domingo, 26 de septiembre de 2021

Madrid 2021: Feria del Libro

Dos años largos (habitualmente la Feria se celebra entre finales de mayo y mediados de junio), sin tener la suerte de la Feria del Libro de Madrid.

Hace una semana llevaba ya un rato, esperando en una cola kilométrica, la hora de apertura de la Feria.

Estuve dos días, el sábado y el domingo, por la mañana y por la tarde. Lo sé, me di un buen atracón de "Feria del Libro", pero me encantó. Aunque antes de contar algunos de los momentos especiales de esas dos jornadas, me gustaría mencionar algunos detalles sobre la organización.

AFORO. En teoría había control de aforo. Hay dos entradas para acceder a la Feria y, junto a cada una, una salida. Eso hacía que por los laterales (entre casetas), no se pudiera entrar (en teoría). Decían que un aparato calculaba el aforo haciendo una medición de la superficie ocupada en la Feria a medida que la gente entraba o salía. Con mis ojos vi cómo la gente intentaba colarse, gente jeta por supuesto. Algunos lo lograban esquivando, por los laterales, cubos de basura y vallas. Eso hizo que el domingo pasado, el aforo máximo permitido era idéntico al de días anteriores, la Feria estuviera mucho más llena (curioso, ¿verdad?). El personal de seguridad era claramente insuficiente.

MASCARILLAS. Pese a celebrarse al aire libre y recomendarnos guardar la distancia de seguridad (imposible cumplirlo siempre), eran obligatorias. Y me parece bien que lo fueran, pero a los que vi sin mascarilla, a ninguno les llamó nadie la atención (salvo cuando alguno intentaba acceder a la Feria sin llevarla puesta). De nuevo, faltaba más gente encargada de la seguridad.

COLAS DE ACCESO AL RECINTO. Esperamos un mínimo de 40 minutos y un máximo de hora y media. La exposición de fotos que había en parte del recorrido es una buena idea, pero habría venido bien algo más para amenizar tanta espera...

COLAS DE FIRMAS. No habían establecido unos criterios para las colas de las firmas de autores. Cada caseta lo hacía a su manera. Muchas repartían número. Algunas media hora antes de empezar la firma, otras hora y media antes ya lo daban sin problema. En la mayoría se respetaba el número, pero eso era ya cuestión de cada uno, porque si no preguntabas, en las casetas no daban demasiada información. POR FAVOR, me temo que el año que viene las restricciones serán menos pero, intenten regular de alguna manera el tema de cómo organizar las colas para las firmas, siéntense y hablen de unificar criterios, nada de hacer cada uno lo que cree que es más conveniente.

DESCUENTO. No me queda muy claro si hacer el 10% de descuento en el precio de los libros era voluntario u obligatorio. Creo que si es voluntario, cada caseta debería advertir si lo va a aplicar o no. No nos engañemos, los libros en papel no son baratos, y ese descuento viene como anillo al dedo. Digo esto porque creo que por el cansancio, no me di cuenta que una librería no me lo aplicó y además intentó "venderme la moto", haciéndome creer que ya estaba hecho en le precio que marcaba. Lo comprobé luego al mirar el precio de los libros en internet. Para otra vez, no me pasará, de todo se aprende.

BAÑOS. Había leído que próximos a las entradas/salidas había unos baños de acceso libre (gratuitos). Pues bien, salgo el sábado 18 a las tres menos cuarto (el recinto no cerraba hasta las tres), y me dice un hombre de seguridad que los baños para el público ya están cerrados, solo tenían abiertos lo de los expositores...¡Genial! Espero que se note la ironía en mis palabras. Con la vejiga a punto de estallar y agotada, tuve que salir del Retiro a toda prisa y buscar la cafetería más cercana...De pena de llorar.

SOMBRAS. Digo yo que igual que hacen en Preciados, podían plantearse colocar algún tipo de toldo que cubriera el espacio entre casetas. Cada caseta tenía su toldo, pero si lo abrían no se veía el número de caseta ni el nombre de la Editorial, Librería...Así que además de lo anterior, hubo que aguantar al "chorrisol."

Como lo que pretendo es hacer una crítica constructiva y, pese a ser la "Feria de las colas", ya tacho los días para la próxima edición, pienso escribir a la organización, para hacerles llegar algunas sugerencias sobre las deficiencias de la Feria que he explicado antes.

Algunos pensaréis y, con tantos puntos negativos...¿Por qué ir? Pues pesa más lo positivo.

Visitar la Feria del Libro de Madrid es una oportunidad fabulosa:

1...Para perderse entre libros Observar, , hojear, escuchar, preguntar...Y dar con libros que en ninguna otra parte podrías encontrar.

2...Para conocer algunos autores. Por una parte ponerle cara (y voz) a autores que ya conozco y que me encanta cómo escriben. Si bien lo más importante son sus c reaciones, es bonito ver cómo son físicamente, escuchar su voz, dependiendo de la cercanía de cada uno, incluso poder hablar con ellos un poco. Y aquí debo hablar de María Menéndez Ponte, cuya obra "El gran libro de las emociones" he usado unas cuantas veces en mis clases. De la suerte tremenda del sábado de 18, al acercarme a la caseta en la que sabía que firmaba, y encontrarme, sorprendentemente, que en ese instante no había nadie allí para su firma. Esta fue su dedicatoria:

También a Defreds, por su amabilidad y escucha. Por fin tengo los dos libros que me faltaban y...¡Firmados por él! De los que ya tenía solo llevé uno. No quería salir ya de Salamanca cargada como una mula. Elegí "Incondicional" porque, como le dije al autor, me hizo mucha compañía durante el confinamiento del año pasado. Le expliqué lo de los audios y a lo mejor me animo a mandarle alguno...Ya veremos.

Y en tercer lugar, no por ello menos importante, 72 KILOS. Esperando su firma descubrí que se llama Óscar. Llevaba los dos libros que tengo de él, ambos son regalos, además compré alguno para regalar y que dedicara. No sé si a la gente le hará ilusión o no, pero a mí me parece un plus que te regalen un libro dedicado por el autor. Bueno, son detalles. Y a mí me gusta tenerlos con las personas que me importan. Aunque no puedo comprar libros a todo el mundo...Por dinero y por peso. Si llegamos a ir en avión pagamos una fortuna por exceso de equipaje (no exagero, en serio).

Hubo otros autores, pero no quiero aburrir. 

3...Ampliar mi biblioteca. Creo que tengo que mudarme en breve. Es una cuestión de espacio, MI espacio. Y también poner a la venta libros que hace un tiempo compré con mucho cariño pero ya no los necesito a mi lado (y ocupan, y mucho). No compré demasiados libros para mí, fueron más los regalos. Vine muy contenta con mis adquisiciones. En la imagen veis la mayoría:

Reconozco que el verano ha sido escaso en cuanto a lecturas. No sé explicar las razones pero una cosa son las lecturas que tenía en mente poder hacer en verano, y otra la realidad.  A veces no hay ganas de algo, y ya. He vuelto de la Feria con mucha ilusión por retomar los buenos hábitos lectores. 

Sé que a lo mejor a algunos les cuesta entenderlo, pero soy feliz en la Feria. Lo cual no quita que despotricara el sábado tras las primeras colas (odio esperar). Pero cambié el chip y recordé que había ido para disfrutar, dicho y hecho. 

A los amigos "madrileños," perdonadme, no os avisé antes porque intuía que no iba a poder veros. Y no me equivoqué. Por cierto, millones de gracias Andrea. Gracias porque, pese a no poder entrar, acercarte para hablar unos minutos, aunque fuera separadas por unas vallas y unos cubos de basura. ¡Nos vemos no tardando mucho!

Y hasta aquí mi "crónica" de la Feria del Libro de Madrid de 2021. Si el año que viene alguno se anima a visitarla, ya sabe algo de cómo va. Estaré encantada de orientaros, acompañaros...¡Larga vida al libro en papel!

Las dos imágenes del final son ilustraciones de 72 KILOS...¡Cómo no!


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