domingo, 23 de septiembre de 2018

Emociones a flor de piel (II)

El pasado jueves 20 de septiembre nos reunimos en El Señorío Ibérico (Guijuelo) para celebrar la jubilación de Daniel, un compañero tan grande que, da igual lo que ponga aquí, me quedaré corta.  Sopló velas el domingo 16 de septiembre, pero lo celebramos el 20.

Comenzaré recordando la 1ª vez que pisé el "Fili", en el curso 2013-2014. El dato es importante, porque era mi estreno como maestra de refuerzo/apoyo. Me adscribieron al tercer ciclo de Primaria (5º y 6º), por entonces todavía se hablaba de ciclos y no de interniveles. Y en esa época Daniel era tutor de uno de los sextos. Tuve la suerte, más bien un privilegio, de estar presente en algunas de sus clases para apoyar a un par de alumnos. Fue un gran descubrimiento dar con un compañero tan activo, con tantos conocimientos informáticos (y ganas de compartirlos), tan buen docente y mejor persona todavía. 

Le estaré eternamente agradecida porque creo que nunca he vuelto a coincidir con alguien tan generoso a todos los niveles como él. Y me parece que es complicado que vuelva a suceder. Él, con su insistencia, que no pesadez,  en el uso de las TIC y más en concreto de las aulas virtuales, logró que me entrará el gusanillo por algo de lo que no tenía ni idea. Si este blog existe es gracias a la semilla que años atrás Daniel me ayudó a plantar con su infinita paciencia.

Ese jueves 20 Quinti, como en ella es habitual, logró emocionarnos. Y lo mismo Daniel, que es mucho menos duro de lo que a simple vista pueda parecer. Palabras preciosas las de ambos, que recordaré siempre. Dos excelentes ser humanos.  De momento sus palabras están en mi memoria y, si alguna vez se me olvidan, los vídeos de ambos me las recordarán.

Daniel, de corazón espero que vivas esta nueva etapa con igual intensidad que las anteriores. Tienes la ventaja de tener en la misma situación a tu compañera de viaje, por eso podéis dedicaros a recorrer mundo, estar con la familia o simplemente disfrutar, sin ser esclavos de un horario. Mi experiencia me dice que cuando un amigo se jubila lo veo menos que antes de jubilarse, tal cual. En cualquier caso sé que seguiremos en contacto, y eso me alegra.

No tengo ni idea quién recaerá en el Filiberto Villalobos el próximo curso, pero en poco tiempo se han marchado tres pilares del cole, más otro que está al caer, y eso no es fácil de reemplazar. Habéis dejado el listón bien alto porque sois de los que habéis desempeñado con ilusión, pasión y vocación vuestra labor docente. Ojalá me encontrara con muchos más Danieles. Ha sido un placer trabajar contigo. Muchas gracias...COMPAÑERO.

Y esta vez acompaño la entrada con una imagen grupal, de todos los asistentes a la jubilación. 

(Observación: pone 16, aunque la comida tuvo lugar el 20, por respetar la fecha del cumple de Daniel)

Fotografía propiedad de Raquel Plaza Juan

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