martes, 21 de octubre de 2025

El filete

Esta entrada no va de temas cárnicos exactamente, tampoco de frases hechas como "darse el filete". El filete es lo que le digo metafóricamente a mis alumnos que se tienen que comer. Que sí, que les cocino la carne con mimo. Procuro que se haga despacito y quede tierna. A continuación les parto el filete en trocitos muy pequeños, para que no se les haga bola. Pero el tenedor, tienen que cogerlo ellos. No hay vuelta de hoja. Y meterse ellos la carne en la boca, masticarla, tragarla y digerirla. Aunque con unos cuantos...¡No hay manera! Insisto que no son niños pequeños, porque a los niños muy pequeños hay que echarles una mano, e incluso algunos adultos van ofreciéndoles cada bocado como si fuera un regalo para la familia: "esta por mamá, esta por papá..." El esfuerzo de coger el tenedor y comer la carne, no está ya en mis manos. Hoy he corregido un examen a uno de los dos grupos que lo ha tenido. Puedo enfocarlo de muchas maneras, he optado por la cara positiva: casi ha aprobado la mitad. No es para tirar cohetes, pero son resultados mucho mejores que en ocasiones anteriores. Y confío en la mejoría de algunas personas. Lo que pasa es que no voy a ir a sus casas, y ahí es donde pincho hueso: las familias. A veces me gustaría ver por un agujerito el día a día de mis alumnos en su hogar. Y la dinámica familiar, seguro que entendería cuestiones que ahora no acabo de comprender, por mucho empeño que pongan. Aun así sí percibo que algunos alumnos, mayoritariamente chicas, han madurado en verano de forma relevante. Y me hace ilusión disfrutar de ese punto más de madurez. Ojalá pueda traducirse en mejores resultados, que sean más coherentes con su trabajo diario en las aulas. Al final ese es el que sí puedo supervisar, el de fuera del aula no me corresponde. Sueño con el día en el que un porcentaje elevado de las familias de mis alumnos de Compensatoria se anime a remar conmigo, no contra mí. O al menos a remar, y ya veremos cómo recorremos el camino juntos o en paralelo, sin remar cada uno hacia un lado diferente. Soñar es gratis, dejadme hacerlo.

Hablando de sueño, se me caen los ojos. Pero la cabeza está muy activa. Yo que había decidido hoy irme pronto a dormir, así lo dije hace un rato porque era verdad. En vez de eso me he sentado frente a la pantalla, a dar forma a un puñado de ideas que quería dejar caer por aquí. Por cierto, hay entradas y entradas, os agradecería que alguno más de los que me lee, se animara a comentar en la anterior. Alguno o alguna, no pienso en nadie concreto.

Sabéis que este blog es mi blog personal de carácter educativo. Cada vez más personal, y del que según cuánto sepáis de mí, podréis hacer una u otra lectura. No me olvido de Sandra Peña, una chica de tan solo 14 años que el martes de la semana pasada se suicidó. Y según lo escribo se me pone la carne de gallina. Solo 14 años, y a cuenta del bullying, hasta qué punto llegaría su dolor, desesperación, deseos de acabar con todo...para tirarse de la azotea del edificio en el que vivía. Y sí, Sandra se suicidó, por fuerte que suena podríamos decir que la "animaron" a hacerlo. Pero quizás es más bien un asesinato, una muerte lenta, porque la fueron matando día a día, seguramente durante mucho tiempo. A los padres y al resto de su familia no soy capaz de decirles nada. Imagino que en estos durísimos momentos sienten que no hay consuelo ni justicia. El consuelo dudo que lo lleguen a encontrar, ojalá sí hallen la justicia para una muerte tan extremadamente injusta. Y no he puesto más en el blog porque la cabeza no puede estar a todo, el día solo tiene  24 horas. Y no, no me da la vida. Me da para lo que se puede, no siempre para todo lo que deseo. Espero que algún día demos con la fórmula para erradicar el bullying. Me fastidia mucho no decir la fuente, pero no la rercuerdo y no guardé sus palabras en Instagram. Un docente hacía una reflexión sobre lo ocurrido, y planteaba que nosotros, los maestros y profesores, poco podemos hacer en las horas que pasamos con ellos, si luego en casa le restan importancia. Cosas de "niños". ¡Y una mierda! De eso nada. Una vez más, y si alguno de mis exalumnos lo lee fijo que sonríe o hasta piensa "¡qué pesada!", abogo por una de mis palabras mágicas: empatía. Sí, más empatía por favor. Menos ignorar el dolor ajeno, disfrutar machacando a otro, intentar disimular miserias propias atacando a los demás, y menos silencio de aquellos que lo contemplan y no hacen NA-DA. O miran para otro lado, no sé qué es peor. A mí me asusta pensar que algún alumno de los míos pueda estar sufriendo bullying o siendo acosador y y no me haya dado cuenta. Y ojito con quitarle hierro a las "cosas de niños" que provocan suicidios. Sandra Peña, justicia para casos como el tuyo y para ti. Descansa en paz.

Volviendo al filete, ojalá vuestros "filetes" personales no se os hagan bola, tengáis a gente que os quiera que os ayude a comerlos y a tragarlos. Y la digestión sea llevadera. No os sintáis solos, seguro que hay siempre personas cercanas y que os quieren deseando aliviaros la carga, aunque no puedan comerse el filete en su lugar. Y ahora sí, a dormir que ya es hora. Un alumno me dijo que si siempre tengo ojeras que es muy grave, y debería ir al médico. Le expliqué que soy ojerosa desde siempre, duerma bien o no. Y soy de dormir pocas horas, pero bien habitualmente. Feliz descanso a los que sois aves nocturnas como yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario