martes, 19 de marzo de 2024

Para papá

Salamanca, a 18 de marzo de 2024

Queridísimo papá, me parecía que con "querido" me quedaba muy corta. Aunque bien pensando, con "queridísimo" pasa algo semejante. Empiezo a escribir esta entrada acariciando el 19 de marzo, Día del Padre, pero dudo mucho que sea capaz de terminarla en algún momento del martes. Esta semana es el final de la segunda evaluación para coles e institutos de Castilla y León, y estamos ya con los futbolistas en tiempo de descuento, pidiendo la hora.

Digo que estoy ya en fase reptiliana, porque parece que me voy arrastrando de un sitio a otro. En realidad llevo así dos semanas papá. Se me está haciendo muy cuesta arriba el final de evaluación.

Resulta inaudito pensar que vamos a estar un 19 de marzo sin tu presencia. Y que así van a ser de ahora en adelante todos los 19 de marzo. Bueno, en realidad da igual qué día marque el calendario, y eso es dolorosísimo de asimilar. Pero como ya sabes,y lo ves allá desde donde estés, estás y seguirás estando muy presente en nuestra vidas. De otra manera, pero lo estás. Como ves te recordamos cada día, por cosas importantes o pequeños detalles del día a día. Con fotos, objetos, canciones, sitios, olores, personas...recuerdos de momentos vividos contigo. Y son tantos, y cuánto me alegra que así sea.

Como ha publicado hace unas horas "La vecina rubia", "Al final, todos somos los recuerdos que dejamos en el corazón de otras personas." Cuánta razón rubia. Y para eso no hace falta morir. También sucede entre los que seguimos aquí, cuando alguien corta algún lazo con nosotros, o viceversa. O simplemente distanciarse de alguien con el paso del tiempo, porque evolucionamos, por mucho que mantengamos nuestra esencia. No me considero "la misma" de hace diez años por ejemplo.

Pero bueno papá, es lo que hay. A riesgo de repetirme como las lentejas, de otra forma, de muchas formas diferentes, sigues con nosotros. Casi agradezco que ya no sea festivo. No recuerdo la última vez que sí lo fue. Desde luego cuando era pequeña lo era, el 19 de marzo era fiesta. Una parte de mí agradece tener que ir a trabajar, bendito trabajo. Sí papá, eso pese al cansancio que tengo encima.

Lo celebraré de otra forma, comiendo con amigas del Santa Catalina. Ha sido casualidad que coincidiera con el Día del Padre, pero también me apetece, porque haber disfrutado de ti durante 41 años menos 20 días, es una suerte inmensa, más grande que un océano, quizás se aproxime más a la extensión del Universo, por lo menos 93 millones de años luz.

Una vez más, gracias por absolutamente todo. 

[...]

Y retomo estas líneas ya cerca de decir adiós al Día del Padre. Ha sido mucho más llevadero de lo esperado. Bastante ha tenido que ver que ya he salido llorada de casa. Anoche, cuando la casa dormía, podía haber llenado embalses. Debido a eso y al cansancio, opté por dejar la entrada inacabada. A lo largo del día ya no llorado, milagrosamente he aguantado el tipo, no sé muy bien cómo. A última hora cambié de idea y decidí no "tratar" esta fecha con mi alumnado. Habría sido jugar con fuego innecesariamente. Todo un acierto, por mis alumnado y por mí.Y no voy a hacerme la valiente, porque a veces  tengo el corazón en calma, y otras por dentro parece que estoy en ebullición.

La casualidad ha querido que tuviera comida de amigas del gremio docente. Eso ha ayudado mucho a vivir el día de una manera tranquila y muy agradable. No quiere decir que no haya pensado en ti, al contrario. Pero recordar esos momentos tan preciados e irrepetibles también me hace sonreír por fuera y por dentro. Y me repito mucho a mí misma, y perdón por la palabrota: "Joder, qué suerte tengo." Y es así. Por supuesto que si siguieras vivo consideraría que tengo mucha más suerte, pero no puedo aferrarme a eso, sé que no es posible, no hay vuelta de hoja (ojalá si la hubiera). 

Seguro que quieres que seamos todo lo felices que podamos, y aunque todavía estamos en proceso de reconstrucción, lo estamos intentando. Hay que levantarse y seguir adelante. 

Que sepas que he intentado acordarme hoy de todos los papás a los que conozco, me apetecía mandarles una felicitación, para que recuerden lo importantes que son. Y creo que alguno se me ha pasado. Igual que de los Josés, María Josés, etc. Ahora que pongo esto caigo en la cuenta de haberme dejado a mucha gente en el tintero. Antes de irme a la cama lo arreglo.

En todo el día no he parado, y mi cabeza, como puedes imaginarte a falta de tres días para las ansiadas vacaciones de Semana Santa, está ya de vacaciones neuronales. Espero que se cumplan las Ds, de descansar, desconectar y disfrutar.

No prometo nada porque no lo sé seguro, pero mi intención es ver algunas procesiones, sola o acompañada. Y si voy, estarás a mi lado, lo sé. Este año y siempre.

Jamás pensé que una ausencia podía provocar un dolor tan intenso e inmenso, y que podría hacer vida "normal" aprendiendo a convivir con ese duelo eterno.

Con AMOR. Tu hija Raquel

6 comentarios: