sábado, 21 de septiembre de 2019

Fecha y momentos para recordar: 21 de septiembre

Pese al título, puntualizar que con el juego de palabras no he querido tomarme a guasa una fecha tan seria como la de hoy, Día Mundial del Alzheimer, sino hacer hincapié en algo que creo muy relevante: la importancia de recordar.




Hoy es un día, un día como los demás, para acordarnos de todas las personas con alzheimer. Aunque también me gustaría acordarme de los que ya no están y lo tenían. Y continuando la cadena, de los cuidadores de todos ellos, sean familiares o no. De esa gente muy próxima a los enfermos, de los que nos acordamos muy poquito. A mí no me gusta olvidar a las personas importantes y siempre he admirado el poder del amor, la valentía, aunque a veces flaqueen las fuerzas, de todas estas personas que sacrifican parte de su vida para permanecer a la vera de aquellos a los que más quieren, pese al dolor que supone ver cómo se deterioran poco a poco (o no tan poco a poco).

Por eso, perdonadme el atrevimiento, quiero mencionarlos a todos ellos. 

Y no sé qué pasará el día de mañana, si alguien a quien quiera tendrá alzheimer o yo misma puedo padecerlo en el futuro, porque nunca sabemos qué nos deparará el destino. Pase lo que pase, hay cosas que siempre me gusta recordar y, aunque resulte una enumeración considerablemente extensa, me he animado a plasmarla aquí, y a compartirla con las personas que forman parte de esas vivencias.

Allá voy:
Hoy y siempre, quiero recordar el amor de mis padres y de mi hermano. El cariño de mi familia, ya en un sentido más amplio. Acordarme por ejemplo, de cómo mi madre me contaba en la cama de mis padres, una y otra vez, el cuento de "Los siete cabritillos"  y las voces que ponía. También ir por la calle de la mano de mi padre, como si nada malo pudiera sucedernos nunca. O cómo nos han cuidado a mi hermano y a mí siempre, estando sanos o "pachuchos"...Me acuerdo de las vacaciones de los cuatro en la playa, y más recientemente las múltiples escapadas o vacaciones de mi hermano y yo, inolvidables todas.

Me gustaría no olvidar mis momentos felices en el cole, que fueron una barbaridad, y las personas con las que los viví. El "Paco Viruta" me marcó para bien.

Además, deseo acordarme de lo bueno de mi época en Salesianos y lo mucho que aprendí allí a nivel personal, y eso que no fue una época fácil, ni para mí ni para nadie, por la edad que teníamos. 

Me vienen a la cabeza, en paralelo a Salesianos, dos de mis ángeles, Cristina y Jesús, gracias por existir. Pero también por ser tan buenas personas, por saber cómo utilizar tan bien la inteligencia y por enseñarme a mirar el mundo con otros ojos.

Cómo no recordar los veranos Pinareros, cuando éramos un grupo reducido en sus inicios, la etapa de grupo grande y ahora, cada vez con menos gente y tiempo para compartir y más responsabilidades, asociadas al paso de los años. Mis mejores recuerdos de la adolescencia son de allí. Recordar esas noches sin hora de llegada, esas charlas infinitas con los amigos sentados en la acera a horas intempestivas, las madrugadas de karaoke, los juegos de cartas, las celebraciones de santos (Santa Marta), cumpleaños...

Sigo haciendo este paseo por la memoria de los años vividos. Llegamos a la época universitaria. De los dos Magisterios conservo buenos momentos (aunque no demasiados), más por las compañías, después amistades, que por los estudios en sí. Eso sí, me sirvieron para descubrir que soy maestra vocacional, y lo afortunada que soy por poder ganarme la vida con ello.

¡Ay mi CAV (Comunicación Audiovisual)!...Allí  recuerdo y quiero seguir recordando, lo feliz que fui en la Facultad de Ciencias Sociales, gracias a las personas tan maravillosas a las que conocí, y a algunos profesores como Javier Frutos Esteban (Fotografía) y Rafa Bustos Gisbert (Derecho de la Información). Lo bueno pasa volando, no hay duda. 

Por supuesto, muchos de los momentos que ojalá no olvide nunca, están ligados a mis distintos destinos laborales, de los cuales quiero acordarme de casi todos, menos de uno. 

En ellos aprendí, entre otras cosas, lo siguiente: es mejor hablar sin gritar, la generosidad de algunos compañeros es una suerte tremenda, la importancia de la humildad, hay que medir las consecuencias de lo que decimos o hacemos, no podemos exigirles a los alumnos lo que nosotros a veces somos incapaces de hacer, en esta función docente hace falta mucha más gente que trabaje con pasión, el sentido del humor es una herramienta a explotar, el cariño es el mejor recurso para prácticamente todo, no hay que juzgar lo que nos cuentan los alumnos (sea lo que sea), la importancia de las palabras mágicas (gracias, por favor, lo siento y...EMPATÍA), la educación emocional es el arma educativa más poderosa...Y claro está, mis alumnos han sido mis mejores maestros, y me da en la nariz que lo seguirán siendo. El cariño ya sabéis que para mí no tiene fecha de caducidad.

También di con un buen puñado de excelentes compañeros, que eran mi alegría y mi apoyo cuando lo necesité. Esa gente es hoy parte de mi vida, coincidiéramos hace poco o mucho, están ahí. Pasaron de compañeros a amigos.

Y fuera del horario de docencia directa, cuánto puede allanar el camino una buena relación con las mamás y los papás de mis alumnos. También, pero no es lo común, me di cuenta que de ahí pueden salir amigos. Carmen Jiménez, tú inauguraste esta pequeña lista, aunque de mi época madrileña luego reaparecieron personitas muy importantes, como Cristina Serrano. Hay otras a las que por respeto, no nombro aquí, porque cuando hace poco que has sembrado una semilla y ves que empieza a germinar, quieres cuidar la plantita con mimo, y no me apetece que nadie estropee las que tengo sembradas. Mira que son macetitas diferentes, pero cada una tiene su encanto. La gente buena escasea, la especial o mágica casi más, y soy una persona muy afortunada por haberlas encontrado, o ellas a mí, gente tan distinta, con tanta luz, con un corazón tan grande. 

Y a lo anterior añado ir al cine (acompañada), los conciertos, el teatro, las tardes de café, los reencuentros, las risas tontas, los diálogos, las conversaciones interminables por "guasap" (sí, habéis leído bien, pueden resultar hasta cálidas), las comidas y/o cenas, las visitas a la Feria del Libro de Madrid, hacer fotografías a las personas que me importan...

Quiero recordar a los amigos, a mis amigos, da igual de qué etapa de mi vida de las que he comentado aquí procedáis. Por vuestra confianza, paciencia, detalles, cariño...¡Mil gracias!

Por todo lo escrito hasta ahora y mil y otras razones, quiero decir a todos, aquellos que estáis en mi vida (familia biológica y familia elegida, mis amigos), lo mucho que os quiero, sí, OS QUIERO, no siendo que algún día la memoria me falle y se me olvide. Si os falla a alguno de vosotros intentaré que lo recordéis gracias a la memoria de la piel (una caricia, un beso, un abrazo, un simple roce...). O también os lo repetiré las veces que haga falta (Os quiero, os quiero, os quiero...), intentando hacerlo siempre con la misma intensidad y dulzura de la primera vez. Bueno, y no solo que os quiero, sino que os quiero a mi lado, cerca de mí, aunque no siempre tenga la oportunidad de veros o hablar todo lo que me apetecería con vosotros.

Solo era eso, quería convertir esta jornada en "mi día de los recuerdos", y tengo muchos motivos para sonreír, y es GRACIAS a vosotros.

Y la canción para acabar esta entrada del blog es de mi (disculpad mi falta de originalidad) querido Manuel Carrasco, SIEMPRE FUERTES.



3 comentarios:

  1. La mejor hija que pudiera tener. La luz que desprendes es todo AMOR. Mamá

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    1. ...¡Viva la objetividad ja ja ja ja ja! Evidentemente, madre solo hay una, y para todas las mamás sus hijos son los mejores, así que la mía no iba a ser una excepción. Qué palabras tan absolutamente maravillosas. Ese sí es amor, amor de madre.

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  2. ¡Qué importante es a veces poner por escrito esos momentos! Compartimos ese amor por las fotos, y muchas veces vivimos los momentos a través del objetivo; pero cuando las imágenes se diluyen, el haber escrito tus recuerdos ayuda a revivirlos de verdad. Gracias, guapa

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