lunes, 10 de septiembre de 2018

BIENVENIDOS al curso 2018-2019

Querido blog:
Hay ocasiones, esta es una de ellas, en las que no encuentro las palabras que busco. Reconozco que no me sucede muy a menudo pero, de cuando en cuando, pasa. Quizá sean demasiadas "cosas" en muy poco tiempo. No es fácil dar con una oración que resuma todo lo que siento.

La última ha sido una semana francamente intensa. Días de enhorabuenas, de reencuentros, de bienvenidas, de buenos deseos, de miradas que se encuentran, de ilusión (mucha), de presentaciones, de asuntos pendientes, de puesta a punto, de recopilar información y asimilar datos, de humanizar...Mi móvil casi echaba humo (literalmente, poco le ha faltado) ante el aluvión de gente, son muchas personas, que me quieren incluso más de lo que pensaba y puede ser que más de lo que me merezca. Me ha desbordado tanto cariño de tantos, de absolutamente todas partes. A estas alturas no he tenido tiempo para sentarme con calma a escribir, y desearle buen curso, a todos, solamente a algunos. Sí, voy con retraso, lo siento, sé que lo entendéis.

Este curso 2018-2019, que en unas horas estrenamos con alumnos, vuelvo a ser tutora, de manera oficial, seis años después de Robleda. Insisto en lo de "oficial" porque Compensatoria es mucha Compensatoria, y he intentado ofrecer a mis alumnos y a sus padres lo que me demandaban en cada momento. Espero hacerlo bien, es una gran responsabilidad pero recojo el guante que me han lanzado consciente de lo que conlleva. Me encanta la idea. Creo que los que serán mis alumnos a partir de mañana se encontrarán a una Raquel mucho más madura y curtida,  gracias, en parte, a mis cinco cursos anteriores como maestra de Educación Compensatoria y a todos y cada uno de los que, pequeños y grandes, se han cruzado en mi camino o yo en el de ellos en esa etapa maravillosa e inolvidable. 

Por eso todos mis niños, niñas y adolescentes de esto cinco cursos, son tan sumamente importantes. He aprendido una barbaridad de ellos, y sé que seguiré haciéndolo, esa es una de mis suertes. Además, mantengo una enorme ilusión por mi labor, lo de trabajo suena fatal. Y tengo ganas, muchas ganas, de seguir aprendiendo de los demás, de crecer con los errores y avanzar pasando página. Gracias por hacerme sentir que Guijuelo es mi segundo hogar. Es un regalazo tener la oportunidad de volver a un sitio en el que he sido tan feliz. Por supuesto que también me dejé allí la piel, tanto en el instituto como en el cole, pero valió la pena...y mucho.

Y poniendo la clase a punto, preparando materiales a contrarreloj, empezando a elaborar programaciones...se acerca el momento de escuchar el timbre a las 9. Estoy deseando llegar a la fila y poneros cara. Estoy convencida que este año también puede ser un nuevo punto de inflexión en mi etapa docente.

Espero que el curso cumpla con vuestras expectativas, sin importar la edad y dónde estáis trabajando/estudiando. 

Ojalá para todos los que leáis esto, sea un buen año. Os deseo lo mejor. Y termino con una frase de El Principito y un par de fotos del Museo del Cuento de Urueña, en la provincia de Valladolid. Espero que aprendamos a mirar un poquito más con el corazón y menos con los ojos. Soñar es gratis...¡Buen comienzo!





Fotos propiedad de Raquel Plaza Juan

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