domingo, 23 de junio de 2019

Fin de curso. Caricias emocionales: Guijuelo tiene un color especial

Antes de ayer fue el último día del curso. Para mí el curso acaba cuando terminan las clases con alumnos, porque no concibo un colegio sin niños, no tiene ningún sentido. El caso es que la fiesta de clase la celebramos el jueves, la víspera al último día, porque el 21 teníamos la Graduación de los compañeros de 6º, y no tenía cabida hacer la fiesta de clase de 9 a 11 de la mañana, ni me parecía la hora, ni el momento.

El viernes era, teóricamente, un día tranquilo. Como me tocaba estar en las filas, salí unos cinco minutos antes, lo habitual los días que tengo patio. De refilón vi que había "demasiadas" mamás de los alumnos de mi clase, eso me pareció sospechoso. Una vez sonó el timbre y todos habían entrado, de nuevo vi bastantes madres de 5ºC, en círculo, en el patio. Por varios comentarios de los días previos había deducido que "tramaban" algo para mí. Pero la sorpresa debía esperar. 

Después de una originalísima ceremonia de graduación de 6º, orquestada por Alsira con la colaboración de las tutoras, María y Susana, volvimos al colegio. Enhorabuena a las tres por una graduación tan fantástica...¡Vaya esfuerzo! A eso de la una menos cinco viene la mamá de una niña y me pide por favor que no me vaya a la una, que les falta una mamá, me da un cariñoso beso y se va...No sé cuántos minutos pasaron desde que ella entró en clase hasta que llamaron a la puerta, pero se me hicieron e-ter-nos. No sabía dónde meterme y, por mucho que pueda chocar, esas cosas me dan una vergüenza tremenda. Y allí aparecieron, 13 personas creo recordar (no estaba yo para contar ja ja ja), 12 mamás y un papá, en representación de todos los padres y madres de mi clase.

Tímidamente se quedaron al fondo de la clase y yo me senté, porque empezaba a intuir la que se avecinaba y me quedé parada, tal cual. Al final les dieron los regalos a los niños y dijeron unas palabras los adultos y se fueron aproximando todos. Antes de ponerme a llorar como María Magdalena, rodeada por mis alumnos y sus familias, me parece que atiné a darles las gracias y recordar que había sido un curso muy intenso, muy especial, y que me encantaría volver a coincidir con todos ellos en 6º. No estoy segura del orden en el que dije esto, o si se me ha pasado algo, es lo que tiene que la emoción te supere. Sé que parte de esto lo dije entre llanto y llanto, después de coger un poquito de aire.

Pues bien, como las imágenes hablan más que lo que pueda decir, pongo fotografías un poquito más abajo de los detallazos, no pueden calificarse de otra forma. Además una mamá, a nivel particular, me dio una carta, la leí en casa y...para quedarse sin respiración; junto a la carta un poema y una flor hecha con goma EVA. A eso debo añadir más cartas, dedicatorias o dibujos de algún niño o niña. Guardaré todo con sumo cuidado.


Aunque todos me encantaron, al álbum-libro de scrapbooking con una foto de cada uno de mis niños y niñas y un mensaje de cada uno con un colgador, me llegó al alma. Qué preciosidad, cuánto cariño, esfuerzo, detalle y, de todo, al hacerlo. Mil gracias a quien tuviera la idea, a las personas que colaborasen en su elaboración y a todos los que de alguna forma habéis participado en él. Es una verdadera joya, y como tal, la pienso conservar. Los mensajes de cada uno preferí leerlos en casa, no soy buena nadadora y había riesgo de inundaciones. Qué palabras tan bonitas y tan de cada uno, reflejan muchas cosas de lo que hemos compartido este curso. Miré con detenimiento las fotos, qué guapos y guapas son todos por favor. Lo mejor es que son guapos por fuera, y por dentro todavía más. 

Cajas en las que iban los regalos, con dedicatoria incluida.




Me parece que este año nadie va a poderlo olvidar. Y esto con independencia de mi continuidad o no en el cole que, como ya he dicho de muchas formas y a todo el que me lo pregunta, si pienso en seguir en el Filiberto de Guijuelo el próximo curso, solo se me ocurre una palabra: OJALÁ. 

Pero todo es cuestión de plazos, y de eso hasta bien entradas las vacaciones de verano, nada de nada. Así que afronto el verano con una tranquilidad que hasta me extraña,  con muchas ganas de disfrutar del ansiado descanso y con un ojo puesto en la localidad chacinera (para qué negarlo).

A todo lo anterior, que es una barbaridad, es de justicia sumar las caricias emocionales que un buen número de papás o mamás me han ido "regalando" durante todo el curso. Gracias por darme tanto cariño y haber compartido tanto conmigo. El 20 aproveché para darles un regalito a cada niño. Consistía en un cuaderno de Hale-hop, como los míos, con frasecita incluida, un pilot de algún color vivo y una carta, no de despedida, solamente de fin de curso, que incluyo aquí sin un par de fallitos que se me colaron (no se puede escribir bien pañuelo en mano ja ja ja ja). Ver la CARTA PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS DE 5ºC.

Y repito una canción, aunque la haya compartido en otra entrada del blog, y precisamente con esta clase. Mi querido Manuel Carrasco y su QUÉ BONITO ES QUERER. Pues sí, es precioso y que además te quieran es ya lo máximo. Cuánto cariño, cuántos momentos mágicos...¡GRACIAS!


PD: El blog todavía no "cierra" por vacaciones. Tengo a medias las últimas crónicas de Pinceladas de emoción y alguna que otra "reflexión en voz alta."

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