sábado, 13 de marzo de 2021

La belleza. Quiérete, quiérome, quiéreme

belleza

1. f. Cualidad de bello.

2. f. Persona o cosa notable por su hermosura.

Esta entrada está dedicada a todas las personas que, sin querer o intencionadamente, hayan entrado a echarle un vistazo o a leerla. A las que se ven bellas, pero especialmente a las que les cuesta encontrar belleza en ellos mismos, da igual la razón.

Me obligo a pasear, digo me obligo porque me gusta, y mucho, pero hay días que acabo rendida y tengo que tirar de mí misma para salir de la rutina (laboral) que me absorbe (o dejo que me absorba) muchas tardes, y salir "a dar una vuelta". La semana pasada fue especialmente dura, intensa, complicada o con cualquier otro sinónimo de las palabras anteriores. Y me salvan algunas personas, y también los paseos. Me salvan esos paseos "conmigo", sin un destino concreto (o sí), con el propósito de romper la rutina y moverme un rato (al ritmo que mis fuerzas me permitan).

En uno de ellos me encontré con una de las esculturas del artista chino Xu Hongfei (no es la primera vez que expone en las calles salmantinas). Y pensé, "me encanta". Y este es parte del porqué de esta entrada. Mi pequeño granito de arena a "otros cuerpos", a esos que no responden ni se aproximan al 90-60-90, pero igualmente hermosos. Me harta la etiqueta de "tallas grandes". En las que no son "grandes" no pone ninguna etiqueta, pero en las que no encajan en esos cánones sí, lo advierten, tallas "grandes". Me he tomado la molestia de investigar en internet y es curioso. No se ponen muy de acuerdo las marcas, algunas denominan "tallas grandes" desde la talla 46, otras desde la 48...Así que, obviamente, pertenezco a ese grupo. Mucho menos grande que hace un año, pero sigo estando ahí, y no pasa nada. Como las piezas de un puzzle, al final es cuestión de tiempo que todo "encaje". Y me parece que el mayor cambio es el interno, aunque el que más puedan apreciar muchos sea el externo. Podría etiquetar a muchas personas, pero creo que se lo he dicho de alguna forma, están en mi círculo, cada día con un radio más pequeño. Menciono a Nutre-t, es decir, a Estefanía Falagán, porque sí, porque el paso lo da cada persona, y es complicadísimo,  pero el apoyo, el seguimiento, los ánimos, son necesarios y eres muy buena dándolos. Gracias Estefanía. Y hay cosas que van más allá del "trabajo".

Cuando veo las esculturas de Xu Hongfei pienso muchas cosas, qué bien, ¡ya era hora! o me paro a contemplarlas por la buena energía que me transmiten. Y sí, me encantan. Con sus curvas, sus michelines, sus pechos grandes, sus anchas caderas. Y su sonrisa, y esa fuerza que me transmiten. Esa imagen de mujeres poderosas, orgullosas de ellas mismas. Y es que hay que quererse, con una 36, una 48, una talla 54 o una 60. Ojo que la sociedad no lo pone fácil, nada fácil. Querernos a nosotras mismas es la única forma de conseguir que otros nos quieran. Aunque no engaño a nadie, si nos rodeamos de gente que sabe apreciar nuestra belleza más allá de una talla determinada de pantalón, de sujetador o de blusa, todo es más sencillo. Todo ayuda. Gracias a los que me miráis con cariño, amor y hacéis que me quiera más y mejor. No se trata de tener una autoestima por las nubes, pero sí de saber querer a la persona que somos en cada momento de nuestra vida, y aceptarnos con nuestra talla. 

Y repito otra vez ese reventante "qué guapa eres de cara". Llegan a mi boca sapos y culebras, pero por educación no suelo decir ni pío, aunque hago importantes esfuerzos para evitar saltar. Un poquito de empatía...¡Por favor!

Volviendo a las esculturas, quiero compartir unas fotos con vosotros. Están en La Alamedilla (esta ya lleva un tiempo allí, de manera permanente) y las de la exposición actual (Plaza Mayor, Plaza del Liceo y patio de La Salina). Os invito a verlas. No me gustan nada lo selfies, así que un día que vaya acompañada y pediré que me hagan fotos con alguna de ellas.











                                            Fotografías propiedad de Raquel Plaza Juan.

La de la "tenista" se llama "Fuerza". Ahí queda eso.

Ah, y la fachada está muy bien, pero no es eterna, la que de verdad dura es la belleza interior. Y adoro dar con gente que es tan bella, que irradia magia en la mirada, de sonrisa dulce/tímida/limpia, de risa contagiosa, seguridad al caminar, mover el pelo, gesticular con un sello, voces cálidas...Así que vamos a intentar que exista la mayor armonía posible entre nuestra belleza interna y externa...

Esta vez la nota musical corre por cuenta de "Efecto Pasillo" y su canción "Cuando me siento bien." Pues eso. A querer, a quererse, a querernos...¡Guapos! ¡Guapas!


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