domingo, 22 de mayo de 2022

22/5/22

"A una vida sin errores le falta libertad." Sara Búho.

Hace un par de días Sara Búho escribió esto en su cuenta de Instagram. Me pareció maravilloso. No es necesario poner muchas palabras para decir tantísimo. No podría estar más de acuerdo con ella. Para poder equivocarnos tenemos que sentirnos libres. No podemos permitir que nadie sujete o corte nuestras alas. Considero peligroso que se crean con derecho a coartar nuestra libertad, mi libertad. Pueden intentarlo, sí, eso es inevitable, pero hemos de ser fuertes y mantenernos firmes. En la vida solo hay un billete para viajar, con múltiples paradas, descansos, interrupciones, imprevistos, cambios de planes, pero solo uno. No tenemos la capacidad de volver a empezar el viaje. Aunque tal vez eso lo haga todavía más especial, hay que adaptarse a lo que el camino, llamadlo destino si lo preferís, nos va colocando. Y eso no significa acertar, pero sí me parece que estamos obligados a vivir de la manera más feliz que se pueda. Obligados a realizar la mejor jugada con las cartas que tenemos, coincidan o no con las que nos habría gustado tener.

Bajo mi punto de vista, vivir sintiéndonos libres, implica equivocarnos, ¿quién no mete la pata? Todos, alguna, o muchas veces, cometemos errores, del tipo que sean. Y soy de las que en alguna ocasión habré metido la pata hasta el corvejón. Aunque quiero, necesito, sentirme libre, libre para sentir, libre para actuar como me piden en cada momento mi cabeza y mi corazón. Libre para obrar de una forma coherente con mis sentimientos y pensamientos. Y no es moco de pavo. 

No excluyo a nadie de mi vida, pero me revuelvo si alguna persona se empecina en intentar evitar que me sienta libre. Y cuando toca reír, río; si hay que llorar, lloro (por la emoción que sea); si es el momento de amar, amo, sin peros...Y en este viaje hay que pasar por todo, lo sé, pero sigo empeñada en dar un golpe sobre la mesa de vez en cuando, especialmente cuando se pretende no ver lo evidente, ignorar lo real, y juzgar mi trayecto sin haberse puesto de verdad en mis zapatos. No admito determinados discursos que suenan a egoísmo y prohibiciones. 

¿Quién dijo que el viaje fuera sencillo? Hay etapas de la vida que son complicadas. Hay cuestiones que se nos antojan difíciles, trenes a los que si subimos somos conscientes de lo difícil que va a ser seguir en ellos, pero ¿por qué no subirnos? ¿Por otras personas? Lo siento, no. Es triste y cabreante a la vez, algunos días los obstáculos en el camino parecen puestos por los que más nos quieren. Por incoherente, sorprendente o extraño que resulte. Tengo muchos motivos para sonreír, sentirme afortunada, valorada, querida, amada...Y me considero una persona luchadora. Y a pesar de mis miedos, porque los hay, mucho más valiente de lo que creía. Y mis inseguridades, porque las tengo. Pero lucho, y paso a paso voy recorriendo el camino que me llena.

A veces el amor escribe con faltas de ortografía. Y eso no es malo, sigue siendo amor. Nada ni nadie es perfecto. El amor es libre, o no es amor. Lo que digan los demás sobra, porque cada uno recorre su camino, no el ajeno, y es peligroso entorpecer el viaje de otras personas. Cada cual lleva su maleta, más pesada o más ligera, pero nadie está libre de ella. Es absurdo desear la felicidad a otros, pero no consentir que se suban al tren de alguien que queremos.

Intento actuar de una manera respetuosa. Hay días que callo para no herir a personas que me importan muchísimo. Hay silencios que son una forma de querer, aunque no pido que los demás lo entiendan. No me gustan un pelo las imposiciones, de ningún tipo, ni de amistades, ni familiares, ni de otras clases. Cualquier relación, de amistad, pareja, familiar...requiere su tiempo. O a mí sí me hace falta ese tiempo. No confío fácilmente en las personas. Solo me conocen sin capas los que me han ofrecido su tiempo, los que quieren que forme parte de su vida y yo de la mía. Hace años vi que debía ser algo recíproco, no es suficiente con que una parte quiera. Es como un abrazo, no basta con que uno quiera a abrazar a otra persona, esa persona tiene que estar en disposición de querer recibirlo (y devolverlo). Y eso también es cuestión de tiempo, de circunstancias, carácter...

A mí no me sale hacer lo que me no me nace. No puedo explicarlo con palabras todo, es cuestión de piel, sentimientos, afinidad, complicidad, confianza, y por supuestísimo, respeto.

Imagen propiedad de "Nico ilustraciones"
Solo pido que me dejen meter la pata, sin más. Los aciertos suman, los errores, suman incluso más. Cada cual ha de confundirse, porque deberíamos poder actuar sintiéndonos libres. Y soy libre para escribir en este blog, con respeto, pero lo que me da la real gana. El guion lo pongo yo, y decido lo que me apetece poner en cada momento. Puedo compartir actividades, recursos del tipo que sean, ideas que veo en otros lados o se me ocurren a mí, hacer recomendaciones, o reflexionar sobre algo. Gracias por ser parte de mi viaje y respetar mi libertad. 

La música tiene es sobre la escritura. Siempre que escribo es porque me apetece, porque hay algo dentro que quiero darle forma de palabras. Espero que os guste la canción.

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