sábado, 28 de enero de 2017

Opinión sobre la "arenga" de la profesora Eva María Romero

Seré sincera. Llevo algo menos de una semana, recibiendo por muchos medios distintos, la intervención en un claustro de la profesora Eva María Romero Valderas. Es docente del IES Isidro de Arcenegui y Carmona de Marchena, Sevilla.

Como la semana ha sido un no parar, he esperado al fin de semana, para poder leerlo con calma.

Invito a cualquiera que esté leyendo la presente entrada en mi blog, a leer el artículo antes de proseguir con la lectura.

ARTÍCULO CON LAS PALABRAS DE LA PROFESORA ROMERO VALDERAS.

No soy muy de pronunciarme, pero bien sabéis los que me conocéis, y especialmente en el ámbito laboral, que en determinadas ocasiones no logro quedarme callada. Sin dudarlo, esta es una de esas veces. Una de esas veces que al leer algo pego un respingo en la silla y no puedo morderme la lengua.

Respeto la opinión de la profesora Eva María y todo lo que dijo en el claustro de su centro. De ello, suscribo la gran mayoría de lo que dice. No obstante, me gustaría puntualizar algo. Sé que muchos considerarán inapropiado lo que voy a hacer, pero considero que debo hacerlo. Me habría encantado poner un CONTINUARÁ a la intervención de la citada profesora, o lanzar una pregunta al aire. Ojo, no una pregunta que caiga en saco roto; sino una que me encantaría fuera respondida por docentes,madres, padres y alumnado.

Esa pregunta sería sencilla, puesta a continuación del artículo  que recoge las palabras de Eva María:
Pensando en el ámbito educativo, TÚ ¿de qué estás harto/a?

Y de corazón, estaría dispuesta a leer las respuestas de todas y cada una de las personas que se atrevieran a contestarla: a través del blog, en persona, por email...

Me parece bastante completo lo expresado por la profesora Romero Valderas, solamente añado algo "de mi cosecha."

Por raro que parezca, pese a que adoro mi profesión, a ratos también estoy harta. Harta de la nada despreciable cantidad de maestros y profesores que no dan un palo al agua. De aquellos que no cumplen con muchas de sus obligaciones pero sí se acuerdan de sus derechos. Harta de docentes que en realidad preferirían estar en cualquier sitio menos trabajando (o fingiendo que lo hacen) en un centro educativo. Harta de quejas sin motivo, de protestar por protestar pero estar acomodados en un inmovilismo apabullante. Harta de personas que ocupan un puesto, maravilloso a mi entender, y no tienen vocación alguna por la docencia. Porque, queridos compañeros de antes, ahora, futuro y con los que no voy a coincidir pero también sois del "gremio", debe ser una auténtica tortura estar dentro del mundo docente sin que este trabajo resulte vocacional. No nos engañemos, nuestro día a día está repleto de alegrías, cariño, confianza, compañerismo, esfuerzo, detalles...Lo que pasa es que además tiene muchos sinsabores, de personas desagradecidas, gente pasota, envidia, "tipos" maleducados, amargados que buscan contagiar su amargura...Lo bueno es que hay cosas que suceden y punto, que no podemos evitar, pero sí podemos elegir nuestra actitud ante lo que pasa. Así que sí, a ratos estoy harta, cansada, hastiada, llamadlo como queráis, de todo lo expuesto por la profesora Eva María Romero Valderas, pero estoy todavía más harta si cabe, de los docentes sin PASIÓN, sin pasión por la EDUCACIÓN. Que nadie se confunda, sé que hay excelentes docentes, y en el camino recorrido hasta ahora me he encontrado algunos. Lo malo es que junto a ese grupo, conviven los que desprestigian la profesión y hacen bueno el dicho de un maestro "no da palo al agua," que a mí me molesta especialmente.

Dicho queda, como les digo a los niños siempre que se trata el tema de los derechos de la infancia, hay que recordar también qué los acompaña. Y cuándo me refiero a qué va con cada derecho, no es otra cosa que el DEBER que está relacionado con el mismo. Ojalá cada uno haga sus "deberes." Y que no fallase nadie, ni los alumnos, ni las familias de los alumnos, ni los políticos, ni los docentes, por supuesto.

Seguiré mirando el vaso medio lleno y luchando por aquello en lo que creo, pero de cuando en cuando no viene mal mirarse el ombligo y ser un poco más objetivos haciendo autocrítica constructiva.

A todos los docentes que creen en lo que hacen, que disfrutan con su trabajo, que apuestan por sus alumnos, que saben qué quiere decir "trabajo en equipo" y lo llevan a cabo, mucho ÁNIMO, ni se os ocurra tirar la toalla, nada de rendirse. Ánimo valientes.


http://laperfectaprometida.com/blog/objetos-de-pasion/

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