sábado, 30 de noviembre de 2019

Dos textos y una canción

Un texto de hace unos días y una canción, tienen la "culpa" de estar sentada frente a la pantalla del ordenador, perfilando esta entrada del blog.

Empezaré por el texto. Es de Lola Ortiz, autora de "Un rincón maravilloso", un espacio de Facebook en el que aparecieron estas palabras el pasado 26 de noviembre:


Me quedo con quien no te hace daño. Con quien no juega con la palabra amistad y sabe definirla a la perfección. Con quien no te habla todos los días, pero sigue ahí. Como siempre. Y te contesta al segundo cuando sabe que lo necesitas. Me quedo con quien saca tiempo y no excusas. Y deja el orgullo en casa. Con quien no piensa demasiado las cosas antes de hacerlas o decirlas, y se deja llevar, y es sincero. Me quedo con quien merece la pena, con quien no es perfecto, pero sí real. Con quien sabe valorarme y hacerme mejor. Me quedo con quien me entiende y me apoya. Con quien se puede charlar a cualquier hora. De lo que sea. De lo bueno, pero también de lo malo. Me quedo, al fin y al cabo, con quien se queda. Para lo que haga falta. Todos los días.

Y aunque probablemente no os apetezca compartirlo aquí, me encantaría que os respondiérais a vosotros mismos a esta pregunta: Y TÚ, ¿CON QUIÉN TE QUEDAS?

Como me pasa siempre que tardo en escribir más de lo que me gustaría en el blog, luego lo cojo con más ganas y me explayo de lo lindo. De ahí que comparta con vosotros mi respuesta a la pregunta anterior.

Me quedo con quien me cuida. Con quien me valora como soy. Con aquellos de los que puedo aprender. Con quien puedo emocionarme sin sentirme incómoda. Con quien dice algo y lo mantiene. Con quien no cierra los ojos ante las injusticias. Me quedo con quien tiene ganas de verme, tenga o no tiempo. Me quedo con quien me hace sentir especial. Con quien me regala su confianza y se muestra sin capas. Con quien me trata bien. Con quien comparte sus sentimientos conmigo. Con quien me habla con sinceridad. Con quien es prudente. Con quien no me dice cumplidos baratos. Con los que me demuestran que les importo. Con los que saben poner un toque de humor ante la adversidad. Me quedo con los que no huyen cuando el viento no sopla a favor. Me quedo con los que saben escuchar, y suavizan mis momentos malos, porque cuando el cielo está despejado, parece que todos están disponibles. Me quedo con las personas valientes, aunque a veces estén muertas de miedo. Con los que solo con un mensaje o una llamada son capaces de alegrarme el día. Con las personas generosas. Me quedo con aquellos con los que el trabajo en equipo es una realidad. Con los que se arriesgan sin saber si tendrán éxito o no. Con los que continúan luchando, pese a las jugarretas del destino. Me quedo con los que disfrutan de las cosas sencillas. Con los que me sorprenden. Con los que no se rinden. Con los que saben ignorar a las personas que no valen la pena. Con los que saben quitarle hierro a los problemas. Me quedo con los que se acuerdan de mí y me lo dicen. Con los que están pendientes de lo que me pasa. Con los que aguantan estoicamente mis preocupaciones o bajones. Con los que hacen por entender mis miedos. Con los que tarden o no, dan señales de vida. Me quedo con los que puedo estar hablando horas y horas sintiendo que el tiempo no pasa. Con aquellos en los que pienso en mi día a día. Con los que puedo compartir lo que siento. Me quedo con los que me apoyan aun cuando saben que puedo meter la pata hasta el fondo. Con los que me transmiten paz. Con los que puedo disfrutar de cualquier cosa. Con los que cuidan a los suyos. Me quedo con las personas a las que puedo mirar fijamente a los ojos. Con los que no son orgullosos y piden perdón cuando creen que han metido la pata. Con los que puedo permanecer en silencio sin que eso sea algo malo. Con las personas que comparten lo que tienen. Me quedo con los que me demuestran su cariño o al menos aprecian el que les doy. Con las personas detallistas. Con los que me escriben, me llaman o me preguntan qué tal estoy o cómo ha sido mi día. Con los humildes. Con los que siempre hay algo de lo que hablar. Me quedo con los que respetan mis gustos o ilusiones pese a no compartirlas. Con las personas agradecidas. Con los que tienen un corazón enorme.  Con los que conocen mis sueños y/o planes de vida. Con los que me escuchan. Con los que me recuerdan. Con los que me ayudan a vencer mis miedos. Con los que consiguen que me quiera un poquito más. Me quedo con los que me miman. Con los que me acompañan. Con los que sé que están ahí aunque no los vea tanto como quisiera. Me quedo con los que aprecian el significado de la palabra amistad. Con los que aportan cosas buenas a mi día a día. Con los que aguantan estoicamente mis cabreos. Con los que con paciencia casi infinita, escuchan mis anécdotas laborales. Con los que ponen de su parte para comprender la pasión con la vivo la docencia. Con los que comparten sus conocimientos. Me quedo con los que todavía tengo muchos momentos por vivir. Con los que reconocen que han hecho algo mal. Con los leales. Con los que me quieren. Con los que te puedes reír a carcajada limpia. Me quedo con los que puedo ser yo, sin filtros. Con los que se alegran de haberme conocido. Con los que me abrazan con el corazón. Con los que no les importa que sepa cuáles son sus defectos. Con las personas pacientes, que saben que a veces algunas cosas solo tardan un poco más en llegar. Con los que puedo hablar de libros y mil y una historias. Con los que puedo vivir la música en directo. Con los que voy al cine. Con los que reconocen sus fallos e intentan no repetirlos. Con los que no me quieren perder. Con los que son compañeros de viaje. Me quedo con los que quieren que esté presente o conozca días muy importantes de su vida. Con los que saben cómo estoy solo con verme la cara.  Me quedo con los que quieren que siga estando en su vida...Y con los que han sido capaces de leer todas estas líneas sin desfallecer, aunque hayan hecho una pausa (o varias) ja ja ja. 

Y la segunda parte de la entrada es la que tiene una canción de protagonistas. La compartió Mercedes Iglesias en Facebook. Mil gracias Merce, no la conocía y me ha encantado.

Tiene una letra maravillosa, parece una declaración de intenciones y, me apunto a...Renuncio, que así se llama. La letra dice lo siguiente:
Si en esta vida lo que más cuenta es sonreír y cuantas más veces mejor
Si en esta vida lo que más renta es ser feliz aunque no tengas un camión
Por qué poner puertas al viento y al corazón
¿Por qué voy a seguir fingiendo?
Renuncio a la posibilidad de ser el mejor
Renuncio a soportarlo todo por obligación
Renuncio a estar aquí para ganar y a contener las ganas de llorar
Renuncio a ponerme el disfraz de persona normal
Me dijeron que corriera pero yo seguí cantando para que ser un caballo si yo quiero ser un asno
Me retaron frente a frente pero yo les di la mano, solo somos sensaciones derivadas de un…
Si en esta vida pierdes la calma culpando al karma en vez de cambiar de canción
Si en esta vida te parte el alma decir que sí cuando quieres decir que no
¿Por qué poner puertas al viento y al corazón?
¿Por qué voy a seguir mintiendo?
Renuncio a la posibilidad de ser el mejor
Renuncio a soportarlo todo por obligación
Renuncio a estar aquí para ganar y a contener las ganas de llorar
Renuncio a ponerme el disfraz y renuncio a la gilipollez de tener que sentirme culpable de sentirme bien
Renuncio a pisar al de al lado sin tener por qué
Renuncio a competir para triunfar
Prefiero compartir para avanzar
Renuncio a perder más que nunca mi autenticidad, mi autenticidad, mi autenticidad, mi auten - ti - ci - dad. 

La cantan "El Jose" y "El manin." Ojalá os guste. La verdad es que me siento muy identificada con la letra. Eso sí, la carta de renuncio, mejor para otro día, porque esta entrada va ya camino de convertirse en mi cuarto o quinto "testamento" en el blog, he perdido la cuenta de los que llevo.

1 comentario:

  1. Raquel, me encantan tus testamentos!!!
    Y vaya descubrimiento de canción!!Gracias, bonita

    ResponderEliminar