sábado, 15 de mayo de 2021

SUERTE

Suerte la mía. No sé si os pasa, supongo que a muchos sí. A medida que la semana avanza, la "batería" se va acabando y se nota. Y eso que esta semana se me pasó volaaando. Pues pese a eso, tuve un jueves y un viernes muy especiales. Todavía estoy aprendiendo a quitarle hierro a ciertas cosas, no es nada fácil; a no tomarme algunas cuestiones tan a pecho, me cuesta,  depende de qué se trate; y sí, a pensar más en el aquí y ahora (consecuencias del confinamiento del año pasado), pero con un ojo en el futuro, porque soy una persona más reflexiva que impulsiva. Aunque tengo muchos miedos, también considero que tengo una parte valiente. Creo en lo de "quien no se arriesga, no gana", pero tampoco me lanzo a la piscina sin más, antes echo una ojeada, para saber si cubre o no, y qué puedo encontrarme en la "piscina".

Todo esto venía a cuento de contaros lo bonitos que fueron mi jueves y mi viernes. El jueves por la tarde lo tenía reservado para una amiga, amiga de verdad, de las que me quiere una burrada, y yo a ella. De las que no puedo ver muy a menudo (últimamente todavía menos), pero con la que hay una confianza bestial y una lealtad a prueba de "golpes" (de los que da la vida, no entre nosotras) y del paso de los años. Casi un año sin verla, os podéis imaginar...¡Menudo año! Pero pese a la falta de contacto físico sé que ella siempre está ahí, cuando no puedo parar de llorar, pero también cuando la alegría me sale por los ojos y necesito compartir la razón. Nos separan unos cuantos años pero, espero que ella sienta que también puede contar conmigo, a veces dudo de si he estado a la altura de alguna de sus circunstancias. Pero la quiero lo que no está escrito, igual que a su marido, considero que ambos, en momentos importantísimos de mi vida, han sido una especie de guías, de ángeles de la guarda. Así que disfruté de ese "tomar algo" muchísimo. Las dos somos muy conscientes de que la vida pasa, y un día se acaba, sin más. Gracias por existir, por tu sinceridad, por quererme tanto y por saber estar siempre.

No me dio tiempo a llegar al portal y escucho mi nombre. Me giro y allí estaba ella, una alumna de mis tiempos del Santa Catalina. Solo deciros que fui su tutora en 5º de Primaria...y ahora está en 2º de carrera. Y que me diga que se acuerda de mí, que me recuerdan con mucho cariño y que ese curso conmigo los marcó es, simplemente, indescriptible. De esas veces que me toca tragar saliva (para no inundar las calles). Es precioso saber que lo que hago en mi trabajo está dejando huella en algunas personitas (y muchas de ellas en mí). Gracias porque es sorprendente que nos veamos tan poco viviendo en el mismo barrio (diferentes horario, sin dudarlo), pero siempre que coincidimos me voy más contenta que unas castañuelas. Sé que vas a tener suerte con lo que hagas, porque sigues teniendo ese brillo que no muchas personas poseen.

Todavía sigo en el jueves. Llego a casa, con muchas emociones en ebullición por la tarde que llevaba, y no me dio tiempo ni a coger aire. Llaman al telefonillo de abajo, traen un ramo de flores para...¡Raquel Plaza! Hay cosas que ni preparándolas salen tan bien. Veo el ramo y asoma el nombre de la floristería. Eso ya me hace sospechar de la posible remitente. Veo la tarjetita con mis datos y ...¡premio! Conste que cuando vi el ramo me quedé paralizada. Por el motivo que sea no he recibido flores muchas veces, pero las pocas que me las han mandado, han sido momentos muy bonitos, me encantan los detalles, no puedo negar la evidencia.




El ramo es espectacular, en las fotos no sale toda la hermosura que tiene. Lo que pasa es que el ramo era superable, sí, por lo que lo acompañaba. Una carta preciosa, de otra amiga con mayúscula. De esas personas fantásticas que Guijuelo puso en mi camino, y en él se quedó, y...¡Qué bien! Al final de la carta una petición, con una respuesta clara por mi parte, un sí como un castillo. Sí a ser testigo de su boda. Gracias por tus consejos, escucha activa, desparpajo, pasión en lo que haces, memoria asombrosa y por estar, porque no siempre es fácil y es un lujo poder contar contigo. Y sí, vuestra boda será mágica, y encantada de vivirla in situ, porque va a ser memorable.

El viernes había quedado a comer con la amiga de la sorpresa/detallazo anterior. Me encantó volver al "Vida y comida". Los sitios se disfrutan no por los lugares en sí, sino por la compañía. Puedo ser igual de feliz comiendo un bocata en medio del campo, lo más importante es la compañía. Al final entre comida, paseo, tiendeo y terraza, unas cinco horas de "sobremesa"...Me supieron a gloria. Gracias.

Por todas estas razones siento que la suerte me acompaña, aunque no sea en todos los aspectos de mi vida, a nivel general me considero una persona muy afortunada. Sé lo que quiero, cada día que pasa lo tengo más claro y, en la medida de lo posible, intento pelear por mis sueños. Y si las cosas no salen como me gustaría tampoco hay que hacer grandes dramas, intento quedarme con la cara amable de la vida. Para dramas ya están los telediarios (ya habréis leído en alguna ocasión que los llamo "teledesgracias").

De música hoy toca Amaral (con Estopa). Hay voces que forman parte de la banda sonora de mi vida, Eva Amaral es una de ellas.
Seguro que si reflexionáis un poco, vosotros también sois afortunados (y puede que más que yo). Ojo, no confundáis lo escrito aquí con ver las cosas de color rosa, ni vivo ni viviré en "Yupilandia". Pienso que la felicidad se construye ladrillo a ladrillo, palabra a palabra, caricia a caricia, confidencia a confidencia, mirada a mirada, detalle a detalle... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario