domingo, 26 de agosto de 2018

Mi mejor regalo

Como algunos sabéis y otros tantos no, y está bien que así sea, el pasado 21 de agosto fue mi cumpleaños. Lo menciono porque está relacionado con lo que viene a continuación. Ese día publicaron las vacantes de coles para el próximo curso, para una cosita rara que en nuestro gremio se llama "Concursillo." Tuve la sensación, o quise pensar, que el hecho de haberse publicado el 21 y no en otro momento, era una señal, una especie de regalo. 

Me parece que es la primera vez que sopló las velitas del cumple tan tarde, alrededor de las 22:15. Y pedí un deseo, para algunas cosas sí soy un pelín supersticiosa y no quise tentar a la suerte desvelando cuál era. Ahora ya, a toro pasado, puedo decirlo, mi deseo era (y es) volver a Guijuelo. Y una vez más, el destino, que es caprichoso de narices y no siempre alcanzo a comprender las cartas que me ofrece y en los momentos que lo hace, me dice que sí, que deseo cumpleañero concedido. 

Prefiero pensar que ha sido una recompensa divina o terrenal a muchas cosas que he tenido que vivir recientemente y eso mismo hace que se me salten las lágrimas solo de recordarlas. Ha sido un año/curso académico duro a todos los niveles. Pero hay que pasar página y esbozar una sonrisa, cómo no, de oreja a oreja. Y es que a mí no me sale sonreír a medias, o sonrío de verdad o no, y punto.

Aprovecho para agradecer a todos los que se han alegrado por mí y me han dado la enhorabuena. En particular a las personas (compañeras/amigas) del Filiberto a las que me ha faltado tiempo para decírselo y a las compañeras con las que ya no coincidiré (en las aulas). Y a los que se han interesado en cada momento por dónde iba a estar el próximo curso, y han estado pendientes desde junio, gracias especiales también. Me habéis hecho sentir tremendamente querida, valorada y muy arropada, y lo necesitaba.

Excusarme los que me escribisteis antes de ver las adjudicaciones si no os hice mucho caso, pero estaba muy intranquila.

Gracias a mi amiga Marta por ser la portadora de la buena nueva, y avisarme por WhatsApp de lo que todavía no había visto. He de reconocer que encontrar el documento de las adjudicaciones (a quiénes le habían asignado una vacante para el próximo curso y en qué cole) en la web de EducaCyL era una prueba de ingenio y/o de paciencia casi infinita. Si no llega a ser por ti, con lo nerviosa e impaciente que estaba, todavía andaría buscando el documento...

De momento el próximo curso sé seguro que voy a dar mayoritariamente Inglés, aunque en las observaciones podía "puede impartir horas de Primaria." Es decir, dar además otras áreas que no sean Inglés. Y estoy feliz, necesitaba un cambio, aunque sea a medias. No es cambio del todo porque vuelvo al CEIP Filiberto Villalobos de Guijuelo, cole en el que ya estuve mi primer año de Compensatoria. Sé que hay compis que ya no están, porque tienen otros destinos o se han jubilado. Otros permanecen allí y, obviamente, compañeros nuevos que ya estaban o que vendrán, con los que no he coincidido antes. Me hace mucha ilusión volver, no puedo disimularlo. Desde que caí en Guijuelo por primera vez, noté que un cachito de mí iba a quedarse allí, repartido entre el Vía de la Plata y el Fili. Y ahora no quiero ver mucho más allá. En el horizonte está Guijuelo con el Filiberto para este próximo curso 2018-2019. Nadie dijo que volver fuera fácil. Sé que me esperan: nuevos retos; algún que otro rato/día/periodo difícil; muchísimos buenos momentos; como siempre grandes dosis de paciencia, ilusión (mucha); y, por supuesto pero quizá en esta ocasión sea más visible, millones de instantes plagados de emoción.

Por ahora salgo de Compensatoria, quiero creer que es un paréntesis porque adoro trabajar en Educación Compensatoria. Lo reconozco, me va la marcha y lo que a otros puede resultarles imposible a mí me atrae como a las abejas la miel. Me encanta la aventura que supone y me parece que su alumnado me ha cambiado, para bien, con sus circunstancias, con su transparencia, con su verdad, con su todo. Pero la vida unas vueltas tremendas y vamos a ir piano, poquito a poco.

Así que ya sabéis, seguiré con el blog, faltaría más, aunque con novedades porque mis funciones van a ser bastante diferentes a las de los dos cursos anteriores. Intentaré adecuarlo a mi nuevo contexto laboral y plasmar lo que vaya haciendo.

Ahora llega el turno es de los compañeros y amigos interinos. Mucha suerte para las adjudicaciones y, si por lo que fuera de primeras no os llega una vacante, no perdáis la esperanza, lo primordial es tener trabajo, aunque tarde un poco en llegar.

Y como se supone que el próximo año se avecinan oposiciones de Maestros, a aquellos que vais a preparároslas, todo el ánimo y la energía positiva del mundo.

Puede que me haya quedado corta, y esta entrada no le haga justicia a la alegría desbordante que me invade y la ilusión y a la vez un enorme sentido de la responsabilidad. Para mí es una responsabilidad gigantesca estar otra vez en el Filiberto Villalobos de Guijuelo. Soy consciente de lo alto que está el listón y de corazón espero no defraudar a nadie. Me gusta pensar que además de continuar disfrutando con el día a día, dentro de las aulas, tengo un grupo humano con el que estoy deseando trabajar, ya sea de nuevo o por primera vez.

A todos, desde vuestro sitio, mucha suerte y buen comienzo de curso. Empieza otro año académico lleno de emociones. La emoción de aprender claro, pero también la emoción de compartir, superarse, acompañar, ayudar, intentar, renovar. En definitiva, la emoción de...VIVIR.


Amanecer en Gandía. Fotografía propiedad de Raquel Plaza.

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