lunes, 6 de junio de 2022

FLM 2022...¡Qué emosió!

A las buenas tardes. Aprovecho un paréntesis laboral para pasarme un ratito por el blog.

Llevo dos fines de semanas intensos. El pasado 29 de mayo estuve en la Feria del Libro de Madrid. Fue una toma de contacto fantástica. Desde que empezó la pandemia, la Feria había trastocado drásticamente su celebración. Imposible llevar a cabo la edición de 2020. La de 2021 con restricciones y en septiembre. Y esta de 2022, ya con relativa normalidad, sin control de aforo, y recuperando las fechas habituales.

Tras el aterrizaje el día 29, había ganas de más, de ahí que exprimiera el pasado fin de semana en ella. Avisé a los amigos que viven en Madrid, aunque siendo franca, iba a la Feria y mi horario estaba condicionado por ella. Pese a mí no breve lista de firmas, sabiamente solo contemplé hasta ayer a las dos. Y en esa lista, una sola prioridad: Lucía Benavente (Be). He leído sus tres libros, y me conquistaron de maneras muy diferentes, pero el tercero es un tsunami. Un tsunami de emociones, arte y palabras. Todo con su sello, rebosante de esa filosofía de vida que no sé si es toda verdad o no, pero a mí me transmite mucha verdad, me encanta y hay ratitos en los que ayuda ver las cosas así, porque no las cambia, algunas no se pueden modificar, pero hacen menos grises días muy duros. ¡Gracias, Lucía! Acerté de pleno yendo antes, y valió la pena esperar 45 minutazos respecto a la hora de comienzo de tu firma. Esos y luego los que pasaron hasta que llegó mi turno, tercera en la fila. La foto contigo es la que más ilusión me hace, con diferencia. Aunque te lo dije en persona y luego por Instagram, no me canso de repetirlo. Gracias por los tres libros, pero infinitas por la generosidad al darle forma a "gracias vida", es una suerte poder sumergirnos en un libro así, y una mierda que tuvieras vivencias para escribirlo. 

Imagen propiedad de Raquel Plaza Juan.

En la Feria le puse cara, y a algunos voz, autores que seguía o conocía por sus escritos y/o ilustraciones, como Olga de Dios, Julia Navarro, Sara Búho, Juan José Millás, Juan Luis Arsuaga, Manu Velasco, Susanna Isern... A otros los descubrí, de casualidad, pero nada pasa porque sí. Sirva de ejemplo la autora de "Pan con aceite y miel", Ianire Doistua (los dibujos son de Patricia González), pero a ella y a su libro les dedicaré una entrada más adelante.

Entre las anécdotas, ¿qué decir? La aventura ayer de ir a orinar a los baños portátiles. Resulta que había una encargada de limpiarlos después de cada usuario, bayeta en mano. Me pareció una buena idea, hasta que la mujer delante de mí apuntó en voz baja: Pero si no limpia la bayeta entre uno y otro, ¡lo mismo nos da! Así que dejé a un lado mis ganas de miccionar y...¡Premio! Efectivamente ni una sola vez la vi sumergir la bayeta en el cubo con agua y lo que fuera. Orinar ahí dentro fue una odisea. Mi cubículo portátil no cerraba. Me vi obligada a sujetar con una mano el pomo y con la otra iba bajándome las bragas y los pantalones. Los pantalones hasta el punto justo de no hacerme pis encima pero que tampoco arrastrasen por el suelo. Iba cambiando una mano por otra según la maniobra. Y ya para limpiarme, un cuadro. Menos mal que solo tenia ganas de hacer pis. Además la sensación era claustrofóbica, espacio muy reducido, temperatura de horno listo para asar un pollo, y poca estabilidad. Sentí como si de la noche a la mañana se fuera a volcar, con la puerta abierta y yo ahí, culo en pompa, bragas bajadas y pantalones a media asta...Inolvidable. Solo usé una vez los servicios portátiles de marras en los tres días de Feria del Libro en total. Eso sí, bien de gel desinfectante a la salida, mío, claro está.

No tengo reloj de los que cuenta los pasos que das, pero anduve una barbaridad, Retiro arriba, Retiro abajo. Sarna con gusto no pica ¿no? Pues eso. Hasta me tumbé en la hierba del parque después de comer, porque estaba en estado catatónico, y todavía teníamos dos horas de "marcha" por delante.

Había una barbaridad de gente. En algunos momentos era muy complicado avanzar. Pero valió la pena. Te encuentras con gente desconocida, encantadora, y desconocidos maleducados, de todo hubo. Famosos entre la multitud, como Iván Sánchez, Ismael Serrano o Andrea Levy (bueno, conocidilla más bien, sin comentarios). 

Traje libros firmados que había llevado desde casa. Nuevas adquisiciones para mí, algunas para regalar (menos dos que me dijeron que no les trajera nada, y me contuve, me quedé con las ganas, que lo sepáis) y otras compras para aumentar mi biblioteca de libros para trabajar la inteligencia emocional. Si queréis referencias del contenido de alguno en particular, preguntadme. Mi idea es ir hablando de ellos en las "Emolecturas". En la imagen aparecen algunos:


Por cierto, nada de preguntas impertinentes, no voy a responder a cuánto me he gastado en libros. Para mí es una inversión, invierto en cultura, lo mismo que si compro una entrada para el teatro, el cine o un concierto. Y esas inversiones, si te las puedes permitir, merecen mucho la pena. Lo próximo será invertir en un espacio para poder guardar toda esa "cultura" je, je. Todo llega.

A los que os gusta leer, da igual qué, y nunca os habéis dejado caer por la Feria del Libro de Madrid, de corazón, no esperéis mucho, nunca se sabe qué puede pasar el próximo año. Eso sí, os tienen que gustar los libros en papel. ¿A qué esperáis?

Tiendo a hacer una lista mental, al regreso de la Feria, de las cosas positivas y negativas. Tiene gracia que esta vez, sin control de aforo para acceder a ella, he visto mejor organización en muchas firmas. Eso sí, siempre hay una panda de caraduras que, intentándose hacerse los tontos, pretenden colarse. Odio esperar, odio las colas, por eso me molesta los que se cuelan (o tratan de colarse). Y que la temperatura era curiosa, no había casi viento, mucho menos fresco, y esperar por amor al arte y ver que otros llegan a la crítica y van de listos, pues no.

Muchos no entenderán por qué ir con una maleta por la Feria. Ayer un grupo de jóvenes, habitantes de Madrid, derrotadas y cargadas cual mulas con bolsas, hablaban de eso. Y sí, para los que vamos de fuera, nuestra intención es disfrutar y aprovechar a tope el tiempo que pasamos en la Feria. Prefiero pasearme por ella con una maleta, que ir cargada como el Tozudo con bolsas. Conste que fue idea de mi hermano, porque el primer año, sin maleta, pagamos la novatada. Cada vez veo más personas con maletas...¡Por algo será!

De momento no pienso en la edición del año que viene, ni siquiera han echado el cierre a esta. Necesito asimilar todo lo vivido en la Feria 2022. Y los libros ni os cuento, ya tengo alguno entre mis manos, hay que ojear la vida, pero hojearla también. Y si no os gusta leer, intentad que os lean, prosa o verso, que os cuenten historias...¡Lo que sea! Hay muchas formas de disfrutar de un buen libro ¡Pasad y leed! (Y si os apetece leer este blog, pues se me escapa una sonrisa, lo sabéis).










Imágenes propiedad de Raquel Plaza Juan.

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