viernes, 15 de noviembre de 2019

11 del 11 de 2019: Pequeño homenaje a PILAR CORTÉS PINTO

Para los que este nombre no os resulte familiar, me gustaría situaros y presentaros a alguien. Pilar Cortés es una amiga, a la que conocí en el CEIP Santa Catalina en el curso 2011-2012. Es maestra, lo digo en presente, y se jubiló hace nada, el lunes 11 de noviembre.

Querida Pilar:
Visto desde fuera (sin estar en el Santa Catalina), me alegra una barbaridad que te hayas jubilado. Sé que vas a hacer mil cosas y no creo que te aburras. Corro el peligro de verte menos que antes, como me ha pasado con Marisa, pero lo importante es que tú disfrutes al máximo cada día.

Jubilarse no es un regalo, sino lo que te corresponde después de muchos años en activo. Además estando bien de salud, muy bien, de hecho nos das mil vueltas a muchas, podrás acabar o empezar todos los proyectos que tengas en mente (que no serán pocos) o en proceso. Lo que tengo cristalino es que no te 
imagino sin hacer nada, parada. Si antes estabas "en activo", ahora mucho más...¡Buena eres tú ja ja ja!

Los que hemos tenido la gigantesca suerte de coincidir contigo en algún momento de tu etapa docente, sabemos lo que han perdido las aulas, todos, sin excepción (papás, mamás, niños, niñas, compañeros de profesión y todo aquel con el que te haya encontrado en el camino).

Si pudieran, las piedras del Santa Catalina llorarían tu ausencia, porque acaba de irse una maestra de raza, de las que desafortunadamente escasean (pero hacen muchísima falta). Una docente de las que transmite pasión por su labor y energía e ilusión a unos niveles que dudo vuelva a encontrarme.

Eres un ejemplo de lo que para mí es una maestra. Ojalá hayas contagiado a los que te rodean un poquito de todo lo bueno que aportas en el día a día. Esa raza, fuerza, capacidad de diálogo, carácter, sinceridad, energía, discreción, espíritu reivindicativo, transparencia, escucha empática...Y cómo no, ese amor con el que abrazabas a tus peques de Infantil, porque eso no era querer, era amar. ¡Vaya suerte la de tus niños de todos estos años!

Gracias por ser todo eso y siento quedarme corta en el agradecimiento, muy corta. Y ya me permito la licencia de darte las gracias por haber contribuido, mucho más que con un "granito de arena" a darle una vuelta de tuerca al Santa Catalina. 

Nunca olvidaré ese Día de la Paz que pude vivir "in situ", con los alumnos de Primaria e Infantil unidos. Pero juntos para mucho más que para la foto. 

Recuerdo esa visita previa con los niños y niñas de mi tutoría a una de las clases de Infantil, sentándose con ellos. Y también la visita inversa, de los peques de Infantil sentados en las sillas "de los mayores". Verlos de la mano ir a cantar "Mensajes del agua" de Macaco fue muy especial. Se me pone la carne de gallina al recordarlo, porque tengo esa imagen grabada en la retina a fuego. 

¿Y el intercambio de tarjetas navideñas entre TODOS? Un verdadero éxito. Sí, todos, maestros y niños desde Infantil 3 años hasta 6º de Primaria. Esos son un par de ejemplos que viví en primera persona como parte del claustro del cole en el curso 2011-2012. 

Fuera de las aulas, quedaron inauguradas brillantemente en Casas del Conde las rutas de senderismo de los maestros del Santa Catalina, en mayo de 2012 (madre mía, lo que ha llovido desde entonces). Y es que momentos así, suman, hacen piña y favorecen que exista un buen ambiente en el cole.

Como no eres de quedarte quieta, llegó poco después la organización de la Fiesta del Santa Catalina, precisamente en este mes de noviembre. ¿Qué puedo añadir? Me pareció (y me sigue pareciendo), una idea brillante. En mi opinión fu un esfuerzo brutal por parte de todos, un trabajo previo que suele quedar, desgraciadamente, en la sombra. Las cabezas pensantes a las que se le ocurrió esa genial idea sembraron una semilla estupenda. Y ver cómo luego todos participaron en esa jornada fue una gozada.

Recuerdo aquella maravillosa tarde viendo cómo podíamos colgar los paraguas del patio del cole. Acompañados de risas, muchas risas, y de un fuerte sentimiento de pertenecer a un grupo fantástico. Y sentir que íbamos muchos a una, y pasábamos tiempo personal trabajando, una vez más, por el cole, por un bien común. Pero fue algo único, irrepetible. Igual que soy incapaz de olvidarlo, seguramente lo recuerdan bien los que tuvieron la suerte de estar allí, tanto en los momentos previos como la mañana siguiente. Ese privilegio de poder escuchar en ese patio tan bonito, porque práctico no es, pero bonito...un rato largo, a Mayalde. Recuerdo un lleno hasta la bandera de mamás y papás (y otros familiares), profes, niños, niñas...No cabía un alfiler y las caras de todos eran un poema de ilusión. Qué brillo en los ojos...¡Cuánta magia!

GRACIAS infinitas por sumar tantas cosas buenas a la educación de tantos peques. Y también por ser una excelente compañera, dispuesta a dialogar y a la que nunca le ha costado reconocer los errores. Hasta aquí la parte laboral. Si pudiera, te clonaría, que lo sepas.

Y en el plano personal, ¿qué decir? Simplemente me encanta que sigamos formando la una parte de la vida de la otra, aunque no nos veamos con demasiada frecuencia. Gracias por tu amistad, confianza, comprensión, paciencia, optimismo, cariño, generosidad, humildad, empatía, resiliencia, fortaleza, apoyo...Gracias por ser una de las personas con las compartir alegrías y penas, ilusiones y miedos, enfados y sorpresas, desengaños y esperanzas.

Que nadie te diga nunca lo que tienes que hacer, los que te queremos sabemos que eres un espíritu libre. Y ya sabes...¡Ole, ole! (Sin tilde en este caso).

Con mucho cariño:
Raquelilla (porque tú eres de las que me llama así, y me encanta)















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