicar entradas.

2 comentarios:

  1. Hola Raquel, ¡qué sorpresa que el blog esté ya activo! yo pensé que la primera entrada tras el verano sería tu nuevo destino....pero me equivoqué! Espero que sea cual sea te vaya genial.
    En cuanto al resto de la entrada... me alegro que hayas podido disfrutar de un verano tan variado y hayas podido recargar pilas.
    Seguiremos esperando nuevas entradas y aprovecha de los últimos días de verano.
    Un abrazo enorme,

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    1. ¡Hola Cristina! Esa era la idea, pero no pude esperar y me adelanté a lo que tú dices. GRACIAS, como ves ya he publicado la del "nuevo" destino. Y eso espero, que me vaya fenomenal.
      GRACIAS, espero que tú con todo lo que tenías planteado hayas pasado un verano fantástico.
      ÁNIMO que el año va a ser intenso, querida compañera opositora.
      Sí, afortunadamente pilas a tope y con mucha ilusión.
      Tú también, exprime estos últimos días, que en Salamanca pasamos de las chanclas a la cazadora, sin entretiempo que valga.
      Muchos besos,

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