domingo, 1 de noviembre de 2020

Seve Emociones (1): la AUTOESTIMA

El curso pasado, al no ser tutora ni haber salido el taller sobre educación emocional que oferté para la tarde de los lunes, decidí crear aquí las "emo-ideas". Varias se me han quedado en el tintero y no siempre las he descrito con la ilusión habitual. Me resultaba muy complicado lanzar ideas sin más, sin poderlas llevar a la práctica.

Este peculiar 2020-2021 la situación ha cambiado. Al ser tutora nuevamente, pensé que tenía que retomar tratar en las clases la educación emocional, con la periodicidad que el horario me permitiera. Y va a ser algo quincenal, tal vez se me quede corto e intercale alguna actividad para trabajar las emociones a través de la Plástica.

Esta aventura se llama "Seve Emociones," usando la forma abreviada del nombre de mi destino actual, el CEIP Severiano Montero de Peñaranda de Bracamonte. Aunque obviamente coincidirán emociones ya tratadas, porque son alumnos distintos y no las han visto antes conmigo, mi idea es darle un enfoque distinto, de ahí que ni siquiera vaya a mirar cómo las traté en otras ocasiones.

Ya llevamos dos sesiones (cada una de 30 minutos), de "Seve Emociones". No he podido plasmarlas aquí antes por más de lo mismo, mi día a día es un no parar, especialmente en lo que a asuntos relacionados con el cole se refiere.

Empecé con la AUTOESTIMA. Recurrí a "El gran libro de las emociones,"  y a su historia "El ratoncito Miguelito." Habla de un ratoncito al que todo le da miedo, nunca discute con nadie, y hay gente que se aprovecha de su manera de ser. Un día le recomiendan visitar al Mago de los Espejos. El Mago, gracias a distintos espejos, le muestra diferentes "Miguelitos", cuando en realidad es él mismo, cuya imagen varía según en qué espejo se mire. 



Después de leerles el cuento, hablamos de qué trataba la historia. De manera sencilla, entre todos, definimos la autoestima. Y, como 30 minutos pasan volando, hicimos una rueda en toda la clase que comenzaba así: "Yo soy especial porque..." Les pedí que pensaran en algo que les hiciera especiales porque, al fin y al cabo, todos, sin excepción, tenemos cualidades que nos hacen especiales. Y, a ser posible, que no fuera nada de su aspecto físico (la experiencia me dice que es lo más fácil para los alumnos y así no se esfuerzan por mirar más allá). Como ya sabéis los que leéis el blog habitualmente, nunca pido a mis alumnos algo que yo no sea capaz de hacer, así que inauguré la rueda con "Yo soy especial porque me encanta escuchar..."

Me alegro ver que todos se animaron a participar en la rueda, aunque a algunos les costaba encontrar algo por lo que considerarse especiales.

Hablamos de la necesidad de tener una autoestima adecuada, de quererse a uno mismo, mirarnos a nosotros mismos con cariño, lo que no quita que seamos capaces de ver nuestros errores o aquellas cosas que son mejorables.

Para ser un estreno, acabé relativamente contenta.

Así que ya sabéis, encontrad vuestro espejo particular y quereros, sin excesos, pero sin tacañería. Yo me quiero (y según cuándo no me ha resultado nada fácil), con mis virtudes y defectos...¿Y vosotros?

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