domingo, 1 de octubre de 2023

Dos meses de VACÍO

Aquí estoy, inaugurando las entradas de septiembre con otra dedicada a mi padre. Tengo muchas ideas para escribir en la cabeza, pero mi corazón manda, y más hoy, que se cumplen dos tristísimos meses desde que te perdimos. Y sigue doliendo...¡Vaya que sí! Y de vez en cuando reaparece esa punzada en el corazón, esa sensación de estar subiendo una cuesta empinadísima y no contar con el aire suficiente. Como si me faltará el aire. Una especie de nudo en la garganta que dificulta hasta tragar saliva.  

Hay días en los que sigo estando completamente desganada, y me limito a cumplir con mis obligaciones, sin más. Luego me da rabia, porque sé que no hay vuelta atrás. Sé que no estás, por mucho que apriete los ojos deseando que esta mierda de realidad fuera una pesadilla más larga de la cuenta. Pero no, estaba allí y vi que ya solo quedaba tu cuerpo, pero lo demás se había ido. 

Me estoy haciendo el firme propósito de intentar disfrutar más cada día. Por lo mismo que duele, lo mismo que me hace llorar como una magdalena, ha de darme el combustible para seguir moviéndome. Por eso lo repito: en esta vida, no hay vuelta atrás. Esta tarde he montado en tu coche, en nuestro (de la familia, de los cuatro) coche. He intentado recordar la vez anterior sentada en él. Quizás fuera cerca de navidades, para traer alguna de las tablas para montar el belén, porque solo cabían en tu coche. ¡Cuántos recuerdos en ese coche rojo! Me ha costado estar en él sabiendo que nunca volverás a estar al volante. Necesito más tiempo, para eso que es una "chorrada", y para todo lo que está relacionado con tu pérdida. No tengo ni la más remota idea de cuánto. Pero me hace falta más para que todo se vaya recolocando por dentro. A los que me queréis, os ruego paciencia. Esta tarde me di cuenta que sigo teniendo algún mensaje de condolencias sin responder. No daba crédito. Espero no tener ya ninguno pendiente esta semana. La cuestión es que dosifiqué las respuestas porque cada una era revivir el dolor, y necesitaba frenar eso. Dos meses después, siguen llegando pésames. Hablabas con todo el mundo y eso se nota, para bien.

Pese al vacío, la vida sigue. Sé que me da muchas razones para sonreír y volver a "nadar". De momento estoy con el flotador de emergencia y empezando a mover los pies y los brazos, con cierta torpeza todavía. Pero tranquilo papá, que estamos en ello. Intento mitigar esta tristeza tan profunda como puedo. Afortunadamente no había vivido antes un dolor semejante. Por fortuna también tuve la suerte de ser tu hija, y de que tú seas mi padre, y eso está ahí. Y lo mismo con mamá y con Míguel. Soy una suertuda por ser su hija y su hermana, respectivamente. Aunque a veces pensemos distinto y/o choquemos, soy muy afortunada. 

Tengo ganas de viajar, muchas, de volverme a escapar, pero un poco más lejos. Y ojalá poder volar antes de cambiar de años. Soñar es gratis. Estas cosas son posibles, otras no, por eso prefiero no malgastar energía en imposibles. Tengo ganas de mar, los cuatro días de julio me supieron a poco. Los dos de agosto para otra ocasión, no estaba mi ánimo para ellos. Y dije que no pensando en quienes me iban a acompañar, y en mí misma. Lo entienderon. Habrá otras oportunidades, otras fechas.

A ver si voy a la óptica y me pongo las gafas ya, las necesito para leer. Lo echo mucho de menos. Y sin ellas no es fácil ya, mucho menos por la noche. A ti te dijeron que no te hacían falta unas nuevas, porque había variado poco. A mí a ver que me dicen de estas primeras gafas.

El otro día, mientras veía Masterchef, me emocioné con las palabras de Palito Dominguín, recordando a su abuela y a su hermana Bimba, ambas fallecidas. Hablaba de la suerte de haber coincidido con ellas en espacio y tiempo. Pues eso. ¡Cómo la entiendo! 

Y suerte la que me sigue acompañando ahora, con nombres y apellidos concretos. El universo ha sido generoso conmigo. 

Sé que no soy la misma desde ese 1 de agosto. Sigo siendo yo, pero una versión distinta. Quiero creer que mejorada. Me gustaría pensar que cuando todo se asiente la Raquel que va a florecer es mejor que la anterior, o tanto sufrimiento no tendría sentido. De momento siento estar algo mustia todavía, intento animarme y tirar de mí, aunque no siempre soy capaz.

Vamos a confiar en octubre. Fijo que trae alegrías. A mí en cuanto veo que el suelo está plagado de hojas y los bosques se tiñen de rojos, naranjas, amarillos y marrones, me cambia el ánimo, me encanta el otoño. 

Abrazad mucho, Besad mucho. Pedid ayuda cuando no os sintäis bien. Soñad mucho (despiertos y dormidos). Ayudad. Prestad atención a los detalles (y disfrutadlos). Sonreid todo lo que podáis. Elegid bien con quién pasáis vuestro tiempo, hasta un simple café es importante. Esforzaos por estar bien, por sentiros bien (por dentro y por fuera). Amad mucho...Y ya está, la vida.

La música os resultará familiar. Conchita por partida doble.

No hay comentarios:

Publicar un comentario