miércoles, 4 de mayo de 2022

Gracias, Lucía

La presente entrada está basada en mis reflexiones tras la lectura de "gracias vida", el tercer libro de Lucía Benavente. Lo advierto por si alguno/a tenéis ganas de leerlo, no siendo que leáis lo que viene a continuación y os tiréis de los pelos. 

Otras veces comparto alguna foto del interior de los libros que leo. Esta vez me niego. Sabéis que este blog es mi pequeño altavoz, no gano ni un euro con él, ni lo pretendo. Pero me parece tan íntimo el contenido de "gracias vida", que sería como publicar fotografías del diario de otra persona, y nanai de la China. Únicamente pongo las de las portadas de sus tres libros y la contraportada del nuevo, para ir abriendo boca.

Querida Lucía:

¿Por dónde empezar? He llorado y reído al leer tu libro a partes iguales. Bueno, quizás no estuviera tan compensada la cosa je, je, pero tenía las emociones a flor de piel, y tan pronto reía como se me caían unos lagrimones de órdago. Una gran amiga me lo regaló (gracias, una vez más), y el día 27 llegó puntualmente a casa. Según lo abrí podía habérmelo ventilado de una sola tacada, pero me apetecía "bebérmelo a sorbitos". Tuve la feliz idea, a veces lo hago, de marcar con post it algún fragmento que me gustara especialmente, y el resultado puede verse en la imagen. Nada que añadir...Y eso que tengo pendiente escuchar con calma las distintas "playlist" que nos regalas en él.

Hace algo más de dos años, en pleno confinamiento, "caí" en Instagram. Estaba de Facebook hasta el moño, creo que de casi todo, como todos, y quería investigar si había otra red social que ofreciera un enfoque distinto. Y empecé a seguirte. Y a otras cuantas personas con las que me sentía identificada de una manera u otra. Fuera por lo que hacían (principalmente crear: canciones, prosa poética, libros de Literatura Infantil,  libros ilustrados...) o por cómo lo hacían. Así hasta hoy. Eres una de las más gratas sorpresas de Instagram. Leí hace ya años tus dos libros anteriores. Por cierto, me encantaron, cada uno en su estilo, pero siento que con este tercero has subido un peldaño muy alto.

Soy consciente de lo complicadísimo que habrá resultado escribirlo. Y desde luego, es entendible que sea el libro que no querías escribir. Ojalá no hubieras tenido argumentos para escribirlo. Ojalá. Puntualizado esto, como a veces el destino o llamémosle x, hace unas jugarretas de narices, te agradezco una barbaridad que lo hayas escrito.

Gracias por este diario de un viaje con tantos ingredientes: enfermedad, arcoíris, amistad, música, dibujos, atardeceres, alegría, surf, dolor, skate, ilusión, valentía, caídas, hijos, empatía, ansiedad, compañía, tristeza, esperanza, familia, miedo, incertidumbres, respuestas, mudanza, reconstrucción, fortaleza, cariño, creación...y amor, una burrada. Con semejantes ingredientes se emocionarían hasta las piedras, te lo garantizo.

Gracias por esa parte tan tuya de la que nos has hecho partícipes. Gracias por tu generosidad al haber compartido la parte de tu vida que querías contar, y la forma tan hermosa en la que lo has hecho. Eres luz. Eres un rayo de sol, un mar en calma y en plena tempestad, un arcoíris después de haber llovido a cántaros, una chispa que invita a comenzar proyectos relegados o nuevos. 

No sé si soy capaz de plasmar toda la gratitud que siento al haber terminado "gracias vida", pero ha caído en mis manos en el momento justo, ni pronto ni tarde. Me has ayudado a entender mejor ciertas cosas. Tal vez a otros no les pase, pero tiendo a ser prudente, prefiero que cada persona comparta la parte que quiera de su dolor, del tipo que sea, y no soy de hacer preguntas sobre según qué temas. Me encanta comunicarme, aunque no soy de abrirme en canal con mucha gente. Pueden considerarme reservada, selectiva o no sé, tampoco me quita el sueño. Hay días en los que lo mejor es guardar silencio, para evitar poder hacer daño a quien queremos. Y otros en los que tengo unas ganas locas de compartir lo que siento, sea alegre o no.

Reconozco que algunos fragmentos han sido una especie de nudo en la garganta, y además un pellizco en el corazón. O un pellizco a secas, para hacerme reaccionar, remover alguna parte de mí que estaba adormecida...

A mí la palabra viudo o viuda nunca me ha gustado, jamás, ni un pelo. Hago un ejercicio profundo de empatía y no creo que logre aproximarme al dolor que debe sentirse ante esa situación, ni quiero ni puedo imaginármelo. Pero me ha ayudado un montón leer tus crónicas de jornadas en el hospital, desde el sorprendente detalle del búho disecado, algunas de las lecturas que os (te) acompañaron, las conversaciones (o no) con los médicos, hasta el amor manifestado de tantísimas maneras. 

Supongo que cada persona es un mundo y cada cual reacciona de una forma diferente ante una misma situación, sea semejante a la tuya o no. Y no tiene porqué ser mejor ni peor (la reacción quiero decir). Cada uno de nosotros creo, o quiero creer, intentamos gestionar lo que la vida nos da a nuestra manera, como mejor atinamos, acertemos o no. Muchas veces aprendemos a base de probar, y ver qué nos funciona, qué nos hace sentir en el sitio que queremos y con quien queremos, por muy angosto que sea el trayecto. 

Gracias por la forma del libro, los colores, los dibujos, los cuadros, las fotografías, las citas célebres...Todo suma, y hace que el contenido del mismo brille todavía más. Está cuidadísimo, hasta el más mínimo detalle, guarda volante incluida. Tu libro huele a mar, a ese mar que calma, nos agita, nos remueve por dentro. Al mismo en el que estás deseando meterte, pese al miedo a veces, pero te lanzas. ¡Y qué bien haberse lanzado!

Llevo años yendo a la Feria del libro de Madrid. No sé si irás y en qué fecha, pero llevaré conmigo "gracias vida", por si cuadra. Te vea en persona o no, gracias por llenar de arcoíris, estrellas, olas, golondrinas y corazones el día a día de mucha gente.

Y por ser Lucía Benavente, ni más ni menos.

La nota musical es de "La casa azul"...El momento más feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario