domingo, 17 de octubre de 2021

EMOLECTURAS 4: Educar en resolución de conflictos con dos "policías de aula"

La cuarta de las "Emolecturas" no es un libro, es un enlace. Enlace artículo y podcast programa de radio. En él tenéis un artículo y un podcast sobre el programa "La ventana", en el que hablan con Alicia Tojeiro, maestra gallega con 21 años de experiencia, más de la mitad de ellos en Infantil. Ganó el año pasado el premio a "Mejor maestra del mundo" y, como ella dice, llegó a la tercera.

Os invito a trabajar este artículo con alumnos de 4º de Primaria en adelante, llegando hasta el alumnado de Secundaria. También podéis escuchar el podcast, o las dos cosas, según el tiempo del que dispongáis y lo que os interese más. Pensando en Secundaria me parece ideal para tratar en una hora de "Tutoría". Como en Primaria no contamos con esta hora, si estuviera en vuestro lugar elegiría cualquier hora. Tranquilos, no va a ser una pérdida de tiempo. Sé que hay muchos maestros y profes que se agobian por no seguir el temario al dedillo, pero muchas veces se gena más con actividades que se salgan de la rutina, y lo que pueden aprender es mucho más valioso que el contenido de los libros de texto.

Nuestra labor como docentes, no es solo la de transmitir conocimientos, hay que recordar que la ley educativa habla de un "desarrollo integral" de las personas. A mí tampoco me sirve un alumno que saque buenas notas y luego le da una patada a un compañero a la salida. Y lo he vivido. Y no todo el mundo lo entiende. Es una pena que los libros los preparen más para seguir estudiando que para aprender a vivir. Ese creo que debería ser el objetivo 1 en Primaria y Secundaria. Enseñar a nuestros alumnos estrategias para estar en este mundo, saber relacionarse de una manera adecuada con sus iguales y con los de otras edades. Enseñarles a identificar sus emociones y dotarles de herramientas para poder gestionarlas adecuadamente. Ya se trate del miedo, la tristeza, la felicidad, la frustración, el duelo, la envida...Y sobre los "conocimientos" puros y duros, centrarnos en la comprensión oral y escrita, y en la expresión oral y escrita, por ejemplo en el caso de Lengua española y Literatura. Y dejar para más adelante los sintagmas nominales, los análisis morfológicos...Otro gallo cantaría. Pero voy a poner un punto y aparte o esto tendría extensión de tomo de enciclopedia, y no quiero eso.

En el artículo habla de "policías de aula". No es una figura nueva, serían los alumnos mediadores, en muchos centros existen. Aunque es verdad que a veces se nombra la figura de "alumno mediador" pero no siempre se le da algún tipo tipo de (in)formación, indicaciones, por sintetizadas que sean, para poder saber cuáles son sus funciones y que pueda actuar. Me da igual si los llamamos "policías de aula", alumnos mediadores o de otra manera distinta. Lo importante es que sirva de algo. Ojalá los alumnos entendieran la importancia que cada alumno debería tener en las aulas de cualquier centro educativo. Un protagonismo que nunca debería negarle el profesorado. Perdonadme si ando tan reflexiva. Reconozco que influye estar de maestra de Compensatoria. Me pasó en mi primera etapa. Me hizo replantearme muchas de las cosas que llevaba años haciendo. Y tengo la intuición que esta segunda etapa va por un camino parecido. Mientras sea mejorar, bienvenidos sean los cambios. Nada debería ser inamovible. Los docentes deberíamos ser mucho más flexibles (a veces me incluyo).

Otra reflexión y no insisto más, al menos hoy. Los docentes debemos recordar que somos personas adultas y nuestros alumnos no. Debemos recordar nuestro papel, y ser maestro/profe no nos sitúa por encima de ellos, sino en un lugar distinto. No debemos tener "rabietas" con ellos. Hay que asumir que todos, niños, preadolescentes, adolescentes y adultos, metemos la pata. Y ser respetuosos con ellos, siempre, nos guste cómo actúan o no. Un ejemplo personal, saber que un alumno mío de Secundaria ha faltado a clase algún día, porque sí, es compatible con preguntarle cómo le ha ido el entrenamiento la tarde anterior. Cuando pisé (como docente) un instituto por primera vez, lo he contado varias veces, me pasó algo curioso. Estaba en Guijuelo, el curso anterior había estado en uno de los coles de allí (el "Fili"). Eso hizo que conociera a gran parte del alumnado de 1º de la ESO (al haber coincidido con ellos en el colegio el curso anterior). Pues bien, saludaba a todas las caras conocidas y muy pocas me respondían. Nunca supe si por hacerse los mayores. vergüenza o qué sé yo. Pero seguí saludándolos, y la mayoría empezaron a saludarme. Invito a cada profe/maestro a mirarse el ombligo y pensar cómo trata a sus alumnos. Y la edad del alumnado es indiferente, todos merecen ser respetados.

De momento voy a predicar con el ejemplo y usaré este artículo con mi alumnado de español. Seguro que aprendo de ellos, y mucho. Si de verdad queremos que algo cambie en los colegios e institutos, hay que escuchar mucho más a nuestros alumnos.

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