BIENVENIDOS a este blog.
En él me gustaría unir varias ideas, la principal, que para que exista una buena EDUCACIÓN, uno de los ingredientes principales ha de ser la EDUCACIÓN EMOCIONAL. Y una de las herramientas de esa educación es, la que denomino la "palabra mágica", EMPATÍA.
Espero que seas docente, madre, padre, alumno, o simplemente hayas entrado a "dar una vuelta", pueda resultarte útil y/o interesante su contenido.
Queda mucho por APRENDER, pero claro está, con EMOCIÓN.
Papá: 731. Esa es la dolorosísima cifra de días que llevamos sin ti. Porque 2024 fue bisiesto. Por una parte pienso que todo ha ido cuesta abajo y sin frenos, se ha pasado volando, en un parpadeo. Pero por otro lado ha pasado a un ritmo de tortuga lenta, porque he visto a tortugas que se desplazan más rápido que otros seres vivos. Así que no sé, hoy no es un día más, desde luego que no. Tampoco creo que sea muy distinto al duelo diario. El que piense que esto desaparece, se equivoca; quien crea que esto "se pasa", tampoco acierta; el que considere que esto se cura, se confunde también. Al menos bajo mi punto de vista, el duelo es eterno, me acompañará hasta el día en el que deje de respirar. Lo que sí he notado es que se ha ido transformando, se ha colocado considerablemente, para que en un proceso lentísimo e interminable, vaya doliendo "menos". No obstante, en algunos momentos que no pasaba nada especial, había un pico de dolor, sin saber por qué, sin venir a cuento, porque tocaba, sin más. Como una piedra en el riñón que no expulsas, y de cuando en cuando da una guerra que no veas y la lía parda por dentro, y duele una barbaridad, pues algo así, pero a lo bestia.
Seguiré celebrando tus 75, rozando los 76 años de vida. Y de esos, mis 40, rozando los 41, años de vida compartida. Sé que no demasiada gente puede haber vivido algo así. Y lo veo como una parte muy relevante de mi fortuna personal, esa riqueza que tiene que ver con las personas maravillosas que han sido, son y serán parte de mi vida. Mi red humana, o como queráis llamarlo. Esa que me une con hilos no tan invisibles a los que me importan. A aquellos por los que hago cosas que dije que nunca iba a hacer, o esfuerzos inimaginables. O simplemente estoy, lo mejor que puedo y siempre que puedo, acertando o metiendo la pata hasta el fondo.
Esta vez no tengo ni pizca de ganas de escribir con nocturnidad, sería revivir más de la cuenta algo que, de por sí, nunca voy a poder borrar del todo. Aunque es verdad, puede que para que duela menos, mi memoria ha ido difuminando muchos detalles de aquella mierda de noche de hace dos años.
Y es lo que hay, no es resignación, es aceptar la realidad que a cada cual nos toca vivir, ni mejor ni peor que la de otros, es la nuestra, es la mía. No tenemos un reloj mágico para jugar con el tiempo, ni para retrasarlo ni para recuperarlo. Y, siendo sincera, no me apetece tirarme de los pelos por cuestiones que ya no tienen remedio. Sé que esto sería aplicable a varias etapas de mi vida.
Y en todo este tiempo ha habido un viaje a través de la tristeza, la rabia, la esperanza, la alegría, la melancolía, la resiliencia, la empatía, la indiferencia, la ansiedad, el estrés, el agotamiento, la desilusión, la ilusión, el amor, el rechazo, la aceptación, el cariño, la confusión, la culpa, la nostalgia, el remordimiento, la seguridad, el miedo, la sinceridad, el apego, la soledad, la felicidad, la compañía...Y fijo que algo me dejo en el tintero. Habría sido capaz de escribir un diario de emociones que se basara en mi tránsito por este duelo, tan inesperado, tan jorobadamente fastidiado y complicado de soportar. Afortunadamente, el instinto de supervivencia y de creer que si él estuviera todavía aquí querría verme bien, han puesto más que un granito de arena cuando las fuerzas flaqueaban, y no han sido pocas veces.
Las lágrimas han sido a menudo mis compañeras. Incluso a la hora de escribir la gran mayoría de las entradas del blog en las que he mencionado a mi padre. Van conmigo, no me detienen, no me limitan. Simplemente brotan y no las detengo, porque no quiero ahogarme en ellas, no quiero que se enreden en mi garganta ni me inunden los ojos. Y por extraño que parezca soy capaz también, a veces, de contenerlas. Para llorar cualquier día es bueno o malo. No soy de reprimir mis emociones. Y sí de compartir lo que me pasa, aunque por salud ese círculo cada vez está más apretado. Estoy más tranquila, y mi tiempo me ha costado.
Y ya está, "brindo" por ti, papá. Ya sabes lo mucho que te recordamos y te amamos, hasta el lugar donde estés...y vuelta.
No he pasado el segundo aniversario de tu pérdida como yo habría querido, para qué engañar a nadie, pero he contado con el cariño de muchos de los míos, y esa parte la agradezco mucho, de corazón. Gracias a los que hoy habéis estado pendientes y/o presentes, pese a haber insistido en lo contrario. Ojalá el tercero sea diferente, pero manteniendo el cariño de los que nos/te quieren.
Mi padre. Fotografías propiedad de Raquel Plaza Juan
El siguiente fragmento de esta entrada, lo escribí el 11 de julio. Por cuestiones que no vienen al caso, decidí dejarlo a medias. Y hoy ya he pensado en publicarlo, y escribir una de las entradas que tenía pendiente.
Día idóneo para dejarme caer por el blog. Muchas ganas guardadas, bastantes nudos en la garganta, unos cuantos pellizquitos en el corazón, vivencias dulces y otras algo amargas, silencios, palabras, sorpresas muy agradables y fiascos también, lágrimas, sonrisas, las emociones haciendo acto de presencia en mi voz, incluso dejándome muda (¡con lo difícil que es!). Y en medio de todo ese maremágnum, ningún momento me parecía apropiado para sentarme a escribir. No he tenido tiempo porque más bien no lo he querido encontrar.
Y desde aquí pertenece al HOY, 26 de julio de 2025.
Pasa julio en un parpadeo, y tengo la sensación de no haber hecho todo lo que quería, ni haber dicho todo lo que debería, ni de otras cosas, demasiadas en el tintero tal vez.
Pero me voy a quedar con lo bueno. Celebro un año más de haber superado el concurso-oposición. Ese ya lejano pero inolvidable 20 de julio de 2009. Y no me cansaré de hacerlo porque es celebrar algo muy grande y que la suerte estuvo de mi lado. Navegar con el viento a favor facilita llegar a puerto en buenas condiciones. Aquel 20 de julio de 2009 casi echa humo el ordenador. La tecla de actualizar resistió a duras penas. Mi padre, un manojo de nervios porque lo que me jugaba era mucho, sentadito en una silla a mi vera. Mi madre, trabajando. Y llegó algo que puede aproximarse a lo que muchos llaman felicidad, un estallido de alegría tremendo. Respiraba alegría, mi cuerpo era feliz. 16 años después, el no tener en verano un ordenador muy cerca, algo que agradezco, ha hecho que no escribiera puntualmente sobre una fecha tan señalada. No importa, aquí estoy.
Por circunstancias, hace un rato estuve intentando localizar fotos de mi pasado docente, concretamente de mis tres primeros cursos en Guijuelo. Los que fueron mis tres primeros como maestra de Compensatoria. Esos que pasé primero en el "Fili", al que años después regresé como tutora de Primaria-Inglés (y encantada de la vida, hubo muchas semillas a nivel personal y laboral, algunos frutos sigo disfrutándolos). Y en segundo lugar, en lo que duran las vacaciones de verano (de profes), pasé del CEIP Filiberto Villalobos al IES Vía de la Plata. Fue mi primera experiencia currando con adolescentes, y me llevé bastantes "palos", pero mucha gratitud también. Siempre digo que de ellos aprendí la importancia de no juzgar, es la única forma de generar confianza, de ser coherente y sincera (siempre). Insisto en la de la sinceridad porque los adolescentes no tienen un pelo de tontos, están hechos un lío, a veces en la cabeza, el corazón y físicamente, y quizás por eso agradecen como nadie que se les hable sin demasiadas florituras, se les trate con honestidad y no se les engañe. La desconfianza es algo que una vez que se ha sentido con alguien, es complicadísimo de recuperar, y a medida que añadimos velas a la tarta, más, mucho más. La búsqueda de fotos me ha refrescado la memoria, he recordado algunos momentos que habían caído en el olvido o no recordaba con nitidez. Y me ha encantado. Ver tantas caras que fueron tan especiales, personas que dejaron huella, o aparecieron en mi vida y siguen formando parte de ella. Gracias.
El curso que viene espero retomar algunas costumbres algo oxidadas, y aprender mucho a todos los niveles. Intuyo que va a ser muy pero que muy especial. Voy a trabajar con caras conocidas tanto en el Venancio Blanco como en el Salinas. Me atrevo a afirmar que en los dos tengo amigos/as, y eso es un plus. Entre otros temas, me empaparé del método Singapur (para las Mates), espero poder participar en la denominada ·aula abierta", y poner mi granito de arena para que siga funcionando e impliquemos a un parte significativa del instituto. Y en el Salinas, aunque piso terreno bastante conocido, sé que habrá novedades respecto a la distribución del alumnado de Compensatoria y la organización de dichos apoyos. Supongo que es lo que tiene que vayamos a estar dos maestras: una con jornada completa y yo, compartida con el Venancio. Seguiré teniendo la suerte de coincidir con gente a la que aprecio mucho, algunos a nivel laboral y personal, porque tienen el pack completo. Y en el Venancio igual, solo pensaba en una persona al decir "IES Venancio Blanco", y con eso me bastaba. Como cuando elegí en su momento la plaza del CEIP Filiberto Villalobos y el IES Francisco Salinas, en el segundo conocía de mi etapa guijuelense a un grupito de personas excelentes, y una en concreto con la que sabía que iba a trabajar directamente.
Espero que no se me haga muy cuesta arriba lo de estar compartida, estuvo en mi mano coger una plaza completa solo en uno. Pero mi cabeza y mi corazón se alinearon, y dijeron que no, que les hiciera caso a ambos.
A veces siento morriña de los coles, pero no me quita el sueño, estoy aprendiendo mucho con los alumnos que voy conociendo, los compañeros, y de mí misma, por enfrentarme a retos bastante diferentes a los de un cole. Sé que algún día volveré a ellos, o me agobia ni el cuándo ni el dónde.
Voy a hacer un inciso, el lunes salen los aptos de la fase concurso-oposición de maestros. Desde aquí toda mi fuerza para dos personas muy especiales, una fue alumna mía durante dos cursos (fui su tutora y además les daba Inglés, para acabar saturaditos de Raquel, ja, ja, ja, ja, pero me pillaron en una época muy dulce y con ganas de comerme el mundo). Paula, omito en qué cole coincidimos y tus apellidos, para evitar presiones extra. Ella es de las alumnas completas, de las que brillan a nivel académico y destacan en la parte humana. Y con una sonrisa casi permanente. Ojalá el lunes la web de educa te dé la noticia que te mereces y para la que llevas mucho esfuerzo detrás. Y la otra fue alumna mí de prácticas. Con la que, como el destino es caprichoso a tope, ya coincidí en un instituto, sin que fuera alumna mía, pero la recordaba. Es de estas personas a las que se les nota la vocación, ves que vale para maestra a las primeras de cambio. No es fácil de explicar, pero se percibe algo particular que no transmiten muchas personas. Y esa es Laura, mucha suerte también, que el tiempo dedicado tenga su recompensa. Por eso, Paula y Laura, espero que el 2025 sea el año en el que celebréis que sois funcionarias en prácticas. Cruzo los dedos por vosotras. Y, en cualquier caso, os aplaudo por los resultados obtenidos, sois dos campeonas.
Y poco más. La verdad la búsqueda de fotos, para dar con unas imágenes de hace algunos años, me ha dado ganas de escribir en el blog, y también de ponerme a dibujar. Por cierto, Celia, aunque no creo que leas esta entrada ni por asomo, reencontrarnos me hizo mucha ilusión, estaba nerviosa y todo. Y emocionada, aunque controlé y no cayó ni una lágrima (de alegría, por supuesto). Además ahora lo que dibuje será por duplicado, para el Salinas y el Venancio. Es como si tuviera dos hijos, y no quiero que uno sienta celos del otro, así que para los dos, café. Eso sí, con mi toque, porque hacer dos póster iguales no es mi estilo, "tunearé" mis propios trabajos. A partir del lunes, a dibujar se ha dicho, sin agobios ni prisas. Sin peticiones ni normas, las reglas las pongo yo, a mi bola.
No quiero explayarme mucho más porque sé que puedo sonar muy repetitiva y en mis aniversarios docentes (el de empezar a trabajar y el de "aprobar" las opos), hay datos que suelo sacar a colación sí o sí.
A los que me leáis os deseo al menos la mitad de la suerte que he tenido yo, con las personas a las que he conocido, las situaciones que he vivido, las experiencias que me han hecho crecer y todo lo que he podido aprender gracias al conjunto de lo mencionado antes. Lo de hablar solo de la mitad de la suerte que me ha acompañado a mí, es porque creo que he tenido mucha suerte. No todo lo vivido ha sido bueno, pero en mi balanza siguen pensando infinitamente más los momentos positivos, y lucho porque siga siendo así.
Gracias, una vez más, a los que habéis estado en algún punto de mi camino docente y os ha gustado coincidir conmigo.
Ojalá siga dando con buena gente con la que me gusta coincidir. Buen día y, como podéis comprobar, retomo la nocturnidad a la hora de escribir en el blog, eso es muy yo.
Oficialmente ya es 19 de junio, estoy a 4 días de acabar las clases con el alumnado. Aunque ilusa no soy, y viendo cómo han empezado muchos a venir de manera intermitente, me temo que el viernes 20 y el lunes 23, voy a estar más sola que la una. Ya está, es la forma de actuar de parte de esta cosecha y hay que asimilarlo. Será que tienen incluso más ganas que yo de dar por finiquitado el curso.
Y en medio de ausencias no deseadas, procesos de evaluación y mil asuntos más, ayer estuve en el acto público de Educación Compensatoria. Resultado del mismo, destino del próximo curso: IES Francisco Salinas e IES Venancio Blanco. En el segundo nunca he trabajado, pero lo afronto como un reto-aventura con muchas ganas. En el primero llevo 4 cursos seguidos, el primero ya fue compartido, con el CEIP Filiberto Villalobos. Por cierto, un inciso: María José Parra Yuste, me acordé tantísimo de ti en los días previos a pedir, y en el mismo acto público. Sigues estando, te percibo, sé que me mandas cosas buenas, cargamento extra de sonrisas y paciencia, y otros temas de los que hablamos muchas veces...Gracias. Reconozco que siento el Salinas como mi casa, y eso no es fácil. Así que saber que no me voy, o que me medio quedo, me hace sentir mucha paz. Y mucha alegría. Recuperamos media plaza de Compensatoria, y también me apetece esa aventura, de volver a trabajar en el mismo centro con otra maestra, también con funciones de Compensatoria. Esta vez con la tortilla dada la vuelta, ella completa en el Salinas, y yo compartida con el Venancio. Y en el Venancio sé quién me va a "orientar", y es fabuloso volver a coincidir laboralmente, en tan poco tiempo, con ella, gran persona y excelente profesional. Sé que va a ser un aprendizaje maravilloso, y me parece que ha llegado cuando tocaba, ni antes ni después. No engaño a nadie, ni pienso explicar aquí ni en otros foros, todas las razones que me han llevado a escoger esta plaza y no otra. Porque si "solo" hubiera tratado de quedarse en Salamanca capital, tenía otras tres opciones. Pero mis motivos son solo míos, y la decisión fácil no ha sido. Por supuesto sabía en qué orden pedía, lo que intuía, aunque no tenía del todo claro, era qué iban a pedir las 4 personas delante de mí. Y mis cuentas eran bastante acertadas, con matices, pero bien encaminadas.
Reconozco que debería estar ya en la cama, contando ovejitas, desde que el viernes salieron las vacantes y las prórrogas no concedidas, mis neuronas se pusieron revoltosas y se activaban cuando no tocaba. Por eso llevo unos días durmiendo a horas que no son mis horas, pero mi cuerpo me pedía a gritos más descanso del que le daba por la noche. Y aquí estoy, plasmando en el blog esta excelente noticia. Asimilando que esta noche dormiré a pierna suelta sabiendo dónde voy a estar el año que viene, y disfrutando de lo mucho y bueno que me espera en ambos destinos, lo intuyo. Va a valer la pena el esfuerzo de estar compartida, pese a lo que conlleva.
Gracias especiales a todos los que se han enterado y con esta noticia se han alegrado también, porque contribuyen a sentirme todavía más afortunada. Gracias por eso con un matiz especial a los "compis" del Salinas que ya lo supieron ayer por la tarde y se alegraron conmigo. He de confesar que iba al acto público tan nerviosa que hasta me preocupaba verme así. Ayer ni yo misma me soportaba. Al salir y acercarme al coche, me he aguantado las ganas de llorar. No por tristeza, sino de alivio, y de alegría también. Al terminar el acto público he salido pitando hacia el coche, tenía dos sesiones de evaluación. Contaba con perderme la primera y con suerte llegar a la segunda. Lo bueno es que, pese a la temperatura del coche, rozando los 40 graditos de ná, he logrado agarrar decentemente el volante y la palanca de cambios, esta segunda parecía que ardía...Y he podido llegar cuando no iban ni por la mitad de la primera sesión. En el camino me llamó una amiga y me tranquilizó ir hablando con ella. Así que pese a mi sueño escaso he entrado exultante, como recién llegada de las vacaciones.
Como no soy muy de santos, fui bien "acompañada" al acto público, pero de otra manera. No quería llevar muchos "achiperres", pero sí sentir que no iba sola. Así que el martes por la noche decidí estrenar una preciosidad de cuaderno que me regaló una gran amiga, de esas que son familia. Es tan bonito que no se podía haber estrenado antes, debía ser un momento muy relevante, y este lo era. Por si eso no fuera suficiente, quité unas fotos de las que veo todos los días, y las metí en el cuaderno, como si ellos estuvieran conmigo. En ellas salen las cuatro personas más importantes de mi vida. Uno es mi padre, que ya no está pero sigue estando, y también noto que él me manda muchas cosas positivas, y fuerza, mucha fuerza. Además llevaba una pulsera que me regalaron hace ya unos años, no me la quito más que para bañarme en la playa o la piscina; y un fular que me regalaron mis padres por mi cumple hace algunos años, de una tienda en Alba de Tormes que desapareció hace años también.
De los libros que compré en la Feria del Libro de Madrid, me quedo con el título del que compré el último, el domingo por la mañana, unas horas antes de irnos: La vida es un fandango. Comparto con vosotros uno de los poemas que podéis leer dentro...2023 (¡vaya tela!, esto lo añado yo)
Mi repaso mental se ilumina en 2022, 2023, 2024 y 2025 (y eso que "solo" estamos a mitad de año). Están siendo años intensos. No me asusta que la intensidad no baje mucho, aunque a veces pueda resultar agotadora. Me considero preparada para lo que me venga a mí misma, y para lo que les venga a los que más quiero, a los que por cierto no pienso soltar de la mano, pinten bastos u oros. Dicho queda.
Y sí, la vida es un auténtico fandango, y siempre nos impulsa a bailar, sea lento o rápido, sueltos o agarrados...De mil maneras. Ojalá nunca nos falte la música, ni la gente con la que bailar aquello que suena en cada etapa. Y si no tiene el otro ganas de bailar, ya bailo yo lo que haga falta, y lo canto, lo recito, o como ahora, lo escribo. Porque la vida está llena de música y de palabras. Palabras que acarician nuestros oídos o hacen que nos duela hasta el alma. Palabras que sanan, retan, espabilan y aman. Aquí estoy yo, poniendo unas cuantas, con más o menos acierto. Para recordar la suerte que tengo de estar viva y de tener en mi vida a todos los que tengo. Y para no olvidar una fecha bonita de 2025, el 18 de junio. Gracias. Ahora toca rematar el 2024-2025 y hacerlo lo mejor que sea posible.
FLM o, lo que es lo mismo pero de manera extensa: Feria del Libro de Madrid. Lleva ya unos días en marcha la edición de 2025, inundando una parte considerable de "El Retiro" de letras, autores, lectores, ilustradores, editores, adultos, pequeños, jóvenes, curiosos, aburridos, creativos, cuentacuentos, soñadores, poetas y poetisas, palabras que se abrazan en verso y prosa, rimas asonante y consonante...Y también sin rima, firmas de autores, casetas y maletas, toldos y gorras, paseantes y corredores, sillas de bebés y de personas con movilidad reducida, bicicletas, patinetes y agua, mucha agua por si el calor aprieta. Por supuesto, todo lo anterior y mucho más en un océano inmenso de libros para todos los gustos y colores. De tapa blanda, dura; en formato "de bolsillo", pop-up, mini libros o incluso "big books; en idiomas distintos y con tipografías muy variadas. Y si no encuentras algo que sea de tu agrado, no te has sumergido lo suficiente en ese mar humano de lectores y casetas, con libreros que aconsejan, sonríen, y pacientemente dedican muchas horas mientras dura la FLM a acercarnos al maravilloso mundo de los libros un poco más. Y yo ahí me dejo atrapar y quiero perderme entre cuentos, historias ilustradas, poemas que lo son aunque no lo parezcan, historias de la vida cotidiana, libros que te cautivan porque escarban en algo ya vivido, en mi presente o en mi soñado futuro. Como la vida es como es, y casi siempre le damos muchas vueltas a cuestiones que no tienen explicación, o si la tienen no soluciona nada, me planto hoy en el blog, a 4 de junio, se dice bien y pronto, dejando una crónica reducida de mi visita a la Feria del Libro de Madrid del año pasado. Si me descuido se me solapa con la de este año, que está al caer.
Y algo más de un año después, he logrado recopilar algunas de mis adquisiciones de la edición pasada. Si tuviera que elegir, me quedaría con dos de los aparentemente infantiles, "El tiempo es una flor" y "Con las manos". El primero de la editorial Juventud; el segundo, de AKIARA books. Como dato curioso, del libro del tiempo me atrajo la portada y el título. Estaba fuera de mi alcance, pero captó mi atención rápidamente, así que le pedí a una de las personas de la caseta en la que lo vi, si podía bajármelo para echarle un vistazo. Fue amor a primera vista, el interior no decepcionó. Me di cuenta que acababa de encontrar una joya. Compré varios para regalar. Y ya en Salamanca, me gustó tantísimo, que encargué otros dos para lo mismo, aunque ya no me ahorrase el 10%. Precioso. Justo en las casetas del lado contrario, hice parada en la caseta de AKIARA books. Era difícil escoger entre tanta belleza. Me llevé "solo" dos, porque fui prudente, Si me quedo un poco más la lío, y hay que saber contenerse. De allí son "¿Llueves o haces sol?" y "Con las manos". Dejo unas fotos de muestra al final de esta parte de la entrada. Una general con muchas de mis adquisiciones. Y otras interiores de "Con las manos" y "El tiempo es una flor". Son maravillosos. Ambos comparten el estar escritos e ilustrados con una sensibilidad asombrosa. Del segundo destacar la fugacidad del tiempo, y las metáforas y símiles tan acertados que hace. Da igual cuántas veces nos lo repitan, seguimos sin darnos cuenta de lo bonito que es poder estar, del lujo que representa tener la oportunidad de colmar de detalles, mimos, gestos de amor y de cariño, sonrisas y lágrimas compartidas...a aquellos de los que más felices estamos de tener en nuestras vidas. Confío en dar con nuevas joyas este año y seguir celebrando la vida con los que más quiero presentes en la mía.
Y como anoche ya no me daba la cabeza para más, desde este punto está escrito hoy, jueves 5 de junio.
No sé qué es lo qué más me gusta de la Feria del Libro de Madrid. Pero sí soy consciente que desde el primer año que fui, me conquistó. Hay algo que se respira allí que invita a quedarse y a regresar cada año. Me encanta el primer ratito que paso en la Feria. Ese en el que veo cómo han quedado las casetas, contemplo el cartel de la Feria y el resto de ilustraciones que lo acompañan. Ese momento tempranero que permite pasear sin aglomeraciones y sin calor asfixiante. Ver la apertura de las casetas y a los autores en las firmas. No voy con ninguna gana de esperar colas por nadie. No he elaborado, si acaso esta noche a la carrera, una lista de a quién no me quiero perder. Me apetece más estar allí, sin más, disfrutar del simple hecho de poder volver. Porque muchas veces hay ciertas citas que nos encantan y no valoramos el poder estar, sin más. Y el año que viene, a saber qué me depara la vida. Solo sé que este podré ir.
El pasado estuve con mi hermano y una muy buena amiga. Conocimos a unos cuantos autores famosos y no tanto, pero que a mí me hizo ilusión ver de cerca. Además me reencontré fugazmente con una de esas personas que me cayó bien desde el minuto 0. Pena la de no haber coincidido después...Todo un año ha pasado y sin vernos ni hablar con calma. Si ya lo he dicho antes: el tiempo. Ese que a veces vuela y otras pasa tan despacio que asusta. El que se esfuma y el que conseguimos dilatar, aunque no siempre. Nunca tenemos tiempo a gusto de todos. Pero creo que sí hay que exprimir el que tenemos, o el que nos da la sensación que vamos a tener. Y que nos quiten lo bailao. Cuestión de tiempo, de vida y de prioridades. Gracias a los que estáis conmigo en los días fastidiados, y a aquellos que os alegráis, y se os nota, cuando tengo buenas noticias.
Feria del Libro de Madrid 2025, ¡qué bueno que llegaste! Y ya con ganas de estar allí e intentar desconectar la cabeza de otros temas que no están en mi mano. Si a alguien le "cae" un libro aunque no lo haya pedido, que no se extrañe, cada uno somos como somos y peino canas, y lo de ser detallista no lo pienso varias ni un ápice.
Si alguno no conoce la Feria del Libro de Madrid, que vaya, que la visite y le dé una oportunidad. Si sois amantes de los libros en papel y la lectura, seguro que vale la pena que os acerquéis.
28 de abril de 2025. Alrededor de las 12:30, apagón general en la Península Ibérica. Y yo pensando que era cosa de Garrido, luego ya toda Salamanca sin electricidad, y a medida que avanzaba la mañana, me dicen que ha pasado en toda España, Portugal y algún país más. Y la desconexión, en lugar de transmitirme calma, me provocó mucha inquietud. Especialmente no saber dónde estaba mi madre ni cómo. Afortunada ella, no le pilló en el ascensor. ¡Menos mal! Y la gente volvió a la radio a pilas, a las velas (a mí me encantan aunque cada vez las encienda menos), a cocinar con butano (los que disponían de él), y a las linternas. Tuvimos mucha suerte, en Salamanca no duró muchas horas. Y al ser una ciudad pequeña, no provoca el mismo caos en cuanto a transporte, sea público o privado, que en urbes como Madrid o Barcelona. A mí me sorprendió la calma de los conductores, poco habitual en esta ciudad. Y lo cívicos que fueron cediendo el paso a los peatones. Todo esto en Lunes de Aguas. Celebración a la que muchos no renunciaron, como si nada hubiera pasado. Y quizá era lo mejor, seguir con nuestras rutinas, en la medida de lo posible, como si nada. Estoy convencida que nunca llegaremos a saber las razones reales del apagón. Somos expertos en echarnos la culpa los unos a los otros, sin asumir responsabilidades, ni contar la verdad a la ciudadanía. Y eso, gobiernen los de un color u otro, me parece lamentable. Tenemos derecho a estar bien informados, a ser tratados con honestidad, y a recibir una información transparente, sin las opacidades de aquellos que solo piensan, con perdón, en "salvar su culo", o esa es la impresión que dan. Y no me refiero solo al apagón, pienso en la Dana en la Comunidad Valenciana y se me sube la ceja, indignante.
Jueves, 8 de mayo. Segundo día de Cónclave en El Vaticano, y a la cuarta fue la vencida. Hubo fumata blanca y poco después, el "Habemus Papam" desde el balcón, y la presentación oficial del nuevo pontífice. A mí me transmite calma, tiene cara de buena persona. Me agrada que haya sido misionero tantos años. No sé, me gusta la gente que pisa tierra. La que sabe de primera mano las necesidades de muchos, la que no ve los toros desde la barrera. Vi su primera aparición en público, porque me resulta alucinante todo lo que incluye un Cónclave. En realidad, todo lo que sucede en la burbuja vaticana desde el fallecimiento de un Papa hasta la elección del siguiente. Comparto uno de los vídeos en los que se anuncia el nombre del nuevo Papa, y su primera aparición pública después de ser elegido. Me gustó mucho que se emocionase tanto, hasta el punto de contener las lágrimas.
Y me acordaba de mi padre, una vez más, que ya no ha estado para conocer a este nuevo Papa. Miraba a mamá, y disfrutaba al menos de poder seguir disfrutando de vivir muchos momentos a su lado, históricos y cotidianos. También me acordaba de lo muchísimo que disfrutó su viaje a Roma. Y la de buenos recuerdos que trajo de su visita a Roma y al Vaticano, y con eso elijo quedarme. Mi padre tampoco ha vivido el apagón, ni muchas otras cosas. Pero papá, dolorosamente, el mundo sigue girando, como si nada hubiera cambiado. Sin embargo nuestro "pequeño" mundo, en el que tú eras piedra angular, el mundo de los que te amamos, se paró ese asqueroso 1 de agosto de 2023, y cambió radicalmente, no pudimos evitarlo. Como si se cayera de un plumazo un gigantesco castillo de naipes; como si una bomba arrasara, de manera inesperada, con todo; como si nos faltara el aire; como si nos hubieran disparado al corazón... Y puedo poner más símiles, y nada se aproxima, por mucho que ponga empeño, a la realidad del dolor tan indescriptible e inhumano que significó perderte, y para más inri, de un plumazo. Aunque seguimos, como podemos pero seguimos, cada uno llevando este dolor a su modo. No nos hemos rendido, la vida siguió, continúa y debe seguir, pese a que lo mucho que cuesta entenderlo. Como le decía hace muy poco a una amiga, hablando de otros temas, de otro tipo de duelos, el pasado no desaparece, nunca, para bien o para mal, no se puede borrar. Y tonto de aquel que pretenda eliminarlo, como si nunca hubiera existido. Somos lo que somos por las experiencias que hemos vivido, o a las que hemos sobrevivido. Quizá parezca que algunos dolores no se superan, pero quiero pensar lo contrario. Lo que pasa es que cuando te has llevado un "tortazo" del destino o llamadlo como os venga en gana, se ve todo gris. Y se tarda en ver algo de luz. Vamos camino de cumplir los dos años sin ti, y ya hace bastante que no lloro a diario y varias veces cada día. Pero hay momentos en los que la memoria del corazón achucha y la cabeza no colabora a mitigar eso. Lanzo un mensaje de ánimo a todos los que estáis viviendo algún tipo de duelo. Para mí hay duelos por los muertos, pero otros padecen duelos por los vivos. Obviamente no son iguales, pero sigo viendo muchas similitudes, y mucho dolor en ambos. Ánimo, en serio. Hay cosas que parece que una vez perdidas es imposible recuperar, pero sigo convencida que la felicidad o algo parecido, es posible, pese al duelo personal que cada uno alberga, sea más o menos visible, y sea un duelo por los fallecidos o por los vivos que se han convertido en ausentes, incluso extraños.
Intencionadamente he relegado Eurovisión casi para el final. Hace nada me salió un vídeo de Instagram que me pareció buenísimo, Silvia Abril cantando, a su manera (y menos mal), la canción "Esa Diva", de Melody. Gracias, Silvia. Eres magnífica, tremenda, inigualable. Aplaudo tu sentido del humor. Porque no sé cómo quedaremos, pero cierto es que Melody se ha esforzado, y ha conseguido que su canción esté hasta en la sopa. Y será una de las canciones del verano, seguro. Aunque, me quedo con la versión de Silvia Abril.
Y os dejo el vídeo siguiente, por si alguien alcanza a explicarme por qué le han plantado ese pelucón a Melody. Y quién ha sido el "culpable" para que se note tantísimo, porque a mí casi se me caen los ojos del susto. Me resulta bastante carnavalesco...
Los que me leéis habitualmente, sois conscientes que por razones inexplicables, pero me encanta Eurovisión. No me gusta perderme la emisión de la gala final en directo, y analizo lo que veo y escucho. No he escuchado todas, pero os dejo algunas que me han llamado más la atención. Ya tras el concurso, si tengo tiempo y ganas, comentaré aquí algunos aspectos.
La cita eurovisiva ya se aproxima, cuando quiera darme cuenta, será sábado por la noche. Espero que la actuación de Melody esté a la altura, la canción no hay quien la cambie, pero que la defienda lo mejor que pueda. Mi sensación es que quedaremos bastante mal, pero no soy una experta sobre el funcionamiento de las votaciones en Eurovisión según afinidades u odios entre países, y puedo equivocarme. La tercera canción no es de la competición eurovisiva de esta edición, sino de 2020. Esa que no se pudo celebrar por el COVID. Es la que me habría gustado que ganara...de haberse podido celebrar.
Mayo está ya casi a la mitad, pero se me está haciendo pesado. Es contradictorio, pero tengo la sensación de ve volar los meses, y a la vez se me hacen eternos. La sensación de ir tarde o no llegar, o no saber si voy a llegar a tiempo a determinadas cuestiones. Y me agobia, no me quita el sueño, pero me preocupa, lo que pasa es que no puedo rebobinar, y echar el calendario unos años atrás. Hay que asimilar lo que hay, y no tomar las cosas como un lastre, sino tratar de impulsarnos con las ilusiones que tengamos, con los proyectos que nos queden, logremos convertirlos en realidad o no. Y según para qué, y según con quién, vale la pena arriesgarse.
El sábado fue un día de contrastes. Me topé con una persona, así puesto no especifico ni el género, que hace unos años me hizo mucho daño con su miserable forma de actuar. Vi a esa persona y no me removió nada, pasé olímpicamente de su presencia. Estaba, pero su existencia es insignificante y me di cuenta que el tiempo cura muchas heridas, y me ha hecho relativizar vivencias que en su momento me parecieron el fin del mundo. Como todo es cuestión de equilibrio, una amiga a la que no esperaba ver el pasado fin de semana, estuvo por aquí. Y no sé ella qué sensación se llevó, pero a mí las conversaciones entre amigas, o con algunas otras personas básicas en mi vida, me dan mucha fuerza. Y hay espacio para reír, llorar...desnudarse emocionalmente y sentir que no pasa nada. O que sí pasan cosas, pero que puedes permitirte el lujo de confiar en algunas personas, unas pocas solo. Y eso es una fortuna inmensa. El domingo tuve una sensación semejante hablando con otra amiga. En un momento determinado vi cómo un bebé, de cuatro meses apenas, miraba a su madre, mi amiga, con amor. Suerte la mía de presenciar cómo las miradas hablan cuando todavía no articula palabras, al menos no en un idioma entendible para los adultos. ¡Qué bonito! Gracias a las dos, la amiga "del sábado", y la "del domingo". Y gracias a los encuentros fortuitos que son una especie de Pepito Grillo que me hacía falta. Y la puntilla de la entrada es de Amaral, de su nuevo disco.
Anoche asistí a "Vuela", el espectáculo más reciente de la Compañía de Ballet Flamenco de Sara Baras. Una delicia de puesta en escena. Mucho arte sobre el escenario. Unos músicos maravillosos, mención especial al director musical, guitarra principal de "Vuela", y al responsable del cajón.
Por supuesto, la que da nombre a la Compañía, a la que ya había tenido la suerte de ver sobre ese mismo escenario, hace unos años, no recuerdo cuántos exactamente, acompañada por mi padre y mi prima Ana. Ya me pareció fabulosa, aquel montaje me hacía pensar en flores bailando, porque esa sensación daban con los movimientos de sus faldas.
En este cas Sara Baras protagonizaba un homenaje a Paco de Lucía. Ella se mueve como pez en el agua, todos sus movimientos destilan arte, hasta la manera de levantar la pierna me pareció asombrosa. Y el manejo de su falda, los sutiles movimientos de los volantes de su vestido verde y negro, o el poderío de sus pies. Esos pies que crean música, pero también la acompañan, siempre sumando, sin estorbar. Valió la pena.
Dejó espacio para los saludos y agradecimientos varios. Soltó unas cuantas perlas, entre ellas, que desde que fue madre, se dio cuenta que no hay que guardarse nunca los "Gracias" y los "Te quiero". A mí en varios momentos del espectáculo se me saltaron las lágrimas, me resultó muy emotivo. O quizás fuera yo, que tenía las emociones un poco o un mucho a flor de piel.
Así que voy a lo principal, a desearle un feliz todos los días a las madres. La primera la mía, que ni ella yo somos perfectas, ni como madre-hija ni como nada, pero es indiscutible lo mucho que nos queremos.
Fotografías propiedad de Raquel Plaza Juan.
Gracias por todo, ya sabes que te quiero aunque no sea de verbalizarlo mucho, y que sigamos regalándote flores más años. Mencionar la buena mano de Bedunia. Ni me patrocinan ni gano nada con decirlo, pero casi siempre que regalo flores recurro a ellos, porque tienen un arte especial para combinarlas, y una elegancia que no es muy común y se agradece. Aunque no siempre estéis de acuerdo con ellas, ni tengáis la misma forma de ver la vida (supongo que la brecha generacional tiene mucho que ver), ni sepáis apreciar sus palabras y sus preocupaciones, no creo que haya nadie en el mundo que pueda aproximarse al amor de una madre por sus hijos. Y os garantizo que esas cosas que hoy os molestan u os hacen fruncir el ceño, son parte de ese amor, aunque no sea fácil verlo. Papá, sigues estando muy presente, hoy y todos los días.
Sigo con las mamás. Y me voy a las más próximas que viven este día por primera vez con sus "babies" al lado: por orden de nacimiento, Mariate y Ana Belén. Pasad un día con la mejor de las compañías, ese niño y esa niña preciosos que son amores de por vida. Ojalá tenga la oportunidad de celebrarlo también algún día. Ya se verá. Y sí, el de las madres es todos los días, sin dudarlo. Gracias por dejarme ver la maternidad con todas sus caras, y no solo la amable. Gracias por vuestro sentido del humor y/o manera de enfocar las cosas. Jamás he ido tan escoltada a un "Día del Libro", con un carrito a cada lado, je, je.
Felicidades a todas las madres que hay en mi familia, que no son pocas. Y a las mamás que tengo entre mis amigas, como Mayte, Marisa, Pilar Cortés, Kris, Soraya, Tita, Celia, Chus, Sofía, Nekane, Lucy, Espinoza, Mercedes, Adela, Ana... Y a todas las que conozco.
Cómo no, muchas felicidades a las que ejercen de madres sin serlo, o a las que no lo son pero están luchando por convertirse en mamis algún día. Mucho ánimo.
Y gracias a las mamás ángeles, aquí sé de dos, una que era amiga mía: Alejandra. Y otra de la que sé muchas cosas pero a la que no llegué a conocer en vida, cuyo nombre, por respeto, me reservo. Porque ellas desgraciadamente no continúan aquí, para haber podido ver crecer a sus hijos. Pero sé que hicieron una labor magnífica hasta que pudieron. Y eso es lo que nos toca a todos, hacer lo mejor que podamos mientras podamos. No es moco de pavo. Y cuesta, ¡vaya si cuesta!
Para mí, anoche Sara Baras y su Compañia rindieron un homenaje estupendo a alguien fallecido, pero era a la vez un homenaje a la vida. De ahí mi invitación a celebrar la vida con los que más queréis, y a honrar con ella a los que ya no están. Puede que os pase como a mí, hay días que pienso que me puedo cruzar con ellos por las calles de mi barrio, en cualquier sitio, como si nunca se hubieran marchado. Hasta que un golpe de realidad me recuerda que la tierra sigue girando a pesar de las ausencias más dolorosas, y que es nuestro deber, aunque no fuera nuestro deseo, de intentar seguir, como podamos, de la mejor forma que seamos capaces, respirando sin ellos, viviendo sin ellos, pero también gracias a ellos.
Así que no me explayo más, feliz jornada a todas las personas que son mamás. Y a todos los hijos que tienen la suerte de seguir con ellas o de haberlas tenido, aunque fuera menos tiempo del que les habría gustado.
Y sí, popurrí musical para cerrar esta entrada.
La siguiente me parece que la he compartido ya un pare de veces. Esta es una versión con orquesta sinfónica incluida.
No sé si habrá estudios o no, pero debería. Porque creo en el poder curativo de estar junto al mar. En la paz que puede transmitir escuchar el mar, sin más. Y ya si se puede, verlo, sentirlo, olerlo. Mirar a lo lejos y no divisar más que mar. Admirar el agua salada en sus infinitas tonalidades, con una paleta de azules y verdes que no se encuentran en las tiendas de Bellas Artes. Escuchar las gaviotas y otras aves, el sonido de las olas chocando con las rocas o acariciando la arena. Me doy la vuelta y veo la montaña, tan verde, que entiendo que las vacas y las ovejas, en Asturias sean mucho más felices, den una leche estupenda y podamos comer una carne maravillosa. Normal la amplia gama de quesos que podemos encontrarnos allí. Además de la calidad, no solo hay muchos distintos, sino que hay muchos buenos también. Y por la noche, percibir a un ave nocturna, investigando en "YouTube", intuyo que se trataba de un autillo. No llegué a grabarlo, pero lo escuché varias noches.
La base, 24 horas de compañía al día, era ya inmejorable.
Y así volví a Salamanca, tras un inolvidable paréntesis conociendo nuevos lugares del norte de España. Con la retina cargada de recuerdos plagados de color, el sonido del mar resonando en mi interior, la suerte de haber degustado productos o platos típicos riquísimos y palabras y silencios. Y ambos, tanto las palabras como los silencios, hacen falta. Gracias, muchas gracias. Así que vuelvo con las baterías cargadas, las neuronas todavía con las vacaciones en "modo on" y la cabeza mucho más descansada.
Hoy 23 de abril es San Jorge, el "cumple" de Marisa, Día de Castilla y León y Día del Libro. Por eso, aunque ya los hayas felicitado: Marisa y Jorge, feliz lo que queda de día, je, je. Y a todos, ojalá hayáis podido disfrutar del Día del Libro. El año pasado me lo perdí, podía haber ido pero regresaba de un viaje y estaba agotada, así que muy a mi pesar, no bajé a los soportales de la Plaza. Por eso esta ocasión lo cogía con muchas ganas y, aunque casi se me quitan de un plumazo, recapacité y cambié el chip. ¡Y qué bien! Así que de una manera distinta, saliéndome de mis costumbres, pero he podido pasar un rato estupendo en la Plaza y alrededores. Centrándome en lo que tenía, y en la suerte de poder compartirlo con más personas de las que estoy acostumbrada. Es la primera vez que entró en la Plaza flanqueada por dos grandes amigas con sendos carritos de "babies", niño y niña. Gracias. Una vez vimos que era muy complicado estar con dos carros en la zona de los soportales, huimos de la zona más concurrida. Visitamos una librería próxima a la Plaza, y al rato regresé, ya yo sola, a los puestos de los soportales. Me encanta ver, abrir, leer, tocar...Aunque tiene su peligro, porque han caído más de los que yo esperaba. Y dos que he dejado encargados. Si hubiera sabido antes que la librería-papelería de mi barrio abría hoy, habría hecho más gasto allí. Lo tendré presente para el próximo año. Por cierto, amigas y madres de los bebés, nos ha faltado una foto juntas, con carritos y todo.
Y en este contexto, con el buen sabor de boca por la escapada asturiana y el Día del Libro, mañana espero que la jornada vaya como la seda. No voy con ganas de guerra, ni mucho menos. Tengo ganas tocar otras teclas y, ojalá, alguna de estas, sí funcione con mi alumnado. Soy testaruda y me niego a dejar de intentarlo, aunque queden menos de dos meses de curso.
A ver qué nos depara lo que queda de abril, y cómo inauguramos mayo. Espero que estéis teniendo un buen mes.
Y el toque musical son dos canciones que no se me quitan de la cabeza. Me encanta la puesta en escena de las dos en La Revuelta.
La de Amaia es una canción que había oído ya varias veces, pero sin escucharla. Presté atención a la letra y, aunque no es de mis cantantes favoritas, me quito el sombrero. Y con Leiva y los coristas de lujo, poco que añadir, un gesto muy generoso por parte de todos.
Llevo una temporada con ganas de dejar plasmadas aquí un puñado de reflexiones, sean más o menos acertadas. Las vacaciones de Semana Santa llegaron a tiempo, como un balón de oxígeno cuando más falta me hacía. Y hasta hoy no he encontrado el momento de sentarme frente a la pantalla con ganas de escribir.
Mis problemas muchas veces no son míos, ni son en realidad problemas. Sé que tengo que priorizarme más, y dedicar menos tiempo a pensar en personas que, a los hechos me remito, a mí no me sitúan en los primeros puestos. Duele, pero así lo percibo. Y dejar que acierten o se equivoquen con sus decisiones, porque suyas son al fin y al cabo. Igual que las mías me pertenecen a mí, y a nadie más. Aunque sepa que algunas afectan a otros, como algunas de las que otros toman me afectan a mí también.
Cada día valoro más el tiempo compartido con las personas a las que más quiero. A esas que son mi presente y quiero con toda mi alma que continúen en mi futuro. Da igual si llegaron hace muchos años o no. Lo del tiempo es relativo. Los vínculos van mucho más allá de fechas. Hay gente a la que conozco desde hace poco tiempo pero hay algo, difícil de explicar, que me conecta a ellas. Algo que hace que me sienta cómoda hablando de todo o casi todo con determinadas personas, pero con otras sea un libro cerrado, del que solo conocen la portada y el argumento, y ya es suficiente.
El miércoles tuve la oportunidad de reunirme con parte de esas personas que son "famigos". Que nos veamos poco o mucho, más bien poco, o mejor dicho, menos de lo que me gustaría, siento como si fueran familia, la familia que he ido "eligiendo" a lo largo de los años. Y me doy cuenta que ya es hora de hacer más el viaje Salamanca-Madrid, porque es totalmente comprensible que ellos no puedan dejarse caer por aquí con mucha frecuencia. Otras veces justo cuando ellos han venido no estaba yo. El mundo, la vida, o lo que sea. Y hay los mismos kilómetros en un sentido que en otro. Por eso además de la cita en el calendario que para mí roza lo imprescindible, Feria del Libro de Madrid, he de ir sumando más fechas, sin nada concreto. Que conste que ese fin de semana en la Feria del Libro de Madrid, suele convertirse en uno de los más felices del año. Pese a los calores que a veces soportamos, las colas interminables, la aglomeración de gente en torno a las casetas...Ya falta menos para la de este año. El año pasado no fui en diciembre, con la decoración navideña a tope en todas partes, pero confío en poder ir las próximas navidades.
También tengo "famigas" en mi ciudad, con y sin "babies". Y me encanta verlas a todas. De verdad que uno de los objetivos marcados para lo que resta de curso es salir de casa todas las tardes. Los que leáis esto y os llevéis las manos a la cabeza, lo siento, es lo que hay. No va a ser algo sencillo de cumplir. Pero sí muy necesario. Hay tardes en las que no piso la calle. Salgo del instituto, llego a casa, y no vuelvo a salir. Y eso no puedo seguir haciéndolo, por salud física y mental, es así. He de reconocer que he tenido y tengo la cabeza muy rellena, y las mismas razones que pesan para que salga, en ocasiones han provocado lo contrario, por extraño que parezca.
El 4 de abril acabaron las visitas del Proyecto de Innovación Educativa, popularmente conocido como "PIE", en el que he participado. Se trataba de una de las modalidades del PIE Observa_Acción. Debo reconocer que me ha parecido muy interesante, y me ha sabido a poco. Como le comentaba a María Jesús, la maestra que ha venido tres días a verme en el instituto, se me ha hecho corto. Me habría gustado estar más días en sus clases. Creo que es una barbaridad lo que se puede aprender de ver a otro compañero en acción. Y también de conocer otras realidades educativas, con similitudes y diferencias con la mía. Gracias a sus tres visitas y a la mía, me he replanteado muchas cuestiones. Y he reflexionado muchísimo sobre mi práctica educativa y el día a día en determinados contextos. Gracias al CFIE de Salamanca, por darme la oportunidad de forma parte de esto. Y por supuesto, gracias a María Jesús, por su manera de afrontarlo y porque me ha parecido una suerte poder compartirlo contigo. Me encanta ver cómo llevan el día a día otras maestras de Compensatoria en el instituto. Y especifico lo del instituto, porque es un matiz importante, muy distinto a las aulas de un colegio. Ni mejor ni peor, pero con bastantes diferencias. Sigo pensando que deberíamos tender más puentes entre los coles y los institutos. Ojalá fueran puentes más prácticos y menos burocráticos, y de verdad sirvieran para hacer esa transición menos dura.
Acaricio ya la una de la madrugada, ni más ni menos. Llevamos una hora escasa de 18 de abril. Lo que se traduce en estar hoy de aniversario. Mi aniversario laboral. Hace hoy 17 años, que empecé mi andadura oficial como maestra, interina por aquel entonces, en mi querido CEIP "Leonardo Da Vinci" de Parque Coímbra, Móstoles. Y 17 años después sigo afirmando que es el colegio más bonito en el que he trabajado. Me impactó entonces, una novata a la que le faltaba plantarse en Madrid con la jaula y la gallina. Sí, ese paralelismo ya lo he mencionado en otras ocasiones. Me sentía un poco como Paco Martínez Soria en "La ciudad no es para mí". Mis lágrimas al salir de mi hogar con una maleta gigante, naranja, repleta de ropa e ilusiones. Esas lágrimas al despedirme de mis padres y mi hermano, por el paso que iba a dar de salir del nido, y la incertidumbre de irme sin saber ni siquiera el nombre de la localidad madrileña en la que me tocaba empezar a trabajar. Ni mucho menos el del colegio, ni por cuánto tiempo sería. Y lo que en principio iban a ser 15 días, se convirtieron en algo más de 2 meses, justo hasta final de curso. Gracias Mayte y David, una vez más, por abrirme las puertas y acogerme como lo hicisteis.
Y luego ya muchos saben mi historia o parte de mi historia como maestra. Mis destinos han sido unos "pocos" y no voy a enumerarlos esta vez, para no repetirme como las lentejas. Gracias a variar tanto de destino he conocido a gente maravillosa, y unos poquitos se han ido sumando a mi vida, y la mayoría siguen en ella, de muchas formas. Y es un alegrón, y una suerte tremenda. Papá, siento mucho que este sea el segundo aniversario de haber empezado a trabajar que te pierdes, quiero pensar que desde arriba sigues alegrándote por mí. Aquí seguimos, como podemos, sin ti, pero seguimos. Y no es fácil. Da igual que hayan pasado ya algo más de 20 meses desde tu fallecimiento. Ni en mis peores pesadillas habría alcanzado a imaginar lo extremadamente duro que es seguir respirando sin que tú lo hagas. El miércoles lo pensaba al ver salir el Flagelado de la Clerecía, esa procesión que tanto nos gustaba y que me faltan dedos para contar las veces que la pudimos ver juntos. Y son todas esas veces, de tantísimas cosas, de fechas no marcadas o señaladas, del día a día, las que en parte me dan impulso para seguir, de manera distinta, pero continuar. Igual que una ciudad no puede estar igual cuando una catástrofe ha arrasado con ella, la vida de una persona no puede seguir como si nada. Por mucho empeño que pongamos en la "reconstrucción". Y que hay momentos en los que nada ni nadie son sinónimo de consuelo. Así que no sé, aquí continúo, tratando de actuar con valentía y ser fuerte. Pero no te voy a engañar, hay días en los que no me sale. Hago lo que puedo con las herramientas de las que dispongo. Y quiero pensar que eso es suficiente, porque no tengo que rendirle cuentas a nadie de cómo llevo a dejo de llevar mi duelo. De cómo sigo aprendiendo a vivir con este vacío en una parte de mi pecho. Y eso que soy muy afortunada, sí, sí que lo soy, lo sé. Lo soy por todo lo vivido antes de ese aciago 1 de agosto de 2023, y por todo lo bonito que he continuado viviendo desde ese día. Y escribo esto aquí porque me nace así, no hay vuelta de hoja. Y si a alguien no le gusta, que no lo lea, y listo.
El miércoles santo no solo fue uno de reencuentros con personas a las que quiero un montón del grupo de "famigos", también coincidí con dos exalumnos. La verdad, como caídos del cielo. A uno le seguía un poco la pista por Facebook, no sabía lo cerca que lo tengo. Me hizo mucha ilusión Omar, eso de despedirme de un niño en el cole, y ver en persona el hombre en el que te has convertido. Los que me conocen saben que denomino "mis niños" a todos los alumnos de los que he sido tutora, pero no todos los grupos causaron la misma mella en mí. Y ese grupo del Miróbriga tenía mucha magia. Me alegré un montón de verte, y comprobar que conservas esa sonrisa tan maravillosa y esa mirada tan transparente. Seguro que nos volvemos a ver por el barrio. Y luego Nerea, exalumna del Vía de la Plata. Mi primera experiencia laboral en un instituto, ¡menudo bautizo! Gracias por pararme para ver si me acordaba de ti.¡Pues claro! En tu caso no te sigo la pista por ninguna parte. Sois muchos y sería imposible y agotador, y no le vería mucho sentido. Me gustó mucho hablar contigo y que me pusieras al día de tu vida. Es asombroso que esos dos reencuentros pasaran en una media hora. Si lo preparo no me sale, je, je. Quién sabe, a lo mejor un día volvemos a coincidir y vas de la mano de la persona más importante de tu vida. Y me lo presentas, porfa, que por foto no es igual.
Comencé abril dándole forma a un proyecto. No voy a desvelar gran cosa de su contenido porque no sé cómo me lo van a puntuar. Gracias a él reflexioné sobre muchos aspectos de la "Raquel maestra", que es parte de yo misma. Y la ilusión me embargó. Refresqué por qué me gusta tanto dedicarme a esto, y cómo puedo hacer para afrontar lo que venga con ilusión y creatividad renovadas. Estoy tranquila, por haber hecho todo lo que está en mi mano para seguir en Compensatoria. A finales de curso, tal vez un poco antes, sabré mi próximo destino. O no. Ya se verá. Así que bendito decimoséptimo aniversario currando como maestra de forma oficial. Y que los que vengan sean al menos la mitad de enriquecedores que los anteriores. Y traigan a mi vida personas tan valiosas y especiales como las que tengo.
Gracias a todos los que me habéis tendido la mano, laboral y personalmente hablando, en algún punto de estos diecisiete años, ahora lo pongo con letras porque tiene más empaque que con cifras. No guardo rencor a los que han sido palos en mis ruedas, ellos sabrán cuáles eran sus motivaciones. Con el tiempo yo alcancé a saberlas, y a quitaros importancia en mi vida, porque no aparecisteis para sumar, sino para intentar restar del modo más despreciable. E incluso tratar de hundirme. Gracias a los que habéis compartido parte de vuestros conocimientos y experiencias, como docentes, padres, madres, alumnos, personal de administración y servicios, ATE, trabajadores de otras instituciones relacionadas con el ámbito educativo como ASECAL, YMCA, Cruz Roja...Sin duda alguna, lo bueno pesa infinitamente más que los sinsabores.
Y eso no es todo, porque mi historia como docente tiene todavía muchos capítulos pendientes. Los cuatro últimos en el IES "Francisco Salinas", en el que me siento como en casa. Y no me refiero a la comodidad de estar en pantuflas, con ropa de andar por casa y sentadita en el sofá. No van por ahí los tiros. He sido de moverme mucho de destino, no me arrepiento dicho sea de paso. Pero soy realista y prefiero no hacerme ilusiones, por si las cosas no salen como muchos esperan y el destino me lleva por nuevos derroteros. Por donde me lleve, que sea para bien. Si no me quedara opción de volver, intentaría tener margen para celebrar los cuatro cursos vividos en el Salinas. Y si pudiera estar, al menos un año más, lo celebraría también, por la alegría de seguir y por lo bonito que quedara por venir. Igual que hoy celebro la "suerte" de llevar diecisiete añazos dedicándome a la profesión más bonita del mundo. No mucha gente comparte esta suerte. Y cada día de mi vida celebro la suerte de tener a las personas que tengo. Esa "red" maravillosa que nunca me deja caer. Ese entramado que hace que siempre encuentre un hilo del que tirar, o al que agarrarme cuando, a veces, solo a veces, no logro salir a flote sola.
A mis alumnos presentes y futuros, sean algunos los mismos o no, recordad que lo que más me importa es veros felices. Me gustaría que fuerais ciudadanos competentes, trabajadores competentes. Y como me encanta el tema emocional, competentes emocionales. Sí, eso lo primero: sed capaces de pedir perdón (y de perdonar, que no es nada fácil tampoco); de hablar para solucionar problemas, conflictos, malentendidos; de decirle a quien queréis un "Te quiero", y si vuestros sentimientos cambian, un "ya no te quiero" con el mayor tacto del mundo, aunque duela; de escuchar a los demás y a vosotros mismos; de empatizar sin renunciar a vuestra esencia...Y por encima de vuestras calificaciones está que seáis buenas personas. Que actuéis de una manera respetuosa. Que resolváis los conflictos hablando (sí, se puede). Y si nos volvemos a encontrar dentro de unos años, en vuestras manos queda ser educados o no. Saludar o ignorarme. Ser parcos en palabras o explayaros. Demostrarme cariño, alegría, odio, rencor o indiferencia. No siempre acierto, lo sé. Ni soy perfecta ni lo pretendo. Pero es que no conozco a nadie, en ningún ámbito, que pueda considerarse perfecto. Vosotros tampoco lo sois.
Y ya. Toca celebrar, sin fuegos artificiales, simplemente por la suerte de poder llegar hasta aquí. La música hoy tiene que estar muy presente. Y así llegamos a las 2:30 de la madrugada, minuto arriba o abajo dependiendo del reloj. Gracias.
Por alguna había que empezar, "Fix you" me pareció una opción estupenda.
Esta segunda es muy especial, forma parte de mi banda sonora como maestra.
Igual pasa con la tercera, que sonó ni se sabe las veces en las mediodías del CEIP Miguel Blasco Vilatela, mientras hacía malabarismos en el tiempo "libre" desde el final de las clases de mañana y la hora de bajar al comedor los "profes".
Rozalén debía estar, tiene su sitio.
De Macaco podría haber elegido muchas, me quedó con esta, que fue una canción muy especial para el Día de la Paz del CEIP Santa Catalina de Salamanca, allá por el 2011-2012, antes de ayer, ja, ja, ja.
La siguiente la han escuchado alumnos de varios de mis destinos. Es una nana africana.
Y esta me recuerda al "Fili" de Guijuelo, y eso es muy importante. Y más todavía a una de las sesiones de "Pinceladas de emoción"...¡Vaya tela! Pero sí, ¡qué bonita la vida!