viernes, 9 de agosto de 2019

¡Vivan las uñas de colores...una vez más!

Casi se me corta la digestión. Justo después de comer, como muchos, y más en vacaciones, me entra cierta modorra que, en verano en particular, suelo combatir con una siesta (qué gran invento español). Pero hoy no, no es el día. He de "agradecérselo" a una noticia recogida en Salamanca24horas, antes de continuar, os dejo el ENLACE. La noticia recoge cierta polémica por un vídeo publicado por una vecina de Villoria, en el que se queja de una actividad de la Escuela de Verano de esa localidad, en la que pintaron las uñas a su hijo.

No pensaba opinar porque al acceder a la noticia no salía ya el enlace al vídeo. No obstante, sí aparece al entrar en el "Facebook" de uno de los vecinos que le ha respondido: Rubén Cañizares Sánchez. Tiene el perfil público y por eso he podido verlo. Está en varios de los comentarios que hacen a lo que él publicó.

El vídeo no tiene precio, para más inri esta vecina al final de mismo pide que "esto llegue lejos", y no estoy yo por llevarle la contraria...en este punto solo. Advertencia, el vídeo dura la friolera de 15 minutos, tiempo más que suficiente para haberme levantado de la silla en varias ocasiones. 

Como cualquiera que siga este blog, sabéis que soy docente, concretamente maestra. Habitualmente tengo alumnos de la etapa de Educación Primaria (6 a 12 años); no obstante, en mi historia laboral he dado además Inglés a Infantil y he sido maestra de Refuerzo-apoyo con chicos y chicas de 1º y 2º de la ESO. 

Me he dado por aludida porque, precisamente en este curso que acabó en junio, yo misma he pintado las uñas a los niños (con O) y niñas (con A) de mi tutoría. De hecho me parece que si hubiera tenido tiempo algunos adultos también las habrían llevado pintadas, pero no pudo ser por falta de tiempo. En clase, un día conté la historia de ¡Vivan las uñas de colores!, escrito por Alicia Acosta y Luis Amavisca (dos personas encantadoras a las que posteriormente, en la Feria del Libro de Madrid, pude conocer en persona) e ilustrado por Gusti. Os recomiendo el libro, es muy sencillo, pero tiene mucha miga.

Hace meses hablé de este libro en el blog y de la actividad que hicimos en Carnaval relacionada con él. Por prudencia, opté por pedirles a mis alumnos que lo consultaran en casa, si les dejaban o no pintarse las uñas para los Carnavales. Y todos los que iban a estar en clase el viernes de Carnaval quisieron pintárselas, sin excepción y, según me dijeron, ningún papá ni mamá dijo "no", algo que nuevamente es de agradecer, mucho más visto lo visto...He de reconocer que tengo una suerte bárbara con los papás y mamás de mi clase. No vi ninguna maldad en ello y me pareció una actividad muy especial. De hecho me di cuenta que, quizá por la novedad, la disfrutaron más algunos niños que las niñas.

Para mí fue un gesto de cariño hacia todos, un detalle, una atención distinta y me encantó. Cuando la planteé no pensaba que resultaría tan bien. Solo con ver sus caras, vi que había merecido la pena. Partiendo de la premisa, actividad absolutamente voluntaria, no creo que nadie se sintiera mal. Ni tampoco me parece que ningún chico vaya a "convertirse" en gay por tener las uñas pintadas. Lo he dicho muchas veces, me es indiferente si el día de mañana cualquiera de todos los alumnos que he tenido en estos años, me dice que tiene novio en vez de novia. Lo mismo si es al contrario y alguna niña que en su momento haya sido alumna mía me cuenta que tiene novia (y no novio). Si ellos son felices, voy a ser todavía un poquito más feliz, sin dudarlo.

A mí lo que de verdad me importa es que sean felices, no con quien. Esto vale para mis alumnos pero es aplicable a cualquier persona que conozca. Y sea con quien sea, no quiero que lo escondan. Yo sigo "buscando" a mi príncipe, o algo más preciso, mi compañero de vida (lo de llamarlo príncipe suena ya obsoleto y utópico), pero respeto que cada cual esté con quien su corazón le dicte (príncipe, princesa, sapo, rana o lo que les apetezca). Lo que dice esta señora en el vídeo, afirmando tener amigos homosexuales y conocidas lesbianas y muy bien con ellos porque dejan esas cosas para su intimidad, me horroriza. El mismo derecho tendrá alguien heterosexual que homosexual para darle un beso a su pareja, ¿o no?, por poner un ejemplo.

Intento dejarme la piel con mis alumnos, en todo, les insisto en la importancia de la educación emocional (y la "trabajo" a diario), pero además de la empatía, el esfuerzo, pedir perdón y también perdonar, no rendirse y, lo que para mí es más relevante, en "Educar para respetar" (por ponerle algún nombre). Jamás he buscado que mis niños y niñas piensen igual que yo o adoctrinarlos. 

Me gusta creer que estoy poniendo mi granito de arena para formar niños y niñas que en el futuro sean hombres y mujeres respetuosos, libres para mostrarse tal y como son o piensan y lo más felices que puedan ser. Y no lo reduzco a su orientación sexual, sino a cualquier aspecto de su vida. El año pasado relaté parte de mis miedos, inquietudes, pensamientos...en una entrada denominada ¿Gordofobia?

Y quiero a mis alumnos tal cual, aunque algunos a veces me lo pongan muy difícil. Y los quiero como son, por dentro y por fuera, y no los cambiaría por nada del mundo. Creo que el tiempo nos hace madurar y limar nuestras no virtudes, claro está me incluyo, da igual la edad (siempre estamos a tiempo de cambiar...solo si es a mejor). 

Por todas esas razones me he animado a interrumpir mi descanso vacacional del blog y de medio mundo, para mostrar mi cabreo hacia mentes cerradas que constituyen un buen ejemplo. Hoy más que nunca...¡Vivan las uñas de colores!


1 comentario:

  1. Comparto cada una de las letras que escribes Raquel.
    Ayer me enteré de la noticia y no dejaba de pensar en algunas de las actividades que he realizado en los campas...
    No he llegado a pintar uñas pero si a hacernos capas de superhéroes y superheroínas, pintar Pepas y Pepes Pig, Spiderman y spiderwoman. ¿La diferencia? Que algunos duraban con ello toda la mañana y otros a la media hora ya lo tenían roto o sin pintura por estar correteando.
    Y eso es lo que vale... SU FELICIDAD.
    ¿Por qué los adultos vamos a impedírselo si no están haciendo nada malo?
    Un abrazo enorme y espero que estés disfrutando de tus vacaciones!!

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