domingo, 30 de septiembre de 2018

Ser ESPECIAL, tal cual

Gracias infinitas a La vecina rubia, que habitualmente logra hacerme sonreír, con su finísimo sentido del humor, y eso no es tarea fácil. Otras me ayuda a reflexionar, algo que me gusta y me parece que nos viene bien a todos.

Esta vez me he inspirado en sus palabras para escribir esta entrada. 
Pongo lo que ha escrito, tal cual:

"Porque la primera persona para quien eres especial eres tú, que conoces tus defectos y tus virtudes. Y no solo las virtudes te hacen especial, también los defectos. Yo por ejemplo soy un poco desastre con el coche y soy incapaz de aparcar con la música puesta y la tengo que bajar a cero para concentrarme. Mucha gente se acuerda de mí al ver a alguien que baja la música para aparcar y en ese momento me siento especial, y es por un defecto. Y si he hecho reír a alguien contando mis rubieces en el coche, bienvenidas sean.
Siempre hay alguien deseando que le pongas un mensajito o que le hagas una llamada. Aunque no siempre coincide, y tú no sueles esperar el mensajito de esa persona sino de otra; pero es que la vida la puedes jugar en modo fácil, experto o drama y por lo general la vivimos en modo drama." (La vecina rubia).

Y añadía al final una frase suya del pasado 22 de marzo: "Siempre eres especial para alguien."

Vecina rubia, estoy muy de acuerdo contigo. Quiero pensar que cada uno de nosotros, sin excepción, es especial para al menos una persona. En realidad serían dos, primero hay que ser especial para uno mismo, luego ya irán viendo los demás en qué eres especial.

Y creo firmemente en eso, en que todos, sin dejar a ninguno fuera, tenemos "algo" que nos hace especiales. Es verdad que hay momentos en los que duele/molesta/decepciona/fastidia o ponedlo como queráis, que las personas que para nosotros son especiales quizá no sientan lo mismo hacia nosotros. Y no estoy pensando únicamente en asuntos del corazón, porque creo que si el amor de mi vida no me ha prestado atención, debe ser porque en realidad nunca fue el amor de mi vida, ni lo será. Y a los expertos en leer entre líneas os prometo que no me ha pasado nada, salvo un catarro impertinente y puntual por beber el agua más fría de la cuenta. Pienso más en amigos, amigas, compañeros, compañeras, familiares, alumnos, alumnas...Personas que por una u otra razón se han cruzado en nuestra vida y cuidamos el lazo que nos une (o en su día nos mantuvo unidos) porque bajo ningún concepto nos gustaría perderlos. Lo que pasa es que la vida avanza, las circunstancias de cada cual varían, las vivencias nos enriquecen, las experiencias (buenas o malas) nos ayudan a aprender y a veces ese lazo se va esfumando, poco a poco o de golpe. Y deberíamos aprender a aceptarlo.

Reconozco que uno de mis defectos quizá sea prestarle atención y dedicarle parte de mi tiempo a gente que parece no preocuparse ni un ápice por mí. Llega un momento en el que digo "hasta aquí", pero luego, casi siempre, vuelvo a caer, quizá en la trampa, de seguir preocupándome por vidas de gente que ni siquiera me pregunta qué tal estoy. No me refiero a un qué tal estás de cortesía, puro y duro, en el que la respuesta casi sobra porque no van a prestarle atención. Es más bien un qué tal estás de verdad, en los que te detienes para leer (o escuchar) la respuesta de esa persona con atención plena. 

Siento, aunque me entristece mucho, que estamos haciendo un mundo cada vez más egoísta, envidioso, deshumanizado...y ¡qué peligro! Ese no es el mundo que quiero para mi familia, mis amigos, mis compañeros, mis alumnos, mis conocidos...No, yo quiero otro mundo. Un mundo que sepa convivir con las nuevas tecnologías sin obsesionarse, que no se limite a felicitar a quien sea porque Facebook se lo recuerda, que no acabe con una relación/amistad vía WhatsApp...Creo que todos saben a lo que me refiero.

Deseo más llamadas de teléfono, más cartas (sí, de papel, todavía Correos no se ha extinguido); más paseos con amigos; más conversaciones cara a cara; más cafés compartidos; más risas en directo y menos enlatadas; más pensar antes de actuar y menos disculpas vacías; más tacto y menos "es que yo soy así;" más transparencia y menos adornos; más caricias y abrazos y menos emoticonos de quita y pon; más gente sincera y menos hipócritas, más esfuerzo y menos quejas; más memoria y menos olvido; más saber perdonar y menos rencores; más habilidades sociales y menos imposiciones; más proyectos compartidos y menos individualidades; más gotas de lluvia y menos chubasqueros; más gratitud y menos sonrisas falsas; más empatía y menos superficialidades...Y cuando pongo DESEO, no es un deseo para mí, es para todo el mundo. No es una queja, que nadie se confunda. Simplemente son comentarios, reflexiones, pensamientos, ideas que rondan mi cabeza y hoy quería lanzaros así, aunque sea domingo, sin anestesia.

Me encanta escuchar, hablar también, pero disfruto más escuchando; ser detallista con la gente que me importa porque sí, sin razón aparente o con razón, porque siempre hay un motivo para acordarse de alguien; adoro mirar a la gente a la cara e intentar descifrar toda la información que nos ofrece un rostro y, en particular, todo lo que los ojos (la mirada) de alguien, cara a cara, pueden "decirte" sin pronunciar una sola palabra. Y aunque en ocasiones no entiendo a la gente (quizá en otras ella a mí tampoco), seguiré agarrando la mano de los que creo que debo hacerlo, porque sí, porque lo siento. Una vez estuve muchos meses agarrando con todo el cariño del mundo una mano, que casi se quedaba muerta cuando yo la cogía, como sin darle importancia. Un día, de repente, esa mano empezó a apretar la mía, porque en ese momento él necesitaba sentir que no estaba solo y que alguien, en este caso yo, lo apoyaba. Entonces me di cuenta que no me equivocaba con mi manera de actuar con esa persona. Y podría poneros mil ejemplos, no lo haré por respeto a esa gente que confía en mí, y que es mucha más de la que seguramente me merezca.

Así que no seáis ciegos con vosotros mismos, miraros al espejo y "desnudaros" frente a él. Aprended a veros como los seres especiales y únicos que sois. Que sí, que tenéis vuestros defectos, pero también un puñado de virtudes. Solo a partir de ese momento, lograréis dar con personas que descubran eso que os hace especiales y os distingue del resto de la humanidad. Dejadles descubrir a otros lo especiales que sois.

Si mi mente hace un barrido rápido, veo que guardo en mi retina muchos niños, niñas, adolescentes, hombres y mujeres, que son especiales para mí. No sé hasta qué punto seré o no especial para ellos, aunque eso es secundario. Lo que tengo muy claro es que me apetece cuidarlos, quererlos, mimarlos, mantenerlos en mi vida.

Os animo a cuidar, seguro que sabréis cómo, a los/las que a vosotros os parecen especiales. Esto son "deberes" y lo demás son tonterías. Me parece que lo voy a poner como "tarea" perpetua a mis alumnos (a los del presente y a los futuros), a ver cómo reaccionan. Seguro que la gran mayoría lo hace pero, por si las moscas.

Con el tiempo te das cuenta que aunque es importante pensar antes de hablar, es mejor hablar y equivocarse, que quedarse con espinitas clavadas por cosas que no tuvimos tiempo de decir o hacer. No dejéis para mañana los detalles con nadie, quizá mañana sea tarde. Y por eso cada vez me guardo menos, con prudencia por supuesto. La vida no consiste en mostrarle a todos, sin filtro, nuestras cicatrices. Pero cada vez intento ser más coherente conmigo misma y defender mi manera de sentir, de pensar y de actuar. Sé que el mundo ideal no existe, pero sí es posible construir un mundo lo más ideal posible, en el que nuestros sueños tengan cabida. Por eso comparto esta versión de la banda sonora de una de mis películas de Disney favoritas, Aladdín, que habla precisamente de eso, de "Un mundo ideal."  De pequeña soñaba con ser Jasmín y que un "príncipe" me invitara a pasear sobre la alfombra mágica. Hoy ya he asumido que tal vez ese príncipe no me encuentra, así que voy construyendo mi mundo "ideal" y, que aparezca cuando quiera el destino.


Buen inicio de octubre para todos.


4 comentarios:

  1. Gracias por tus palabras y por lo bien que las expresas. Que gran persona eres y cuanto te quiero. Un abrazo GRANDE

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    1. Hola. GRACIAS por el cariño que encierran tus palabras. Otro para ti, grande y apretado.

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  2. Preciosa la reflexión, querida. Pero yo quitaría lo de especial, si lográramos SER de verdad, no tendríamos mucho más que decir. Sabes que siempre admiraré de ti tu seguridad y tú alegría... No lo dejes, porfa.

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    1. Mi queridísima Gely, hablar contigo es siempre una terapia maravillosa, porque tienes una puntería estupenda. Tranqui que a estas alturas hay cosas que no voy a cambiar. Muchos abrazos, de los tuyos

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