jueves, 5 de enero de 2023

Para los 3 Reyes Magos


Queridos Reyes Magos:

Voy a ver por dónde empiezo porque tengo tanto que compartir con vosotros, que no sé muy bien cómo comenzar.

¡Ah, sí! ¡Lo tengo!....El comportamiento. Creo que me he portado bien, no voy a poner muy bien porque hay instantes en los que he saltado. Otros muchos en los que me he controlado, me he mordido la lengua y, del tipo que sea, he aguantado auténticos chaparrones (y no ha sido fácil, todo pasa factura). A ratos he tenido ganas de tirar la toalla, pero no soy del tipo de personas que se rinden. Ni tampoco de las que dan su brazo a torcer porque sí. Si creo en algo, si estoy totalmente convencida de algo o alguien, no hay nada ni nadie que me vaya a hacer cambiar de opinión, se ponga como se ponga o sea quien sea. Porque me respeto y me quiero a mí misma, pese a que no siempre me dedique el tiempo que necesito o me vea de una manera adecuada. Y si doy un paso estoy requeteconvencida de hacia dónde va ese paso, y si no sé muy bien dónde me va a llevar el paso pero me apetece darlo, no dudo, y lo doy con firmeza. Creo que tras mis años de vida hacen que ya me conozcáis, tanto Melchor, como Gaspar y Baltasar, y sepáis que no soy precisamente una cabra loca, sino que intento tener la cabeza en su sitio y con cabeza actúo siempre, pero conectándola con el corazón. La sangre circula por todo el cuerpo, y se nota.

Así que no sé, en una escala del 1 al 10 no me pongo nota, cada uno de los que me conocen me verán de una forma. Seguro que he decepcionado a más de una persona, no lo dudo. Y que no siempre actúo como otros esperan. Pero esos mismos no sé si aprecian el ejercicio de contención que a veces hago. Mis silencios pueden ser mucho más significativos que mis palabras. No creo que sea bueno razonar ni explicar cada uno de los pasos que damos. Nunca  me van a  entender todos. Ojito, una cosa es entender y otra distinta estar de acuerdo. Pido empatía y de la misma intento tirar al actuar yo, pero hay momentos que eso ha sido muy complicado.

Como ya sabréis, 2022 fue un año bastante complicado por muchas razones. Gracias por la paciencia que me traéis cada año. Gracias por la fortaleza, cuando me costaba seguir adelante, no sé ni cómo ni dónde pero he logrado continuar caminando. También es verdad que el mérito no es solo mío. Aunque  haya tenido que "torear" muchas cosas, capear muchos temporales, he contado con subalternos fabulosos, con personas dispuestas a escucharme, cuidarme, protegerme, defenderme y amarme a cualquier hora del día. Sigo siendo una persona muy afortunada. Gracias por la salud, porque sin ella no habría podido disfrutar ni hacer nada. Gracias por las escapadas y los viajes, suman más vida a la propia vida.

Por eso, teniendo en cuenta lo escrito hasta ahora, por favor, suena a tópico pero es un "regalo" imprescindible: SALUD.

Y teniendo salud, que el amor siga conmigo, de muchas formas, y que pueda disfrutar de escapadas (alguna de mayor duración y viajes). Si puede ser, solo si no es mucho pedir, y os lo digo yo que sabéis que si puedo evito los ascensores (aunque suponga subir "a patita" cinco pisos), me apetece mucho volver a volar, pero nada de helicópteros ni similares, un avión, de los de toda la vida.

Por supuesto que lo de salud, amor y viajes, para los míos y para mí. Soy más feliz cuando los que quiero son felices también y están bien de salud. 

Quiero más tiempo para mí. Ya, sé que soy yo la que ha de organizarse mejor. No he podido quedar ni con la mitad de personas que quería estas vacaciones navideñas. Pero por un lado, mis previsiones eran demasiado optimistas y entonces nada de tiempo para mí, sino para compartir con los demás todo, y tampoco es eso. También sabéis, queridos Reyes Magos, la casuística vivida desde la misma mañana de Navidad, por lo que lo primero era lo primero. Y los días siguen teniendo 24 horas y siento no haber descansado todo lo que mi cuerpo me pedía tras una laaaaaarga primera evaluación. Puede parecer que choca con lo anterior, pero además os pido poder pasar más tiempo en compañía de algunas personas. Hay ocasiones en las que la semana parece una montaña rusa, y cuando quiero darme cuenta, estoy de nuevo en el punto de salida (lunes, otra vez).

Y luego, pues como por pedir que no quede...No me quitéis a nadie, ni por salud ni por nada, no quiero sentir ese vacío.

Os he de confesar algo, puede que ya lo haya escrito en alguna otra entrada del blog. El mejor regalo (material) del año pasado fue una bolsa de gominolas. Y conste que tardé mucho en abrir el cucurucho e inspeccionar todo lo que había dentro (lo fui comiendo a pasito tortuga, me daba pena). Pero no eran las gominolas en sí, sino el significado de ese cucurucho. Gracias por los regalos que iluminan el alma y alegran mi corazón (esto último me ha quedado cursi de aquí a Lima, pero me importa un bledo).

Espero que sigáis teniendo salud para mantener viva la llama de la ilusión en los niños y en los adultos. Una lástima que este año hayáis vuelto al recorrido habitual y no paséis esta tarde por la puerta de casa. Reconozco que fue inolvidable vivir la cabalgata desde casa y poder verla al detalle...¡Vaya regalo!

En cuanto a mis peticiones, lo que se pueda, no quiero acaparar.

Con cariño,

Raquel

PD: A todos los que me leáis, FELICES REYES, de corazón.


2 comentarios:

  1. Ojalá todos tus deseos se hagan realidad pero en especial SALUD porque gracias a ese podemos conseguir todo lo demás. Felices reyes! Un abrazo enorme

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. MUCHAS GRACIAS KRIS. Eso, ojalá. Espero que hayáis disfrutado mucho de los primeros Reyes de la reina de la casa. Un abrazo grande

      Eliminar