jueves, 7 de mayo de 2020

Paseos: CORONAVIRUS días 51 al 54

He estado a un tris de titular esta entrada "Hartazgo", pero me parecía tan negativo el poso que podía dejar o al menos lanzar al aire, que he cambiado de idea.

Llevo paseando cinco días, además de los trayectos ya conocidos u otras gestiones que haya tenido que realizar. Compartí ya en el blog ese primer paseo, con una ilusión tremenda por recuperar parte de la libertad, que por motivos de salud ha disminuido. En uno de los paseos me he dejado caer por la Plaza Mayor, para mí, el monumento más hermoso de Salamanca sin rivales que le hagan sombra. Me encuentro un ágora poco concurrida, cuando suele ser uno de los hervideros de la ciudad, un crisol cultural y de personas de todas las edades y sitios de origen. Ahora, si es en hora de paseo, no nos encontramos con niños de catorce años o menos, ni personas de más de 70 años.  Por motivos evidentes y acentuados por el confinamiento, voy de cabeza al paseo en el turno de tarde-noche, el otro ni me lo planteo.

Como soy como soy, no puedo evitar ir cámara en ristre, y recorro todo el perímetro de la Plaza Mayor. Paseo por los soportales parándome encada punto, observando una vez más un monumento que nunca me canso de disfrutar. Os dejo un par de fotos de antes de ayer. La de los soportales vacíos impresiona, al menos a mí sí. Los que sois de aquí o conocéis un poco Salamanca, sabréis que esa imagen, a las ocho y media de la tarde de un día cualquiera, no es común. Y así de paso os acerco un pedacito de la ciudad a los que estáis fuera y os apetece verla. Y no es un cachito cualquiera...



Imágenes propiedad de Raquel Plaza Juan


Gran parte de las cafeterías y restaurantes en las cercanías de la Plaza o en ella misma, tienen unos carteles rojos anunciando su traspaso, pero es una reivindicación, porque va acompañada de cifras, como el peso que tiene este sector en el PIB, o cuánta gente se verá afectada por las nuevas condiciones para abrir el negocio (si se puede). Creo que a la mayoría no les va a quedar otra que reinventarse, pero me da que no todos van a estar en condiciones de afrontar esa reinvención.  

Los dos primeros días el paseo fue más una búsqueda algo desesperada de zonas verdes. Luego simplemente he querido desconectar, que me dé el aire y moverme, sin más pretensiones. Los ojos se me iban a la gente y a los comercios. En cuanto a la gente, si antes me fijaba en los ojos, ahora, parapetados (la mayoría) tras la mascarilla, con más motivo. Casi todos eran respetuosos con la distancia de seguridad, pero hay díscolos que van a su bola, sin darse cuenta que ahora sí o sí, o remamos todos a una, o nos hundimos todos...Y pienso agarrarme a lo que haga falta para evitar hundimientos, y colaborar en lo que pueda. 

Comprobé que muchos negocios no tienen fecha de reapertura prevista, y eso preocupa. En las imágenes veis negocios cerrados, que buscan dueño, pero ya estaban así antes del estado de alarma. El bar me ha dado pena, es ya del barrio San Bernardo, pero está a dos minutos de mi casa...No sé en qué momento exacto echó el cierre. Y el otro muestra un comercio "de toda la vida", que acabó su actividad con la jubilación del dueño actual. Es una tienda no muy amplia, pero con encanto. Su mayor baza era el trato personalizado. Forma parte de mis recuerdos de la infancia, aunque ya crecidita también he estado allí.




La librería de mi barrio abre el 11 de mayo, y allí estaré puntual. Sí, respetando las medidas de seguridad, tanto de distanciamiento como higiénicas, todo sea por la salud, pero me parece que si se puede, hay que colaborar para ayudar a sobrevivir al comercio local. 

Ayer opté por darme una vuelta por mi barrio, y en concreto por la decoración de puertas de garaje, fachadas de edificios...Os dejo una selección de algunas de las "obras" del Barrio del Oeste, que en realidad es Carmelitas-oeste. Hay para todos los gustos. Os invito a verlas en persona. 









Esta tarde...más. No creáis que todo es color de rosas, pero cada cual decide lo que quiere compartir en cada momento y con qué intención habla o calla.

En medio de la pandemia, llevo vistas dos series de TV, al ritmo que puedo porque eso no es lo prioritario. Aprovecho para recomendar Merlí. Por error vi antes el "spin off" que la primera, pero al final ha sido algo positivo. Me parece que gracias a ese error la "continuación" me ha gustado más que si hubiera seguido el orden cronológico. Y de Merlí me quedo con muchas cosas, que nos vienen de perlas a los docentes, ahora y siempre. Dicho queda, si eres maestro o profe y no la has visto, quizás sea un buen momento.

Y creo que hasta aquí debo escribir, son algo más de las cuatro de la madrugada y ahora sí, tengo sueño. Hubo un punto, en abril, en el que pensé que de esta saldría sin ojeras. Ja, ja, ja, qué ilusa soy. Ánimo a todos y a seguir luchando. 


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