Mis problemas muchas veces no son míos, ni son en realidad problemas. Sé que tengo que priorizarme más, y dedicar menos tiempo a pensar en personas que, a los hechos me remito, a mí no me sitúan en los primeros puestos. Duele, pero así lo percibo. Y dejar que acierten o se equivoquen con sus decisiones, porque suyas son al fin y al cabo. Igual que las mías me pertenecen a mí, y a nadie más. Aunque sepa que algunas afectan a otros, como algunas de las que otros toman me afectan a mí también.
Cada día valoro más el tiempo compartido con las personas a las que más quiero. A esas que son mi presente y quiero con toda mi alma que continúen en mi futuro. Da igual si llegaron hace muchos años o no. Lo del tiempo es relativo. Los vínculos van mucho más allá de fechas. Hay gente a la que conozco desde hace poco tiempo pero hay algo, difícil de explicar, que me conecta a ellas. Algo que hace que me sienta cómoda hablando de todo o casi todo con determinadas personas, pero con otras sea un libro cerrado, del que solo conocen la portada y el argumento, y ya es suficiente.
El miércoles tuve la oportunidad de reunirme con parte de esas personas que son "famigos". Que nos veamos poco o mucho, más bien poco, o mejor dicho, menos de lo que me gustaría, siento como si fueran familia, la familia que he ido "eligiendo" a lo largo de los años. Y me doy cuenta que ya es hora de hacer más el viaje Salamanca-Madrid, porque es totalmente comprensible que ellos no puedan dejarse caer por aquí con mucha frecuencia. Otras veces justo cuando ellos han venido no estaba yo. El mundo, la vida, o lo que sea. Y hay los mismos kilómetros en un sentido que en otro. Por eso además de la cita en el calendario que para mí roza lo imprescindible, Feria del Libro de Madrid, he de ir sumando más fechas, sin nada concreto. Que conste que ese fin de semana en la Feria del Libro de Madrid, suele convertirse en uno de los más felices del año. Pese a los calores que a veces soportamos, las colas interminables, la aglomeración de gente en torno a las casetas...Ya falta menos para la de este año. El año pasado no fui en diciembre, con la decoración navideña a tope en todas partes, pero confío en poder ir las próximas navidades.
También tengo "famigas" en mi ciudad, con y sin "babies". Y me encanta verlas a todas. De verdad que uno de los objetivos marcados para lo que resta de curso es salir de casa todas las tardes. Los que leáis esto y os llevéis las manos a la cabeza, lo siento, es lo que hay. No va a ser algo sencillo de cumplir. Pero sí muy necesario. Hay tardes en las que no piso la calle. Salgo del instituto, llego a casa, y no vuelvo a salir. Y eso no puedo seguir haciéndolo, por salud física y mental, es así. He de reconocer que he tenido y tengo la cabeza muy rellena, y las mismas razones que pesan para que salga, en ocasiones han provocado lo contrario, por extraño que parezca.
El 4 de abril acabaron las visitas del Proyecto de Innovación Educativa, popularmente conocido como "PIE", en el que he participado. Se trataba de una de las modalidades del PIE Observa_Acción. Debo reconocer que me ha parecido muy interesante, y me ha sabido a poco. Como le comentaba a María Jesús, la maestra que ha venido tres días a verme en el instituto, se me ha hecho corto. Me habría gustado estar más días en sus clases. Creo que es una barbaridad lo que se puede aprender de ver a otro compañero en acción. Y también de conocer otras realidades educativas, con similitudes y diferencias con la mía. Gracias a sus tres visitas y a la mía, me he replanteado muchas cuestiones. Y he reflexionado muchísimo sobre mi práctica educativa y el día a día en determinados contextos. Gracias al CFIE de Salamanca, por darme la oportunidad de forma parte de esto. Y por supuesto, gracias a María Jesús, por su manera de afrontarlo y porque me ha parecido una suerte poder compartirlo contigo. Me encanta ver cómo llevan el día a día otras maestras de Compensatoria en el instituto. Y especifico lo del instituto, porque es un matiz importante, muy distinto a las aulas de un colegio. Ni mejor ni peor, pero con bastantes diferencias. Sigo pensando que deberíamos tender más puentes entre los coles y los institutos. Ojalá fueran puentes más prácticos y menos burocráticos, y de verdad sirvieran para hacer esa transición menos dura.
Acaricio ya la una de la madrugada, ni más ni menos. Llevamos una hora escasa de 18 de abril. Lo que se traduce en estar hoy de aniversario. Mi aniversario laboral. Hace hoy 17 años, que empecé mi andadura oficial como maestra, interina por aquel entonces, en mi querido CEIP "Leonardo Da Vinci" de Parque Coímbra, Móstoles. Y 17 años después sigo afirmando que es el colegio más bonito en el que he trabajado. Me impactó entonces, una novata a la que le faltaba plantarse en Madrid con la jaula y la gallina. Sí, ese paralelismo ya lo he mencionado en otras ocasiones. Me sentía un poco como Paco Martínez Soria en "La ciudad no es para mí". Mis lágrimas al salir de mi hogar con una maleta gigante, naranja, repleta de ropa e ilusiones. Esas lágrimas al despedirme de mis padres y mi hermano, por el paso que iba a dar de salir del nido, y la incertidumbre de irme sin saber ni siquiera el nombre de la localidad madrileña en la que me tocaba empezar a trabajar. Ni mucho menos el del colegio, ni por cuánto tiempo sería. Y lo que en principio iban a ser 15 días, se convirtieron en algo más de 2 meses, justo hasta final de curso. Gracias Mayte y David, una vez más, por abrirme las puertas y acogerme como lo hicisteis.
Y luego ya muchos saben mi historia o parte de mi historia como maestra. Mis destinos han sido unos "pocos" y no voy a enumerarlos esta vez, para no repetirme como las lentejas. Gracias a variar tanto de destino he conocido a gente maravillosa, y unos poquitos se han ido sumando a mi vida, y la mayoría siguen en ella, de muchas formas. Y es un alegrón, y una suerte tremenda. Papá, siento mucho que este sea el segundo aniversario de haber empezado a trabajar que te pierdes, quiero pensar que desde arriba sigues alegrándote por mí. Aquí seguimos, como podemos, sin ti, pero seguimos. Y no es fácil. Da igual que hayan pasado ya algo más de 20 meses desde tu fallecimiento. Ni en mis peores pesadillas habría alcanzado a imaginar lo extremadamente duro que es seguir respirando sin que tú lo hagas. El miércoles lo pensaba al ver salir el Flagelado de la Clerecía, esa procesión que tanto nos gustaba y que me faltan dedos para contar las veces que la pudimos ver juntos. Y son todas esas veces, de tantísimas cosas, de fechas no marcadas o señaladas, del día a día, las que en parte me dan impulso para seguir, de manera distinta, pero continuar. Igual que una ciudad no puede estar igual cuando una catástrofe ha arrasado con ella, la vida de una persona no puede seguir como si nada. Por mucho empeño que pongamos en la "reconstrucción". Y que hay momentos en los que nada ni nadie son sinónimo de consuelo. Así que no sé, aquí continúo, tratando de actuar con valentía y ser fuerte. Pero no te voy a engañar, hay días en los que no me sale. Hago lo que puedo con las herramientas de las que dispongo. Y quiero pensar que eso es suficiente, porque no tengo que rendirle cuentas a nadie de cómo llevo a dejo de llevar mi duelo. De cómo sigo aprendiendo a vivir con este vacío en una parte de mi pecho. Y eso que soy muy afortunada, sí, sí que lo soy, lo sé. Lo soy por todo lo vivido antes de ese aciago 1 de agosto de 2023, y por todo lo bonito que he continuado viviendo desde ese día. Y escribo esto aquí porque me nace así, no hay vuelta de hoja. Y si a alguien no le gusta, que no lo lea, y listo.
El miércoles santo no solo fue uno de reencuentros con personas a las que quiero un montón del grupo de "famigos", también coincidí con dos exalumnos. La verdad, como caídos del cielo. A uno le seguía un poco la pista por Facebook, no sabía lo cerca que lo tengo. Me hizo mucha ilusión Omar, eso de despedirme de un niño en el cole, y ver en persona el hombre en el que te has convertido. Los que me conocen saben que denomino "mis niños" a todos los alumnos de los que he sido tutora, pero no todos los grupos causaron la misma mella en mí. Y ese grupo del Miróbriga tenía mucha magia. Me alegré un montón de verte, y comprobar que conservas esa sonrisa tan maravillosa y esa mirada tan transparente. Seguro que nos volvemos a ver por el barrio. Y luego Nerea, exalumna del Vía de la Plata. Mi primera experiencia laboral en un instituto, ¡menudo bautizo! Gracias por pararme para ver si me acordaba de ti.¡Pues claro! En tu caso no te sigo la pista por ninguna parte. Sois muchos y sería imposible y agotador, y no le vería mucho sentido. Me gustó mucho hablar contigo y que me pusieras al día de tu vida. Es asombroso que esos dos reencuentros pasaran en una media hora. Si lo preparo no me sale, je, je. Quién sabe, a lo mejor un día volvemos a coincidir y vas de la mano de la persona más importante de tu vida. Y me lo presentas, porfa, que por foto no es igual.
Comencé abril dándole forma a un proyecto. No voy a desvelar gran cosa de su contenido porque no sé cómo me lo van a puntuar. Gracias a él reflexioné sobre muchos aspectos de la "Raquel maestra", que es parte de yo misma. Y la ilusión me embargó. Refresqué por qué me gusta tanto dedicarme a esto, y cómo puedo hacer para afrontar lo que venga con ilusión y creatividad renovadas. Estoy tranquila, por haber hecho todo lo que está en mi mano para seguir en Compensatoria. A finales de curso, tal vez un poco antes, sabré mi próximo destino. O no. Ya se verá. Así que bendito decimoséptimo aniversario currando como maestra de forma oficial. Y que los que vengan sean al menos la mitad de enriquecedores que los anteriores. Y traigan a mi vida personas tan valiosas y especiales como las que tengo.
Gracias a todos los que me habéis tendido la mano, laboral y personalmente hablando, en algún punto de estos diecisiete años, ahora lo pongo con letras porque tiene más empaque que con cifras. No guardo rencor a los que han sido palos en mis ruedas, ellos sabrán cuáles eran sus motivaciones. Con el tiempo yo alcancé a saberlas, y a quitaros importancia en mi vida, porque no aparecisteis para sumar, sino para intentar restar del modo más despreciable. E incluso tratar de hundirme. Gracias a los que habéis compartido parte de vuestros conocimientos y experiencias, como docentes, padres, madres, alumnos, personal de administración y servicios, ATE, trabajadores de otras instituciones relacionadas con el ámbito educativo como ASECAL, YMCA, Cruz Roja...Sin duda alguna, lo bueno pesa infinitamente más que los sinsabores.
Y eso no es todo, porque mi historia como docente tiene todavía muchos capítulos pendientes. Los cuatro últimos en el IES "Francisco Salinas", en el que me siento como en casa. Y no me refiero a la comodidad de estar en pantuflas, con ropa de andar por casa y sentadita en el sofá. No van por ahí los tiros. He sido de moverme mucho de destino, no me arrepiento dicho sea de paso. Pero soy realista y prefiero no hacerme ilusiones, por si las cosas no salen como muchos esperan y el destino me lleva por nuevos derroteros. Por donde me lleve, que sea para bien. Si no me quedara opción de volver, intentaría tener margen para celebrar los cuatro cursos vividos en el Salinas. Y si pudiera estar, al menos un año más, lo celebraría también, por la alegría de seguir y por lo bonito que quedara por venir. Igual que hoy celebro la "suerte" de llevar diecisiete añazos dedicándome a la profesión más bonita del mundo. No mucha gente comparte esta suerte. Y cada día de mi vida celebro la suerte de tener a las personas que tengo. Esa "red" maravillosa que nunca me deja caer. Ese entramado que hace que siempre encuentre un hilo del que tirar, o al que agarrarme cuando, a veces, solo a veces, no logro salir a flote sola.
A mis alumnos presentes y futuros, sean algunos los mismos o no, recordad que lo que más me importa es veros felices. Me gustaría que fuerais ciudadanos competentes, trabajadores competentes. Y como me encanta el tema emocional, competentes emocionales. Sí, eso lo primero: sed capaces de pedir perdón (y de perdonar, que no es nada fácil tampoco); de hablar para solucionar problemas, conflictos, malentendidos; de decirle a quien queréis un "Te quiero", y si vuestros sentimientos cambian, un "ya no te quiero" con el mayor tacto del mundo, aunque duela; de escuchar a los demás y a vosotros mismos; de empatizar sin renunciar a vuestra esencia...Y por encima de vuestras calificaciones está que seáis buenas personas. Que actuéis de una manera respetuosa. Que resolváis los conflictos hablando (sí, se puede). Y si nos volvemos a encontrar dentro de unos años, en vuestras manos queda ser educados o no. Saludar o ignorarme. Ser parcos en palabras o explayaros. Demostrarme cariño, alegría, odio, rencor o indiferencia. No siempre acierto, lo sé. Ni soy perfecta ni lo pretendo. Pero es que no conozco a nadie, en ningún ámbito, que pueda considerarse perfecto. Vosotros tampoco lo sois.
Y ya. Toca celebrar, sin fuegos artificiales, simplemente por la suerte de poder llegar hasta aquí. La música hoy tiene que estar muy presente. Y así llegamos a las 2:30 de la madrugada, minuto arriba o abajo dependiendo del reloj. Gracias.
Por alguna había que empezar, "Fix you" me pareció una opción estupenda.
Esta segunda es muy especial, forma parte de mi banda sonora como maestra.
Igual pasa con la tercera, que sonó ni se sabe las veces en las mediodías del CEIP Miguel Blasco Vilatela, mientras hacía malabarismos en el tiempo "libre" desde el final de las clases de mañana y la hora de bajar al comedor los "profes".
Rozalén debía estar, tiene su sitio.
De Macaco podría haber elegido muchas, me quedó con esta, que fue una canción muy especial para el Día de la Paz del CEIP Santa Catalina de Salamanca, allá por el 2011-2012, antes de ayer, ja, ja, ja.
La siguiente la han escuchado alumnos de varios de mis destinos. Es una nana africana.
Y esta me recuerda al "Fili" de Guijuelo, y eso es muy importante. Y más todavía a una de las sesiones de "Pinceladas de emoción"...¡Vaya tela! Pero sí, ¡qué bonita la vida!
Bonitos recuerdos y gran aniversario. A por otros tantos más 😘
ResponderEliminarHola. Seas quien seas, muchas gracias por tus palabras. ☺️👍🏼🎉🎉
ResponderEliminarHola Raquel, imagino que no tienes ni idea de quién soy (básicamente porque te estoy comentando en anónimo) pero simplemente quería decirte que en los 17 años que tengo de vida nunca he tenido una profesora igual que tú, creo que has sido una de las profes que más me ha marcado aunque nunca me has dado clase (bueno, me diste un taller), nunca he visto a una profesora tan dedicada a sus alumnos y que se esfuerce tanto porque sus clases sean tan buenas, verdaderamente te gusta tu trabajo y eso se nota, así que porfa, nunca cambies eso.
ResponderEliminarMuchas gracias por ser lo que eres aunque a veces no sea fácil. Un gran saludo Raquel.
Hola anónimo/a. La verdad es que me das bastantes pistas para situarte. Aunque dudo entre varias personas, que encajarían con haber ido a un taller que daba pero no les diera clase y la edad que dices que tienes je, je. Seas chico o chica, mil gracias por haberte animado a comentar y por las palabras tan bonitas que me dices. Supongo que fuiste al taller "Emociónate", porque cuadra todo. Lo dicho, respetando tu anonimato, igualmente muchas gracias. ♥️
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