miércoles, 30 de agosto de 2023

Papá, casi un mes...sin ti

El 1 está a la vuelta de la esquina. Manda narices que vaya a hacer un mes desde que nos dejaste. Hay preguntas en el aire, y ahí se van a quedar. La qué más se repite en mi cabeza es "¿Por qué?". Y otras que no me estoy guardando dentro, sino que las saco, como puedo, muy despacito. O cosas que quiero compartir contigo.

No te puedes imaginar la de personas que nos siguen dando el pésame a estas alturas. Si siempre he pensado que tú habrías sido un relaciones públicas estupendo, por algo sería. Y mamá una vendedora de inmobiliaria de bandera. La verdad es que después del tiempo que ha pasado desde ese 1 de agosto, cada pésame de alguien conocido y relativamente próximo, es dolorosísimo. Es muy difícil no derrumbarse. Sin embargo, ¡qué curioso!, me duele que otras personas, ni conocidas ni próximas, no digan ni pío, por algo que llamo empatía, humanidad...No sé. Por ejemplo tres trabajadores, dos hombres y una mujer, de dos tiendas distintas de Orange. Me esfuerzo pero no me cabe en la cabeza que no les salga un "Lo siento", y luego ya me expliquen lo que corresponda. Igual en una de las tiendas de Movistar, nada, como si no hubieran escuchado nada. Y en tercer lugar, en La Gaceta, con la de años que llevabas siendo suscriptor. Me parece vergonzoso, pero no tengo ánimo de poner quejas, con las ganas me quedo, pero ahora no me veo con fuerzas para eso. Tampoco quiero decirles alguna barbaridad, de la que luego me pueda arrepentir. 

Además de los pésames, reconozco que no llevo nada bien el que me pregunten cómo estoy o cómo estamos. Pues estamos, ahí vamos, tirando...Cada día que me pasa me apetece menos dar explicaciones de mi estado de ánimo o el de Míguel y mamá. Sé que lo hacen con buena intención, porque se preocupan por mí/nosotros. Pero es complicadísimo de responder, y escuece mucho. Es una pregunta comodín, la más común tras saludar a alguien, pero ahora me sobra. Y eos no significa que me pase el día entero llorando, ni mucho menos, no es así. Pero sí hay silencios, lágrimas, o nudos en la garganta, en algún momento puntual del día a día, y los vamos llevando lo mejor que podemos y sabemos.

No me quita el sueño que no me entienda la gente. Sé perfectamente que no vas a volver, que la vida sigue, que tú nos querrías ver felices y estamos haciendo todo lo posible por salir a flote. Pero sigo sintiendo todo muy reciente, la herida está muy tierna (todavía) y tu vacío es un boquete de dimensiones descomunales. A la gente, no juzguéis, os lo pido por favor. No me gustaría que nadie, sin excepciones,  estuviera ahora en mis zapatos y tuviera que sentir lo que yo siento.

He pasado de no parar casi en casa a no tener ni pizca de ganas de salir. Salgo lo imprescindible, porque lamentablemente a los que se quedan aquí, a los familiares más cercanos del vivo, les queda burocracia para rato. Y ese papeleo inmenso contribuye a no poder desconectar, no poder dejar de darle vueltas a las cabezas. Sé que hemos empezado un capítulo nuevo en nuestras vidas, el de "Nuestra vida sin papá", pero pasar página y comenzar a escribirlo, no es moco de pavo, cuesta un mundo.

Creo que lo dije en alguna de las entradas anteriores, pero me gustaría dar las gracias a los que han vivido alguna pérdida que se asemeja a la nuestra o la supera, y han compartido ese dolor conmigo. Sé que en ningún momento os pedí que hiciérais eso, pero me ayuda a entenderos mejor y a comprender mejor algunos de los sentimientos que estoy teniendo. Y digo dolor, pero además de dolor hay otros que me han dado una lección, de cómo sí se puede seguir adelante ante una pérdida así (o peor, porque las hay mucho peores), y cómo se puede volver a ser feliz, con tiempo claro, pero esa luz que veo en vosotros me llena de esperanza. Lo vuelvo a decir, pese a la desgracia, también me siento muy afortunada. Espero salir mejor persona de todo esto. Desde luego, algunas cosas no las volveré a hacer de la misma manera, porque ahora que las estoy viviendo en mis carnes, sé que hay otras formas, mejores.

Papá, que sepas que de tu muerte va a  nacer algo hermoso. Algo que pueda serle útil a muchas personas. Estoy ordenando mis ideas para empezar a darle forma, barajo varias opciones, sin plazos ni nada. Puede ser dentro de una semana o un par de meses, pero de aquí voy a crear algo muy bonito. Está genial hablar de la vida y de cómo exprimirla. La muerte es parte de ella, un punto y aparte al que arrinconamos. Y no por dejarlo a un lado va  a dejar de existir. Hay que integrarla, asumirla y valorar muchas cosas previas para poder afrontarla mejor, llegue antes o después. 

Afortundamente hemos superado ya varias primeras veces, como tu cumpleaños y el mío. Sé que seguirán doliendo, confío en que los próximos años en un grado menor.

Ya no me queda nada para dar la bienvenida a un nuevo curso. Tengo muchísimas ganas de volver a la rutina. Obligatoriamente parte de mi cabeza la va a ocupar el instituto, y me va a venir de fábula. Siento curiosidad por conocer a nuevos alumnos, compañeros...Y también por reencontrarme con los ya conocidos y saber qué tal les ha ido el verano. Bato un récord, tres cursos en el mismo destino, con matices porque el primer curso fue compartido con el CEIP "Filiberto Villalobos". Pero encaro ya mi tercer curso en el IES "Francisco Salinas". Y me ilusiona mucho, aunque soy consciente que bregar con los pre o adolescentes a secas, nunca es sencillo.

Hace poco volví a leer la entrada que había escrito el año pasado sobre mis 40 años. Continúo pesando que en esta década van a pasarme cosas preciosas, aunque poco antes del 41 me haya llevado un palo gordísimo.  Pero bueno, es la vida, y sigue, con o sin ausencias. Siempre vamos a amarte papá.

Y un par de canciones. Que nunca nos falte la música, siempre es buena compañía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario