viernes, 21 de marzo de 2025

19 de marzo de este año

Esta entrada esta escrita a ratitos, porque, usando el dicho de mi amiga Carmen, "estoy entre muerta y matá". Lo que viene a continuación, es justo del día 19.

Que no quiero yo olvidarme de los Josés, María Josés o Josefas. Aunque muchos sean más bien Pepe, Jose (sin tilde), Pepa, Pepi o Marijose. Y en este punto cojo aire y me acuerdo de María José Parra Yuste, una mujer bellísima a todos los niveles, que nos dejó el 9 de octubre del año pasado. Ayer hice un repaso rápido de los que tenían algún nombre de los de arriba, y me di de bruces con nuestro chat de WhatsApp, aunque no me atreví a escuchar nuevamente el audio que te había mandado el 8 de octubre, pensando, inocente que es una, en volverte a ver porque el tratamiento, ojalá, hubiera funcionado. No sé si no vi o no quise ver, las señales que indicaban lo contrario. Sea como sea, me acuerdo mucho de ti. No es frecuente dar con personas tan especiales como tú. Espero que estés tomándote un buen vino, y sonriendo de oreja a oreja.

Dejando a un lado el capítulo de los que hoy celebran su santo, me voy a la otra festividad de hoy. Intencionadamente no he querido empezar por esta, porque es en la que más me quiero explayar. Hoy es el DÍA DEL PADRE, ni más ni menos. Y yo ya no tengo a quien felicitar en mi casa ni regalarle algo en este día. Y sí, cualquier día era bueno para regalarle algo, las fechas señaladas también. Te sigo echando mucho de menos, papá. No me hace falta que sea 19 de marzo, porque pienso en ti día sí, y día también.  Y sigo sintiéndome profundamente afortunada, por todo. Lo que no quita que llevemos una racha "regulera", que dura ya más de la cuenta. Papá, una vez más, gracias por todo, porque tal vez no supimos valorar lo que teníamos, cuando lo teníamos. Y, tristemente, puedo aplicártelo a ti, y a otras cuestiones que me reservo. A veces al caminar, especialmente por el barrio, me da la sensación de que voy a encontrarme contigo en cualquier punto, pero no.  Son simplemente mis ganas de verte de nuevo, como si no hubiera pasado nada, como si siguieras aquí, presente. Ya, la respuesta es no, otra vez. 

No sé si decir que me he acostumbrado o resignado a continuar viviendo con este dolor perenne. No hay vuelta de hoja. Puedo llorar, patalear, chillar hasta quedarme afónica, culpar al universo, a lo que sea, a quien sea. Pero nada ni nadie cambia la realidad, esta realidad aplastante y dolorosa: ya no estás. 

Y ahora, a 21 de marzo, y después de otro mes agotador a todos los niveles, continúo escribiendo.

Además de seguir pensando en ti, pienso en los papás que tengo cerca. Felicidades al que siento y tengo más próximo. Es un papá estupendo, luchador, valiente (no le quedó otra) pero además es que no he dado con sus miedos (seguro que alguno tiene, pero cariño...¡qué bien disimulas!). Solo tengo buenas palabras para su faceta de padre, aunque a veces pensemos distinto. Lo que pasa es que ya me he dado cuenta que no hay un manual de instrucciones para ser padre ni para ser madre, y sé que has hecho y estás haciendo todo lo que puedes. No sé si ellos lo sabrán ver, pero yo sí, por eso te felicité, un año más.

Felicidades también a Jose, el que se ha estrenado hace escasos dos meses como papá. Observar cómo miras a vuestra hija, vale oro. Por muchas fotos que haga, no conseguiré captar al 100% todo el amor de padre que puede guardar una mirada. O la infinita ternura con la que la tienes en tus brazos. Igual que la mamá de la "baby", otra mirada de valor incalculable, otras manos que llevan escritas la palabra "amor" en cada poro de la piel. Esa voz de madre, que consuela y arropa. Hacéis una familia preciosa. Y espero poder veros en breve.

Feliz día espero que tuvieran también todos los padres que conozco, aunque seguro que el miércoles no me acordase de felicitar ni a la mitad, pero lo que va de mes está siendo duro, y la semana ha ido en esa línea. Espero que pasarais un buen día, sin sobresaltos, con la tranquilidad de estar más o menos bien. Tengo muchos y muy buenos padres en mi entorno, ya sean familia, amigos, padres de mis amigos, compañeros...

E igual que en el día de la madre suelo mencionar a los que ejercen de padre y madre, me parece de recibo hacer aquí una mención especial. Mención especial para ti, que decidiste apostar por crear tu propia familia, pese a las dificultades. Que te arriesgaste y has ganado. Porque ejerces de madre y todo lo que haga falta. Y a ese niño nunca le va a faltar amor, que es lo más importante. Me encanta ver con el humor que te tomas muchas cosas, y cómo reaccionas ante situaciones que a otros les desconcertarían.

Gracias a las dos mamás recientes, a las que ya he mencionado en los dos párrafos anteriores de una forma u otra, por ser tan transparentes, y no enseñarme solo la cara amable de la maternidad. Gracias por dejarme estar tan presente. Y por dejarme coger a vuestros respectivos babies, teniendo yo mucha menos idea que vosotras, je, je.

Y ya para acabar el apartado felicitaciones, pienso en los que todavía no han sido nunca padres pero quieren serlo, mucho ánimo y ojalá ese proyecto de vida podáis hacerlo realidad. Igual que a los que ya son padres y se animan, deciden, atreven, apuestan o el verbo que vosotros prefiráis poner aquí, a serlo nuevamente. Seguro que esa/s experiencias previas, son una ventaja de cara a una nueva paternidad.

Sobre la nota musical, hay muchas canciones, algunas son ya conocidas en este espacio. Pero no concibo una entrada del blog sin música.





Pues eso, gracias a la vida. Y ya.

domingo, 9 de marzo de 2025

ELOGIO DEL BUEN TRATO

Tengo una entrada casi acabada en "borrador" desde hace días. Y he decidido que prefiero dejarla en el tintero, no va a ver la luz, ni hoy ni mañana ni nunca. En una de las pausas al escribirla, fui a mi instituto, por la tarde, a una curso para el profesorado, impartido por Vanessa Ramajo, entre otras cosas, coordinadora de REA.

Era la segunda sesión del curso con ella. La verdad es que a los cinco minutos, aproximadamente, me espabiló, quizá sin saberlo, con muchas de sus palabras. Para mí, nos dejó muchos titulares, pongo algunos, insistiendo, que ella es la autora de estas palabras. Los comparto en el orden en el que los escuché:

"La ausencia de maltrato no es buen trato."

"Validar significa reconocer la emoción, empatizar con esa persona, y pensar qué vamos a hacer a partir de ahora. Con la simpatía, me contagias. Con la empatía, te ayudo."

"El narcisista controla desde la pena, desde el victimismo."

"Si alguien está bien con uno mismo, no necesita machacar a nadie para sentirse mejor."

"Nos extinguimos."

"Hay que fomentar conductas prosociales (de empatía, de ayuda...)."

"Una persona con ansiedad, sobrepiensa."

"LA GENTE NO CAMBIA, NO ES VERDAD. LA GENTE PUEDE CAMBIAR...SI QUIERE."

Pues eso, como veis, muchas perlas en dos horas y medias. Y eso que no he puesto todas. Aunque no leas esto. Gracias, Vanessa.

La sesión de la semana pasada me ayudó a visualizar conductas concretas de alumnos, algunas que no se deben permitir. Y también de personas fuera de mi entorno laboral. Iba con pocas ganas, porque la mini semana había sido muy dura, dentro del instituto y fuera del mismo. Y salí encantada, renovada, y mucho más tranquila de lo que entré.

Para mí el buen trato es esencial, y no soy perfecta en nada, en esto tampoco. Entiendo que la gente pueda necesitar desahogarse, hablar y que el de al lado le escuche. Pero eso debe ser en ambas direcciones. Uno no debería echarle su frustración encima a otra persona, y no darle la oportunidad de darle la réplica, eso me parece muy injusto y doloroso. Y todo lo contrario a lo que yo considero buen trato.

El buen trato es cuidar.

El buen trato es escuchar.

El buen trato es poner de nuestra parte para tratar de entender cómo se siente o cómo actúa otra persona.

El buen trato es respeto.

El buen trato es no interrumpir.

El buen trato es dejar hablar al otro si nosotros hemos hablado en primer lugar. O poder hablar nosotros si el otro habló antes.

El buen trato es no ser impasible ante el dolor ajeno.

El buen trato es tener presente a los otros, y no ignorarlos.

El buen trato es ser agradecido.

El buen trato es ser humilde, no creernos mejor que nadie. Y reconocer que a veces metemos la pata, y enmendarlo en la medida de lo posible. Pero lo primero es reconocer que no hemos actuado bien.

El buen trato es ser amable.

El buen trato es aportar calma a los otros, y no intentar desequilibrarlos. Es intentar calmar el mar revuelto, no hacer que se revuelva todavía más.

El buen trato es tiempo, y encontrarlo para compartirlo con los que más nos importan.

El buen trato a uno mismo es ponerse a uno mismo en primer lugar, y no dejar que otros te lastimen porque sí, para sentirse mejor ellos, sin medir el daño que pueden causar. O sabiéndolo, pero mostrándose indiferente. Y eso implica a veces poner distancia, por salud. Y no pasa nada.

La verdad es que todo esto me parece más importante que los objetivos de cualquiera de las áreas que hay en un centro educativo.

Los alumnos cada vez tienen un peor trato. El trato entre ellos, el trato hacia el profesorado, el cómo tratan a su familia, y cómo tratan a sus amigos. Y los alumnos, desgraciadamente, no lo hacemos mucho mejor, pese a que dicen que la experiencia es un grado. Pues debe ser un grado universitario, un título de papel, que enmarca y se pone en el salón, pero no sirve para mucho más. De nada sirve tener unos conocimientos sobre algo, si no los sabemos o no los queremos aplicar, por la razón que sea.

Y para hablar de todo esto con los alumnos, primero tenemos que haber trabajado nosotros mucho con nosotros mismos.

Brindo por el buen trato, y por la gente que tiene memoria no solo para lo bueno que hace, sino también para lo malo.

Y cruzo los dedos por un mejor trato por parte de todos. Porque esto no es cuestión de cuatro gatos. No es tarea de unos pocos. Es algo de TODOS.

Dejo unas cancioncitas para ponerle la nota musical a esta entrada, y reflexionar un poco (o un mucho).




lunes, 17 de febrero de 2025

Con amor

Hace algunos días hubo una reunión de un grupo de trabajo de docentes del Salinas en el que estoy, "Humanizando el interior del centro." Tengo por costumbre, buena o mala, pero lo hago siempre, tener a mano un cuaderno tamaño cuartilla, en el que voy anotando lo más relevante de lo que se trata en claustros, cursos de formación del profesorado presenciales u online, grupos de trabajo... En un punto de la reunión, me vino una imagen a la cabeza, nada del otro jueves, pero me apetecía dibujarla. Días después pulí un poco el dibujo y la idea. Este es el resultado.

Imagen propiedad de Raquel Plaza Juan.

He dado una fotocopia a cada uno de mis alumnos, tanto a los de 1º como 2º de la ESO. Y les expliqué para qué era. Les pedí que en las pestañas de arriba, escribieran el nombre, común o propio, de aquellos a los que más querían ellos. A los que se podía decir que "miraban con amor". Y en las pestañas de abajo, al contrario, debían pensar en quiénes creían que los quieren más a ellos, que los "miran con amor". Advertí que los nombres escritos en las pestañas de arriba, siete, y en las de abajo, siete igualmente, quizá no eran los mismos. O solo coincidían en algunos. Solo lo han traído cuatro alumnos hoy. Como a optimista me ganan pocos, confío en ver casi todos los que faltaban en unas horas. Dedos cruzados, por si acaso.

Entre mis "instrucciones" dije que no pusieran a nadie que hubiera fallecido. Llegué a casa y mis propias palabras se me hicieron bola. Pensaba que había metido la pata hasta el fondo. Al fin y al cabo, no se deja de amar a los que ya no están. Dejamos de verlos, pero ese amor sigue estando. Sí, estoy pensando en mi padre, desde luego. Y fijo que para alguna de las personas que está leyendo esta entrada, estas palabras son también un pellizco al corazón. Pero es que no puedo hablar de amor y no incluir a mi padre, pese a qué físicamente ya no esté. Los demás están, al menos para cubrir esas siete pestañas de arriba.  Y esa es mi fortuna. Tal vez arriba y/o abajo necesitaría más pestañas, aunque siete en cada parte no son pocas. Antes de sentarme a escribir la entrada, estuve escuchando un audio muy breve de mi padre, el único del que soy consciente. Lo escuché tres veces seguidas, y me encanta. Siento como si su voz me abrazara. No es fácil de explicar y puede que sea incluso más complicado de entender, pero es mi manera de expresarlo. Y justo antes de escuchar nuevamente la voz de mi padre, hablaba por teléfono con otra de mis pestañas de arriba y de abajo. No me considero una experta en el amor, pero llevo toda mi vida amando de una manera u otra. La verdad,  42 años haciendo algo no son moco de pavo, así que tampoco llevo la L de las prácticas. Oficialmente son las doce de la noche, acaba de comenzar el 14 de febrero, San Valentín.

Con mi alumnado he hablado de los muchos tipos de amor que hay, y estaban invitados a no reducirlo al amor romántico, al de pareja quiero decir. Amor de pareja, amor de madre, amor de padre, amor de hermano, amor de amigos, amor de la familia...Me da un poquito de rabia no continuar ahora con la entrada, pero son las 00:09 y se me caen los ojos de sueño. Lo primero la salud, en unas horas...Continuará.

Y continúo, ya con la jornada laboral finiquitada y el sol de invierno colándose, como puede, entre las largas cortinas del salón. Acerté, no hubo pleno, pero unos cuantos más sí trajeron la hoja de "mirar con amor". A todos ellos les di un detallito, una piruleta de corazón. Confío en que los demás la traigan el lunes. Les guardo la piruleta hasta entonces. 

Esta mañana hubo reparto de claveles, blancos y rojos, por el insti. Para mi sorpresa, un alumno me ha regalado un clavel rojo. La verdad que ni por asomo me esperaba recibir ninguno, menos de un alumno, y mucho menos del alumno que ha sido. La vida, que no deja de sorprenderme nunca, inclinando a veces la balanza hacia el lado brillante de la vida. Gracias, un detallazo. Como curiosidad he de deciros que es uno de mis alumnos veteranos en el insti. Y aguanta estoicamente mis riñas, que no son pocas, motivos no me faltan. Lo que no quita el cariño. De hecho está relacionado, aunque pueda resultar chocante. 

Hoy quería llevar algo alusivo a San Valentín, pero sin pasarme. Al final opté por pendientes con forma de corazón, muy discretos, no es broma; labios rojos, nada discretos, pero no suelo atreverme a llevarlos casi nunca;  y un pañuelo con corazones, que lo vi esta semana en una tienda y me encantó, je je. También podía haberme puesto una sudadera azul marino cuajada de corazoncitos rojos, pero me parecía pasarse tres pueblos.

Para mí el amor es estar en calma. Es sentir paz cuando estoy acompañada. Es dejar espacio para los silencios y que no resulten incómodos. Es romper el hielo y ser capaz de hablar de cualquier cosa. Es girarte en la cama y sonreír, sin más, porque está ahí. Es alegrarte por las alegrías de otras personas casi tanto como si fueran propias. Y estar pendiente del otro cuando sabes que no está bien, o lo intuyes, porque no es fácil saber siempre qué le pasa a alguien a quien queremos una barbaridad. 

El amor es corazón, pero también cabeza. No es tirarse a la piscina sin más, a ver qué pasa. Es lanzarse habiendo visto antes cuánta agua había, en qué estado estaba, y muchos otros matices. Soy corazón porque suelo mostrar casi siempre lo que siento, a veces no para evitar golpes, aunque no siempre los veo venir. Y si no muestro intencionadamente mis emociones, me salen subtítulos en la cara, se me nota en la voz, en los movimientos, en todo. Pero no creo que el corazón me domine. A la vez me considero una persona bastante reflexiva, con cabeza, y no doy pasos a lo loco. Las decisiones importantes que he tomado hasta ahora y, muy probablemente las que siga tomando, son muy meditadas. Por eso no creo en la lucha de mente y corazón. No es que gane uno u otro, sino que ambos sean capaces de convivir en armonía, por salud mental, por mi salud mental.

Estamos a 17 de febrero de 2025, no siempre las cosas se pueden hacer cuando se quieren. Y trabajo y descanso van antes que el blog. Por eso, por primera vez desde que escribo sobre el amor, la entrada de San Valentín va a salir tan tarde. Quiero pensar que la he ido cocinando a fuego lento. No me gusta escribir cuando noto que estoy en algún pico emocional, así que mejor así.

Retomando mi monólogo sobre el amor. El amor es no dar la espalda, en un sentido figurado; es no aprovecharse del otro; es saber esperar, sin prisa, sin pausa; es respetar los proyectos personales de cada uno; es escuchar y hablar o callar, según lo que pueda ser mejor para la persona a la que queremos. También es tratar con cariño y expresar con palabras lo bonito que tiene lo que sentimos hacia la otra persona. Y hacérselo saber, sin necesidad de nada estridente, el "Te quiero" nunca sobra cuando es de verdad. El amor es sentir la fortuna de ser dos, no dos en uno, sino uno más uno, que no es lo mismo. El amor es abrazar con fuerza; es sentarse a ver en la tele un programa que ni chichá ni limoná, pero que mejora sustancialmente al verlo en pareja; es ser detallista, cada cual a su manera; es dar, pero también recibir, aunque no sea en el mismo momento ni en la misma cantidad; es sonreír callados; es acariciar las heridas del otro sin querer curarlas, pero intentando aliviar ese dolor. El amor es tacto, pero no es solo cuestión de piel. Es hablar al otro con tacto, tratar al otro con tacto, intentar hacer todo con tacto...El amor es poner los cinco sentidos, y no estar en una burbuja aislados, sino ser consciente de todo y todos los que nos rodean.

El amor es lealtad, a uno mismo y a la otra persona. El amor es no ser celoso, ni querer acaparar a la otra persona, sino darle libertad para que siga caminando, por sí mismo y a nuestro lado, haciendo ambos caminos compatibles. El amor es libertad, es dialogar sin imponer. El amor es no comparar lo incomparable. Es lo que cada uno quiera que sea. El amor tiene tantas caras como personas. El amor es cuidar. Cuidar de uno mismo y cuidar a los que amamos, aunque no siempre se dejen o lo valoren.

Por eso San Valentín es una fecha sí, pero igual que digo con el Dia de Reyes o el cumpleaños, es una fecha especial, para demostrar, a nuestra manera, cuánto nos importan aquellos a los que más alegría nos da tener en nuestras vidas. Es una "excusa" para acordarnos de los que queremos, igual que podemos hacer cualquier día del año. Así que ya, a toro pasado, espero que estéis bien y hayáis podido celebrar el amor, del tipo que sea. Mención especial al amor de las recién mamás y el recién papá. Este San Valentín, seguro que también ha sido especial para vosotros. Ojo, también he tenido muy presentes a las personas que han vivido un tsunami sentimental y esta fecha ha perdido gran parte del significado que antes tenía para ellas.

Y poco más, sobre el amor podemos escribir los 365 días del año, o 366 si toca bisiesto. 

Gracias por hacerme sentir tan amada cualquier día, a todos lo que sentís que este mensaje va para vosotros. Especialmente a ti, cariño. Gracias por estar a mi lado. Brindo por muchos más San Valentines juntos.

 Ánimo con el inicio de semana. Confiaremos en que sea una semana armoniosa, con eso, me doy por satisfecha.

Rescato algunos vídeos ya conocidos y compartidos aquí. 










domingo, 9 de febrero de 2025

Premios del cine español: trigésimo novena edición de los Goya

Cualquiera podría pensar que una gala que comienza con el mítico "Bienvenidos" de Miguel Ríos va a ser una gala de categoría, pero no fue así exactamente. No busco el aplauso ni el escarnio tampoco, solo comparto mi opinión de un evento que me encanta ver año tras año. Aunque me pasa como con Eurovisión, mi padre solía verla conmigo, y ver ambas citas televisivas sin él, son un pellizco gordo en el corazón. El año pasado lo pasé mal, y este, todavía peor.

Con mi santa paciencia y altas expectativas, es lo que tiene el inicio que os decía hace unas líneas, era optimista con lo que estaba por venir. Dejo el vídeo de "Bienvenidos", en el que un puñado de actores nominados, tres, y actriz, una (hago hincapié en esta diferencia de número que no entiendo) entonaron la canción con bastante acierto. Luis Tosar, ¡qué grande eres!. Pepe Lorente, ¡vaya descubrimiento! Y de repente, se hizo la luz, Eva Amaral y Juan Aguirre, da gusto veros ahí, pasen los años que pasen. La guinda, Miguel Ríos, como no podía ser de otra forma, siendo Granada la elegida para esta 39ª edición de los Goya. Ríos lleva los 80 años de una manera envidiable.


No debe cundir el pánico porque no pienso analizar minuto a minuto los Goya de anoche. Entre otras cosas porque fue más larga que un día sin pan, terminando cerca de las dos menos cuarto de la mañana. Aguanté a duras penas, pero aguanté.

Las presentadoras, Maribel Verdú y Leonor Watling, bien, sin más. Creo que estuvieron poco tiempo sobre el escenario, no sé.  Leonor empezó más nerviosa que su compañera, o al menos lo disimuló peor. Pero a mí no me disgustó que se confundiera, porque creo que también es parte de la emoción y del sentido de la responsabilidad al presentar algo así. Y todo eso puede jugar malas pasadas. Luego se la vio más relajada, y mucho más cómoda. 

Tuvimos la suerte de inaugurar los premios con el de "mejor actor de reparto", cayendo en manos de Salva Reina. Ver a alguien desbordado de emoción, me desbordó a mí, aunque no necesitaba mucho para sumarme a sus lágrimas, y fue un continuo en casi toda la gala. Raro fue que no acabara deshidratada. Pero me lo permití, lo de llorar sin freno, porque la vi sola casi toda. Enhorabuena, Salva. Gracias por regalarnos uno de los momentos más emotivos de la noche. La felicidad que salía por todos tus poros fue inmensa. Y esas palabras de agradecimiento, a tus padres en primer lugar, llamándolos, superhéroes, una maravilla. Igual que la declaración de amor hacia Kira Miró. Y su cara, esa cara al escucharte, impagable. Ese "Kirá, te amo", sin más, ya fue una delicia. Y todo lo que le dijo a continuación. Así como el resto de su discurso, sobre la gente que da oportunidades y muchas cosas más. Te explayaste Salva, pero mereció la pena.


Y he buscado y rebuscado otro de mis momentos favoritos de los Goya de este año. Y me quedo con la presentación de Maribel Verdú al Goya de honor para Aitana Sánchez Gijón. Desde el minuto 30, brillante. Efectivamente, un Goya "de amor" por la persona a la que se lo entregó. Algo menos de dos minutos y medio de una declaración de amor. Gracias, Maribel, por recordarnos lo importante que es decir que queremos a las personas que queremos mientras se pueda. 

Con lo que escuché anoche, me he quedado con muchas ganas de ver "El 47" y "Los destellos". A ver si hay suerte y las vuelven a poner en los cines, Van Dyck, en vosotros confío. 

Y como bien apunté al principio, mi intención no era desgranar aquí toda la gala, así que he elegido lo que más me ha llegado. Por eso he de acabar con el discurso de Eduard Sola, Goya al mejor director por "La casa en flames". Os dejo parte de su discurso, y sí,  ¡cuánta razón! Y qué desagradecidos somos, me incluyo, a veces, los hijos. Maravillosas palabras. Podrían servir perfectamente para el "Día de la madre".

Si podéis, la película está en Netflix, y vale la pena verla, da mucho que pensar sobre las relaciones humanas en general, y en particular las de familia.

Sabéis que tiendo a poner un broche musical a mis entradas del blog. Por raro que pueda parecer, no sabía si elegir la versión de Rigoberta Bandini de "El amor" de Massiel o la original. Pues eso, "El amor" al cuadrado, os dejo ambas interpretaciones:


Muchos de los premiados se acordaron de los que ya no están pero siguen estando. Y cada vez que ellos los mencionaban y/o señalaban hacia arriba, a mí se me caían las lágrimas.  Qué complicado es todo, o qué complicado lo hacemos. 
Feliz inicio de semana...

domingo, 2 de febrero de 2025

Mes "de prueba" superado

Advertencia: la primera parte de la entrada la escribí el 1 de febrero, de ahí mis palabras.

Un mes largo, rozando lo eterno, sin escribir ni una sola palabra aquí. Algunos días, muchos, por falta de ganas, no de ideas. Otros, bastantes también, falta de tiempo. Y aquí estamos de vuelta, ojalá "La vecina rubia" esté en lo cierto y enero sea el mes de prueba. Vamos a darle una oportunidad a febrero, y deseo que venga con ganas de tregua, de paz, y de pocas lágrimas.

A mí hasta no hace mucho, me encantaba eso de comenzar un nuevo mes, un nuevo año, un nuevo todo. Pero el destino o lo que sea,  me arrebató a mi padre un día 1, de agosto concretamente, y en 2023. Y desde ese momento lo de empezar un nuevo mes tiene cierto poso de tristeza. Hoy se cumplen 18 meses de tu ausencia, papá. Una mierda. No hay día que no piense en ti, es inevitable. Hace nada un "reel" de Instagram comparaba el duelo con una piedra. Me parece un símil muy acertado. Es una piedra que pesa, está siempre conmigo, nunca se esfuma. A veces parece más liviana, y otra da la sensación de ser de una tonelada. Y lo de que duele menos cuando pasa el tiempo es muy relativo. Creo que es más bien instinto de supervivencia. No queda otra que seguir y ya que eso es lo que debemos hacer, habrá que intentar disfrutar de cada día, cada instante feliz que nos traiga, cada brizna de calma, cada suspiro de amor, cada momento de esperanza...De verdad que no me rindo, pero va por rachas, y en algunas el viento no sopla a favor y si esa racha dura mucho, agota, ni más ni menos.

Imagen propiedad de Raquel Plaza Juan (PAPÁ)

No me cuesta hablar de mis sentimientos, eso es un hecho. Otra cuestión es la gente con la que sí quiero compartirlos. Me muerdo mucho la lengua, por no hacer daño a otras personas y/o para que no se den cuenta del año que me están haciendo con su manera de actuar. Algunas de las palabras que los míos y/o yo hemos tenido que escuchar, soportar es más apropiado, creo que nunca habrían salido de la boca de nadie si nuestras circunstancias fueran distintas. Triste, pero cierto. Y aunque desde mi realidad sean mentiras, y duelan un montón, trago saliva, respiro profundamente y me callo, para no provocar un tsunami mayor, y por otras muchas razones. La vida da que en la balanza pesan mucho más las cosas buenas, y soy consciente que tengo a muchas personas que me quieren, me aprecian, se preocupan por los más próximos y por mí, y le han añadido valor a las palabras pareja, amigos y familia. Siempre lo digo, la gente que tengo es mi mayor riqueza, sin dudarlo.

Tengo la suerte de poder dormir a pierna suelta, aunque "algo" me preocupe mucho.  O sean unos cuantos los "algos". Duermo cual ceporro, es extraño el día que me desvele y no vuelva a quedarme dormida en horas. Quizás esa gran suerte es una gran fuerza para poder seguir con todo, con mis limitaciones, y con mis límites, pero sigo.

Y en medio de todo esto, me topo con la realidad educativa. Alumnos nada motivados, que no quieren aprender, no saben mayoritariamente que es la "cultura del esfuerzo", y da igual lo que les "lance" para intentar echarles un cable. Ahora mismo si no se "piran"  y escuchan en clase, me doy con un canto en los dientes. Debo hacer un reajuste de expectativas. Aunque como las siga bajando, no sé si nos moveremos. No sé qué le pasa a parte del alumnado, de edad ESO actualmente. No tienen ganas de estudiar, porque dicen que les resulta aburrido. De madrugar, porque no les gusta. De hacer los deberes, porque supone un esfuerzo. Y de sentarse a estudiar un ratito, ya ni os cuento. Pues todo esto que os he relatado aquí, personalmente no me gusta un pelo. Odio madrugar, pero tengo que hacerlo, y tengo que hacer mis "deberes", a muchos niveles, porque es mi responsabilidad. Acabo de escribir una palabra casi mágica, responsabilidad. Me parece que es una gran diferencia entre mi generación y la suya, teníamos un sentido de la responsabilidad que ahora, por diversos motivos escasea, o más bien es normal que brille por su ausencia, y no quiero acostumbrarme ni conformarme. Sé que cada cual tiene sus circunstancias, y muchas no son fáciles. Pero precisamente por eso, hay que luchar más. Evidentemente, no le cuesta lo mismo avanzar a alguien que es encuentra apoyando sus pies en un suelo liso, casi sin imperfecciones, en llano; que a otro que está de barro hasta la cintura y en medio de una cuesta muy empinada. A ver si febrero me ilumina y me trae esperanza educativa, que no éxito. Para mí el éxito depende de dónde estemos, de nuestras funciones y de la materia prima que tengamos. Y mi éxito docente, como maestra de Compensatoria, reside en tener un ambiente de clase agradable, donde nos esforcemos, pero también nos echemos unas risas y observar que van avanzando, aunque no sea al ritmo deseado. También en ver a los alumnos cada día, porque eso es señal de que están, y si no están no hay nada que hacer. Pienso en qué hace un chico/a de 13, 14 o 15 años a media mañana, fuera del instituto, deambulando por el barrio, en un parque, en el Mercadona o a saber dónde va. Y lo menos malo que puede pasar es la pérdida de tiempo que supone. Y lo peor pues, de todo, se me ocurre de todo, pero paso de dar ideas aquí, por si estoy confundida. Ojalá llegaran a hacer una FP básica y la aprovecharan. Pensar en superar 3º de la ESO con las actitudes que veo no me parece imposible. Imposible del todo no es casi nada, pero si muy muy difícil. Vamos a ver qué pasa de aquí a junio. Y con los de 1º ESO, lo mismo digo, hacer una FP básica y sacarla adelante, me parecería un triunfo. Y luego ya que piensen si desean seguir estudiando o quieren intentar incorporarse al mundo laboral. Ya se verá.

De aquí en adelante son palabras escritas hoy, 2 de febrero.

Afortunadamente enero deja también momentos dulces, especiales, de los que apetece vivir y repetir. Dos nuevas "incorporaciones" a las vidas de dos grandes amigas. Y por extensión también, en cierto modo, a mi vida. No las he visto todo lo que me habría gustado, pero enero fue un mes duro a muchos niveles. Y para ellas y los suyos ni os cuento. Todo son cambios. y saber que el "volante" lo manejan, un bebé y una bebé que acaban de decir "hola" al mundo exterior. Bienvenidos a este mundo a ambos. Sois preciosos, y me ha encantado veros, especialmente esa primera vez, y contemplaros. Y, cómo no, cogeros un poquito en brazos. 

A principios este año le di uso a un precioso álbum, hecho artesanalmente, que me regalaron meses atrás. Me falta poner los pies de foto, pero está completo. Hace un rato lo he vuelto a mirar, y guarda muchos momentos muy especiales para mí. No están todas las fotos que me gustaría, aunque reconozco que de muchos momentos felices no tengo ninguna foto, por raro que pueda sonar siendo como soy. Hay viajes, cumpleaños, reuniones familiares bastante numerosas, fiestas, comidas entre amigos o con mi familia más cercana, paseos...De todo un poco y todo para sonreír. Están colocadas sin orden cronológico, algo hecho intencionadamente. Combinando pareja, familia y amigos, y pasando de unos a otros. Podría decirse que ha quedado un "álbum de la felicidad". Y me encanta. Muchas gracias por el regalazo. Y gracias a todas las personas que no lo sabéis, pero estáis en él. Y a las que estáis en mi disco duro de felicidad pero no en el álbum. 


En diciembre me regalé un libro. Es normal que de vez en cuando me haga autorregalos. Vi una reseña en Instagram y sabía que debía estar en mi biblioteca. Se llama "La magia de vivir. Cómo hacer de tu vida una gran vida." El protagonista es un patito, me recuerda al Patito feo. Si queréis hacer o haceros un regalo especial, es una hermosura. Una hermosura con palabras muy sabias e ilustraciones muy sencillas y poco coloridas, pero llega, vaya si llega. Pongo algunas imágenes, por si os llamara la atención.






Anoche estuve viendo, una vez que había acabado, la final de Benidorm Fest. Me acosté a eso de las tres de la mañana. Lo mejor del programa no eran los aspirantes ganar dicho festival. Para mí fue la actuación de Amaral. Es un regalo saber que en breve sale a la luz un nuevo disco suyo. He perdido la cuenta de los años que llevan formando parte de la banda sonora de mi vida. Hicieron un popurrí maravilloso. Iniciado por "Marta, Sebas, Guille y los demás." Marta, es una señal, je je. Y coronado por "El universo sobre mí", una de mis canciones preferidas de ellos y en general. Por si esa mezcla no fuera suficiente, también nos obsequiaron con "Dolce Vita", intuyo que será un nuevo himno. Atentos al videoclip, el paisaje es una joya, espero descubrir dónde lo grabaron. Deseo que este en España. Juan Aguirre y Eva Amaral, gracias por existir. Por continuar haciendo música y de tanta calidad. Ya, para gustos lo colores. Perdonadme, no soy objetiva con ellos.

Y nada más, de madrugada una niebla densa inundaba la ciudad, propia de películas de suspense americanas. Hoy amaneció gris, muy gris, el cielo se muestra dubitativo entre "Llover o no llover, esa es la cuestión." Son días que a mí me transportan a un sofá con mantita frente a la chimenea, buena compañía y una botella de vino. Sin embargo hoy, ese "paisaje" está solo en mi imaginación. Cuando se pueda.

Febrero es el mes más breve del año, ojalá pase también así. Buen día a todos. ¡Viva La Dolce Vita!


martes, 31 de diciembre de 2024

Diciendo adiós a 2024

Querido 2024:

Te pongo querido porque dentro de lo que cabe, has tenido la decencia de no arrebatarme a una de las personas que más quiero en este mundo y más aportan a mi vida. Tu antecesor, 2023, hizo todo lo contrario y se llevó, sin previo aviso ni tiempo alguno de reacción, a mi padre, ni más ni menos. El año pasado las navidades fueron pésimas, como un nudo en la garganta continuo, una punzada en el corazón y sentir que se te revuelven hasta las entrañas, como si alguien nos hubiera removido todo por dentro. Y así fue. Ese dolor no ha desaparecido, el vacío que mi padre ha dejado en nuestras vidas es inconmensurable, pero me aferro a mis casi 41 años de vida a su lado. Así que antes de avanzar, mando todo mi cariño y mi aliento a los que sienten al menos un vacío similar en sus vidas, el cual contribuye a que estas fiestas tengan un sabor muy agridulce. Os entiendo y os acompaño, pese a la distancia. Nada vuelve a ser igual cuando falta uno de los pilares. Y desde que no está me he empeñado en seguir adelante y transformar, en la medida de mis posibilidades, parte de ese dolor en energía que me dé fuerza para seguir adelante, sin olvidar el pasado, pero sin que pese tanto como para paralizarme. Papá, brindo al cielo por ti y por los que quiero y tampoco siguen ya entre nosotros. María José Parra, la más reciente en dejarnos...      

Retomo lo de "querido". A partir de cierto día de octubre, una persona ha ganado un segundo cumpleaños. A mí el amago de llevártelo me dejó paralizada, no me salían ni las lágrimas. Me salieron cuando el peligro se había alejado, en el momento que reflexioné sobre lo que podía haber sucedido y no pasó. Sobre la  tremenda suerte  de tener una vida extra, como los gatos (lo de 7 me parece excesivo, mejor no jugar con fuego). Y agradecida, porque él sigue respirando, palpitando y muchas cosas más que me recuerdan lo vivo que está. Gracias infinitas, 2024, por no jugármela de nuevo como ya osó a hacer 2023. Iba a decir que no quiero más visitas a Urgencias ni noches de hospital, pero soy consciente que eso es ya ser avariciosa. Y lo que venga, lo afrontaré lo mejor que pueda.

Cuando el destino se pone revoltoso y se empeña en intentar poner las cosas patas arriba, dan ganas de sacar la bandera blanca y rendirse. Suele durarme poco lo de pensar en tirar la toalla, pero eso sobrevuela de vez en cuando por mi cabeza. No obstante,  como buena testaruda, me niego a rendirme, no me da la gana, por muy complicadas que a veces parezcan determinadas situaciones. 

Del 2024 he vuelto a recordar que a veces las situaciones inesperadas son muy dolorosas, pero no queda otra que plantarle cara, y mantener la calma, mientras se pueda. Y que hay que mirar al de al lado y ser consciente que aunque no pida ayuda, puede necesitarla, y es probable que sea incapaz de verbalizar esa necesidad. A veces las lágrimas hablan, otras, los gestos. Es imprescindible prestar atención a los detalles.

Del año que se va he aprendido que no existen o no deberían existir los temas tabú, que hay cosas que se pueden decir calmados y otras con la emoción brotando de los ojos sin parar, pero hay que decirlas. Y hay que saber leer más allá de las lágrimas, y valorar los mensajes poderosos que el otro nos intenta transmitir, atine o no. Hay cuestiones fastidiadas pero debemos abordarlas. Y podemos estar de acuerdo o no. Es preferible hablar y apechugar con las consecuencias, que vivir de puntillas, con temor a cómo puede reaccionar otras personas.

El 2024 me ha vuelto a recordar que me encanta viajar y conocer lugares nuevos. Que hay que disfrutar de la compañía, e importa más el quién que el dónde. He ido a sitios que antes me encantaban, y si la otra persona no ha resultado ser una buena compañía, el sitio ha perdido su encanto, pese a la luz especial que siempre había visto allí. Estando bien acompañada cualquier lugar es un buen destino.

En el año que termina he vencido algunos miedos, me quedan unos cuantos por superar. He subido a sitios donde no pensaba que me atrevería a subir, y he pasado por carreteras por las que sentía que el corazón se me iba a salir por la boca. Tengo que relativizar ciertos miedos, e ir venciendo otros, para no dejar de hacer ciertas cosas por ellos.

Del 2024 me quedo con los sitios nuevos que he conocido, o los ya conocidos a los que he regresado, con misma compañía o distinta. Con el encanto de Lastres, el color del mar desde Cabo de Peñas, el sabor de los mejillones gallegos, la Feria del Libro de Madrid con una nueva y queridísima incorporación (ya, somos unos frikis), el paisaje de Monfragüe, o la calma de estar sola en casa sin que las ausencias me impidan disfrutar de esa casa, pese a tener que vivirla de otra manera y sin la presencia del que más quisiera pasar tiempo de verano allí. Son solo unos ejemplos, no es cuestión de repasar uno a uno cada viaje, escapada, excursión. De todas he sacado algo bueno.

De este año que vamos a despedir me quedo con las conversaciones de dos. Salieran como esperaba o no. De las de pareja, aquellas con algún amigo o amiga o con algún familiar. Que salieran de una manera diferente no quiere decir que no me gustara el resultado. En varios casos me ha acercado más a varias personas, me ha recordado su esencia y una faceta de ellos que hacía muchos años que no veía ni podía disfrutar. Y en otros me he dado cuenta de por qué quiero a quien quiero. Gracias a todos los que confiáis en mí. Vuestra confianza es un privilegio.

Al decirle adiós al 2024, veo que sigue habiendo cafés pendientes, con gente a la que no veo desde antes de fallecer mi padre (1 de agosto de 2023), o a la que he visto después, pero de manera fortuita, como un encuentro casual, por lo que el tiempo compartido ha sido poco. Igual que me temo que hay otros cafés que nunca tendrán lugar. A veces si las cosas no se hacen en un periodo determinado, fuera de ese plazo pierden el sentido. Y quedar por quedar no me parece. O quedar sabiendo que vas a hacer daño a alguien que estuvo en tu vida pero ya no quieres que esté nunca más, es algo que nos podemos ahorrar. 

Del 2024 recordaré a mis dos amigas, embarazadísimas ya, a puntito de tener a su hijo y a su hija en brazos. De la magia de sentir una vida en su interior poniendo la mano en sus "barrigas", y su alegría al ver que va a cambiar su mundo y el de todos los que las rodean con la llegada de sus bebés. ¡Benditas barrigas y benditos cambios! Confío en que os dejen tomar las uvas, y dejen esa aventura de conocer el mundo desde fuera para 2025. Ojalá salgo todo fenomenal y en breve una coja en brazos a su niña y la otra, a su niño. Son muy esperados y en cuanto me deis permiso me presento, visita corta, a conocerlos en persona. No descarto que deis a luz el mismo día, aunque creo que en la fecha me he colado. Si alguna vez me veo en vuestra situación, cruzo hasta los dedos de los pies, descuidad que voy a preguntaros mil cosas. Porque vamos, menudo máster habéis hecho ambas de embarazo, lactancia, cuidados del bebé e infinitos utensilios para él/ella. Para quitarse el sombrero. Menudas mamás excelentes van a tener. Son afortunados incluso antes de respirar fuera de vosotras. Y papá de la niña, Jose. Vas a ser un padrazo, te miro a los ojos y no me cabe duda alguna.

De este año no voy a olvidar cada momento bueno compartido, en pareja, con mis amigos, mis amigas o en familia. Ellos saben quiénes son.

Este 2024 ha vuelto a poner el foco en la salud, la propia y la ajena. Tengo a más gente que quiero de la que me gustaría haciendo lo que pueden para que la enfermedad no se los lleve por delante. Confío en seguir contando con estas personas en 2025. Y claro está, en seguir yo viva. Y si vienen cambios, que sean para bien, para sumar a mi vida.

En el 2024 he aprendido que nunca es tarde para disfrutar de las fiestas del pueblo, aunque teóricamente yo pueblo no tengo. Me he sentido muy bien acogida. Fue una experiencia muy especial e inolvidable. Aunque no sé seguir el ritmo festivo. Necesito entrenamiento.

En el año que va a finalizar en unas pocas horas he reafirmado que sigo "en construcción". Y que no sé si será capaz de lograr lo que quiero. Ojalá mis proyectos no sean papel mojado y no esté sola en ellos. Ya veremos, hay muchas formas de estar acompañada.

Al 2025 le pediría que haga un repasito de todo lo que he vivido, superado, llorado, disfrutado, padecido, soportado, esperado, luchado, celebrado, agradecido...No sé qué me vas a traer, pero piensa en el momento que estoy y tenlo en cuenta, por favor. Si me caigo, me levanto, pero caídas relevantes varios años seguidos, hacen que por momentos me encuentre psíquicamente agotada. ¡Ah! Quiero viajar. Sigo teniendo pendiente montar de nuevo en avión, poco a poco. Si lo de hacer algún viaje en avión en 2025 no fuera posible, ha de ser por una muy buena razón.

Y de la gente, mi gente, no la toques, déjalos a todos tal cual. No te atrevas a quitarme a nadie más, por favor.

Siento que ya no haya vídeo con fotos recopilando momentos felices de 2024. No me da la vida, no es falta de ganas, es falta de tiempo. Llevo tres años sin hacer el vídeo. En 2022 no tuve tiempo y el programa que usaba me dio muchos problemas. En 2023, al no estar ya mi padre, me escocía hacer el vídeo. Y este 2024, sin tiempo. He tenido tiempo pero he optado por dedicarlo a otros menesteres, como es estar con los que quiero. Hoy, sí, hoy 31 de diciembre, he echado las "primeras" tarjetas de Navidad. Obviamente ya llegarán para el 2 o el 3. Y las que me quedan por hacer, ya para Reyes, aproximadamente. Es lo que hay. Nadie me obliga a hacerlas y me niego a ponerme a la carrera en fin de año a darme el palizón padre con las tarjetas. Mañana o pasado retomo la tradición, cuando se pueda.

Lo que sí me apetece incluir en esta entrada son unas fotos de 2024. A falta de vídeo, menos da una piedra, je, je.























































2025, supongo que eres listo y entre líneas lo dedujiste. Básicamente: salud y amor. Y listo. Con salud puedo plantearme cualquier cosa. Y con salud y amor, ya ni te cuento, soy capaz de conquistar el mundo.

Y vosotros, ¿con qué os quedáis de 2024? ¿Qué os gustaría decirle a 2025? 

Sé que algunos habéis pasado por cuestiones durísimas de afrontar y asimilar en 2024. Algunas son cambios permanentes, otras pueden ser de ida y vuelta, pero muy duras se miren como se miren. Ánimo, os escucho, abrazo, consuelo si puedo, empatizo y arropo...Es increíble en qué escenarios nos encontramos a veces. 

Pues eso, 2025, si vienes en son de paz, serás bienvenido. Si por el contrario tienes ganas de gresca y de revolucionar mi mundo de alguna manera, prepárate porque no voy quedarme sentadita contemplando tus ocurrencias.

Brindemos por lo bueno que nos hizo vivir el 2024. Por lo positivo que traerá el 2025. Por los que no están pero siguen estando, porque ya nos encargamos nosotros de mantenerlos vivos cada vez que los recordamos. Y por lo que sí están, estén a nuestra vera esta noche, a unos metros o a kilómetros.

Gracias a todos los que formáis parte de mi vida. Gracias por permitirme cambiar un año más el calendario y saber que sigo pudiendo contar con vosotros. Feliz salida de 2024 y buen estreno de 2025.

Y la música de mis queridísimos Amaral. Es una de mis canciones favoritas de ellos.


Y ya que me pongo a compartir, os dejo también un vídeo breve de José Mújica.